jueves, 5 de mayo de 2011

LA COLOMBIANIZACIÓN ÉTICA QUE MÉXICO NECESITA: ENSAYO FINAL Nicole Toussaint

ABSTRACT
El presente trabajo expone la situación de violencia y corrupción que estamos viviendo actualmente en nuestro país. La manera en la cual el narcotráfico se ha ido infiltrando en la sociedad y poco a poco la ha ido destruyendo. Sin embargo, gran parte de los ciudadanos mexicanos aun sigue queriendo pretender como que la vida sigue normalmente, y la sociedad se encuentra sumergida en un estado de negación, apatía y miedo. Debemos profundizar en el verdadero problema, como lo plantea Emiliano Salinas, el cual se basa en un sentimiento de victima arraigado en la sociedad. Es momento que todos los mexicanos nos demos cuenta que la solución se encuentra en nosotros mismos, y que es este el momento perfecto para volvernos a plantear la manera en la que queremos vivir, y el futuro México que queremos formar.
Tomaremos el ejemplo de Colombia como un país que durante las últimas décadas se ha ido consumiendo en manos de la violencia y la corrupción. En una sociedad que había perdido su libertad ante el narcotráfico, la cual no respetaba la dignidad del ser humano y vivía inmersa en el miedo y la inseguridad. Sin embargo es dentro de esta situación que nacen líderes como Sergio Fajardo, Antana Mokus y Enrique Peñalosa. Los cuales a través de la educación y el espacio público buscan reunir a la sociedad para transformarla en una comunidad activa e involucrada en la deliberación pública.



LA COLOMBIANIZACIÓN ÉTICA QUE MÉXICO NECESITA
Hoy en día estamos viviendo una situación extraordinaria en México, un momento en nuestra historia que se está viendo marcado por la violencia y la corrupción. Es verdad que gran parte del país sufre olas de violencia que atentan contra la tranquilidad y seguridad de sus ciudadanos, y es verdad que la desigualdad aumenta y las oportunidades disminuyen. Pero en ese lapso de la historia, en esa situación extraordinaria ¿dónde nos encontramos todos los mexicanos?
Algunos de nosotros nos encontramos sentados, observando como la corrupción continua, la violencia aumenta y las muertes se vuelven cada vez más frecuentes. Otros nos encontramos esperando que las cosas mejoren, que un día despertemos y todo cambie. O quizá nos encontramos deseando que todo este problema caiga en picada, toque fondo y cuando ya sea imposible que se ponga peor, empezar desde cero. Pero el conflicto no desaparece por el hecho de estar en descontento con nuestra realidad, o por querer que se evapore todos nuestros problemas; por el contrario aumenta cada día y el fondo aun no está cerca de ser visto.
En el congreso TEDx en San Miguel de Allende el pasado 2 de noviembre del 2010, Emiliano Salinas nos expone el verdadero problema de nuestro país. El cual no es el narcotráfico, ni la corrupción, ni la violencia, o la pobreza. El verdadero problema “es que la mayoría de los mexicanos nos asumimos como víctimas de nuestras circunstancias” (SALINAS, 2010). Los mexicanos vivimos rodeados de quejas y de miedo, esperando que nuestros gobernantes cumplan con su trabajo y cambien nuestra situación. Mientras nosotros, los ciudadanos, seguimos haciendo “berrinche” y no somos capaces de admitir que formamos parte del problema, que depende de nosotros y solo de nosotros que la situación cambie. Salinas nos habla de cuatro niveles de respuesta ciudadana ante la violencia, situando a la negación y la apatía en el nivel más bajo, un nivel donde nos encontramos gran parte de los mexicanos. De ahí, se sube al segundo escalón: el miedo, para pasar después al coraje y la acción violenta; y por último al nivel más alto, el de la acción ciudadana, coordinada y pacífica, la acción determinada y efectiva. A través de este proceso Salinas nos hace ver que necesitamos abrir los ojos, nos expone la manera de “pasar de una sociedad que se asume como víctima de las circunstancias a una sociedad responsable participativa, que toma el futuro de su país en sus propias manos” (SALINAS, 2010).
“Los mexicanos queremos pretender que México tiene gripa, pero México no tiene gripa tiene cáncer, y si no hacemos algo al respecto ese cáncer va acabar por matarlo” (SALINAS, 2010)
Hace poco escuche de parte del arquitecto Teddy Cruz en el congreso Arquine (Marzo 2011) el término “pesimismo optimista” como la capacidad de aceptar nuestra situación, penetrarnos en la realidad y actuar con el fin de transformarla en un nuevo escenario. Dentro de su conferencia expuso como el conflicto tiene la capacidad de actuar como una herramienta operacional; y explicó a través de su trabajo en las ciudades de San Diego y Tijuana como el contraste entre la violencia y el respeto, el orden y la desorganización, la corrupción y la honradez son capaces de ofrecer posibilidades infinitas de crecimiento y crear nuevos escenarios de oportunidad. “Las mejores ideas de transformación de la ciudad vendrán de los lugares de mayor marginalidad” (CRUZ, 2011). Así el problema deja de existir, y la situación actual el nuestro país deja de ser vista como una tragedia, para convertirse en un momento de replantear los aspectos negativos de nuestra sociedad. Nos ofrece la oportunidad de volver a pensar y volver a definir la manera en la que queremos vivir, para así poder actuar y convertirla en una realidad.
Para ejemplificar las palabras de Emiliano Salinas y Teddy Cruz tomare el ejemplo de una sociedad que vio como su país se iba consumiendo en manos de la violencia y la corrupción, que vivió situaciones que los obligó abrir los ojos, a enfrentar la realidad en la que se veían inmersos, a trasformar los problemas en oportunidades.
Colombia, es una nación que durante muchos años jugó un papel primordial en el mundo del narcotráfico, lo que ocasiono que dicha “industria” se apoderará del país. El narco tomo todo el poder, y poco a poco, la política, la economía y el resto de los sectores que conforman una sociedad pasaron a depender directamente de él. Como consecuencia Colombia se convirtió en una nación destruida, dividida por la violencia y la corrupción. En una sociedad que había perdido su libertad, la cual no respetaba la dignidad del ser humano y vivía inmersa en el miedo y la inseguridad. La descripción de Colombia era una imagen desalentadora, la cual es muy similar a la que hoy en día vivimos todos en México.
Sin embargo fue dentro de esa situación que comenzaron a nacer líderes dentro del sector social, personas que se dieron cuenta que su país, en efecto, se encontraba enfermo, y si continuaban como espectadores iba morir. Era necesario formar una democracia representativa, con una sociedad civil fuerte involucrada en la deliberación pública. Necesitaban líderes libres de los compromisos políticos, capaces de tomar decisiones de tuvieran como único fin el beneficio del pueblo y no de particulares.
“La ciudadanía es un motor de cambio en toda sociedad… para la evolución de toda nación, ésta debe contar con capital natural y capital construido, posteriormente se agrega el capital social y capital humano, identificando como elemento fundamental la condición de sus habitantes y el comportamiento cívico de los mismos… el conjunto de valores morales por los que una nación apuesta son imprescindibles para su desarrollo. Es básico para el crecimiento que los ciudadanos exijan justicia y se propongan planes de vida basados en la felicidad” (CORTINA, 2008)
En el 2004, Sergio Fajardo es nombrado alcalde de la ciudad de Medellín en Colombia. Una ciudad que durante los años 90´s fue nombrada como una de las peores ciudades para vivir en el mundo, una ciudad acostumbrada a vivir en conjunto con la violencia, la corrupción y la desigualdad social generada por el narcotráfico. Fajardo llega al poder como un ciudadano ansioso por generar un cambio, por hacer realidad todos los “debería de ser así” pero que no sucedían. Buscaba luchar por devolverle la ilusión a la gente por medio de confianza y oportunidades para lograr, como él mismo lo describe, pasar “del miedo a la esperanza”
Su gobierno se baso en abrir nuevas puertas de posibilidades a los ciudadanos, al mismo tiempo que se reducía el ingreso de la juventud hacia la corrupción. De esta manera se buscaba terminar con la violencia e inmediatamente llegar con las intervenciones sociales. La educación fue la base del plan, al que se le llamó “Medellín, la más educada”, la cual buscaba devolverle a la sociedad su dignidad como ciudadanos destruyendo la desigualdad que impedía el progreso en el país. El utilizar la educación como “motor de la trasformación social” (FAJARDO, 2009), generaba una rehabilitación principalmente en la juventud, permitiendo formar mentes nuevas dentro de una sociedad de valores, rompiendo así el circulo vicioso que corrompía la ciudadanía.
La transformación de los espacios por medio de la arquitectura fue el elemento complementario que ayudo a formar una nueva sociedad llena de esperanza. Al vivir dentro de un ambiente de violencia se provocó la ruptura de “los vínculos de la ciudadanía” (FAJARDO, 2009) aislando a los ciudadanos en distintos grupos, haciéndonos así, ajenos unos de los otros. El espacio público se convierte en el elemento conector que vuelve a reunir a todos como ciudadanos, devolviendo a la sociedad la unidad para trabajar juntos. De manera que donde antes había una sociedad encerrada por el miedo ahora se vuelve a encontrar. Estas nuevas bibliotecas, escuelas, jardines botánicos, centros de salud y parques científicos fueron construidos con la mejor calidad y diseño en los barrios más pobres de Medellín, provocando el crecimiento de cultura, del nivel de educación y del capital social.
“Creamos unos espacios que nunca se había soñado en el barrio más humilde de la ciudad y ese es el “cambio de piel”, donde estaba la destrucción aparecen los nuevos símbolos. La arquitectura juega un papel estético en el sentido de que “lo más bello para los más humildes” un mensaje contra la desigualdad, un mensaje de esperanza. Unos nuevos espacios, y todos los espacios que estaban construidos están asociados con el conocimiento en una de sus formas. La educación tenía un sentido más amplio, y es ahí donde están las oportunidades”. (FAJARDO, 2009)
Como Fajardo, aparecen también líderes como Antanas Mockus y Enrique Peñalosa en la esfera política de Colombia, con distintas propuestas pero con el mismo fin. Estos dos hombres se convirtieron en alcaldes de Bogotá en los periodos de 1995-1997, 2000-2004 y 1998-2000 respectivamente. Durante sus administraciones propusieron proyectos tales como: El plan zanahoria, el sistema de bus rápido Transmilenio, la mejora en la infraestructura de los barrios marginales de Bogotá, extensas rutas de ciclovías, entre muchos otros proyectos; e implementaron novedosas metodologías como disfraces de superhéroes y canciones de rap. La educación y los espacios públicos continuaron siendo la base de la transformación buscando la concientización de la sociedad. “Cambiar la moralidad y educar al pueblo es lo que cambiará nuestra sociedad”. (MOKUS, 2009)
Sergio Fajardo, Antanas Mockus y Enrique Peñalosa ahora pertenecen a un mismo partido político, el partido verde, y comparten los mismos ideales para trasformar su país. Por más de 3 décadas, la trasparencia, la educación y la recuperación del espacio público se han convertido en los puntos vitales para la recuperación de Colombia. No obstante, en la actualidad continúa con problemas de corrupción y violencia. Sin embargo a través de los últimos años la sociedad colombiana se ha ido concientizando en la necesidad de formar una comunidad activa, capaz de generan una “democracia radical” (CORTINA, 2008) y unirse para recuperar su país.

CONCLUSIÓN
Así como en Colombia debemos los mexicanos cambiar nuestra reacción hacia la situación que estamos viviendo. Debemos concientizarnos y darnos cuenta que en nosotros esta la solución para cambiar nuestro presente y nuestro futuro. La apatía, la indiferencia, el miedo y el coraje se deben trasformar en una acción ciudadana comprometida con su país. Emiliano Salinas hace referencia a la frase de Mahatma Gandhi “debes ser el cambio que quieres ver en el mundo”. Salinas pide “a los hombres y mujeres mexicanos, que amen a México, que estén dispuestos a tomar acción y trasformar su sociedad. México también necesita salir del miedo y recuperar su libertad, necesitamos crear nuevos espacios públicos y recuperar los que ya existen para volver a encontrarnos como sociedad.
Hoy los mexicanos debemos de volvemos a plantear la manera en la que vivimos, para re-pensar y re-definir nuestras colonias, nuestras ciudades y nuestro país. Hoy hacemos “un llamado a todos los verdaderos mexicanos para que todas las cosas que amamos de México, todas las cosas que significa ser mexicano no desaparezcan” (SALINAS, 2010). Hoy debemos de buscar el líder que tenemos dentro, para en cada cosa que hagamos y cada actividad que realicemos tengamos el fututo de nuestro país en mente.

BIBLIOGRAFÍA
1. FAJARDO, Sergio (2009, febrero) “Medellín, del miedo a la esperanza”. Conducida durante XXIV reunión anual de concejeros del Tecnológico de Monterey, campus Monterey N.L., México.
2. SALINAS, Emiliano (2010, noviembre) “Se buscan Ghandis”. Conducida por TEDx, San Miguel de Allende, Guanajuato, México.
3. Upfront films (Productor) The Danish Film Institute and Dr. (Productor), Sundance Channel and NHK (Co-productor). DALSGAARD Andreas M. (2009) Bogotá Change, Dinamarca.
4. CORTINA Adela, “Ciudadanía: verdadera levadura de la transformación social”, en Nora Guzmán (comp.), Sociedad, desarrollo y ciudadanía en México, (2008) México, LIMUSA/Tecnológico de Monterrey.
5. CRUZ, Teddy (2011, marzo) “Radicalizando el proceso. El urbanismo del conflicto”. Conducida durante el 12° Congreso Internacional de Arquitectura y Diseño Arquine, D.F. México.

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