martes, 3 de mayo de 2011

Progreso Detenido por Litigio

Arturo Santos 1133838
Ensayo Final
3 de mayo de 2011
Ética, persona y sociedad
Progreso Detenido por Litigio
I. Abstract
Por algún motivo, se ha vuelto común que grandes obras de infraestructura se vean detenidas, e incluso clausuradas. La mayoría de las veces, porque un grupo de unos cuantos vecinos y colonos se coluden para hacer todo lo posible con tal de que se detengan estas obras. Si bien, hay ocasiones en las que se ven directamente afectados, parecen renuentes a aceptar algún tipo de compensación o remuneración, y se esfuerzan por detener el progreso de la ciudad. Desde el punto de vista utilitarista, lo que es correcto es lo que traiga el mayor bien, para el mayor número de personas, cosa que en este caso queda evidentemente olvidada, ya que se la felicidad y comodidad de muchos pasa a segundo plano, por el capricho de unos cuantos. Queda claro que estas obras no siempre son de lo mejor planeadas ni ejecutadas, pero creo que el diálogo, la planeación y la capacidad de llegar a acuerdos, sería suficiente para resolver este grave problema.
II. Contenido
Todos conocemos, y vivimos a diario, el insoportable tráfico, que desde hace algunos años, se ha convertido en algo cotidiano en la ciudad de Guadalajara. Si bien hay soluciones importantísimas como mejorar el transporte público, para que más personas lo utilicen, y promover el uso de cicliovías, inversiones en el mejoramiento de vialidades e infraestructura también son elementales.
Por desgracia, Guadalajara pareciera ser una ciudad muy mal planeada. Continúa expandiéndose, sobre todo hacia el sur, de manera que las distancias son cada vez más largas, por lo que hay ocasiones en las que viajar de un punto a otro en bicicleta resultaría en algo parecido a un triatlón.
Es por eso que la modernización de vialidades es urgente, y si bien han existido bastante propuestas e ideas para mejorarlas y, por lo menos en teoría, disminuir el tráfico, estas se ven constantemente detenidas o rechazadas por las quejas de unos cuantos vecinos o colonos, que parecieran esforzarse por detener el progreso, con tal de que las calles a las que están acostumbrados no se vean alteradas.
Para este ensayo me gustaría concentrarme específicamente en dos obras que se encuentran detenidas actualmente. Una porque me afecta a mí personalmente, día tras día, y la segunda porque creo que de no resolverse urgentemente, nos afectará a todos como ciudad. Me refiero al retorno elevado de Periférico y Tutelar, y a la Villa Panamericana, respectivamente.
Un ejemplo muy claro es la obra que se encuentra detenida por litigio en el cruce de Periférico y Tutelar, donde un retorno elevado ha sido detenido debido a las quejas de vecinos y ejidatarios. Actualmente, las bases que se utilizarían para soportar el retorno, se encuentran inconclusas a medio Periférico, ocasionando caos vial y accidentes. Para disminuir los accidentes, durante el transcurso del litigio, la Dirección de Mantenimiento de Pavimentos se vio en la necesidad de realizar obras de mantenimiento y de señalamiento preventivo, e incluso para esto, tuvo que haber consentimiento de los mencionados vecinos y ejidatarios, algo verdaderamente ridículo. (zapopan.gob.mx)
El segundo caso, el cual es un poco más reciente, es la Villa Panamericana, cuya construcción acaba de ser detenida por orden de un juez. Dicha orden fue emitida tras un juicio que presentó, una vez más, un grupo de vecinos de Rancho Contento. Al parecer, los vecinos se quejan de que la cantidad de viviendas que se están construyendo en el inmueble, supera la cantidad permitida por hectárea. El Gobernador del Estado, Emilio González, ha expresado su consternación por el problema y ha dejado claro que no existe un plan B para alojar a los atletas, o para cumplir con los fines para la cual la Villa está destinada, y que sin Villa, lo más probable es que no haya Juegos. Sin embargo, la orden del juez de mantiene, y no sólo se ha ordenado detener la obra, sino que está en peligro de ser clausurada. (proyectodiez.com.mx)
Es aquí cuando yo me pregunto, ¿qué ganan estos “vecinos”? ¿En qué momento, o qué los hace creer, que sus intereses individuales son más valiosos que los de toda una ciudad, y en este caso todo un continente?
Para justificar una posición en este dilema, primero debemos entender qué lo hace un problema ético, y porque se trata de un problema que va más allá de juntas y asambleas de colonos, de dictámenes de jueces, y de los intereses de unos cuantos. Esto implica un problema ético porque un grupo de pseudoactivistas, deciden promover sus intereses, los cuales son infinitamente más pequeños e incluso podríamos decir insignificantes, a comparación del interés de una ciudad entera. No sé si lo hagan por llamar la atención, o porque no tienen nada que hacer, o si haya algún interés económico de por medio, pero el punto en cuestión es que su egoísmo afecta, no a cientos ni a miles, sino a millones de ciudadanos. Es por eso que debemos acordar el tema desde un punto de vista ético, para dejar en claro, en este caso, el porque ellos están éticamente mal.
Para hacer lo anterior, me gustaría hacerlo, como lo he hecho en la mayoría de los ensayos pasados, tomando como base de mis para mis argumentos el utilitarismo.
Comencemos con un breve resumen de lo que es el utilitarismo. “El utilitarismo clásico, la teoría de Bentham y Mill, puede resumirse en tres proposiciones: primera, las acciones se juzgan como correctas o incorrectas solamente en virtud de sus consecuencias. No importa nada más. Segunda, al evaluar las consecuencias, lo único que importa es la cantidad de felicidad o de infelicidad que se crea. Todo lo demás es irrelevante. Tercera, la felicidad de cada persona cuenta por igual. “ (Rachels, 2006, 165).
Si bien Rachels es muy claro en que la felicidad de cada persona tiene la misma importancia, también hace mucho énfasis en el tema de la cantidad de felicidad. Si en teoría lo que hacen estos grupos de vecinos, quiero creer, tiene un fin bueno, por lo menos para ellos. Es decir, por una u otra razón que yo en lo personal no alcanzo a comprender, el hecho de que estas obras estén detenidas o clausuradas, los hace hasta cierto punto felices.
Hasta aquí todo va bien, tomando en cuenta sólo el tercer punto que menciona Rachels de contar la felicidad de cada persona. El dilema ético comienza cuando nos remetimos al segundo punto, al de la cantidad. Es claro, evidente, obvio, en fin, no se como más llamarle, a que la cantidad de personas afectadas para mal, son muchas, pero muchísimas más que la cantidad de personas beneficiadas. Si bien unos cuantos colonos se verán de cierta manera beneficiados por el litigio de esas obras, parecieran no darse cuenta de cuanta gente se ve perjudicada.
En el primer caso, el de la obra detenida en Periférico, día tras día, miles de automovilistas, yo incluido, nos vemos afectados por el tráfico y caos que genera la reducción a dos carriles, a medio Periférico, porque no se pudo concretar una obra, y mientras dure el litigio, no estará ni terminada ni derrumbada, sino que así como se encuentra, a medias, sin terminar, estorbando. Generando accidentes, atentando contra la seguridad, causando retrasos, tráfico, caos, a miles, y diariamente.
El segundo, y tal vez el más grave, el de la Villa Panamericana. Una obra destinada a alojar a miles de atletas que vienen de todo el continente a una de las justas deportivas más importantes y trascendentes para México en los últimos años. Una de las obras que ¿iba? a ser de mayor importancia para este evento, y sin la cual, al parecer, el evento no podrá llevarse a cabo. Todo esto, una vez más, por los intereses egoístas de unos cuantos, dejando atrás la derrama económica que estos juegos traerían, y la buena imagen que podríamos dar de nuestra ciudad, para variar.
Tras analizarlo desde el punto de vista del utilitarismo, creo que queda más que claro que aquellos que luchan y demandan por estos litigios se encuentran equivocados. Ya que, si bien su felicidad, si es que podemos llamarla así, es igual de importante que la mía, o que la de Emilio González, por lo menos en este caso, la cantidad de felicidad que trae estas obras detenidas es sólo para unos cuantos, y los afectados para mal, somos muchos.
Es por eso, que en lo personal, repruebo en su totalidad estos actos. En parte porque esto me afecta diariamente, ya que Periférico y Tutelar forman parte de mi ruta diaria hacia la universidad, pero tengamos en cuenta que un juicio ético debe hacerse imparcialmente, por lo que debo concentrarme y argumentar con base en la teoría utilitarista para soportar mi posición.
Por lo menos a mí, me queda más que claro que la felicidad o el bien que traen estos litigios son sólo para unos cuantos, y que son muchos más los que parecieran quedar en el olvido, o sin tomar en cuenta para estas decisiones que, una vez mas, desde mi muy personal punto de vista, me parecen trágicas.
También me queda claro siempre ha habido, siempre hay y siempre va a haber ciertos puntos en los cuales estos vecinos tengan razón. Estoy de acuerdo en que tal vez la Villa Panamericana no esté cumpliendo con ciertos estatutos, en que el retorno elevado en Periférico tal vez implicaría la tala de unos cuantos arbolitos, y que hay gente la cual se ve despojada de su propiedad cuando se construyen estas obras. También sé, como todo mundo lo sabe, que nuestros políticos siempre aprovechan estas obras para su propio beneficio, y hacerse de unos cuantos millones a costas de la construcción de este tipo de obras. Debo reconocer que así como defiendo que se construyan y que no se detengan, también hay argumentos para defender su clausura, derrumbe, o como quieran llamarle. Sin embargo, para los propósitos de este ensayo, desde el punto de vista de lo que entiendo por utilitarismo, y en mi opinión personal, lo que hacen estos vecinos, los jueces que los apoyan, están cometiendo un error.
III. Conclusiones
Con discusiones y pleitos dignos de un niño de cuarto año de primaria no se va a llegar a ningún lado. Aceptemos que la culpa no la tienen sólo los vecinos, también parte de la responsabilidad es de quienes construyen estas obras, y de quienes las aprueban, sin antes cerciorarse de que todo esté en orden. Es por eso, que una solución viable, en la cual todos, o por lo menos la mayor cantidad de personas posible se vean afectadas para bien, es la planeación, la anticipación, el diálogo constructivo, y la capacidad de llegar a acuerdos.
Si estas obras se planean con tiempo, se proponen de manera efectiva y clara, si se aseguran de cumplir con cada una de las normas, y de llegar a acuerdos y compensaciones con las personas que pudieran verse afectadas, antes de poner la primera piedra de la obra, nuestra ciudad sería, dentro de lo posible, un mejor lugar.

IV. Bibliografía
• Gobierno Municipal de Zapopan. Señalización preventiva en Periférico y Tutelar. [Online]. Zapopan Unido. Disponible: http://www.zapopan.gob.mx/seccion/senalizacion-preventiva-en-periferico-y-tutelar/ (29 de abr. 2011).
• Proyecto Diez. (3 de mayo de 2011) Villa Panamericana: Detienen obra o será clausurada. [Online]. Proyectodiez. Disponible: http://www.proyectodiez.com.mx/2011/05/03/villa-panamericana-detienen-obra-o-sera-clausurada/1054 (3 de mayo de 2011)
• Rachels, J.(2003).The elements of moral philosophy. McGrawHill, México.

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