jueves, 4 de julio de 2013

Adopción homoparental


Abstract
            Todos tenemos derecho a la felicidad, a formar una familia, amarla y protegerla. En este escrito hago una análisis acerca de la adopción homoparental, cuántos pueden ser felices por esto y a cuántos perjudica. En México esta acción ya es legal, hay personas a favor y personas en contra de este tipo de adopción, pero no es sólo eso, se debe tener un conocimiento más amplio sobre el tema, los beneficios y las consecuencias que esto traería a los niños adoptados y a la sociedad en general. Estos puntos se desarrollan a continuación.
Desarrollo
Las personas no eligen sus orientaciones sexuales; tanto homosexuales como heterosexuales descubren que son lo que son sin haber tenido ninguna opción en ello. Así, decir que la gente no debería expresar su homosexualidad es, la mayoría de las veces, condenarlas a una vida infeliz (Rachels, 2006, p.80).
            Todos buscamos la felicidad, es por la meta que siempre estamos luchando. El tener una preferencia sexual distinta a lo considerado normal como es el caso de los heterosexuales, no hace distinta a la persona, es un ser digno de respeto y tiene los mismos derechos que cualquier otro individuo. “Los homosexuales se topan con el conflicto de asumirse como seres diferentes, sensación que se incrementa en ocasiones por el rechazo y las actitudes de desprecio del entorno” (Díaz, 2004).
Tener una preferencia sexual distinta a la que tiene la mayoría de las personas no es señal de amenaza. “Si pudiera mostrarse que los gays y las lesbianas representan algún tipo de amenaza al resto de la sociedad, eso sería un argumento poderoso” (Rachels, 2006, p.80). Si viviéramos en un mundo donde la mayoría de las personas fueran homosexuales desde los inicios de la vida, entonces, ser heterosexual estaría fuera de lo considerado normal. Pero ¿porqué calificamos la sexualidad como algo normal o anormal?. “De todas las prácticas erótico-afectivas que ha desplegado la sexualidad humana desde la instalación de cristianismo como religión oficial, el homoerotismo probablemente sea aquella que ha sido objeto de las más duras condenas y desaprobación social generalizada” (Cornejo, 2007).
“No hay ninguna diferencia entre homosexuales y heterosexuales en sus caracteres morales o en su contribución a la sociedad” (Rachels, 2006, p. 80). Entonces, ¿por qué nos comportarnos indiferentes ante su necesidad de felicidad y tener una pareja?. Lo natural es lo que hace la mayoría, la mayoría de las personas son heterosexuales, la minoría son homosexuales, por lo tanto ser homosexual significa ir en contra de las leyes de la naturaleza. “La homosexualidad no sería natural en este sentido, pero tampoco lo sería ser zurdo” (Rachels, 2006, p.81).
Personalmente estoy a favor de las relaciones gays, incluso de los matrimonios. ¿Por qué habríamos de menospreciar las vidas de los homosexuales?. “La justicia es el valor de la aspiración y el deseo más profundo de todo ser humano a un trato y a una vida cada día más equitativa” (Gil, 1999, p.149). Los homosexuales son seres racionales, igual que todo heterosexual, tienen el derecho a la felicidad, a la libertad de expresión. Si bien es cierto que va en contra de lo que hace la mayoría, pero supongamos una situación: todos actuamos bien, todos somos personas justas, todos vivimos en un mundo feliz, etc. esta suposición nos llevaría a una vida monótona. Algo que hace interesante a nuestro mundo es la diversidad de culturas, creencias, personalidades y, la esencia nos hace a cada uno ser diferente del otro.
 El 29 de diciembre de 2009 se publicaron en la Gaceta Oficial del Distrito Federal las reformas efectuadas al Código Civil y al Código de Procedimientos Civiles, ambos del Distrito Federal, aprobadas por la mayoría de los integrantes de la V Legislatura de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, con el objeto de reconocer a dos personas del mismo sexo el derecho a contraer matrimonio, conformar la relación de concubinato e incluso adoptar hijos (Tenorio, 2012).
            En nuestro país, en el 2009 se aprobó la ley que acepta los matrimonios gays en el Distrito Federal. Esta ley además acepta la relación de concubinato y la adopción de hijos, este último es un ¡pequeño gran error!. Como antes lo mencionaba, apruebo los matrimonios gays, son seres humanos igual de valiosos y tienen el derecho de buscar su felicidad, pero en lo que a adopción se refiere, no estoy de acuerdo. “La innovación legislativa no sólo comprendió el matrimonio entre personas del mismo sexo, que era la idea original, sino que fue mucho más allá, al autorizar tácitamente la adopción de hijos en igualdad de circunstancias que las parejas heterosexuales” (Tenorio, 2012).
            Yo desapruebo la adopción de infantes, ya que los niños se desarrollan en un ambiente distinto a lo que es la tradición de la familia normal de nuestro país (mamá, papá), se altera su personalidad al observar que sus padres tienen una inclinación sexual diferente y que su familia no es como el modelo ideal. Un niño se educa y cree en lo que ve, no en lo que escucha. Si veo que mi papá miente y me dice que no lo haga, ¿por qué tengo que dejar de hacerlo cuando él sí lo hace?.
            Los niños dependen del cuidado de los padres, y el tener dos padres del mismo sexo les podría causar vergüenza, exclusión, marginación y confusión de su personalidad, incluso dañaría su dignidad, su salud y sus derechos como niños (Tenorio, 2012).
“Frecuentemente se olvida que son los adoptados y no los adoptantes quienes ostentan el derecho de adopción. La adopción debe ir a favor del adoptado y siendo especialmente cuidadosos con su bienestar, independientemente de las aspiraciones de los adoptantes”(Universidad de Sonora). Existen matrimonios formados por un hombre y una mujer que carecen de la posibilidad de procrear una vida, es a ellos a quien se les tiene que dar la oportunidad de criar un niño. Creo que los matrimonios homosexuales también quieren adoptar para sentirse una familia y tener una vida como la de cualquier persona heterosexual pero no piensan que, de sus decisiones pueden afectar a terceros, en este caso los niños. Hace poco me tocó escuchar a una pareja homosexual, ellos se quejaban de las opiniones de sus familias cuando les hicieron saber que querían adoptar un niño. Aseguraban poder criar al niño con buenos modales, darle una vida buena y proporcionarle mucho afecto. Yo en lo personal no dudo de su capacidad para criar un hijo, incluso puedo decir que los homosexuales son personas muy entregadas en cuanto a amor se refiere, pero cuando ese niño crezca, vea que su familia es distinta y se empiece a cuestionar sobre ¿por qué tengo una familia así? ¿por qué yo no tengo mamá y tengo dos papás? ¿por qué yo no tengo papá y tengo dos mamás? los padres homosexuales verán que cayeron en un error.
Tengo primos pequeños y he observado que los niños en edad preescolar no piensan lo que dicen y no saben que con un comentario pueden dañar a una persona, a otro niño igual que ellos. Los comentarios que reciban los hijos de padres homosexuales por parte de los hijos de padres heterosexual irán causando un daño psicológico en los primeros.
Un niño adoptado no tiene la oportunidad de elegir a su familia, su familia lo escoge a él, pero yo no podría llamar familia a un matrimonio homosexual con hijos adoptados, porque los niños crecerían con un daño psicológico que la misma sociedad les estaría causando al hacerles ver que su familia es distinta a las demás. “Escribo esto hoy porque no estoy de acuerdo en que las parejas homosexuales puedan adoptar, en mi país, niños que no tienen poder para elegir sobre su futuro” (Irala y López, 2006).
Nuestros niños y jóvenes corren un gravísimo riesgo al ver como normales este tipo de uniones, y pueden entender equívocamente que las diferencias sexuales son un simple tipo de personalidad, dejando así de apreciar la dualidad de la sexualidad humana, que es condición de la procreación y, por tanto, de la conservación y desarrollo de la humanidad (Rivera, 2009, en Maier y Meneses, 2011).
Conclusión
            El desarrollo psicológico del niño es la principal consecuencia a la que me opongo con la adopción homoparental, además de que una familia heteroparental es símbolo de la procreación, continuidad de la vida humana y el desarrollo de la sociedad  tanto en los niños como en adultos. Nuestros niños, los niños del siglo XXI no pueden acostumbrarse, ni ver como normal el hecho de tener dos papás o dos mamás, ya que se vería afectada la dignidad de estos niños y pasaríamos sobre sus deseos de tener una familia heteroparental. Se harían felices a los padres gays acosta de la infelicidad de los niños adoptados.




Referencias
Cornejo, J. (2007). La homosexualidad como una construcción ideológica. Universidad de Tarapacá. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83601605
Díaz, M. (2004). Homosexualidad y género. Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35103111
Gil, F. (1999). Valores humanos y desarrollo personal. Escuela española: España.
Irala y López. (2006). Los estudios de adopción en parejas homosexuales, mitos y falacias.
Universidad panamericana. Recuperado de http://www.up.edu.mx/document.aspx?doc=24570
Maier y Meneses. (2011). Sexo y cultura: disputando el significado del matrimonio y la
familia. La ventana, revista de estudios de genero. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1405-94362011000100006&script=sci_arttext
Rachels, J. (2006). Introducción a la filosofía moral. México: Fondo de cultura
económica.
Tenorio, L. (2012). Matrimonio entre homosexuales y adopción de hijos, paradigmas por
resolver. Instituto de investigaciones jurídicas. Recuperado de http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/derpriv/cont/23/dtr/dtr12.pdf
Universidad de Sonora. (s.f). Análisis de la familia homoparental. Tesis Universidad de
Sonora. Recuperado de http://tesis.uson.mx/digital/tesis/docs/21897/Capitulo3.pdf

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