jueves, 10 de febrero de 2011

Yamil Rodríguez Coronel

Logrando Imposibles


Hoy en día todos nos enfrentamos a una realidad muy difícil, lejos de los valores que en un principio se pensó serian las bases de la sociedad; sistemas como la democracia se han visto amenazados por intereses egoístas; problemas como la delincuencia, la corrupción crean un abismo entre dichas ideas y lo que hoy en día tenemos como sociedad. Lo cual no es ningún secreto.

Pero, ¿Cómo es que sabiendo eso aun no cambia? Bueno, la idea es hacer una reflexión acerca de la sociedad en la que vivimos actualmente usando teorías para contrastar y sustentar una posible acción que deberían tomar las sociedades. Tomando como referencia la sociedad descrita por Tomas Moro, Utopía. Está básicamente describe una comunidad donde los ámbitos políticos, culturales y sociales son básicamente los mismos que se predican actualmente y muchas personas viven con la idea de lograr una sociedad así cambiando solamente los sistemas, pero en mi opinión el cambio comienza con la gente y no necesariamente con el sistema. Según Kohlberg, el nivel más alto de desarrollo moral que puede alcanzar una persona es el post-convencional que se refiere al punto donde los actos de una persona se toman en base a una reflexión personal donde uno tiene la autonomía suficiente para conocer la diferencia del bien y el mal en su sociedad, de modo que sus acciones beneficien a su persona y a la sociedad, o en el peor de los casos, que no afecte a nadie. Hoy en día ese es un camino largo. Un gran problema actual es que la sociedad se ha vuelto muy permisiva y se ha olvidado de resaltar los valores fundamentales los cuales permiten hacer esa diferencia de lo bueno y lo malo, por lo que es ilógico esperar ese cambio ya que en orden de que una persona siga las reglas grandes, primero debe seguir las pequeñas.

Obviamente es más complicado de lo que parece y por desgracia el cambio, que ya es difícil, es solo el primer paso; posteriormente se debe replantear el sistema y a sus gobernantes. Siguiendo con Tomas Moro, en su obra menciona que su sociedad tiene un nivel aproximado o igual al que describe Kohlberg y por supuesto hay un gobierno que, por jerarquías, coloca a una persona en el poder, el detalles esta en las características que posee dicha persona y la participación del pueblo. Este describe a un filosofo que tomaría el rol de gobernante demócrata, el pueblo tendría su participación y las clases sociales se determinarían por habilidades no por posesiones. En la realidad este concepto no podría aplicarse tal cual pero hay formas o tendencias que se podrían tomar en orden de conseguir mejores considerables. Según Henri Bergson “Debemos obrar como hombres de pensamiento y pensar como hombres de acción”, por simple que parezca esa es realmente la clave de todo esto. Hay miles de teorías acerca del pensamiento humano y el cómo debería ser su comportamiento e infinidad de propuestas para la mejora de la sociedad, sin embargo son pocos los que tienen la voluntad de actuar y por desgracia son muchos los que se oponen a ese cambio. Desgraciadamente vivimos en una sociedad donde los valores y la dignidad pasan a segundo, o hasta tercer plano; donde la atención se centra en las malas acciones mientras que los buenos actos no reciben la atención que deberían, lo que orilla a muchas personas a tomar decisiones radicales en busca de ese cambio. Una teoría en la que generalmente se defienden dichas personas es en el Utilitarismo donde fundamentan que sus acciones son en base a conseguir un bien masivo y el camino o las decisiones tomadas tienen la validez suficiente para realzarse. He aquí la famosa frase “El fin justifica los medios”, pero la verdad yo opino que no es necesaria tanta amenaza o planificación, simplemente es cuestión de autoconciencia. Si un día cada persona del planeta se decidiera a hacer acciones altruistas o al menos que no afecten a nadie, el cambio sería tremendo. Lo que regresa a mi punto original, no está en el sistema en sí, sino en los que lo llevan a cabo.

Finalmente considero importante mencionar que ninguna sociedad es perfecta, después de todo, sus integrantes no lo son, por lo que los cambios son difíciles; pero depende de cada persona poner de su parte en orden de que esas partes formen un gran todo, el cual se convertirá en lo que se busca. Algunas veces parecerá imposible pero en palabras de Walt Disney “Resulta divertido hacer lo imposible”.

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