Mayra Haydeé Vázquez Rivas
1130565 / 23 de Octubre 2012
¿Vivir para trabajar o trabajar para
vivir?
La concepción
del trabajo ha sufrido grandes cambios a través del paso del tiempo, por
ejemplo los trabajos que antes se consideraban gratuitos (servicio de limpieza,
jardínería, asistencia a ancianos, etc) ahora se consideran un trabajo que
recibe un sueldo. Años anteriores el
trabajo ideal era aquel en donde se estaba en una empresa toda la vida, donde
se recibía un sueldo, se veía el crecimiento de los ahorros y al final se obtenía
una jubilación. En la lectura de Enrico y Rico
se hace una reflexión sobre la percepción del trabajo, Enrico era la
persona que buscaba un trabajo así, en donde tuviera un horario fijo y pudiera
dedicarle tiempo a su familia, caso contrario a Rico, quien iba de un lugar a
otro, sin tener un empleo fijo y sin tener
un completo manejo de su tiempo. Viendo estos ejemplos me llega la pregunta ¿dedicamos
nuestra vida para trabajar o trabajamos para mantener una buena vida?.
Para
responder esto primero hay que fijarnos bien cuáles son nuestros ideales, si
son los de Enrico, quien buscaba un patrimonio para su familia, un ahorro para
la universidad de sus hijos y asegurar una jubilación, o son los de Rico, quien
buscaba ascender en la escala social, tener un buen puesto y dar una buena
educación a sus hijos. Además de entender que ideales buscamos, hay que darnos
cuenta la época en la que vivimos, la “modernidad líquida” como la llamaría
Bauman, hace que estemos en una constante expectativa de lo que va a pasar. Nos
enfocamos en el presente, en resolver la vida día a día, el futuro es algo
lejano. Los trabajos ya no son aquellos de contratos de por vida, ahora están
intermitentes, un día puedes tener un
buen trabajo con un buen salario, pero con un contrato de 6 meses, que al
terminar puedes quedar a la deriva. Otro gran problema que vivimos con esta
modernidad líquida es la cultura del “disfrute ahora y viva después”, al no
tener seguro que va a pasar mañana, suena muy lógico el disfrutar ahora y
preocuparse después, el problema es cuando el después llega y con él nos
invaden las deudas. Con lo cual pareciera que vivimos para trabajar, como el
círculo vicioso que nos planteó el video “Historia de las cosas” o como en la
época de la industrialización que decía Camps, donde los trabajadores dejaban
de pertenecerse a sí mismos y se veían forzados a venderse para poder
subsistir.
El sentido
del trabajo ha cambiado, ahora se percibe como fuente de dinero, prestigio
(status social) y seguridad, somos lo que trabajamos. Abundan las personas
especializadas y vivimos con la idea del “Tiempo es dinero”, con lo que se ha
degradado el valor a la vida; el tiempo de calidad con la familia y de
actividades recreativas ha pasado a un segundo término, donde la prioridad es
trabajar y obtener dinero. Lo que nos hace de nuevo pensar que vivimos para
trabajar.
Cortina y
Conill nos hacían ver que dentro de nuestra visión del trabajo existe la
“trampa de la productividad”, en donde hay que diferenciar la eficiencia con la
productividad porque si no, nos puede lleva a una desnaturalización del
trabajo.
Con todo esto
pudiera parecer que en efecto vivimos para trabajar, pero que pasa con casos como
Google, donde los empleados no ven el trabajo como un castigo u obligación,
sino creen que el trabajo por sí mismo tiene un valor, y su salario es un bono
extra a lo que hacen, además tienen la libertad para desarrollar sus propios
proyectos con apoyo de la empresa. Google fomenta la integración y desarrollo
profesional de sus empleados, además forma lazos de confianza.
Este ejemplo
parecería estar muy lejos de la realidad, o que sólo pasa en grandes empresas
fuera del país, contrario a esto existen casos así dentro de nuestra ciudad. Nos
encontramos a Cari’s Studio, un salón de belleza en donde el ambiente y lugar de
trabajo es muy cercano al caso de Google. Karina, la dueña es una mujer que
comenta que más que las ganancias lo principal para ella son sus trabajadoras
por lo que busca que su lugar de trabajo sea el mejor. Fomenta un sentido de
compañerismo y confianza. Además de impulsar el crecimiento de sus estilistas
con cursos y capacitaciones, para que día a día sean mejores personas y
profesionistas. Uno de sus objetivos es dar estabilidad a sus empleadas, para
que logren una mejor calidad de vida en este mundo líquido.
En este mundo
cambiante nos enfocamos en nuestra persona y en alcanzar nuestra realización,
pero algo que todavía nos falta darnos cuenta es que no estamos solos en este
mundo, en las acciones que hacemos hay que tomar en cuenta nuestro medio
ambiente, la naturaleza y las otras formas de vida y de pensamiento. En el manifiesto
por la vida hace énfasis en que los bienes ambientales son bienes comunales y
públicos, y que a nivel cultural tenemos que aprender a escuchar otras formas
de pensar y sentir, además de incluir a las minorías en la práctica de la
democracia. También en el escrito de Motomura en uno de sus principios nos
comenta que hay que saber reconocer nuestros errores y ser humilde para buscar
la forma de restaurar el daño que hemos causado como humanidad, ya que hemos
destruido en gran parte nuestro mundo y que vale la pena a restauración de la
naturaleza. La sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente se puede
convertir en una forma de vida, como es el caso de Eugenio Galindo, uno de los
coordinadores de la Ecotienda.
Viendo los
casos de Google, Cari’s Studio y la Ecotienda se ve con ejemplos que si existen
personas y empresas que trabajan para vivir y que más allá de preocuparse por
sus finanzas se preocupan por sus empleados y su entorno.
Después de
todo lo analizado, creo que existen dos caminos, seguir siendo la persona que
está felizmente esclavizada y que dedica su vida al trabajo o convertirse en
aquella que mantiene un nivel equilibrado en su vida como el ejemplo de Karina,
que es una empresaria de alto nivel, con una familia que adora y cuida y que
además tiene una fundación para apoyo al desarrollo profesional, o como Eugenio
que encontró la manera de ayudar a su medio ambiente, hacer lo que le gusta y trabajar
en ello.
Yo en lo
personal creo ir en el camino de Karina y Eugenio, manteniendo una vida
familiar y social, preocupada por mi impacto ambiental y creciendo cada día en
el ámbito profesional y personal, por lo que concluyo que yo trabajaría para
vivir.
Bibliografía
- Motomura, Óscar (2002). Desarrollo sustentable: principios éticos para “hacer que las cosas pasen”. En Leff, Enrique (Coord.), Ética, Vida, Sustentabilidad (pp. 27-35). México D.F.
- Cortina, Adela y Conill, Jesús (2002). Cambio en los valores del trabajo. Barcelona: Alianza Editorial.
- Bauman, Z. (200)9). La Crítica como llamado al Cambio. Recuperado el 22 de octubre de 2012 de http://www.youtube.com/watch?v=X4YGdqgCWd8
No hay comentarios:
Publicar un comentario