domingo, 25 de noviembre de 2012

Doria Amador Ledón



Soborno legal

“Los abogados son las únicas personas a quienes la ignorancia de la ley no los castiga.” (Bentham, 1748)
Toda profesión es importante para el correcto equilibrio de la sociedad, siempre se necesita de un abogado para problemas legales, un medico para curarnos de enfermedades o salvarnos de la vida, a un arquitecto que diseñe el hogar en el que vivimos, un maestro que imparta conocimientos, entre otras profesiones.

¿Pero, qué pasa cuando un abogado se corrompe?, ¿qué daños podría causar un defensor de la legalidad que le ponga precio a su honestidad y a su ética?

El soborno o la corrupción en un abogado es un tema muy delicado, uno que debe ser atendido de inmediato, pero para poder responder las preguntas que establecimos en un inicio, debemos colocar el tema, como un problema ético, debido a que un abogado cuida de nuestros bienes, nuestro patrimonio así como de nuestra libertad, si un abogado que está cuidando de nuestros derechos se vende, ocasionaría que quedaríamos desprotegidos.

Un profesional debe tener un buen juicio para sus acciones, cualquiera que sea el medio llegar a este buen juicio así como nos muestra Kant, en su  Ilustración.

“Juicios a priori son aquellos que, para saber si son verdaderos o falsos, no es preciso acudir a la experiencia pues de inmediato, si conocemos lo que es el sujeto, vemos que el predicado le pertenece necesariamente. En este sentido, son juicios universales y necesarios (pues no hay ninguna excepción y negarlos supondría incurrir en una contradicción).

Ejemplos de juicios a priori: los mismos que de los juicios analíticos.
Juicios a posteriori son aquellos en los que es preciso acudir a la experiencia para saber si son verdaderos o falsos. Su verdad no es ni estrictamente universal ni necesaria. En efecto, la experiencia no puede proporcionar nunca una necesidad estricta (lo único que la experiencia siempre enseña -como ya mostró el de Edimburgo- es que algo está hecho de tal o cual manera, no que tenga que estar hecho así necesariamente); tampoco puede la experiencia conferirle una universalidad estricta (con la experiencia no podemos salir de una universalidad relativa; sólo podemos decir en cada caso). Son por ello, Juicios no universales ni necesarios.” (Kant, 1724)

Conocer los diferentes juicios en los que podríamos incurrir nos ayuda a razonar mejor, y  usando la razón llegaríamos a un código de ética con mayor sustentabilidad.
Se debe actuar bajo e precepto de hacer lo que se considera correcto, según nuestro código moral y el contrato social, que tenemos, no podemos ir por la vida actuando solo basándonos en lo que pensarán las personas que nos rodean, o tratando de complacer a nuestro superior.

“No conviene hablar del pudor como de una virtud. Se parece más bien a una emoción que a una disposición adquirida. Se define, pues, como un miedo de dar de sí una mala opinión” (Aristóteles, 322 a.c.)

Es fundamental para cada profesión trabajar con honestidad., más que con pudor como Aristóteles lo dice. No puede ejercerse una profesión teniendo un precio como persona, con una cantidad monetaria a nuestras decisiones y más cuando las mismas, afectan a terceros, y dañan su patrimonio, su vida, cuando una decisión que tomemos como profesionales afecte a terceros debemos tener mayor cuidado al actuar.

Pero antes de un profesionista, debe ser una persona con conocimientos y ética, y es necesario saber como se adquiere estos conocimientos, como se adhieren a nuestro ser.

Según Kant, si nuestra facultad de conocer puede construir juicios sintéticos a priori, es decir, juicios que amplían nuestro conocimiento sobre la realidad pero que también son universales y necesarios, es porque, aunque el conocimiento empieza con la experiencia no todo en nuestro conocimiento procede de la experiencia; "algo" interviene que es independiente de ella.” (Kant, 1724)

En nuestro país, se ha visto en varias ocasiones, situaciones donde se presenta que el abogado que lleva el caso, hace un trato ilegal con la otra parte, entregando prácticamente el juicio, sin importar si su cliente, pierde su casa, la patria potestad de su hijo o su libertad, siendo juzgado indebidamente.
También vemos los casos de soborno en los altos mandos de los que imparten justicia que son los jueces, pero aún queda la esperanza a corto plazo de los juicios orales, los cuales pueden y pretenden tener mayor transparencia, debido a la forma en que se levarían a cabo, ante un público, transmitidos por los medios de comunicación, y con las partes cara a cara, junto al juez.

Pero estos cambios de sistema no funcionarán sino se genera un cambio en la sociedad, uno donde no solo se vea por los intereses propios sino por los generales, por la sociedad en si.

“Cuando Jimena Marín Foucher se casó con David, el hijo de Diego Fernández de Cevallos, jamás se imaginó que su vida se convertiría en una pesadilla de violencia doméstica. Sus padres creyeron que el joven hijo de uno de los abogados más poderosos y corruptos de México, cambiaría; pero sucedió lo contrario. Cuando Jimena pidió ayuda le pidió el divorcio. Como muchos agresores poderosos, él la encerró durante casi cuatro meses. El aislamiento, amenazas de muerte y la reiterada intimidación de la familia Fernández de Cevallos a Jimena, terminaron en una amenaza: si ella quería el divorcio jamás volvería a ver a sus hijos. Ella escapó de casa cuando se desató la crisis del secuestro de Diego.” (Lydia, 2010”

El anterior fragmento relata un caso, en el que la corrupción de un abogado llegó a dañar a terceros, afectando su vida, de forma negativa, es un claro ejemplo de la razón porque no debería existir en ningún nivel el soborno o la corrupción, las personas deberíamos tener un código moral que vaya más allá del dinero, no tendríamos que ponerle un precio a nuestras decisiones.
Teniendo a un pueblo actuando con ética y cuidando del bien de la sociedad y no viendo sus propios intereses, se generaría un cambio, en la sociedad Mexicana y con el paso del tiempo sería de forma internacional. Debemos buscar el equilibrio y la paz.

“La ley primera y fundamental de la naturaleza es buscar la paz.” (Hobbes, 1679)
El hombre por si mismo, puede ser lo mejor o lo peor, puede traer consigo consecuencias que hagan que nuestra sociedad sea mejor, pero de la misma forma, puede generar un quebrante tan fuerte, que genera desconfianza, y temor al que lo rodea.

“El hombre es un lobo para el hombre.” (Hobbes, 1679)
Es la frase de Hobbes que a mi parecer es la mejor aplicable a nuestra sociedad, en la época en la que vivimos, no hay peor enemigo para el ser humano, que el propio ser humano, pero al mismo tiempo y de forma contradictoria, el ser humano puede ser el mejor amigo, la mejor persona, solidaria y con valores, pero todo depende de la forma en que fue educada en su familia.

Con esto tendremos profesionales que sean personas integras y que cuiden el medio en el que viven, pensando en las consecuencias que podrían tener sus acciones y teniendo conciencia de las mismas. Es la forma ideal de vivir, un mundo donde las personas se respeten y sean honestas unas con otras, suena como utopia, pero a mi parecer podría ser algo más que real, algo notorio, solo es cuestión de empezar con uno mismo.

Es importante siempre tener presente que la ética no solo es una materia que puede inducirse en la filantropía, sino que puede hacer que las sociedades convivan de una forma más optima, dejando a un lado guerras y conflictos innecesarios. La ética y un código moral sólido pueden hacer un cambio en la corrupción, salvando vidas y haciendo que las consecuencias de los actos de los profesionales sean más concientes y de forma integra.





Bibliografía :

Hobbes, Thomas. (2010). ELEMENTOS FILOSOFICOS DEL CIUDADANO. México: Porrúa.
Azcurra, Fernando. (2000). EL OFICIO DE SOCIÓLOGO. México : Porrúa
Hobbes, Thomas. (2005) LEVIATÁN: o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil. México: Fondo de Cultura Económica.
Kant, Inmanuel (2004). PRINCIPIOS METAFÍSICOS DEL DERECHO. México : Espuela de plata.
Kant, Inmanuel (2003). CUATRO LECCIONES SOBRE KANT. (En línea).
De León, Julio. (1999). UTILITARISMO Y LIBERALISMO. (En línea)




No hay comentarios:

Publicar un comentario