martes, 28 de agosto de 2012

Precio de la ética en la vida profesional




            La ética en el “nuevo mundo globalizado” en el que vivimos, representa un concepto caro de implementar en el ámbito económico e incluso ambiental ¿Por qué? Muy sencillo las especulaciones económicas a la que se sujeta el mercado  y los costos de implementación de ciertas técnicas significan inversiones importantes que, considerando el valor de la ética (que es básicamente hacer lo correcto nos traiga un beneficio o no) pueden no ser redituables. Es poco común que se hable de la ética, como un negocio, porque sencillamente no lo es, difícilmente se puede lucrar económicamente con una rama filosófica y por burdo que parezca “enriquecer el espíritu y tener mucha calidad moral” no es atractivo para muchos.

Todo viene de adentro, desde el núcleo familiar, con esto me refiero a que si bien en algún momento de nuestra formación académica nos han enseñado acerca de valor intrínseco de las cosas y las personas, los valores morales y los lineamientos a seguir para ser moralmente respetables, nuestras profesiones eventualmente nos plantearán dilemas éticos en los que no siempre se puede ganar, con esto me refiero a que ser éticamente ejemplar no siempre va a ser económicamente satisfactorio. Hoy en día la economía se basa en especulaciones y las bolsas de valores se ven seriamente afectadas por los acontecimientos externos (que podrían parecer nada tienen que ver con ellas) a los de sus contabilidades. Se dice que para establecer un equilibrio en las economías del mundo, no deberá rumorearse acerca de las situaciones aledañas a éstas, pero ¿qué pasa cuando esa “situación aledaña” se vuelve un peligro real y económico para los inversionistas? ¿A quién beneficia ese silencio? ¿En qué debemos pensar? Y finalmente ¿qué es lo éticamente correcto?

En algún punto de nuestras vidas todos hemos escuchado o nos han dicho que la vida está llena de matices, que nada es negro o blanco y que la gama del gris es muy amplia, pero en cuestiones éticas, ¿realmente es así? A juicio de quien escribe, en situaciones donde el dilema se sitúa ético las respuestas son correctas o incorrectas, y en mi caso tengo la convicción de que no toda situación económica o ambiental puede ser resuelta satisfactoriamente sin poner en riesgo la calidad ética y/o moral del trabajo que desempeñamos.

Probablemente en ciertas circunstancias la ética se ve como un recurso sobrevalorado en los negocios, pero lo cierto es que, si empezáramos por darle el valor real a la ética en el ámbito profesional, muchos de los problemas que tenemos se resolverían indiscutiblemente  por el efecto dominó, es decir, si ante nuestros dilemas éticos en nuestro desempeño laboral realmente le apostamos a la ética y a lo moralmente correcto nuestra calidad humana y profesional mejora, desempeñando un mejor trabajo, ofreciendo un mejor servicio y eventualmente haciendo crecer nuestros negocios, creando más oportunidades para otros y para nosotros; el problema principal se encuentra en que los resultados de hacer las cosas bien casi nunca son inmediatos y los números no nos ayudan, porque si la ética es un recurso que es caro implementar, la paciencia lo es más.

No puedo deliberadamente estar de acuerdo con el artículo en el que me basé para escribir estas líneas, realmente la ética personal y profesional viene de la propia convicción de que es lo correcto, de lo que es bueno, de lo que está bien, el conocimiento académico y técnico nos marca una pauta a seguir para progresar pero realmente somos nosotros quienes al final decidimos si hacemos lo correcto para nosotros o para nuestro empleador.


Por José Mata

@r_b_rabbit

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