sábado, 4 de septiembre de 2010

Otra ciudad es posible por María José Rizo A01221974 grupo 9

Quiero comenzar con una situación protagonizada por nuestro representante a nivel estado el gobernador Emilio González Márquez hace algunos años en una entrevista, donde al responder a la pregunta sobre que haría con la intensa inseguridad que se estaba viviendo, el no tuvo más que decir que quien quisiera estar seguro se fuera consiguiendo un guardaespaldas.
Todo sistema de gobierno se funda y tiene su origen en la necesidad de garantizar la seguridad y el orden de los ciudadanos, antes que la cultura, que la salud, que la infraestructura, la función básica de un gobierno es proveer las condiciones necesarias para que todos los individuos se desarrollen de manera libre en su entorno.

Todos conocemos la situación de tensión en la que vivimos, ya no importa si tienes o no dinero, te secuestran de igual forma, cada día cientos de extorciones telefónicas ocurren a familias, asaltos a plena luz del día, balaceras donde quienes ni la deben ni la temen salen perjudicados, violencia en lugares públicos o en nuestras casas, narcos que son nuestros vecinos. Ya no hay hora ni lugar, ha crecido el narco, los zetas, la delincuencia, hemos sido invadidos por una oleada de descontrol que ha salido de las manos del gobierno y donde ahora los que rigen son el miedo y la corrupción y los pocos que actúan corren el riesgo de ser agredidos o inclusive privados de su vida. Hemos llegado al punto en el que el que el gobierno es nulo, pierde sus capacidades y la ciudadanía es la perjudicada.

¿En manos de quien estamos? Estamos en manos de personas que buscan su beneficio propio, están coludidos con la delincuencia o en negocios millonarios y no se interesan por todas las personas que de uno u otro modo los elegimos con la poca esperanza de ver que las cosas mejoraran o por lo menos que no empeorara.

Si queremos que eso cambie y se respeten nuestros derechos básicos. . . Generemos un yo ético, personas éticas, grupos éticos, ciudades comprometidas y participativas y gobiernos interesados en su pueblo! Toda teoría ética por más antigua que sea tiene como fin el bienestar universal y de principios buenos, desde Aristóteles o Platón hasta Kolbergh o Gilligan, apostemos por la promoción de gobiernos basados en otro tipo de valores. El cambio moral comienza cuando apostamos por un bienestar más allá de lo que nos conviene, tenemos que apostar por una mejoría a futuro y no temporal, habrá sacrificios pero al menos sabremos que valdrán la pena. Hay que hacer las cosas posiblemente con una visión un poco Kantiana; hacer las cosas bien no porque alguien nos obligue si no por convencimiento propio de que lo moral es lo correcto[1] pero también hay que tratar de vivir de manera ética pero no una ética corta o de mínimos una ética donde se incluya al otro como lo que propone Kohlberg, una ética post-convencional[2] donde podamos tener conciencia de nosotros y de los demás donde intentemos proveer y hacer las condiciones necesarias para que todos podamos llevar una vida digna, se respeten nuestros derechos a la expresión, a la vida, a la recreación, la libertad, porque no podemos vivir coaccionados, donde las rejas y las cárceles no son para los criminales, son nuestras casas con sistemas de alarmas, cerraduras y candados. El gobierno junto con la ciudadanía tenemos que empezar a trabajar para garantizar un derecho básico que es el de la libertad. Como Antanas Mockus, un ciudadano de Bogotá, que llego a ser alcalde de esa ciudad y que apostó por formas poco convencionales para cambiar la moral, para que el desarrollo pudiera ser posible en una ciudad que estaba en condiciones parecidas a las que se viven en nuestra ciudad o en cualquier otra de México.

Yo los invito, no a que se lancen a poner un alto al crimen organizado y atenten contra su vida, si no que la siguiente vez que los multen no den una mordida, que no permitan actos de corrupción, que denuncien, que comencemos a pensar en los demás, que no seamos hipócritas y reclamemos lo que nosotros ni somos capaces de hacer, que participemos en acciones sociales, uno sólo no puede pero muchos podemos hacer la diferencia. Demostrarle al gobierno que no nos vamos a quedar callados y que para puedan ser nuestros representantes van a tener que hacer mucho más que falsas promesas de campaña y que nosotros los ciudadanos no podemos ser tratados como medios nosotros somos y debemos ser el fin! [3]

[1] Singer, Peter, (1995) Ética práctica, Cambridge University Press, Cambridge pg. 3
[2] Kohlberg, Cuadro sobre los niveles de desarrollo moral
[3] Cortina, Adela. Principales teorías éticas pg. 7

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