domingo, 5 de septiembre de 2010

Derechos Humano Maria Jose L. Corcuera

Esto saldra antes del leer mas

DERECHOS HUMANOS EN MÉXICO

Actualmente, gran parte de los derechos humanos en México no son respetados y por el contrario son extremadamente violados. Todo mexicano tiene derecho a la educación y a la salud, pero ¿En dónde está el acceso a estos?, los hospitales públicos siempre están llenísimos y frecuentemente no cuentan con medicamentos necesarios para cubrir a números tan grandes de clientes y más aparte las condiciones de los mismos son sumamente bajas.

Respecto a la educación pública, el medio ambiente en estas escuelas no es seguro que digamos, la seguridad no es responsable y pone a los estudiantes en manos del intercambio de drogas y de la delincuencia. ¿Por qué querría una familia exponer a sus hijos a tales situaciones en donde su integridad, su vida y su seguridad se vean amenazadas? Por estas razones y por el nivel académico tan bajo de las mismas, muchas familias optan por pagar escuelas altamente costosas, antes que recibir de manera gratuita consecuencias irreparables.

La seguridad en nuestro país es una cuestión sumamente grave, tiempo atrás se decía que era peligroso salir en las noches para no exponerse a la violencia, como asaltos, secuestros y violaciones, pero ahora ya no se trata de la diferencia que hace la luz del día, puesto que sin importar la hora, siempre nos encontramos expuestos a cualquier tipo de violencia y falta de seguridad. ¿Y la policía? ¿Los militares? Se supone que son estos los encargados de protegernos, defendernos y cuidarnos, pero lamentablemente muchos mexicanos consideran que la amenaza número uno a la seguridad, es la misma policía y fuerza militar mexicana. Es aterrador no poder confiar en nuestra “Seguridad”, no debe generalizarse en ningún momento, pero es bien sabido que muchos policías se encuentran coludidos con una variedad impresionante de delincuentes, incluyendo narcotraficantes y secuestradores principalmente.

Acaso tú, lector, ¿Estás orgulloso de la virtud de la justicia en tu país?, lamentablemente la justicia no es algo que se dé en nuestro país. Hemos visto como los asesinos, secuestradores, delincuentes, violadores, traficantes de drogas, asaltantes y ladrones, tras cometer una serie de delitos que amenaza a la seguridad nacional, pone en juego un sinnúmero de vidas, destroza hogares y derrama una cantidad inmensa de sangre por las calles de nuestras ciudades. Pero no se preocupen porque “ya los agarraron”, así que pueden estar tranquilos porque la seguridad regresará a sus vidas. Si, lo sé, parece un chiste o un cuento para niños, nuestra realidad es que si es que los agarran, los sueltan a cambio de unas monedas, y como por arte de magia desaparece la culpabilidad de los delitos cometidos. También hay casos en donde culpabilizan a inocentes, con el objetivo de decir “¿ven como sí los estamos agarrando?”, esto no es más que otro cuento chino. Lo peor es que si alguna víctima o pariente de la misma, decide levantar una denuncia, ¡aguas!, pueden amenazarte o inclusive quitarte la vida. Entonces, ¿no se supone que los impuestos que pagamos son utilizados e invertidos en la seguridad, la educación y la salud?, si es así, ¿dónde se ve reflejada esta inversión?, ¿por qué millones de mexicanos prefieren contratar estos servicios de forma privada?, y si están recibiendo estos servicios y derechos de forma privada, ¿no se debería de realizar un reembolso por los impuestos pagados “destinados” a unos derechos y servicios que no se están recibiendo? Como estas preguntas, surgen incontables pero lo único que no es cuestionable ni negociable, es el hecho de que todo ciudadano es digno de recibir los derechos humanos que le corresponden y es tarea del gobierno el cerciorarse de que esto realmente suceda. El gobierno es como toda empresa, cuenta con empleadores, empleados, posiciones, salarios, etc., y como organización tiene metas y objetivos, es un deber el despedir a todo trabajador que no esté cumpliendo con las metas y objetivos y por el contrario se convierte en una barrera que impide su alcance. Entonces, última pregunta, ¿Por qué tenemos tantos senadores, diputados, gobernadores, legisladores y presidentes, cuando gran parte de ellos, por no generalizar, deberían de ser ni más ni menos que desempleados?

María José L. Corcuera


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