jueves, 9 de septiembre de 2010

El aborto: dilema ético para las sociedades contemporáneas


Por Rocio Name
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Las tradiciones y costumbres que las sociedades han heredado a través de los siglos, han sido una pieza clave para el desarrollo de su cultura; sin embargo, el paso del tiempo ha sido un factor decisivo para la adopción de nuevas ideas o posturas acerca de los fenómenos sociales que ocurren en la vida cotidiana: formas de pensar o de obrar de las personas que han perjudicado en gran medida las bases de la cultura que los identificaba. Las normas morales que han regido a las sociedades a lo largo del tiempo, y cuyo propósito fundamental es orientar a las personas a actuar de manera correcta (Buss, 1998)1, han tomado un rol secundario debido a la adquisición de nuevas perspectivas que están atentando en contra de la vida de los seres humanos. El aborto es un tema sumamente polémico debido a todas las complicaciones que ha originado en materia política, legal y social. De acuerdo con Septién (2003), “El aborto supone la terminación del embarazo por expulsión espontánea o por extracción provocada del producto antes de las 20 semanas gestacionales, o cuando el feto pesa menos de 500 gramos” (p. 40)2. Ésta práctica ha venido revolucionando las ideas de las sociedades contemporáneas, nulificado las tradiciones y costumbres que han heredado a lo largo de la historia, obstruyendo las normas morales que han permitido el bienestar social, y, violando el derecho a la vida de todas aquellas personas que aún no cuentan con la capacidad de elegir su propia dicha.

El proceso abortivo no es una práctica contemporánea; el aborto data desde la antigüedad. Hipócrates, considerado el padre de la medicina, planteó el Juramento de Hipócrates, el cual señala: “Juro por Apolo, médico, Esculapio, Higia y Panacea, y demás dioses y diosas, puestos por testigos, cumplir, en todo cuanto yo pueda y sepa, este es mi juramento verbal y escrito (...) me abstendré de aplicar a las mujeres pesários abortivos” (Grandini, 2004, p. 1)3, y que toda persona dedicada al quehacer médico se ha comprometido a respetar para seguir las bases de un comportamiento ético de respeto a la vida. Pero... ¿Acaso los médicos han olvidado el juramento de Hipócrates que defiende el derecho a la vida de las personas?

El aborto, es una práctica que se ha venido realizando desde hace mucho tiempo. Prueba de ello es el Juramento de Hipócrates, que habla específicamente del aborto y el cual es, o dicho de una mejor manera, era una de las bases morales con las que los médicos se regían. La percepción de las personas, con respecto a la vida, a cambiado en el transcurso del tiempo. Años atrás, era ilógico pensar que el aborto se despenalizaría en México, a pesar de que ha sido una práctica que se ha llevado clandestinamente. Los derechos que las personas adquieren desde el momento en que son concebidos se han perdido debido a la despenalización de esta práctica. Es claro que el aborto atenta contra la integridad de las personas, viola los derechos de los no-nacidos, y, destruye todas aquellas tradiciones y costumbres que las sociedades han heredado en el transcurso de la historia, basadas en las normas éticas y morales que han permitido, en cierta manera, el bienestar social. El aborto ha ocasionado una gran polémica debido a todas las repercusiones que ha tenido a nivel político, legal y social. El aborto debe de penalizarse debido a que atenta en contra de todas las normas éticas y morales que rigen a la sociedad, que han sido pieza clave para el desarrollo de la cultura universal. ¿Por qué terminar con la vida de un ser que aún no ha llegado al mundo? ¿Se tiene este derecho?

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