Juan Ignacio Mandujano Sánchez
Abstract: El
propósito del siguiente ensayo es dar una idea al lector sobre las
repercusiones éticas, morales y legales que puede tener el optar por procrear
un hijo mediante el método del “vientre de alquiler”. Este método consiste en
implantar los gametos (espermatozoides y óvulos) dentro del útero de otra
persona debido a que los donadores no pueden quedar embarazados por los métodos
tradicionales. Se lleva acabo bajo un contrato en donde se especifica que al
termino del embarazo el bebé pasará a manos de los donadores. A la persona que
rentó su vientre se le otorga una remuneración económica. Se abordarán temas
como lo son el significado de ser madre visto desde distintos puntos de vista,
el contrato social el cual nos explica los pormenores de realizar un contrato
de este tipo y las repercusiones que tiene el quebrantarlo, el papel que juegan
los sentimientos de ambas partes al momento de entregar al bebé y los posibles
escenarios en los cuales las personas pudieran a llegar a ser utilizadas como
medios para el fin de otros. Se llega a la conclusión que se debe de apegar al
contrato social debido a que este representa un compromiso para con las
personas involucradas en él como para la sociedad, ya que, al quebrantarlo se
da pie a incumplir otro tipo de contratos pudiendo traer serias consecuencias.
Palabras clave:
·
Contrato
·
Sentimientos
·
Vientre de alquiler
·
Legalidad
·
Madre biológica
·
Madre social
·
Persona
Desarrollo:
El ser
madre , es considerado por la mayoría de las personas como una de las
cosas más bellas de este mundo. Pero, ¿El ser madre es para todos? ¿Pueden ser
madres aquellas personas que por cuestiones de la biología no pueden procrear
de manera “tradicional” a un hijo? Estas preguntas pueden tener más de una
respuesta en donde no solo la procreación tradicional es el único método para
poder llegar a serlo.
Pongamos un
caso en particular para poder explicar que significa el “ser padre”. La pareja
Martínez lleva 6 años tratando de ser padres de manera tradicional, han
probado todos los métodos de fertilización artificial disponibles en el
mercado. La Sra. Martínez por cuestiones médicas es considerada estéril al no
tener un ambiente adecuado para la procreación. No consideran la adopción
debido a que quieren tener un hijo que “lleve sus genes “. La mejor
amiga de la Sra. Martínez le informa que hay un método para procrear el cual
consiste en inseminar a otra persona con el óvulo y los espermatozoides
de la pareja. Le explica que esta práctica es conocida como “vientre de
alquiler” en donde bajo un contrato se ponen de acuerdo tanto la pareja
Martínez como la mujer que “alquilará” el vientre. En ese contrato se estipulan
los lineamientos a seguir como son: alimentación de la madre gestante,
remuneración económica que se le pagará a la madre que “alquile su vientre”,
entre otros. A la señora Martínez le parece una excelente idea ya que se
cumpliría su sueño de ser madre y formar una familia junto a su esposo.
Al llegar a
su casa le cuenta al Sr. Martínez y este acepta y se procede a buscar a la
persona que alquilará el vientre. Encuentran a una joven llamada Rita de 29
años, que acepta alquilar su vientre a cambio de una fuerte suma de dinero, los
señores Martínez aceptan y se realiza el contrato en donde se estipula que al
momento de que el hijo nazca , Rita dejará de tener contacto alguno con el
hijo. Al octavo mes de gestación Rita decide no entregar al hijo al considerar
ella es la madre legítima.
El ser madre
Primero que
nada es necesario definir qué significa “ser madre”. De acuerdo con
Israël Nisand, ser madre no es ni la que gesta el niño o la que aporta el
material genético, ya que la única que es verdadera madre es la que “adopta
psíquicamente” al niño. (Nisand, 2012, p.77-83). Esto significa que no importa
quién haya parido al niño o quién haya aportado su espermatozoide o su óvulo,
sino que los verdaderos padres son aquellos que le dan al niño cariño, amor, lo
aceptan y lo incluyen en una familia o sociedad. Pero, ¿Qué pasa
cuando la persona que proporciona su vientre para que se forme un nuevo
ser considera también que puede ser la “madre” como lo define Nisand?¿No acaso
también tendría el derecho de ser aquella persona que adopte “psíquicamente al
niño”?.
De acuerdo
con López-Moratalla, pueden existir más de un tipo de padre ya que tenemos a
los padres biológicos que son los que aportan el material genético para la
procreación y los padres sociales que son los que hacen las funciones de
padres pero que no son los que aportaron el material genético dejando la
posibilidad de hasta 5 “padres involucrados” si consideramos a la mujer que
alquila su vientre como diferente a la que aporta el material genético
(López-Moratalla, 2010p.136). Entonces ¿Qué padre tiene mayor importancia al
momento de decidir quién se quedará con el bebé: los padres biológicos, los
padres sociales o la madre que alquila su vientre? Queda claro que se necesita
algo más que nos indique quiénes son los que merecen o tienen el derecho de
quedarse con el bebé.
A mi
parecer, el ser madre no sólo tiene que ver con quién gesta al niño, sino que
va más allá de un simple proceso biológico. El ser madre también es entregarse
al 100% a ese nuevo ser que viene al mundo dándole cariño, estando ahí para y
con él en todo momento.
El ser madre
se podría comparar con ser "el guía de la vida" para esa persona que
está en vías de formarse como tal.
El contrato de alquiler
“Se reclama
el reconocimiento de un derecho a la subrogación del vientre materno o, lo que
es lo mismo, la posibilidad de llevar a cabo la gestación de un hijo propio o
ajeno en el útero de otra mujer, previo acuerdo contractual remunerado.”
(Shalev, 2002, p.63)
Como ya
habíamos mencionado al momento de “alquilar un vientre” se estipula un contrato
en donde se dan los lineamientos a seguir y las responsabilidades que tienen
tanto la persona que proporciona su vientre como los que contratan a esa
persona. El establecer un contrato legal obliga a los involucrados a
obedecerlo, ya que de no hacerlo puede traer consecuencias desfavorables. Si
nos basamos en este argumento, les daríamos la razón a los señores Martínez, al
estar por escrito Rita estaría obligada a cumplir con su parte. El contrato
social nos dice que se deben de respetar los acuerdos para que haya una
convivencia social moralmente aceptable (Rachels, 2007, p.230). Pero, si nos
ponemos en la situación de Rita en donde al principio aceptó el contrato pero
en el transcurso del embarazo empezó a experimentar sentimientos y cariño hacia
el bebé, ¿No acaso estaría en todo su derecho de invalidar el contrato? Ya que
al dar al bebé se verían afectados sus derechos y su libertad de decisión por
lo que el contrato quedaría invalidado.
Viéndolo
desde una postura legal en donde se ve por la justicia del pueblo y sus
ciudadanos, lo justo como dice Ramón Gil Martínez sería "cumplir con
el contrato, prometer y entregar lo que se ha prometido en el tiempo
fijado" (Martínez, 1998, p.152). Pero, ¿Esta frase realmente aplica
cuando el "entregar lo prometido" es un ser humano ? ¿Podemos
tratar a los bebés como meros objetos dejando fuera los sentimientos de los
involucrados sólo para cumplir con un mero requisito legal?.
Al hacer un
lado los sentimientos y emociones de Rita se estaría violando o anulando su
autonomía. Al ser un ser humano Rita es considerada como un ser racional por lo
que tiene la misma capacidad de conocer la realidad y orientar y dirigir por sí
misma su propia vida. (Martínez, 1998, p.152). El decidir por ella qué hacer
con el hijo que está gestando es quitarle esa capacidad de autonomía y razón
que tiene, dejándola como un mero objeto para los fines de otros.
A mi
parecer no se pueden establecer contratos de esta índole ya que al hacerlo
estaríamos violando la esencia del ser humano (en este caso el bebé), al convertirlo
en una moneda de cambio o un "objeto" por el que los señores Martínez
pagaron. No puedes establecer una cláusula que diga "no se pueden
generar sentimientos" hacia ese ser que se está formando dentro de
ti al ser este todo un proceso que experimenta la persona que gesta al niño a
lo largo del embarazo.
El rol de los sentimientos
Como dice
Quiñones Escámez “nadie que haya dado a luz dirá que llevar un hijo en el
vientre es equivalente a llevar un hígado o un riñón o a donar los gametos. La
gestación genera, de un modo u otro, vínculos entre la madre y el niño”.
(Quiñones Escámez, 2009,p.18). Los sentimientos que una madre siente por sus
hijos considero yo que son de los más fuertes que existen al generarse por el
lazo que forman durante los nueve meses de gestación. En este caso los
sentimientos no pueden dejarse en segundo plano por lo que deben considerarse
en el mismo nivel o superiores que el contrato de alquiler antes mencionado,
incluso puede llegar a pasar por sobre encima de este. Tengamos en cuenta que
también los futuros “padres” (señores Martínez) tienen también sentimientos
como son la ilusión de por fin ver su sueño de ser padres realizado. En este
caso en particular no nos podemos tomar una decisión ética basada en los puros
sentimientos ya que no podemos decir qué sentimientos valen más porque al hacer
esto estaríamos desechando una de las reglas fundamentales de la ética; el ser
imparcial.
Considero
que no es posible ser imparcial en este caso en particular ya que al tomar
cualquiera de las 2 decisiones posibles se estaría afectando a alguna de
las 2 partes. Lo que si considero es que se debe de tomar una decisión que
integre tanto el contrato establecido como los sentimientos que se presentan al
ser tan importantes ambos factores.
Utilizar a las personas como medios
“La mujer
gestante no hace entrega de una parte separable de su cuerpo, sino que pone a
disposición de otras personas algo tan intransferible y ligado a su propia
integridad física como es su útero”. (Sánchez-Arsiti, 2010,pp. 13-38).
Viendo el
alquiler desde el punto de vista Kantiano nos daríamos cuenta que es una
actividad moralmente inaceptable al utilizar a una persona (la que alquila el
vientre) como mero medio para conseguir el objetivos de los señores Martínez;
el de concebir un bebé que lleve sus genes. “Usar a la gente significa vulnerar
su autonomía: su capacidad por decidir por sí misma como vivir su propia vida,
de acuerdo con sus propios deseos y valores.” (Rachels, 2007, p.19). En este
caso puede que al principio del problema no se haya violado la autonomía de
Rita ya que no era meramente un medio, ella decidió en base a su razón y
autonomía alquilar el vientre por lo que entonces no estaba siendo
utilizada como un medio para lograr los deseos de los señores Martínez. El
conflicto se crea cuando ella cambia de parecer el cual considero que no es
incorrecto porque a fin de cuentas todos somos humanos y nos podemos
equivocar, nadie es infalible. Ahora bien si vemos el problema desde el punto
de vista de los señores Martínez, el permitir que Rita se quede con el bebé
sería utilizar a los señores Martínez como medios al utilizar sus gametos para
la generación de un nuevo ser.
"La
justicia es dar a cada uno aquello de lo que está privado o despojado y que le
pertenece desde una situación previa a las configuraciones sociales
concretas." (Martínez, 1998, p.159). Si nos apegamos a esta definición de
justicia, lo justo sería otorgarle el bebé a los señores Martínez al ser ellos
los despojados de sus gametos si Rita se quedara con el bebé. Además Rita
estuvo de acuerdo con lo establecido en el contrato por lo que el
incumplirlo se estaría dando pie a incumplir contratos de toda índole
destrozando la honestidad y la confianza que existe entre las personas.
La felicidad y el beneficio de ser padres
“Todos los
participantes y personas involucradas se suelen beneficiar de la misma: el niño
que nace de dicho acuerdo no hubiera nacido si la práctica no se hubiera
realizado…encuentra una familia que lo recibe con mucho amor… los padres logran
acceder a la paternidad y tienen la posibilidad de dar amor y brindarle todos
los cuidados necesarios a su hijo…la mujer portadora puede satisfacer sus
deseos…y obtener un beneficio económico a cambio” (Camacho,2011)
En este
punto considero que debemos de reflexionar realmente que es la felicidad al ser
esta un factor determinante al momento de tomar una decisión de esta magnitud.
El utilitarismo nos puede ayudar a tomar la decisión más acertada al
tratar de buscar el mayor beneficio y felicidad para la mayor cantidad de
personas.(Rachels,2007,p.275)
El decidir
a favor de los señores Martínez sería beneficiar a 2 personas, el decidir a
favor de Rita sería beneficiar a 1 sola. Si lo vemos desde el punto de vista
numérico la decisión estaría más que clara, pero si nos ponemos a pensar en lo
que significa separar a una madre de su hijo, nos entraría la duda (en mi caso)
de si realmente el beneficiar a 2 personas justifica hacer infeliz a una madre.
Conclusiones:
A mi
parecer el ser madre es una de las actividades consideradas como "más
bellas" que una mujer puede tener. El ser madre no debe ser considerado
solo como un acto de "traer a un nuevo ser a este mundo" sino que
debe ser considerado como una manera de vivir en donde ya no eres solo un
"yo" sino que empiezas a ser un "nosotros" con ese nuevo
ser el cual necesita de cariño, paciencia y amor. El gestar a ese nuevo
ser no significa que ya seas madre, desgraciadamente en muchas ocasiones los
bebés son abandonados, abortados por las que muchos consideran "madres
verdaderas". No podemos reducir la definición de madre a un simple acto de
la biología.
Considero
que Rita debe de pensar lo que conlleva el
aceptar rentar su vientre, tomar a la ligera una decisión de esa
magnitud conlleva a granes problemas como lo son el decidir quedarse con el
bebé, enfrentar problemas legales, etc. Para tomar esa decisión Rita debe de
intentar ponerse en el lugar de los señores Martínez y pensar qué haría ella si
estuviera en su lugar y así poder tomar una decisión mas acertada.
El
“negociar” con el destino de un ser vivo, en este caso el bebé se me hace un
acto reprobable ya que la decisión que se tome sea cual sea va afectar
directamente a este nuevo ser, el cual por cuestiones obvias no tiene ni
voz ni voto para decidir por si mismo.
En este
caso en particular considero que se debe de respetar el contrato establecido
entre Rita y los señores Martínez ya que como mencioné ambas partes
tienen sentimientos hacia ese nuevo ser pero, por mas cruel que suene esto,
nada ni nadie está por encima de la ley, la cual en este caso está del lado de
los señores Martínez.
Bibliografía:
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