Instituto Tecnológico de Monterrey
José Carlos Becerra Macías
A01227402
Ética, Persona y Sociedad
Grupo 13
¿El derecho a la salud es para todos?
Resumen
Este ensayo tiene como
objetivo analizar cómo el derecho a la salud, a pesar de todos los esfuerzos que
se han venido haciendo durante años, por la ONU y la OMS, aún existen sectores
de la sociedad que no tienen acceso a ella, ya sea por discriminación o por
pobreza. Se mostrara un contraste de las situaciones y problemas éticos que se
viven en la actualidad, como las diferencias entre la salud pública y privada,
partiendo principalmente de las teorías éticas expuestas en el libro de James
Rachels “Introducción a la Filosofía” (2007). Finalmente el ensayo propone una
forma en que la salud puede ser vista como un fin común que lleve a un
progreso, fomentando la participación ciudadana y el cumplimiento del Estado
con su contrato social.
Palabras
claves: Derecho a la Salud, ética, progreso, participación, contrato social,
discriminación, salud pública y privada
Salud para todos
“La medicina debe ser para el servicio de todos los
seres humanos de una comunidad y de todas las comunidades humanas, y no
solamente para los que pueden tener acceso a ella, por sus conocimientos, su
posición económica, geográfica, política, social, religiosa, racial o ideológica”
(Abad, 2007,p. 1).
Estamos convencidos de que este principio se debe transformar en acción y que
es un imperativo categórico que todo médico, trabajador de la salud y ciudadano
debería seguir, pero, ¿por qué no está
sucediendo?, no es por la falta de conocimiento lo que impide que todos los
habitantes reciban los mismo servicios
de salud, sino como también lo menciona Abad (2007) “los factores de
dependencia económica, de ignorancia y las grandes diferencias en la
productividad de los distintos grupos humanos lo que condiciona,
primordialmente, las diferencias en los servicios de salud que reciben”. A
pesar de que este problema ha sido reconocido por todos los gobiernos de
diversos países que durante los últimos años se han unido a la Organización
Mundial de la Salud (OMS), este derecho, en la práctica, se aplica de manera
deficiente para la mayoría de seres humanos, donde el principal responsable es
el Estado al no cumplir su contrato social con sus habitantes.
Con base en las consideraciones anteriores, se infiere
que el Estado tiene la responsabilidad de generar las condiciones necesarias para que
todos los habitantes vivan sanamente, garantizando servicios de salud,
alimentos nutritivos y condiciones de vivienda y trabajo saludables y seguros
que mejoren la vida digna de sus ciudadanos. En este orden de ideas Rachels
(2007, p. 224) sostiene que “El Estado existe para hacer que se cumplan las
reglas más importantes indispensables para la convivencia social…”. No
obstante, el Estado no ha cumplido completamente con su responsabilidad en la
distribución del derecho a la salud por gastar ineficientemente y por la
insuficiencia de recursos. A causa de esto, la posibilidad de tener una vida
saludable y digna, se ven afectadas por las inequidades que sufren los
habitantes al no respetarse su derecho a la salud, ni contar con la
disponibilidad de suficientes servicios públicos o medidas que protejan de
terceros que interfieran por fines propios con la accesibilidad de este
derecho.
Entre las circunstancias que motivan esta desigualdad
se encuentra el tener un sistema doble, el público que está abierto para todos
y el privado, al que solo tiene acceso las personas que tienen dinero para
pagar por el servicio y que cuenta con los mejores recursos materiales y
humanos de salud. Esto provoca que los ciudadanos que pueden pagar por el
servicio privado tengan mayor influencia y se descuide el sector público. Sin
embargo el problema no termina en este sistema doble, ya que gran parte de la
población aún no tiene acceso a ninguno de ellos.
De acuerdo con estimaciones de los especialistas, en
materia de atención médica, menos del 40% de la población cuenta con alguna
atención médica proporcionada por la seguridad social. Un 2% es atendido por el
sector privado y el resto, 58% por instituciones que atienden al sector más
pobre de la población a través de una cuota de recuperación o de forma
gratuita. (Fuentes, 2010, p. 5). A causa de esto, los problemas de salud
afectan más a sectores marginados y vulnerables de la sociedad, donde
ciudadanos de bajos recursos que no pertenecen a un seguro público o privado,
se hacen aún más pobres porque no pueden enfrentar los problemas de salud y no
solo porque lo tienen que pagar, sino porque dejan de trabajar y se hacen menos
productivos. De acuerdo con cifras y datos de la OMS (2013) “150 millones de
personas en todo el mundo se encuentran cada año en una situación financiera
catastrófica y 100 millones de personas se ven abocadas a vivir por debajo del
umbral de la pobreza debido a sus gastos sanitarios”.
En relación con el acceso de distintos sectores
sociales a los servicios de la salud, su representación más obvia es la diferencia
que existe entre ellos, donde algunos médicos y trabajadores de la salud han
contribuido en incrementar. Un ejemplo de ello, que por largo tiempo ocurrió y
que aún se presenta, es la forma en la que se trata a los pacientes en ciertos
hospitales, donde es común ver que un médico se refiera a ellos con el nombre
de “el de la cama 8”, al cual no le dicen su situación de salud, por qué le
quitan sangre, qué medicinas le están dando o incluso ni se le atiende; en
cambio, en lo privado, al paciente se le saluda de mano, se le llama por su
nombre y se le da una atención digna. En base al ejemplo antes mencionado, se
podría decir que se está cumpliendo con el paciente al curarlo o al mantenerlo
con vida, a pesar de no tratarlo igual que como se trata a un paciente en lo
privado. Sin embargo, no solo se debe aumentar las vidas salvadas, también se
debe aumentar su calidad, donde todos los establecimientos, servicios y
trabajadores de las salud, deben respetar y dar una atención medica digna y
justa a los pacientes acorde a sus necesidades
y no a sus recursos.
Éste es uno de los mayores problemas de inequidad de
los servicios de salud en distintos sectores sociales, donde ya no solo es el
Estado quien no está tomando su responsabilidad, también los médicos y
trabajadores para la salud han dejado de hacerlo al dar un mejor servicio a
personas que tiene recursos (Pérez, 2005).Violando uno de los principios
básicos tomados por la AMA (Asociación Médica Americana) y la OMS (Organización
Mundial de la Salud) donde se estipula que “el médico estará dedicado a
proporcionar servicios médicos competentes con compasión y respeto por la
dignidad humana”.
El derecho a la salud no se debe interpretar de forma
separada, ya que conlleva otros derechos, en especial el de igualdad, por ello,
todas las personas, y no solamente para las que pueden acceder a los servicios
de salud por sus conocimientos, su posición económica, ideologías, política
y religión, tiene derecho a la atención
médica sin distinción, respetando la dignidad e igualdad humana del paciente.
Al mismo tiempo, “… los seres humanos tienen un valor intrínseco, es decir,
dignidad” (Rachels, 2007, p. 211), esto quiere decir que ninguna persona es más
valiosa que otra, ni que ninguna distinción inventada por el humano aparte de
las ya mencionas podrá ser utilizada para denigrar o afectar la autonomía ni
los derechos de otro ser humano.
Sin embargo, la discriminación es un gran problema en
nuestra sociedad, no se puede tratar a un ciudadano de forma diferente a otro,
ni se le puede negar el derecho a la salud por parte de un médico o una
institución a menos que este trato esté justificado y apoyado por buenas
razones éticas. La Comisión de Conciliación y Arbitraje Médico expresa en La
Carta de Derechos de los Médicos, que “El médico tiene derecho a que se respete
su juicio clínico […], así como su probable decisión de declinar la atención de
algún paciente, siempre que tales aspectos se sustenten sobre bases éticas,
científicas y normativas”(2014). Con base en la ética de la virtud de
Aristóteles, por más imparcial que un médico quiera ser, siempre serán más
importantes sus seres queridos (amigos y familia) “No tratamos a nuestra familia y amigos como
trataríamos a desconocidos. Estamos ligados a ellos por el amor y el afecto, y
hacemos cosas por ellos que no haríamos por nadie más. […] es diferente de
nuestras relaciones con otros, y parte de la diferencia es que nuestros deberes
y responsabilidades son distintos.” (Rachels, 2007, p. 275), de acuerdo con
esto, mediante una buena razón ética, el medico podrá negar a otros pacientes
la atención médica y atender a su familia o algún problema, sin que falte a la
responsabilidad en su profesión, ya que a pesar de todo sigue siendo una
persona con una vida, con problemas y con familia al igual que la demás
personas.
Salud y economía
En base a la consideraciones anteriores, donde la
discriminación y la poca disponibilidad y accesibilidad a los servicios de
salud, han logrado que muchos sectores de nuestra sociedad no tengan acceso
ellos y es preciso mencionar, que no es solo por estos motivos que no se puede
ejercer este derecho de forma eficiente, sino por el mal uso que se le da al
dinero, ya que muchas organizaciones tienen objetivos propios y ven la salud
como un negocio. Por lo contrario, con un buen uso del dinero y el apoyo del
gobierno, se podría dar una vida más digna a los ciudadanos, ya que sin mejoras
en la salud, es difícil que los ciudadanos produzcan y que un país progrese. De
acuerdo con esto, “cuando tengamos que elegir entre diferentes acciones o
políticas sociales, debemos elegir aquella que tenga las mejores consecuencias
globales para todos los afectados” (Rachels, 2007, p. 148), tener acceso a la
salud en todos los sectores de la sociedad no solo traerá el bienestar general
de los ciudadanos, sino que también traerá bienestar al Estado, ya que
ciudadanos más sanos permite que sean
más productivos y que generen más riquezas, ayudando aumentar la calidad del
capital humano, del Estado y la salud. “Un
estudio de Fogel de 1994 concluye que 30% del crecimiento de la economía de
Inglaterra de los últimos 200 años puede ser atribuido a una mejor nutrición.
Un trabajo sobre la globalización, de la Universidad del sur de la Florida, concluye
que cada 10% en la esperanza de vida lleva en promedio a medio punto más de
crecimiento económico” (Serra & Elizondo, 2007, p. 154-155).
Se puede considerar antiético tratar a la población
como un medio para aumentar la economía de un país. Sin embargo, “los seres
humanos tienen “un valor intrínseco, es decir, dignidad”, porque son agentes
racionales: esto es, agentes libres, capaces de tomar sus propias decisiones,
establecer sus propias metas y guiar su conducta por la razón” (Rachels, 2007,
p. 206). El ser humano busca vivir una vida digna y plena, la cual le permita
un progreso. El gobierno tiene el mismo objetivo, “el progreso” y al compartir
la misma meta, el ciudadano deja de ser un medio con el cual se genere dinero. Por
ello, la mejor forma para que se llegue a una mejoría, es que el Estado cumpla
con su contrato social y proteja el derecho a la salud para que los intereses
de otras instituciones o personas no estén motivados por sus propios intereses
y fomenten situaciones en las que se discrimine o se llegue a ver la salud de
un paciente como un negocio
Conclusiones
El derecho a la salud debe ser un trabajo de todos,
donde el Estado se encargue de crear las condiciones necesarias para que todas
las personas tengan accesibilidad,
disponibilidad y calidad en los servicios de salud, reconociendo que la salud
no es solo el estar sano, sino un bienestar físico, mental y social, donde se
garanticen condiciones sanas de trabajo, de vivienda, nutrición, educación e
información. Con la intención de que todas las personas tengan la posibilidad
de recibir una atención sanitaria
oportuna, asequible y satisfactoria a sus necesidades y no a sus recursos.
Al mismo tiempo, se debe comprender que a pesar de que
los Derechos Humanos, en este caso el de salud, son reconocidos y garantizados
por el Estado, es responsabilidad del ciudadano respetarlos y fomentarlos,
haciendo un trabajo individual y comunitario, por ejemplo: el no discriminar a
los demás y reconocer la igualdad de oportunidades, tanto en la vida diaria
como en la profesional. Así, como no negar la salud por diferencias sociales ni
por intereses propios. Es necesario mencionar que no solo basta con fomentar en
la vida diaria el derecho a la salud, también se debe mantener y cuidar por
parte de cada persona, y sobre todo cuidar el medio ambiente, porque si
continuamos contaminándolo es un daño que hacemos al planeta y a nosotros
mismos. Finalizo reiterando que para garantizar una estabilidad a largo plazo
se necesita la participación de todos.
Referencias
Abad, H. (2007). Filosofía de la
salud pública. Salud Pública de México, Vol. (25), pp. 8-12. Recuperado
de UAEM www.redalyc.org/articulo.oa?id=12025203
Fuentes,
I. (2010). Salud Pública de México. Salud para los mexicanos. Vol. (41), 5-6. Recuperado
de UAEM www.redalyc.org/articulo.oa?id=57916060001
Pérez-Tamayo, Ruy. (2005). Ética médica, salud y
protección social. Salud Pública de
México, 47(3), 245-251. Retrieved September 10, 2014, from
http://www.scielosp.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0036-36342005000300009&lng=en&tlng=es.
10.1590/S0036-36342005000300009.
Mayer-Serra,
Carlos Elizondo. (2007). El derecho a la protección de la salud. Salud Pública
de México, 49(2), 144-155. Recuperado en 22 de octubre de 2014, de
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0036-36342007000200010&lng=es&tlng=es.
Rachels,
J., & Millán, G. (2007). Introducción a la filosofía moral. México, D.F.:
Fondo de Cultura Económica.
Referencias
complementarias
Comisión de Conciliación y Arbitraje Médico. (12 de noviembre
de 2014). Carta de Derechos de los Médicos. Recuperado de
salud.edomex.gob.mx/ccamem/cartamedico.htm
Organización Mundial de la Salud. (Noviembre 2013).
Derecho a la salud. Recuperado de who.int/mediacentre/factsheets/fs323/es/
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