Paulina Soto
A01130563
5 de septiembres, 2010
La ética es un tema muy controversial pues establece los diferentes criterios que las personas tenemos entrando así al relativismo, la manera en que nosotros mismos establecemos ciertas leyes creadas por nosotros mismos, y la forma en la que lo proyectamos en la sociedad. Aunque etimológicamente hablando, ética habla sobre el modo de ser de una persona y no es lo mismo que la moral, es cierto que la ética es propiamente la filosofía de la moral. Es complejo tratar con la ética porque aunque es algo que va de ley por el hecho de ser un humano partícipe de una sociedad en particular y que se relaciona con otros, es complicado al momento de conceptualizarlo como algo objetivo y alejarlo de nuestro subjetivismo que nos caracteriza. Es difícil conceptuar a la ética como un término y ver que es parte de nosotros, de nuestra vida diaria y cotidiana y que en realidad la ejercemos junto con la moral todos los días pues son parte de nuestro carácter y modo de ser.
Lo que muchos pueden considerar como ético es aquello que trae el bien cayendo bajo lo teleológico o bien con lo que debe de ser y caer así en lo deontológico. La cuestión es que estamos continuamente relacionados con el hecho de justificar nuestras faltas, errores, elecciones y decisiones. Siempre buscamos ya sea culpar al otro o bien quitarnos culpa por las acciones ocurridas sin importar sin buscábamos el bien o tan sólo el deber y eso está muy ligado con lo que la ética nos habla pues son modos de ser de nosotros como sociedad. Según Aristóteles el ser humano racional tiene la capacidad de justificar racionalmente sus elecciones y distinguir entre la virtud y el vicio.[1] Esto tiene mucho que ver con el hecho de que la sociedad, entre ellas, la mexicana siempre culpamos a los gobernantes diciendo que no hacen lo suficiente pero no vemos que nosotros tampoco lo hacemos. Es cierto que ellos tienen mayor responsabilidad sobre la sociedad por su puesto ante ésta, pero al ser parte de la sociedad, también debemos comenzar a actuar y no esperar que todo lo hagan los otros porque como ocurre en muchas ocasiones, no hacen nada o lo suficiente pues solo ven su propio beneficio. Debemos nosotros como ciudadanos poder hacer el examen que Aristóteles sugieres y determinar racionalmente la virtud de la sociedad misma contra la voluntad para así no sólo culpar si no asumir nuestras propias responsabilidades.
Ante esto, el concepto de la libertad que reclama la sociedad actualmente demanda que el individuo debe imponerse a sí mismo a través de la categoría de «responsabilidad». La libertad, más que una propiedad formal, se revela como la posibilidad y obligación de elegir aquellos contenidos que consideramos como moralmente buenos, honrados y decentes[2]. Por eso mismo, nosotros debemos actuar de manera responsable siempre viendo por nuestro propio bien pero también el de la sociedad entera dónde no sólo nos quejemos si no que también actuemos y dónde la existencia de una constitución justa permita a todos los seres humanos poder alcanzar su felicidad privada y desarrollar por completo todas sus capacidades.[3] Actuar como una sociedad misma para nosotros mismos y para los demás.
Bibliografía:
Jorge, Peñalver. "Los Dos Pilares De La ética Moderna." Bibliotecas Del Tecnológico De Monterrey /CIB. Universidad Complutense De Madrid, 2009. Web. 06 Sept. 2010.
Catalina, Uribe. "La Importancia Del Contexto De La Moral Y Del Lenguaje En La Valoración De Los Actos." Bibliotecas Del Tecnológico De Monterrey /CIB. Universidad De Los Andes, 31 Dec. 2008. Web. 06 Sept. 2010.
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