Octavio Manuel Altamirano Ochoa
Ética, Persona y Sociedad
La otra cara
de la justicia en México
Muchas veces hablamos de lo mucho que anhelamos
tener un mundo en donde todo sea de maravilla, es decir, que todo esté siempre
perfecto para que nosotros podamos comportarnos de manera que no afecten las
consecuencias a nadie. Todo esto no sería posible si no existiera un contrato
social por el cual los ciudadanos nos regimos y respetamos, lo cual hacemos
mediante el buen comportamiento de todos, pero, si existe tal contrato entre la
ciudadanía y el sistema jurídico, porqué es entonces que las leyes que existen
no son tan justas como todos pensamos, que nuestros servidores públicos sean
tan corruptos que todo el dinero destinado para el bien social se reparta entre
ellos y nunca llegue a lugares pobres con verdadera necesidad de servicios
públicos de calidad y tener un lugar digno de vivir, o porqué la tasa de
desigualdad social en México es la segunda más alta entre los miembros de la
OECD, quizá porque debe haber muchos factores los cuales los ciudadanos no nos
hemos puesto a analizar profundamente y que están haciéndonos mal a todos los
que vivimos en el país, ese es el gran problema que enfrentamos en nuestro
país, que somos muy ignorantes de los problemas reales que afrontamos, y los
cuales analizaremos a continuación.
Todos tenemos derechos, de los cuales gozamos al
vivir como ciudadanos en nuestro país, pero pocas son las personas que se ponen
a pensar en el sistema jurídico que seguimos y por el cual nos regimos todos y
que pensamos que es el mejor en todos sus aspectos, pero somos ignorantes a la
vez, no vemos más allá de lo que tenemos a nuestro alcance.
Antes
que nada debemos preguntarnos qué es justicia: “Hablamos de justicia como valor
desde la aspiración y el deseo más profundo de todo ser humano o un orden
social, a un trato y a una vida cada día más equitativos. Cada vez somos más
los que percibimos y sentimos como adecuada y necesaria la forma de pensar que
implica desear el bien para sí mismo y para los demás; y los que descubrimos
como inadecuado desear el fracaso, la desgracia y la miseria para sí mismo y
para los demás” (Martínez, 1999, p. 149). La frase anterior hace relevancia al
deseo de las personas por salir adelante como país e individualmente con la
finalidad de cambiar nuestra forma de pensar tan mediocre que tenemos hasta hoy
por una actitud con la cual estemos dispuestos a hacer un cambio drástico. Nos
dice sobre el anhelo que tienen las personas por ser más equitativos, y por
equitativos me refiero al término equidad que se refiere a la repartición de
cargas iguales a cada persona. Si existe equidad en una sociedad, es más
factible que tengamos una actitud diferente, ya que sabremos que somos tomados
igualmente ante todo, por ejemplo, alguien pobre pagará los mismos impuestos
que alguien rico y que le sobre el dinero, es ahí cuando las personas se dan
cuenta de que su dignidad sí es respetada, y que no por carecer de recursos no
se apliquen sus derechos como deberían.
Hay
personas que se sienten tan arraigadas socialmente, las cuales su dignidad ha
sido lastimada, pisoteada y engañada por las autoridades que les han hecho
creer que su persona no vale nada ante la ley, pudiendo ser por diferentes
causas, ya sea falta de recursos, ignorancia, personas con discapacidades
mentales; personas quienes no tienen autonomía y que a las autoridades les
resulta fácil jugar con ellas. Como dice Gil Fernández: “Una sociedad no podrá
ser justa si los individuos que la componen carecen del sentido de la justicia,
no tienen actitudes positivas hacia el valor de la justicia […] lo que es un
peligro, ya que podemos llegar a ver la justicia como un valor que otros deben
practicar, y no nosotros” (Martínez, 1999, p. 159). Tenemos que saber y darnos
cuenta que todos tenemos valor ante la ley, y que es por eso que vivimos
actualmente en una democracia, donde por derecho tenemos libertad de expresión,
lo que significa que podemos opinar sobre lo que pensamos que está bien o mal
en el país sin ser juzgados, si no se nos respeta eso se estaría violando a
nuestros derechos de segunda generación que son los derechos sociales, los
cuales son según Encarnación Díaz: “derechos del
ser humano históricamente situado, que ocupa una determinada posición en el sistema
social […] y que desde el punto de vista de su objeto y finalidad, los
denominados derechos sociales, económicos y culturales, representan una
explicitación de las exigencias de la igualdad material” (Encarnación, 1997, p.
685). Tal teoría nos explica que somos libres de exigir nuestros derechos como
deben de aplicarse. Podemos ser comerciantes si queremos, podemos incluso ser
periodistas o creadores de movimientos ciudadanos para reformar algo que no
estemos de acuerdo los ciudadanos y que necesita ser reformado ya que no se
ajusta a las necesidades de que todo el pueblo sea igual ante la ley. Podemos
ser lo que queramos siempre y cuando respetemos el contrato social y se nos
respeten nuestros derechos.
Hay una teoría que consiste en un
método de separación del derecho positivo de la justicia propuesta por Robert
Walter en el libro de “Ética, Vida, Sustentabilidad” en el cual explica las
razones por las cuales no son compatibles el derecho y la ética. Dice la cita:
“Desde el punto de vista de su objeto y
finalidad, los denominados derechos sociales, económicos y culturales,
representan una explicitación de las exigencias de la igualdad material” (Leff,
2002, p. 156). Lo que quiere decir con esta frase es que se está haciendo una
contrariedad a lo que nos dictan los derechos de segunda generación sobre
nuestra libertad social, ya que aquí nos dice que no es posible argumentar en
contra de la ley, es decir, la ley es a mi punto de vista y por la reflexión
que hemos llevado a cabo, es claro que sí se puede opinar acerca del sistema
jurídico del país, para eso fue creada la democracia, si no fuera así, nos
llamaríamos más bien socialistas.
En México es muy común que una persona sea
inculpada de un delito que no cometió, en los que las personas son castigadas
por error al no tener nada que ver con tal crimen, pero sin embargo, debido a
un sistema corrupto de funcionarios públicos y políticos de alto prestigio que
se dejan corromper es que existe este tipo de problemas. La principal
característica de la justicia debe ser la imparcialidad ante las personas o
instituciones, a esto nos referimos al tener un sistema jurídico en el cual se
vea y trate por igual a toda la ciudadanía y que no tengan superioridad o
ventajas aquellas personas que aportan mayores bienes a la autoridad. Debemos
desaparecer los tratos “Vip” que se les da a personas poderosas, ya que como
dice Velásquez en su libro: “Toda persona debe tener exactamente proporciones
iguales de los beneficios y cargas de una sociedad o grupo” (Velásquez, p. 89).
El problema es que a veces los políticos o los grandes empresarios con mucho
dinero y prestigio, muchas veces se libran de sus problemas utilizando “palancas”
por sus grandes influencias y aportaciones al capital social.
En
cuanto a las macroempresas que existen en el país, es obvio el hecho de que
tampoco se les debe permitir el no pagar cantidades enormes de impuestos. Son
impuestos que suman una gran cifra que es colocada en el presupuesto federal
para destinarlo a las diferentes zonas del país, pero gracias a que el dinero
no llega completo a donde en verdad se necesita, es claro que no se puede
generar un desarrollo social de calidad las zonas no desarrolladas.
Una
solución a éste problema podría ser la prohibición de los monopolios por
ejemplo, que lo único que hacen es anular la competencia sana entre empresas y
que el margen de desigualdad entre ricos y pobres se alargue cada vez más, ya
que la atención en el ámbito de negocios va directamente con las empresas
grandes con gran aportación de capital y trabajo, en cambio a las pequeñas que
no tienen tanta participación comercial por lo general ni siquiera se les
tomará en cuenta.
Es importante estar informados y
actualizados sobre los problemas que tenemos a través de organizaciones como la
OECD, las cuales nos pueden proporcionar datos exactos sobre nuestras
problemáticas, y así podremos formular estrategias concretas para atacar a
éstos problemas que tenemos con la justicia del país, del cual se derivan
muchos otros, como puede serlo la desigualdad social y la falta de
imparcialidad de la ley ante la ciudadanía, la falta de recursos disminuirá y
la distribución de bienes sociales en zonas del país que en verdad lo necesitan
incrementará. Así como deben ser mejorados los servicios públicos, la educación
y el desempleo, los cuales son todos derechos que deben ser respetados a cada
una de las personas. “El carácter inalienable de los derechos
sería precisamente la nota específica del modo de pensar postmoderno,
íntimamente derivado del paradigma de la "calidad de vida"
(Ballesteros, 2007, p.86). Nuestros derechos son inalienables, es decir, nadie
nos los puede quitar, son nuestros para siempre y debemos de tener la facultad
de exigirlos siempre, aprovechando nuestros derechos es como se logrará un
cambio verdadero.
Referencias
Ballesteros, (2007). Derechos Humanos: Conceptos,
Fundamentos, Sujetos. Valencia: Universitat de Valencia.
Encarnación, (1997). Derechos Humanos:
¿Yuxtaposición o integración?. Valencia: Universitat de Valencia.
Hortal, (2002). Ética general de las profesiones.
Bilbao, España: Desclée De Brouwer, SA.
Leff, (2002). Ética, Vida, Sustentabilidad. México,
DF.
Martínez, (1999). Valores Humanos y Desarrollo
Personal. Madrid: Editorial Escuela Española.
Rachels, (2006). Introducción a la Filosofía Moral.
México: FCE.
Velásquez (2006). Ética en los negocios. México: Pearson
Educación.
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