Hedonismo y Estado de Bienestar

Epicuro creía que la manera de ser felices rige en el placer, y así mismo todos buscan este y huyen del dolor, cuando hablamos del hedonismo contemporáneo, lo logro entender como la manera en que depende de nosotros esa felicidad y no de satisfacer necesidades como lo marca el hedonismo de Epicuro, estoy de acuerdo con este último. Para mi punto de vista, Epicuro ve la felicidad como algo personal y egoísta, donde para mí, eso es un error, porque somos seres sociales, donde nuestra existencia se establece en un mundo social, donde las personas están interrelacionadas.
Nuestra felicidad, a la larga, tiene dependencias de las personas a nuestro alrededor. Pero para obtener esta felicidad debemos vencer un par de obstáculos que es el egoísmo y la envidia. Existe una frase con la que puedo comparar la felicidad que podemos tener: “El todo es mayor que la suma de sus partes” se puede obtener una felicidad mayor y compartida para todos, si la desarrollamos juntos, que cada quien buscando su propia felicidad acosta de los demás, porque tarde o temprano uno puede salir lastimado por la búsqueda de otros.

Cuando hablamos del estado de bienestar, se establece que la sociedad es un sistema cooperativo donde lo que se busca es maximizar el bien común.
Bentham establece por utilidad que:
“Por utilidad se entiende la propiedad de cualquier objeto por la que tiende a
producir beneficio, ventaja, placer, bien o felicidad (todo lo cual en este caso es lo
mismo) a prevenir el perjuicio, el dolor, el mal o la infelicidad de aquel cuyo interés se
considera; si es la comunidad en general, la felicidad de la comunidad; si es un
individuo particular, la felicidad de ese individuo.”[1]
Yo considero que el utilitarismo si tiene relación con el estado de bienestar, creo que este tiene sus bases en el utilitarismo, y busca la manera de generar el mayor bien común para la comunidad

Marcelo Luis Ruiz Rodriguez A01220549
Bibliografia:
[1] "El Estado del Bienestar. Prespuestos éticos y políticos", Ma. Esther Gomez de Pedro, Barcelona, 26 de juny del 2001.