jueves, 10 de febrero de 2011

Eutanasia por Erik Alejandro Chávez García

La Eutanasia, se considera como el acto de arrebatarle la vida a una persona que padece de una enfermedad mortal, en fase terminal avanzada, o que desafortunadamente se ha encontrado en un coma por varias semanas y que se encuentra prolongado indefinidamente, pues no se registran cambios en su actividad cerebral. Se dice que la eutanasia es un dilema ético, pues no se puede determinar si es una acción correcta o incorrecta

Analizando este dilema ético desde un punto de vista utilitarista, podemos afirmar que la eutanasia es correcta cuando la mayoría de los familiares del enfermo está de acuerdo en que se lleve a cabo, siendo también la decisión del enfermo, pues el utilitarismo se basa en causar la mayor felicidad a la mayor cantidad de personas, y si el caso del que hablamos es de una persona que ha sufrido años con alguna enfermedad y su deseo es ya terminar con su sufrimiento, y el deseo de sus familiares es el de apoyar a su familiar, o de que fallezca porque los mismos años que el enfermo se ha encontrado sufriendo son los mismos años que el familiar ha pasado traspasado, malvivido, ayudando y sirviendo a su familiar, a costa de lo que el enfermo necesite, pues se siente con la responsabilidad de hacerlo, y para ellos, su única felicidad probablemente sea, el ya no tener que vivir esclavizados. Además el enfermo tal vez lo prefiera así porque ya no se siente como una persona en sí, sino más como un estorbo

Ahora analizando este dilema ético desde el punto de vista eclesiástico, contraponiéndose al utilitarismo, la eutanasia no está permitida, pues para comenzar no produce la mayor felicidad a la mayor cantidad de personas, sólo se haría “feliz” a la persona que lo se le aplique la eutanasia. Además, para la iglesia, el familiar que tenga como deseo que el enfermo fallezca para el también poder descansar, es egoísta, y el egoísmo para la iglesia, en este caso lo clasifica como pecado, sin dejar atrás, que para la iglesia, puesto que Dios es quien creo la vida, y creo al hombre, sólo él puede decidir la muerte de algún individuo, y ningún otro ser lo puede decidir.

Mi postura para este dilema ético es teleológica, pues en realidad, no puede ser utilitarista porque por más que se pueda decir que a una persona le causa “felicidad” la muerte de otra, nunca va a causar tanta felicidad como la que te dio la persona que falleció. Para mí, la eutanasia es correcta, pues posiblemente para el familiar o el responsable del enfermo, puede este, llegar a representar después de varios años de enfermedad una carga económica muy fuerte, y podría llegar a representar una carga para el familiar. Sin embargo, si la eutanasia se lleva a cabo en una persona, su familiar podría vivir toda su vida pensando en el si no lo hubiera desconectado, probablemente hubiera despertado. Por esto pienso que el análisis teleológico en la eutanasia, pues el fin último de la eutanasia es quitarle el dolor, el sufrimiento a una persona, y se está realizando un bien para una persona, que se ha encontrado en sufrimiento agudo durante mucho tiempo, y en realidad esta acción a mí no me produciría ninguna felicidad, pero no se puede vivir viendo como sufre una persona que quieres demasiado, y que, además de todo ella pide lo dejes morir, es decir te pide la eutanasia.

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