“Reflexión ética sobre la moral del narcotráfico”
Por Gloria Sahagún
Vivimos en el miedo, llegamos al punto que nos da miedo salir a las calles en nuestra ciudad. El narcotráfico se ha hecho parte de nuestras vidas y se ha apoderado de lo que mas valoramos: nuestra tranquilidad. En los últimos meses hemos escuchado acerca de ataques violentos alrededor de la República Mexicana y lo único que hemos hecho al respecto ha sido aterrorizarnos y pasar el tema a un plano en el que es el tema principal de la opinión pública, llego el punto en el que nos acostumbramos a la inseguridad.
Según el sociólogo William Graham Sumner resumió el relativismo como una forma correcta mediante la cuál nuestros antepasados hicieron uso de su moral dependiendo de sus culturas. El relativismo nos dice que no existen verdades universales en ética, lo único que existe son los diferentes códigos culturales morales. Retomando el caso del narcotráfico el relativismo se hace evidente al juzgar como correctos sus actos violentos a la comunidad mexicana. Se juzgan como correctos ya que esa es su cultura, y ese es su entorno, para ellos asesinar a quienes los traicionan, asesinar a quienes les robaran y asesinar a quienes les estorban es algo que ellos juzgan como correcto, ya que las conductas anteriores son su uso y costumbre. Debido a esto, su código moral válida la crueldad en el trato a otros seres humanos y el nulo respeto por la vida. Sin embargo, si sometemos el caso a la ética, es decir a la reflexión ética, lo que mencione anteriormente no es correcto por dos argumentos: el primero es la ética de mínimos de Adela Cortina, y el segundo, la ética de máximos que se puede regir por el imperativo categórico de Kant, establece que la ética de mínimos de Adela Cortina, todo código moral deber asegurar un mínimo de derechos fundamentales, uno de ellos y tal vez el primario es el derecho a la vida. Entrando en la ética de máximos el categórico de Kant establece que la conducta debe de ser tal, que haga crecer al individuo haciendo lo que quieras que te hagan en otras palabras “si lo piensas y lo deseas, la conducta es correcta. Si lo piensas y no lo deseas la conducta es incorrecta” . Por lo tanto, si el narcotraficante piensa la acción y la desea, la conducta va a ser moralmente correcta.
Otra cuestión ética que podemos tomar en cuenta en éste caso, es la ética deontológica que dice que es lo que se debe hacer, para un narcotraficante su principal deber es proteger sus intereses y proteger lo que le ha costado, es por eso que cuando alguien los traiciona o estorba su deber es deshacerse de ese obstáculo para realizar su trabajo de la manera que ellos consideran correcta. La ética teleológica también entra en éste caso, debido a que para los narcotraficantes su fin es conseguir lo que quieren y haciendo lo que sea necesario para conseguirlo, siendo eso todo a causa de sus códigos morales.
Un narcotraficante hace lo que le reporta mayor beneficio, eso es obtener la mayor cantidad de dinero en el menor tiempo posible. A pesar de que dicho ingreso provenga de actividades que impliquen privar a otros de la vida o la integridad física.
A lo largo de éste análisis expuse la realidad moral de esas personas que están atentando contra nuestra seguridad y nuestra estabilidad. Sin embargo, el hecho de que sea moralmente correcto no quita de que sea una actividad reprobable y que afecta nuestra vida diaria. Una parte muy importante de éste caso que nos asfixia poco a poco es darnos cuenta de la realidad de las cosas y saber que el cambio lo hacemos nosotros, hay que perder el miedo y no dejar que su moral afecte a la sociedad que conocíamos y en la que nos sentíamos seguros. Lo único que nos queda es hacer lo posible porque esas personas se den cuenta del daño que hacen a su país, hasta el momento en que ellos se den cuenta que sus acciones y su justificación interna, es decir su moral, afectan a toda la sociedad. La sociedad vivirá en una sociedad tranquila, pacificada y próspera.
Referencias:
Rachels, J., & Millán, G. (2007). Introducción a la filosofía moral . México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.
Ética, de Adela Cortina y Emilio Martínez, Akal, Madrid 2001
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