viernes, 11 de febrero de 2011

¡Beneficio para todos!, Jorge Eduardo Gómez Garnica

La corrupción, la educación, la pobreza, la inseguridad, la desigualdad… son sólo algunos de los muchos problemas que atacan a México y captan la atención tanto de los ciudadanos como de los políticos que se encargan de ellos, sin embargo, hay un grave problema que centra la mayoría de las miradas y ocupa mucha de nuestra atención por el peso, las consecuencias y la controversia que este tiene, y este problema es el narcotráfico.

En la actualidad nuestro país, con una postura de “cero tolerancia” en cuanto a lo que se refiere al narcotráfico se encuentra envuelta en lo que se cataloga, una guerra, en contra del narcotráfico. El trafico de drogas por diversas opiniones es considerado muchas veces la raíz de problemas tan importantes como la corrupción y la violencia, que también son temas muy delicados, el hecho de que el tráfico ilegal sea visto de esta manera trae consigo una polémica solución, la legalización de las drogas.

Hay quienes llegan a pensar que el hecho de legalizar las drogas es la mejor de las soluciones, que es una solución sencilla y muy efectiva, que se pinta con grandes beneficios y pocas perdidas, una solución que se basa en el beneficio de la mayoría, una solución que busca el bien común. Una solución que acabaría con la corrupción existente entre mandos importantes del gobierno y miembros pertenecientes a bandas organizadas, que impediría que el dinero de nuestro país sea utilizado para luchar contra ellos, y sea utilizado con otros fines “más prácticos”, que generaría una buena solución a los problemas económicos por los que atraviesa nuestro país.

Visto de esa forma, parece ser que es la decisión más adecuada, pero, también surgen otras cuestiones, ¿Es este el verdadero fin de la legalización?, ¿En verdad es para el beneficio de la mayoría?, o como en casi siempre que se toman decisiones, es para el beneficio de aquellos que están al mando. ¿Realmente se está haciendo un bien? O es producto de la corrupción, nuevamente; un acuerdo entre delincuentes y políticos para que aquellos que “trabajan” para distribuirla tengan el camino libre para hacerlo, y así ellos continúan con lo suyo y los políticos se llevan aún más beneficios.

Dejando de lado especulaciones y continuando con el cuestionamiento de que sea realmente la legalización la mejor alternativa. ¿Se estará pensando también en la gente que se vería afectada negativamente con la decisión?, en todas aquellas personas que son adictas, sinceramente el hecho de que se les facilite el acceso a los narcóticos dificulta mucho su rehabilitación.

Y claro, sin dejar de lado también a todas aquellas personas que no lo son, todos aquellos que no son adictos, a los que no son consumidores gracias a que no tienen contacto con este tipo de sustancias, a arriesgarse a que su consumo se vea como algo cotidiano, “¿Qué tan malo puede ser si lo venden en todas partes?”, a que ese problema de consumo crezca.

La situación por la que atraviesa el país es en extremo, delicada, en lo personal no considero que la legalización sea una buena opción a pesar del el “montón” de ventajas que aparentemente trae consigo, aunque se haga a favor de la gente. Sigo firme en que es sólo un intento más porque aquellos que sacan provecho con la venta de drogas, le saquen aún más, acosta de vender la mejor solución, creyendo que será igual de exitosa que la que en su momento tuvo la legalización del alcohol.

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