martes, 28 de agosto de 2012

Por qué buscarle tres pies al gato? La respuesta está en la ética

Todavía palpable los efectos que la crisis de 2008 tiene en el mundo. Mucho se ha hablado y estudiado respecto de las causas que la originaron: también, mucho se previó acerca de las posibles consecuencias que podría llegar a generar. No obstante lo mucho o poco que se estudio lo cierto es que la crisis ha revolucionado el modo de cómo se ven los negocios en nuestra actualidad.
En efecto, es posible atribuir en resumen, a una sola causa: la falta de ética en los negocios. Sin lugar a dudas una de las causas que acarreó el problema que en 2008 aquejó (y aun hoy nos aqueja) es la desregularización del mercado financiero. Así es, en 1980 con la naciente tendencia neoliberal el gobierno norteamericano inicio una campaña cuyo principal objetivo era el libre mercado en su máxima expresión. Poco a poco las leyes que controlaban al mercado financiero y sus instituciones fueron despareciendo; finalmente el mercado colapso.
Pero a qué se debió dicha desregularización, definitivamente no fue cuestión de moda o tendencia gubernamental, fue cuestión de poder y dinero. Poder y dinero pos sí solos no generan un gran problema social, lo que lo genera es la ambición desmedida de aquellos que por obtenerlos están dispuestos a hacer cualquier cosa. Ahí es donde la ética en los negocios cobra un papel importante, más aún que una rígida regulación en la materia.
En primer término nadie puede asegurarnos que los grandes capitales respetaran las normas que se establezcan, o más aún si serán castigados cuando infrinjan las leyes. Llega un punto en el que la autoridad gubernamental deja de surtir efectos, un punto en el que la ética debe prevalecer; un punto en el que no se deben acatar las normas por miedo a ser castigado, sino que su respeto se debe a ese deber superior.
Después, tenemos que en nuestra actualidad que entre la mayoría de los altos funcionarios encargados de regular la banca existe un conflicto de intereses; éstos deben a los grandes capitales su formación. Luego entonces, aun existiendo normas que limiten el mercado, no existen órganos capaces de vigilar su cumplimiento.
Finalmente, y abonando a lo ya narrado, tenemos que el sistema mediante el cual las grandes instituciones financieras operan, no les genera ninguna pérdida ni afectación, aun cuando manejen capitales de alto riesgo. En palabras de Frank Partnoy: “You're gonna make an extra $2 million a year, or $10 million a year for putting your financial institution at risk. Someone else pays the bill, you don't”.
Así pues, tomando en consideración lo anterior, podemos concluir que la crisis financiera del 2008 se vio generada por: a) una regularización del mercado; b) un sistema rapaz controlado por unos pocos; y c) que estos pocos no vieron mermado su patrimonio y mucho menos fueron responsables por sus consecuencias. Efectivamente, dichos problemas no tienen como base fundamental el error de un gobierno o de la ciudadanía; pues aun existiendo una fuerte regulación o un interés ciudadano los efectos podrían preverse de la misma manera. Es de concluir entonces que la raíz del problema es una constante y profunda falta de ética en todas las esferas sociales.
En definitiva, si es deseo de esta actual sociedad prevenir una catástrofe como la vivida en 2008, tenemos que apostar al valor y conciencia humanos, apostar por una sólida ética en los negocios. Lógico es que si las autoridades regulatorias, los ciudadanos, y primordialmente las grandes corporaciones se legaren a regir por un sistema de mercado basado en la ética, la consecuencia natural es un mercado financiero íntegro y sano.
Bibliografía:
Ferguson, Charles (2010) Inside Job. Catálogo en línea. 25 de Agosto de 2012. Recuperado de: http://vimeo.com/27292661
Amitai Etzioni.  The Washington Post. 4 de Agosto de 2002 recuperado de: http://www2.iadb.org/Etica/SP4321-i/DocHit-i.cfm?DocIndex=345
Wallerstein, Immanuel. La jornada. 25 de Agosto de 2012. Recuperado de: http://www.jornada.unam.mx/2012/08/19/opinion/026a1mun

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