Arturo Santos 1133838
Las Consecuencias de Protestas en Egipto
10 de Febrero de 2011
Hace aproximadamente dos semanas que el pueblo egipcio inició sus protestas en contra de su presidente, Hosni Mubarak. Los protestantes, en su mayoría jóvenes, han demandado la renuncia de éste, ya que ha estado en el poder por casi treinta años. También se quejan, y exigen una explicación, a la fortuna del Presidente, calculada en alrededor de cuarenta mil millones de dólares.
Desde el 27 de enero del año en curso, jóvenes comenzaron a protestar y a organizarse vía redes sociales como Twitter y Facebook. Sin embargo, el régimen de Mubarak se encargó de bloquear estas vías de comunicación. Este hecho, esta privación a la libertad de expresión, no pasó desapercibida por el mundo, y mucho menos por los manifestantes egipcios, por lo que sus protestas pasaron de ser virtuales, a presenciales.
A partir del primer día de febrero, cientos de miles de personas se congregaron en la plaza Tahrir, en el Cairo, demandando la renuncia del actual presidente, a lo que éste respondió que sí se iría, pero al terminar su actual período. A los manifestantes egipcios no les agradó para nada esta respuesta, por lo que las manifestaciones han continuado por ya varios días, e inevitablemente, han comenzado a ser un poco violentas.
Es aquí cuando comienza el dilema ético, cuando se pierden vidas. Si las manifestaciones se mantuvieran pacíficas, si no hubiera caos público, si no se perdiera una sola vida, no habría por qué cuestionarse algo, sin embargo, y por desgracia, no ha sido así. Algunas manifestaciones se han salido de control, dejando a su paso miles de heridos, y cientos de muertes. Es por eso que debemos plantearnos la pregunta: ¿Vale la pena las vidas que se han perdido en estas manifestaciones, con tal de terminar con el régimen de Mubarak?
Para responder este dilema, me gustaría que el punto de partida sea una corriente ética teleológica, y el principio básico del utilitarismo.
Si tenemos en cuenta, desde un punto de vista teleológico, que para determinar si una acción es buena o mala, debemos hacer el juicio basándonos en el fin, o finalidad de la acción. De esta manera, podemos concluir que las manifestaciones, a pesar de que han causado numerosos accidentes y muertes, son buenas. Por supuesto que las vidas perdidas son una lástima, y se debería hacer lo posible para evitar que esto siga ocurriendo, sin embargo, la finalidad de las protestas es terminar con un régimen que por treinta años ha oprimido al pueblo de Egipto, por lo que dichas muertes son una de las consecuencias con las que se tendrá que lidiar.
A su vez, debemos pensar en el más básicos de los principio utilitaristas, procurar el mayor bien, para el mayor número de personas. Partiendo de ahí, podríamos llegar a considerar incluso egoísta, el hecho de pensar en detener las manifestaciones y protestas, que están dando resultados, por cierto, con tal de evitar más muertes. Si bien, estas muertes deben ser tristes y dolorosas para quienes las sufren, deben ser vistas como consecuencias de un bien mucho mayor, para una infinidad de personas más.
Hoy, 10 de Febrero de 2011, se anunció que comenzará, lo que pretende ser, una transición pacífica del poder, con Hosni Mubarak, por fin terminando su cargo como mandatario y cediendo el poder, por lo menos por ahora, al ejército egipcio. Esto generó una felicidad incontenible entre los protestantes y manifestantes egipcios, que tras más de dos semanas, lograron su cometido.
Si bien esta transición que está por comenzar ya ha cobrado saldo en muertes y accidentes, tomemos en cuenta el beneficio y las mayores consecuencias de ésta, que beneficiarán a todo Egipto.
Bibliografía:
- RRP Noticias. Egipto: 38 muertos en violentas manifestaciones del viernes
N.Y.T. Mubarak to Speak; Army Takes New Role.
- 20minutos.es Hosni Mubarak podría dejar el poder en Egipto esta noche
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