viernes, 11 de febrero de 2011

Colombia ayúdame

Jalil Spencer Sandoval

La mayoría de las personas mexicanas siempre se quejan y buscan a quien echarle la culpa por estar así como estamos, coloquialmente hablando “así de jodidos”, gobernantes, autoridades, alcaldías, etc. , pero nunca nos interesamos en ubicar exactamente el origen del problema y mucho menos, en querer ser nosotros mismos los personajes que se lancen a por lo menos en intentar hacer algo por mejorar nuestra sociedad.

Mockus, Fajardo y Peñalosa fueron personajes bolivianos que decidieron colaborar en hacer acciones productivas para sus comunidades, sin siquiera ser políticos, personas de alto poder o gente con mucho dinero. Lo primero que hicieron estos personajes fue crear sus alianzas no con gobiernos ni acusaciones delictivas, si no con la misma ciudadanía, aplicar una ética dialógica en la que los gobernantes realmente se preocupan por las necesidades principales y están abiertas a nuevos objetivos y cambios radicales, como preocuparse por la dignidad de las personas, esto lo hicieron inicialmente preocupándose por las apariencias físicas de las ciudades, brindándoles espacios públicos arquitectónicamente bellos, espacios habitacionales más ordenados y limpios y mejorando el tránsito y comportamiento vial. Todo esto preocupándose no solo por el beneficio de unos cuantos o de los más ricos, si no por el beneficio de millones de personas, creando una igualdad social.

“Las ciudades pueden hacer mucho para hacer vidas felices” Peñalosa, basándose con una frase ética de modo aristotélico, al igual que los otros 2 gobernantes, optaron mucho en preocuparse por la transformación de las ciudades, desde adentro (cambio de individuo por individuo) hasta afuera ( cambio físico y visual de las ciudades), esto lo hicieron brindándole la confianza a la ciudadanía de que ¡sí se puede cambiar! Todas estas acciones llevaron a ciudades que estaban en la ruina como Medellín a ser ciudades de esperanza y de cambio continuo

Lo que nuestro país necesita primeramente es que nos demos cuenta de que no son los presidentes o gobernantes los que pueden cambiar nuestra situación, sino que cada uno de nosotros en pequeña gran parte es responsable de lo que está pasando. Necesitamos personas que se preocupen por la dignidad en la gente y que den confianza a los ciudadanos en que se pueden crear grandes cambios si ubicamos el problema de fondo, que en este caso para combatir con inseguridad, con la falta de educación y con la violencia, debemos de preocuparnos por cada uno de las personas que hacen esto real, desde una forma psicológica hasta afectiva, y darnos cuenta de que como personas y ciudadanos todos somos iguales y debemos gozar de los mismos placeres al igual que ser responsables en conjunto de todo lo que acontece.


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