TELEVISIÓN PARA JODIDOS por Alam Gómez Canales
“Nosotros estamos en el
negocio del entretenimiento y de la información, y podemos educar, pero
fundamentalmente entretener. México es un país de una clase modesta muy jodida,
que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación llevar
diversión a esa gente y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil.”
- Azcarraga, E. (1993).
Introducción
En México existe un gran problema que no
podemos ignorar y es la Televisión abierta, esta es el medio de difusión mas
grande del país, la mayoría de la información, entretenimiento y cultura que tenemos
provienen de este medio, la gente quiere estar informada y para muchos, la
televisión es el único medio, el problema reside en que el medio esta
semi-monopolizado, en México solo existen 2 Televisoras abiertas que transmitan
a nivel nacional, Televisa y Tv Azteca, por lo tanto no queda mucho de donde
escoger. Nadie se quejaría, si los contenidos fueran de propositivos,
vanguardistas y de buena calidad, pero la realidad es otra, cada vez vemos más
programas basura, con guiones mediocres y repetitivos, además de pésimas actuaciones,
que resultan creando en la sociedad un estancamiento intelectual, esto tiene
varios problemas éticos que desarrollare a continuación. Además por esta
situación estas empresas se vuelven poderosas y tienen en sus manos la decisión
de que es lo que el pueblo tiene que pensar, como tiene que actuar, en que
tiene que creer y por quien tiene que votar.
Desarrollo
¿Pero porqué solo el hecho de ser un monopolio es tan
malo? Cortina, A. (2002) en “Por una ética del consumo” plantea la definición
de consumidor soberano en una sociedad de consumo como la nuestra, como aquel
que toma la decisión de lo que consume de manera racional y perfectamente
informado de las alternativas y consecuencias de decisión de consumo, por lo
que debe de haber una libre competencia para que exista una elección verdadera
de un producto sobre otro. Cuando se crea un monopolio del producto el consumidor
soberano deja de existir, porque no tiene de donde escoger y como consumidor
tiene la necesidad de satisfacer esta área, por lo que se ve obligado a votar
por la única opción.
Claramente en México no existe un
consumidor soberano en muchas áreas, pero hablando específicamente de la
televisión, E. Azcárraga dijo en 1993 que el consumidor en realidad si tiene
opciones, puede escoger entre prender el televisor y entre no hacerlo, por lo
tanto están en toda su libertad, pero este arrogante argumento que en principio
puede parecer para a algunos fuerte, carece de sentido, haciendo una analogía,
es como si toda la comida que nos ofreciera el mercado estuviera caduca y nos
dieran la opción de entre comer eso y no comer, sabemos que si no comemos
podemos morir de inanición pero si lo comemos podemos morir de una enfermedad,
ambas opciones son malas y atentan contra el articulo 25 de la declaración
universal de los derechos humanos que habla sobre el derecho a un nivel de vida
adecuado incluyendo alimentación y salud; otra analogía puede encontrarse en
las elecciones presidenciales de un país hipotético en el cual el gobierno se
escude bajo el argumento de que son democracia porque el pueblo puede votar libremente
por su presidente, pero que en realidad solo exista un único partido con un
único candidato o que las únicas opciones posibles sean de este mismo partido o
con las mismas propuestas e ideología, la gente se vería en la forzada
obligación de votar por alguien con el que no están de acuerdo o en dado caso
anular su voto, pero esto violaría el articulo 21 de los derechos humanos que
habla sobre el voto y los representantes
libremente escogidos. En este caso las opciones del televidente serían o ver mal
contenido que lo desinforme, que le haga creer en una falsa realidad y enajene
su mente con contenido que requiera nulos procesos racionales o aburrirse,
desconectarse del mundo, abandonar su parte en la vida cultural de la comunidad
y no disfrutar de las artes, que de cierta forma vendría violando los derechos
humanos en el articulo 27 que dice que toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la
comunidad, a gozar de las artes…
Si bien es cierto que existen otras
opciones como los teatros, los libros, conciertos, museos o incluso el
internet, pero ninguno es de tan fácil acceso, tan constante, ni tan para un
público general como la televisión y es inútil ignorar la importancia de esta
como medio de difusión cultural; de acuerdo a encuestas de CONACULTA en 2010 el
90% de la población ve la televisión y de estos el 75% ve 2 horas o mas de
televisión diaria y lo mas visto son los noticieros (23%) y telenovelas (21%). Y
un 32% no usa internet.
Por lo tanto es importante que exista
una plena libertad de competencia televisiva, para que exista diversidad de
opciones de “acceso gratuito”, porque como dije antes, ésta es la televisión
que tiene mayor injerencia en el pueblo, ya que las otras no son de tan fácil
acceso. También una solución sería que aunque siendo monopolio, ofrezca
contenido de buena calidad, pero esto está muy alejado de la realidad, puesto
que cuando las opciones son pocas y casi no hay competencia, la calidad en la
mayoría de las ocasiones, a falta de un buen referente a superar tiende a bajar
la calidad porque no se ve en la necesidad de perfeccionarse, como un atleta
que no tiene competencia pero igual en la meta le darán su medalla y ponerle a
de competencia a alguien con solo una pierna tampoco es una opción.
Dejando claro el punto, es preferible
para la satisfacción y el bienestar de los ciudadanos un modelo en el que
exista un consumidor soberano a uno de una dictadura del productor. Porque
cuando el consumidor no tiene más opciones y se ve obligado por sus necesidades
a consumir lo único que tiene al alcance, se viola su autonomía y libertad.
Pero ya dejando de existir el monopolio,
¿en realidad las televisoras tienen la responsabilidad moral de ofrecer
contenido de calidad?. Si bien ya hemos visto por la experiencia, teniendo en
cuanta que existe TV Azteca, que un duopolio tampoco es garantía de que la
calidad mejore, entonces como podemos reprender a las difusoras con argumentos
éticos de que no es correcto dar contenido mediocre. Podemos refugiarnos bajo
el imperativo categórico de Kant que como se cita en Rachels, J. (2007). dice “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al
mismo tiempo que se torne ley universal” (p.192).
Por lo tanto no sería moral
ofrecer un producto del cual estas consiente de sus deficiencias y que tú mismo
no estarías dispuesto a consumir.
Entonces la forma correcta de ofrecer algo bajo este principio tendría que
seguir un proceso de reflexión en el que analices si tú como individuo estás
dispuesto a consumirlo y también si estás dispuesto a aceptar que tus amigos o
familia lo hagan, si después de la reflexión tu producto es aprobado entonces
lo puedes ofrecer a toda la sociedad, pero si no estas dispuesto a consumirlo
tu y los tuyos, entonces para nada deberías exponerlo al mercado, porque además
el imperativo categórico es universal y requiere poner a todo individuo en el
mismo nivel de dignidad ya sean ricos, pobres o clase media.
También podemos verlo desde un punto de
vista utilitarista, en el que se aprueba o desaprueba cualquier acción, según
la tendencia que tenga para aumentar o disminuir la felicidad de las partes de
cuyo interés se trata (Rachels,
2007, p. 148). Por lo tanto cualquier acción es mejor si produce mayor
bienestar frente otra y se debe velar por el mayor bien común como se este en
las manos de cada quien. Y la Televisión como uno de los medios de comunicación
más importantes y de mayor repercusión en el país, tiene intrínsecamente una
muy alta responsabilidad, puesto que mucha de la información que aquí se dice
es la que la mayoría de el pueblo va a aceptar y las cosas que te van a vender
son las que la gente va a comprar. Entonces es lógico deducir que al tener un
importante papel como vehículos de información entre la sociedad y el Estado,
la responsabilidad social de lograr una buena calidad de vida mediática se
vuelve también de gran importancia y para lograr esto los esfuerzos para
generar contenido adecuado, deberían de aumentar, según Villanueva. E (2000). “el sentido teleológico de
los medios electrónicos debe consistir en un servicio público dirigido a
enriquecer la calidad de vida mediática de todos, brindar información de
interés público con veracidad e imparcialidad, y ofrecer variedad de programas
de cultura, educación y entretenimiento susceptibles de interesar a la sociedad
en su conjunto regidos por normas éticas”(p.10).
Pero nos encontramos con que
Televisano solo no genera buen contenido, si no que al aprecer no lo hace de
forma voluntaria, pareciera que tiene un punto de vista egocentrico que se
define como aquel que “No
considera los intereses de otros o considera que son distintos a los de él… Las
acciones se consideran físicamente más que en términos de los intereses
psicológicos de los demás”
(Pérez,
1996, pp.77-78.) y esto los ubica inmediatamente en el primer
nivel y más bajo de desarrollo moral de Kohlberg que divide a los
tipos de razonamiento en niveles dependiendo de la calidad de juicio moral de
cada quien. Se encuentran aquí porque todos los demás niveles
consideran los intereses del prójimo y generan una empatía con ellos, por lo
tanto para poder considerar que exista un juicio Moral de nivel II, debe existir una necesidad de aceptación social,
tener buenos motivos y mostrar interés por los demás en relación de respeto,
pero al parecer las televisoras obstinadamente se quedan en el primer nivel, no tienen buenos motivos y
no son imparcial en su preocupación por el prójimo ni en la utilidad general y
por eso no pueden subir al segundo ni al tercer nivel de juicio moral.
Por lo tanto una de las soluciones a
esta problemática es eliminar el duopolio y que el gobierno haga mas concesiones
para televisión abierta que transmita a nivel nacional, para que pueda existir
una sana competencia y por lo tanto un mayor estado de calidad, la otra
solución para lograr contenido adecuado para la población es de tener reglas
adecuadas a las cuales poder apegarse, todas escritas en un código deontológico
el cual deberá cumplirse estrictamente, Según Muchos países Villanueva, muchos países de primer mundo y otros tienen códigos de regulación de
contenido para las televisoras pero desgraciadamente en México no existe uno
como tal. Mejia, F.(2014) Menciona que televisa tiene un código de ética en el
que nos dice que su misión es “satisfacer las
necesidades de entretenimiento e información de nuestras audiencias, cumpliendo
a la vez con nuestras exigencias de rentabilidad a través de los más altos
estándares mundiales de calidad, creatividad y responsabilidad social” pero
jamás especifica sus compromisos en materia de contenidos. Por su parte Azteca
si tiene un código que referencia a sus contenidos, pero no los cumple y para que un código ético tenga valor o
significado, debe cumplirse.
Reflexión final
La televisión en México se encuentra
bajo serios problemas éticos que deben de ser solucionados con el propósito de
ayudar a la sociedad, mientras no se haga nada al respecto, le pueblo va a
seguir sumergido en la desinformación y seguirá experimentando un retroceso
intelectual, tal vez no se logre que las televisoras actuales comiencen a
seguir códigos éticos, pero el abrir muchas mas concesiones de televisión
abierta nacional es algo que imperativamente se debe de hacer.
Referencias
Básicas
è
Cortina, A. (2002). Por una Ética del Consumo.
La ciudadanía del consumidor en un mundo global (1ra Ed). España: Santillana.
è Pérez,
C. (1996). Las normas en el curriculum escolar. Editorial EOS, Madrid.
è Rachels,
J., & Millán, G. (2007). Introducción a la filosofía moral. México,
D.F.: Fondo de Cultura Económica.
è Villanueva, E. (2000). Ética
de la radio y la televisión: reglas para una calidad
de vida mediática (1ra Ed). Universidad Iberoamericana.
è CONACULTA (2010). Encuesta
Nacional de Prácticas y Consumo Culturales
Complementarias
è
Monsivais, C. (2000). Lo entretenido y lo aburrido (La televisión y
las tablas de la ley). Asociacion Centro de Estudios y Cooperacion Para America Latina.
è
Mejía,
F. (2014). La ética en Televisa y Azteca 2014. Milenio
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