jueves, 10 de febrero de 2011

Represión o dictadura, por Edgar Alejandro Moreno Díaz

La serie de protestas contra el gobierno de Egipto (en contra de los 30 años de mandato del actual presidente Mubarak) desencadeno en un problema de índole nacional para ese país. Tras doce días, desde su inicio, de las violentas protestas y enfrentamientos del pueblo contra las autoridades del país, el gobierno se vio obligado a dar un toque de queda que se aplicó para toda esa nación. Se han dado a conocer que por lo menos ha habido 29 muertos y más de 75 heridos por las manifestaciones en las cuales intervinieron las autoridades. Después las protestas se siguieron y organizaban mediante las redes sociales, especialmente twitter y facebook, a través del internet. El gobierno egipcio tomo la decisión de desconectar las comunicaciones para reprimir de cierto modo a los habitantes del país, esto sucedió desde el pasado jueves 27 de enero. Comenzó cortando las principales redes de comunicación hasta que finalmente cayó el último proveedor de servicios de comunicaciones, Noor Group, el día 2 de febrero.

¿Es realmente ético y justo lo que está haciendo el gobierno de aquel país?, ¿será solamente por miedo y defensa del “Estado”?; ¿los habitantes merecían esto?, ¿qué tan efectivo es este método?, ¿se está pasando sobre los derechos de las personas?

Primero que nada, el gobierno de aquel país está actuando de una manera retrograda, se encuentra en un estado preconvencional en estadio 1, de acuerdo con la clasificación de Kohlberg, castigando al pueblo egipcio cortándole sus comunicaciones, para que así no pueda seguir con sus manifestaciones, no los deja continuar expresando sus inconformidades, sus ganas de que se continúe la democracia como es debido, los están censurando.

No se toma una postura donde se pretende general el mayor bien para todos, va en contra del verdadero fin del utilitarismo, es solo una postura donde el gobierno se protege sin importarle el daño que le pueda ocasionar a su pueblo, tanto económico, a las empresas que utilizaban la web principalmente para su desarrollo, como social, a pesar de que muchas manifestaciones fueron organizadas mediante las redes sociales, la mayoría de los habitantes eran inocentes y no tenían por qué pagar las consecuencias de los actos violentos de sus compatriotas.

Se está actuando de una manera interesada, el gobierno, donde solo éste tiene el poder, donde controla a la sociedad sometiéndola bajo su régimen, no actúa de una manera racional e imparcial, debería preocuparse por el resto del pueblo y no nada más por los agresores.

Los que protestan siguen la corriente teleológica descrita por Guisan, ya que manifiestan su libertad de expresar sus inconformidades y sus ganas de cambio, pero la forma en la que lo hacen está muy en contra de los fines de la corriente deontológica, ya que en el proceso para lograr su meta, se están cobrando vidas, las cuales no necesitaría ser sacrificadas si se actuara de una manera más civilizada. En contraste con esto, el gobierno actúa conforme a la corriente teleológica buscando que se mantengan a salvo las vidas de los habitantes del país y mantenerse en el poder pero a su vez también están en contra de la corriente deontológica al cortar las redes de comunicación, el fin no justifica los medios.

Al dejar al país incomunicado, se aíslan del mundo, además esta medida no ayuda en nada porque los ciudadanos buscan otras formas de seguir con sus protestas, otros medios de comunicación, aunque viejos pero funcionales, y deja a Egipto en un estado de atraso con respecto al resto del mundo, que cada vez ira empeorando más y más hasta que este problema culmine en una catástrofe. Cabe reconocer que no solo Egipto sufre por censura de los medios de comunicación, existen muchas otras naciones que padecen el mismo problema pero a menor escala. Este problema se debe de confrontar con madurez, buscando lo que es mejor para ambas partes, las mayorías y las minorías.

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