viernes, 23 de noviembre de 2012

Y tú, ¿por qué trabajas?


Y tú, ¿por qué trabajas?
Carla Amaya Martínez

Según una encuesta realizada en Julio de 2009, 63% de la población laboral mexicana no realiza un trabajo acorde con sus estudios de licenciatura. Debido a la escasez  de oportunidades que el mercado laboral ofrece, estas personas se ven en la necesidad de trabajar en campos donde ofrezcan plazas, aun cuando estos no se relacionen directamente con sus  carreras universitarias ni satisfagan plenamente sus proyecciones laborales.
En palabras del director general de Bumeran México, Mateo Cuadras, este problema tiene una relación directa con la elección de carrera en los jóvenes, ya que muchas veces las licenciaturas elegidas no concuerdan con las necesidades actuales en el mercado laboral. Cuadras recomienda que los jóvenes piensen más a fondo al momento de decir que carrera universitaria cursar, pues aun cuando hayan elegido realizar sus estudios en algo de su agrado, probablemente no puedan dedicarse a eso en su vida futura, y tampoco tengan las herramientas necesarias para ser competentes en los empleos existentes. Con esto, el grueso de la población mexicana se encuentra en la disyuntiva de qué hacer, no sólo al seleccionar qué estudiar, sino al plantearse las opciones que tienen al momento de decidir en que trabajar y por qué hacerlo.
La RAE define el trabajo como “el esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza, en contraposición a capital”, sin embargo el sentido que las personas le damos al mismo ha ido evolucionado a lo largo del tiempo.
Una realidad que encontramos globalmente, es que así como la percepción de los valores de la sociedad ha ido evolucionando, ha cambiado también la forma en la que el trabajo es considerado. Como destaca Sennett (2010) en Enrico y Rico, este cambio ha sido cuestión de una generación a otra: se prefiere ahora la flexibilidad y la falta de roles definidos sobre las reglas rígidas y un trabajo constante, el cambiar continuamente de empleo en busca de satisfacción personal sobre conservar el mismo trabajo siendo leal a una sola empresa. Pero también considerando el pasar mayor tiempo con la familia sobre el hecho de sólo preocuparse por proveer económicamente para ella. Estamos siendo testigos de lo que Bauman (2009) describe como modernidad líquida, la cual es la descripción del cambio y la liberación de los mercados, que ha traído como consecuencia la caída de los vínculos humanos, con relaciones volátiles y un enfoque individualista y tanto en los negocios como en las relaciones personales.
Esta serie de cambios traen consigo bastantes implicaciones éticas. Visto  desde un enfoque dialógico, la comunicación digital ha superado a el contacto personal quitando así el percibir las emociones de los interlocutores basándose únicamente en lo que se analiza a través de las pantallas de equipos tecnológicos; si lo analizamos desde una perspectiva Kantiana, el atender y ver los deberes familiares no sólo de manera económica, sino procurando su formación al pasar más tiempo de calidad con ellos. Y pasando también a un estilo de vida más aristotélico, donde lo importante es la felicidad y la realización personal, por encima de la lealtad hacia terceros. La sociedad ha pasado de buscar el mayor bien para el mayor número de personas, a ser una sociedad individualista donde cada quien vela por sus propios intereses y sus propias ganancias.
Esta falta de estabilidad y de sentido de pertenencia a alguna institución nos hace pensar que un solo trabajo ya no es lo suficientemente satisfactorio para un empleado; el trabajo ha pasado de ser un fin (como lo notaban Hegel, Marx y Engels) a ser un medio para lograr nuestra realización personal. (Camps, 1993). Actualmente el área laboral nos encontramos con empleados desmotivados, realizando labores que no son de su agrado y haciendo trabajos únicamente por la remuneración económica que éste les brinda. La ideología que se gestó del trabajo como algo adoctrinado durante el siglo XIX ha quedado atrás, dando espacio a un enfoque contemporáneo en el cual el trabajo no es el enfoque central de la vida, sino diversas actividades que incitan a la creatividad y a librarse del trabajo alienado.
Sin embargo, también se tiene que considerar que este tipo de ideología en donde el individuo es lo más importante y éste sólo busca su realización personal por encima del bien común, podría rallar en el libertinaje, trayendo como consecuencia una sociedad con poca formalidad en los negocios y en donde el valor de la palabra, los acuerdos o los contratos fuera cada vez más decadente. Si todos los jóvenes comenzaran a preferir la satisfacción laboral momentánea a un trabajo arduo para lograr satisfacción laboral a largo plazo, la creación de grandes empresas y profesiones de mucha dedicación comenzarían a desaparecer, para ser remplazados por empresas que cambien constantemente de giro, que desaparezcan sin considerar sus responsabilidades con sus clientes.
Conociendo esta situación, los jóvenes debemos cuestionar el por qué trabajar y que esperar lograr con esto; si el trabajo es una acción que se realiza la mayor parte del día, debemos procurar que sea algo satisfactorio y no simplemente una forma de conseguir recursos para cuando se tenga tiempo libre. Hemos llegado a un punto de transición en donde nuestro deber es encontrar el balance entre las actividades por placer  y procurar encontrar un trabajo que nos ayude a realizarnos como personas, sin perder por esto la formalidad que debe de tener un ambiente de trabajo, sin dejar de respetar los acuerdos que se pactan por mucho que estos acaben no siendo lo que esperamos necesariamente.
En los últimos años, muchos jóvenes han enfrentado este dilema mediante la creación de sus propios empleos, enfocándose principalmente en dos mega-tendencias: el uso de las tecnologías de la información y el consumidor ecológico. Estas nuevas compañías, también conocidas como “star-ups” o pymes, se caracterizan por ser negocios enfocados generalmente a la innovación mediante el uso de nuevas tecnologías; comienzan con la identificación de una necesidad y la creación de una solución novedosa a través de un producto o servicio. Dentro de estas, los emprendedores  pueden enfocarse a temas que son realmente de su interés, con horarios flexibles designados por ellos mismos, trabajando más por objetivos y metas, que por itinerarios definidos.
Este tipo de empresas representan el 99.8% de las existentes en México, aportando el 15% del Producto Interno Bruto del país, y actualmente representan una excelente oportunidad laboral para personas que buscan dedicarse a algo que los satisfaga a nivel personal y que sea una fuente de ingresos para ellos, sin tener que depender así de grandes corporativos.
Aun cuando la creación de una empresa propia implica en un principio trabajo extra, mucha dedicación, enfoque y apasionamiento por lo que se hace, los resultados para los emprendedores una vez que se han superado los primeros años, resultan ser satisfactorios tanto a nivel profesional como personal.
Poder disminuir el porcentaje  de personas que se dedican a algo que no era su objetivo, no sólo por cuestiones estadísticas, sino por lo que ese número representa a nivel de satisfacción personal en los trabajadores mexicanos. Tú qué vas a hacer para que tus gustos y satisfacción personal sean congruentes no sólo con lo que el mercado laboral requiere, sino con lo que el ambiente necesita.  Para así lograr conjuntar tus propios intereses con los intereses para la mayoría, ayudar con lo que tienes/sabes.

Bibliografía:
Moreno, T. (2009) El 63% no trabaja en lo que estudió. CNN Expansión. Recuperado de: http://www.cnnexpansion.com/mi-carrera/2009/07/16/el-63-no-trabaja-en-lo-que-estudio
Real Academia Española (2010) Diccionario de la Lengua Española. Recuperado de http://lema.rae.es/drae
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Informarn. (2009, Septiembre 10). Zygmunt Bauman: la crítica como llamado al cambio. [Archivo de vídeo]. Recuperado de http://youtu.be/X4YGdqgCWd8
Cortina, A. (1996) Ética. La vida moral y la reflexión ética. Madrid: Santillana
Camps, V. (1993). Paradojas del individualismo. Barcelona: Crítica 138-157
Marín, Leticia. (2004). El sentido del trabajo como eje estructurante de la identidad personal y social: el caso de jóvenes argentinos. Fundamentos en Humanidades, 2° semestre, 43-52.
Guzmán, Carlota. (2004). Los estudiantes frente a su trabajo. Un análisis en tornoa  la construcción del sentido del trabajo. Revista Mexicana de Investigación Educativa, julio-septiembre, 747-767.
De la Garza, E. (2012). La situación del trabajo en México, 2012, el trabajo en la crisis. México: Plaza y Valdés Editores.

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