Algo para pocos
Poco a poco me he dado cuenta que el problema de nuestro
país reside mucho en el egoísmo individual que presentamos, entre otras cosas.
Al hablar del egoísmo individual me refiero a la ausencia o carencia de ayuda
que nos brindamos entre nosotros. Problemas como pensar en nosotros mismos,
quién tiene más poder adquisitivo, quién dispone de los mejores puestos
laborales o incluso quién tiene mejor calidad de vida. Simplemente sentirnos con la capacidad de
juzgar quién merece lo que tiene y quién no. Eso no nos corresponde. Tampoco creer que en una ciudad tan
congestionada de automóviles tenemos preferencia de paso y adelantarnos una
fila de 10 vehículos para meternos por las malas solo para llegar unos segundos
antes. Esto solo es un ejemplo de las
cosas que hacemos como sociedad. Una de
las muchas cosas que nos aleja de convertirnos en un país ejemplo y vivir la
paz que tanto anhelamos.
En esta temporada de bajas tan drásticas de temperatura me di cuenta que pocas veces paso frio. Soy
tan afortunada de tener un techo, chamarras
y bastantes cobijas con las cuales puedo resguardarme. Sin embargo no
todas las personas pueden hacerlo, así que pensé: ¿En qué puedo ayudar yo?
Platicando con un amigo se nos ocurrió comprar una especie
de tela para cobija en La Parisina.
Realmente no simulaba un gasto considerable y creíamos que se podría sacar
provecho de eso.
De esta manera emprendimos una larga jornada cortando los
metros de tela en largos trozos rectangulares, con el afán de hacer bufandas
que pudieran calentar un poco a las personas
que no tienen con que cubrirse. Al final de la semana repartimos por
toda la ciudad las bufandas que salieron de los recortes, desde personas que
viven con escasos recursos, limosneros, vagabundos y un hospicio.
En resumen, creo que si empezamos a abrir un poco los ojos y ver por los demás,
con pequeños actos de solidaridad o ayuda entre nosotros podremos cambiar
primero una comunidad, después la ciudad,
usando este modelo como ejemplo cambiar el país y con un movimiento tan
fuerte llegar a cambiar el mundo. Así
como el egoísmo es individual, de nosotros mismos tiene que venir el cambio.
Nota: Consideramos más respetuoso no tomarle fotos a las personas así que no hay muchas fotos. Por otro lado, el hospicio ya había cerrado la hora de visita pero se las dejamos con el encargado, quien nos hizo saber que en estos tiempos los niños están muy necesitados; para los interesados se puede donar ropa, mantas o cualquier cosa porque lo que no usan, lo venden. Es poca ayuda para solo pocas personas, pero si cada uno hace algo poco a poco seremos una gran diferencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario