viernes, 25 de febrero de 2011

Donde no hay ética, hay crisis

Jalil Spencer Sandoval A01134647

Todo comenzó a principios del 2008, Estados Unidos de América atraviesa una crisis hipotecaria la cual afecta en primer plano, directamente al sistema financiero estadounidense, creando fenómenos económicos tales como crisis de liquidez, que a su vez trajo consigo más fenómenos como crisis alimentarias, derrumbes bursátiles, inflación, aumento en el costo del petróleo, etc., y finalmente todo esto termina en una crisis económica internacional que aumenta el costo de la vida misma. Desde entonces a la fecha personajes importantes como gobernantes, líderes religiosos, empresas corporativas, funcionarios y economistas se han formulado una serie de cuestionamientos tales como: ¿Cómo fortalecer el bienestar económico y social?, ¿cómo mitigar los riesgos globales y afrontar las fallas sistemáticas?, ¿cómo asegurar la sustentabilidad?, ¿cómo aumentar la seguridad?, ¿cómo construir instituciones efectivas?, etc., pero nunca se ha creado un cuestionamiento que fuese primordial e indispensable en todas las economías mundiales tal como: ¿Cómo crear una economía ética?

En una asamblea realizada a finales de Enero del año en curso en Davos, un poblado en las montañas de Suiza, se ubicó un punto muy importante que quizás pudo haber sido el originario de la actual crisis que estamos viviendo: “déficit de confianza sobre los valores y la ética con que funciona el mundo de los negocios”, y esque es muy lamentable que en nuestro país la gente confié más en el accionar ético de las instituciones transnacionales que en las mismas instituciones locales. Ambición y codicia son los sentimientos que hoy en día mueven a las empresas de la sociedad, enfocadas únicamente en maximizar utilidades en el menor tiempo posible para así maximizar el valor de las acciones; a esto, un economista bengalí llamado Muhammad Yunus lo llama “avaricia” y afirma que esto es lo que ha destruido nuestro actual sistema financiero. Las prioridades económicas han cambiado, maximización de ganancias y crecimiento acelerado son ahora los fines económicos dice Yunus, “lejos de que esta prioridad fuese crear economías con la finalidad de mejorar la calidad de la vida de la gente”, el al ser creador del primer banco para pobres del mundo, nos habla de su ideología laboral la cual está basada principalmente en hacer bienes sociales y proveer el mayor beneficio posible para la humanidad.

No debemos olvidarnos que todos juntos formamos una misma sociedad y que si una parte de esta no funciona bien o deja de funcionar por completo, todo el sistema se verá afectado, y es por esto que urge la creación de sistemas que trabajen y se enfoquen en el bienestar colectivo de la sociedad haciendo a un lado la codicia y brindando más confianza hacia las personas; Pero no debemos olvidarnos que esto solo se podrá realizar si se hace de manera “colectiva”, es decir, que todos pongamos de nuestra parte tanto los que se encuentran arriba como los que se encuentran abajo.

Viéndolo desde un enfoque más individual es posible que también nosotros como personas podamos ayudar a acrecentar esta crisis o hacerla que disminuya, ¿cómo es esto?, hay muchas personas que conociendo sus ingresos limitados, se dan el lujo de adquirir productos que meramente no son necesarios y pueden ser de pura vanidad, por ejemplo, cambiar el celular por uno más nuevo, adquirir aparatos eléctricos, cambio de coche, etc., mil y una acciones que nos pueden incrementar las deudas a nuestro presupuesto; Por eso es que como individuos debemos de ser muy responsables en cuanto al uso que le damos a nuestro capital y de qué forma vamos a invertirlo, hacerlo en algo que tenga un valor concreto y no en “castillos en el aire” que después se desplomen, tal como lo dice Yunus.


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