lunes, 2 de mayo de 2011

EL DESPERDICIO DE ALIMENTOS CONTRIBUYE A LA POBREZA EN MÉXICO - Io Montserrat Salinas

ABSTRACT

Este ensayo habla acerca de la influencia que tiene el desperdicio de alimentos en la pobreza alimentaria de México. Mi objetivo es que podamos ver otra perspectiva de la pobreza. Muchas personas están en extremas condiciones y no tienen qué comer pero no es por falta de alimentos, si no por su costo. Además, ¿qué pasa con toda esa comida que sobra en casas, restaurantes, hoteles, etc.?

Otro de los objetivos es concientizar a todas las personas para dejar de hacernos los “desentendidos” con este problema y descubrir que nosotros como sociedad también podemos estar alentando al desperdicio de comida y por consiguiente a la pobreza alimentaria. También, se plantearán algunas alternativas que además de ayudar a que no se desperdiciara esta comida, ayudaría a las personas sumergidas en la pobreza.

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Creer que las personas que se encuentran en estado de pobreza no tienen qué comer porque son pobres, porque no trabajan, porque son unos “flojos” o porque no hay comida suficiente para toda la población en México son suposiciones superficiales y no analizadas con frecuencia por la mayoría que sí tiene que comer y que no logran contemplar el gran e importante valor de lo que significa tener con qué alimentarse; ya que estas personas cuando acuden a comprar su despensa, algo de la vida cotidiana, no se detienen a pensar en la cantidad de comida que están comprando, no se detienen a pensar si son responsables o no en lo que respecta a la contribución del desperdicio de alimentos en nuestro país, y tampoco se detendrán a pensar que si compran demás van a contribuir a la desigualdad en los estratos sociales.

Pero no debemos de darle la espalda a un problema como la pobreza. Es una realidad que en nuestro país mientras más se desperdicia comida más crece la pobreza, esto se debe a que las dos cosas van de la mano. Una persona que cuenta con una buena alimentación es más capaz de poder salir a buscar oportunidades para superarse y poder tener una vida “cómoda”, mientras que una persona que cuenta con desnutrición se verá menos impulsada a esto o probablemente buscará solamente una solución temporal para situación alimentaria. “La CONEVAL entiende que la pobreza en México se presenta en tres formas distintas: pobreza alimentaria, de capacidades y de desarrollo. Su contenido se define en los siguientes términos:

1) La pobreza alimentaria: es la incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aun si se hiciera uso de todo el ingreso disponible en el hogar para comprar sólo dos bienes de dicha canasta.

2) La pobreza de capacidades: Insuficiencia de ingreso disponible para adquirir el valor de la canasta alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud y en educación, aun dedicando el ingreso total de los hogares nada más para estos fines.

3) La pobreza de patrimonio: Insuficiencia del ingreso disponible para adquirir la canasta alimentaria, así como para realizar los gastos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso del hogar sea utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios.” (Informe de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social en México 2008).” (Leetoy,Lemus, 2010:163-174)

El problema del desperdicio de alimentos recae en las personas que sufren pobreza alimentaria. Actualmente son 19.5 millones[1] de mexicanos los que viven en estas condiciones y hoy no saben, ni siquiera, si van a comer o van a poder alimentar a sus familias. La desigualdad tan grande que existe para estas millones de personas, se debe a que no se está aplicando adecuadamente la justicia distributiva. Pero antes de estudiar la razón por la cual es un problema de justicia, analicemos el problema en sí un poco más a fondo.

Desperdicio de comida: responsabilidad de todos.

El problema en sí es que en México diariamente se desperdician más de 30,000 toneladas de alimentos 100% aptos para consumo humano. Con el 15% de lo que hoy se desperdicia podríamos erradicar la pobreza alimentaria en México. (AMBA, 2011)

Sin dudar, la producción de alimentos en la actualidad es mucho más eficaz gracias a la tecnología; pero existe una gran desorganización humana que provoca el desperdicio de comida en buen estado y que podría servir para todo el sector en pobreza. Pero esto no sólo se ha dado por la eficacia en producción o la desorganización de un sector de la población humana, si no por la desorganización y el desentendimiento de toda la sociedad mexicana.

“La idea de ciudadanía lleva siempre aparejadas dos dimensiones, que son las de autonomía e igualdad. Hay que forjar la propia autonomía pero no en solitario, sino con aquellos que son iguales en tanto que ciudadanos.” (Cortina, 2005) Esta frase me hace pensar que el problema de los alimentos es de toda la sociedad, de los ciudadanos ya que todos formamos parte de la compra-venta de alimentos y si el desperdicio ha llegado a grados antes inimaginables, es responsabilidad de todos.

El desperdicio solo indica que la gente con posibilidades de adquisición, compra mucho más de lo que realmente consume y esto se debe a la falta de conciencia de los consumidores.

Otro factor, que también contribuye al desperdicio, es la pérdida de los conocimientos tradicionales de cocina que fomentan al uso poco cuidadoso de los alimentos que además desmotiva su “reciclaje”. (Pascoe, 2011)

Existen personas que por la situación del desperdicio, han respondido como “freegans”, los cuales por elección se alimentan de comida sobrante de basureros de restaurantes, tiendas, etc. con el fin de crear conciencia acerca de este problema. Pero esto no debería estar pasando. ¿Por qué llegar a extremos como estos para hacer que la sociedad comprenda que somos parte del problema?

Pensemos simplemente en que el hecho de alimentarse es una necesidad humana al que todos tienen derecho; y es que el problema no radica en que si los pobres no tienen dignidad y los ricos si, pues todos como seres humanos que somos tenemos igual dignidad, el problema radica en la ineficacia de la justicia distributiva.

“La justicia distributiva, se ocupa de la distribución equitativa de los beneficios y las cargas de una sociedad” (Velásquez, 2006). En México ¿dónde está el alimento repartido equitativamente? ¿Dónde está el alimento para aquellas personas en paupérrimas condiciones? La realidad es que la mayoría se encuentran en tiraderos de basura o en proceso de estarlo.

La justicia distributiva busca una distribución de beneficios pero también de cargas, esto quiere decir que el problema de la pobreza alimentaria tiene más profundidad que solamente el desperdicio de comida, también tiene que ver con que no hay suficiente carga de trabajo para todos, no hay empleos. Lo cual ocasiona que las personas sin empleo no tengan dinero para adquirir alimentos que además tienen un alto costo.

Lo que le cuesta al país

“El problema del desperdicio genera costos en tres niveles: pérdida económica para las familias que compran alimentos que no consumen; costo en procesamiento de basura que esos desperdicios generan, y costo para el medio ambiente por contaminación” (Pascoe, 2011).

Además, no hemos tomado en cuenta el desperdicio de agua que se utiliza en la producción de los alimentos, así como la que se utiliza en la mano de obra y la energía. Con esto se están perdiendo más de mil trillones de litros[2] de agua.

Todo este desperdicio podría parar con una buena administración de parte de la sociedad, con una buena organización, también, de parte del gobierno implementando medidas que regulen la producción de alimentos así como también que penalice a los que desperdicien basura como a los restaurantes que día con día tiran toneladas de comida en buen estado alrededor del país.

Si aún no se ha podido comprender el gran problema ético que el desperdicio de basura ocasiona, lo resumiré en una palabra: desigualdad. La pobreza en México seguirá creciendo si no se comienzan a proponer soluciones para erradicar o por lo menos disminuir la cantidad de alimentos que terminan sin uso alguno.

Algunas alternativas

Existen personas que se han preocupado por esta problemática desde hace tiempo, tales son las personas que trabajan en los bancos de alimentos, por poner un ejemplo. Pero, ¿Qué es exactamente un banco de alimentos y qué hace?

“Un banco de alimentos es una organización sin fines de lucro que acopia, selecciona y distribuye alimentos perecederos y no perecederos a los sectores más necesitados de su localidad. Buscan recuperar y aprovechar todo el alimento 100% comestible que se desperdicia por quedar fuera de los canales usuales de comercialización.” (AMBA, 2011)

Estas organizaciones no solo distribuyen alimentos a los sectores que los necesitan, si no que están buscando soluciones más a fondo; crean conciencia entre los distribuidores y los productores para que se evite el desperdicio y aprovechen los alimentos al máximo, además tratan de cambiar la forma de ver a los desperdicios alimentarios para que las personas dejen de verla como basura y la consideren “subproductos” con valores económicos y que además contribuirán al medio ambiente a través de la reducción de espacios para contenedores de basura.

Uno de los bancos de alimentos más importantes en la actualidad que se ha encargado de combatir el hambre y la desnutrición es la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos (AMBA) que ya cuenta con 66 bancos alrededor del país.

Ésta asociación convoca e invita a los sectores público, privado, eclesiástico y gubernamental a participar en la lucha contra el hambre; impulsar leyes que incentiven la donación de alimentos, y también captar donativos –no solo de alimentos, sino de otros activos que permitan mejorar la operación de los Bancos de Alimentos. (AMBA, 2011)

Por otro lado existen otras alternativas, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación sugiere atacar el problema desde tres perspectivas distintas. Cuando existe desperdicio en la producción es importante que se extienda las buenas prácticas agrícolas y el desarrollo del método de conservación, promover la compra de productos locales pues estos llegarán más frescos al consumidor, optimizar la cadena de agrocomercialización para poder usar los alimentos que se estropean o deterioran como fertilizantes orgánicos o alimento para animales.

En el caso de que exista desperdicio en la venta se sugiere favorecer a los Bancos de Alimentos para reutilizar los alimentos que no se vendan y desarrollar bancos de compostaje municipal que utilicen los desperdicios de mercados y de empresas. Por último, si existe desperdicio en el consumo, se está buscando sensibilizar a los cocineros sobre el buen uso de los productos que utilicen, se busca fomentar el desarrollo de composta casera para reciclar la materia orgánica y fertilizar huertas familiares, informar sobre como incorporar alimentos alternativos a la dieta y fomentar un uso creativo de los ingredientes existentes. (Pascoe, 2011)

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Como conclusión, me parece que el problema del desperdicio puede ser combatida y si así lo fuera se podría reducir de gran manera la pobreza alimentaria del país. Solucionar el mal uso de los alimentos es sólo una parte de lo que se puede hacer para erradicar la pobreza por completo. También necesitamos un gran impulso en la educación y más bolsa de trabajo.

En lo que respecta al desperdicio de alimentos, es muy importante darle el peso que tiene como problema ético y llevar a cabo diversos tipos o modelos de justicia para impulsar el desarrollo de las personas en estado de pobreza.

Nosotros podemos contribuir comenzando por hacer conciencia en nuestra casa, aprovechar toda la comida de compramos, tratar de educar a los pequeños en casa a que coman bien o que no pidan de más. Con cosas así de pequeñas, en un futuro puede haber un gran impacto en toda la sociedad del país y una nueva cultura que no sólo nos ayudará como población si no que también ayudará al planeta.

BIBLIOGRAFÍA

Cortina, A. (2005) Teorías éticas. S.P

Esther, E. (escarzag@prodigy.net.mx). (2011, Abril 30). Información AMBA. Correo electrónico para I. M. Salinas (iomontserrat@hotmail.com).

Guzmán, Nora (Compiladora) Sociedad, desarrollo y ciudadanía en México, Tecnológico de Monterrey - Limusa, México 2008

Pascoe R. A., Viero J.L. El desperdicio de alimentos en época de crisis. Observatorio del hambre [Online], Nota Informativa Mensual #1. Disponible: http://www.rlc.fao.org/iniciativa/pdf/nim1.pdf [2011, Abril 26].

Salvador Leetoy López, Daniel Lemus Delgado (editores) Las revoluciones necesarias para América Latina, Guadalajara, Jalisco, México: Tecnológico de Monterrey, Campus Guadalajara, Departamento de Comunicación y Relaciones Internacionales, 2010.

Velásquez, M. (2006) Ética en los negocios. Conceptos y casos. México: Pearson Educación.


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