lunes, 24 de noviembre de 2014



Algo para pocos

Poco a poco me he dado cuenta que el problema de nuestro país reside mucho en el egoísmo individual que presentamos, entre otras cosas. Al hablar del egoísmo individual me refiero a la ausencia o carencia de ayuda que nos brindamos entre nosotros. Problemas como pensar en nosotros mismos, quién tiene más poder adquisitivo, quién dispone de los mejores puestos laborales o incluso quién tiene mejor calidad de vida.  Simplemente sentirnos con la capacidad de juzgar quién merece lo que tiene y quién no. Eso no nos corresponde.  Tampoco creer que en una ciudad tan congestionada de automóviles tenemos preferencia de paso y adelantarnos una fila de 10 vehículos para meternos por las malas solo para llegar unos segundos antes.  Esto solo es un ejemplo de las cosas que hacemos como sociedad.  Una de las muchas cosas que nos aleja de convertirnos en un país ejemplo y vivir la paz que tanto anhelamos.
En esta temporada de bajas tan drásticas de temperatura  me di cuenta que pocas veces paso frio. Soy tan afortunada de tener un techo, chamarras  y bastantes cobijas con las cuales puedo resguardarme. Sin embargo no todas las personas pueden hacerlo, así que pensé: ¿En qué puedo ayudar yo?
Platicando con un amigo se nos ocurrió comprar una especie de tela para cobija en La Parisina. Realmente no simulaba un gasto considerable y creíamos que se podría sacar provecho de eso.
De esta manera emprendimos una larga jornada cortando los metros de tela en largos trozos rectangulares, con el afán de hacer bufandas que pudieran calentar un poco a las personas  que no tienen con que cubrirse. Al final de la semana repartimos por toda la ciudad las bufandas que salieron de los recortes, desde personas que viven con escasos recursos, limosneros, vagabundos y un hospicio. 
En resumen, creo que si empezamos a  abrir un poco los ojos y ver por los demás, con pequeños actos de solidaridad o ayuda entre nosotros podremos cambiar primero una comunidad, después la ciudad,  usando este modelo como ejemplo cambiar el país y con un movimiento tan fuerte llegar a cambiar el mundo.  Así como el egoísmo es individual, de nosotros mismos tiene que venir el cambio.

Nota: Consideramos más respetuoso no tomarle fotos a las personas así que no hay muchas fotos. Por otro lado, el hospicio ya había cerrado la hora de visita pero se las dejamos con el encargado, quien nos hizo saber que en estos tiempos los niños están muy necesitados; para los interesados se puede donar ropa, mantas o cualquier cosa porque lo que no usan, lo venden. Es poca ayuda para solo pocas personas, pero si cada uno hace algo poco a poco seremos una gran diferencia. 






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