martes, 27 de noviembre de 2012

The Whistleblower


Este ensayo es un análisis ético acerca de la película cuyo nombre en ingles es “The Whistleblower”. Trata sobre la experiencia de la policía estadounidense Kathryn Bolkovac, quien formó parte de las fuerzas de paz o “cascos azules” de las naciones unidas en la post-guerra de Bosnia y se vio involucrada en la denuncia hacia algunos de sus compañeros por cargos de de prostitución y tráfico humano. 

Kathryn se involucra en el caso de una joven llamada Raya, quien es una de las tantas víctimas de trafico sexual. Por medio del caso de Raya comienza a cubrir una serie de sucesos de esclavitud sexual y trafico humano en donde varios de sus compañeros están implicados. Al darse cuenta de lo anterior, lleva el caso a las respectivas instituciones de las Naciones Unidas para que se encarguen de ello pero sus investigaciones son desechadas. La oficial pronto es despedida de su trabajo debido a sus  profundas averiguaciones y al mismo tiempo, Raya es capturada de nuevo y es encontrada después asesinada, esto obliga a Kathryn a llevar el escándalo a la luz. Con ayuda de sus aliados capturan más evidencia y llevan todo a la BBC para hacerlo publico.

Después de la partida de Kathryn, varios cascos azules fueron enviados a sus respectivos países pero ninguno de ellos enfrento cargos criminales debido a la inmunidad que poseen como fuerzas de paz. Esta una historia inspirada en hechos reales.

“Cuando empecé a recolectar evidencia de las víctimas del trafico sexual, era muy claro que un cierto número de oficiales de la UN de varios países estaban involucrados. Estaba en shock y muy disgustada. Se  supone que estaban aquí para ayudar pero estaban cometiendo crímenes. Cuando le dije a los supervisores no quisieron saber nada al respecto.” (Barnett & Hughes, 2001). Estas fueron las palabras de Kahtryn Bolkovac para el periódico de The Guardian en London. 
La esclavitud del siglo XXI, entendida como la explotación sexual y laboral se han convertido junto al terrorismo, en uno de los problemas más importantes que atentan la estabilidad de las sociedades estructuradas (Olmedo, 2007, 1).

El trafico de mujeres y niños es el segundo negocio criminal más lucrativo después del narcotráfico (Cosido, 2006). Este negocio tiene unos beneficios anuales de entre 7 y 10 mil millones de dólares(UNICEF, 2003, p11.), siendo el riesgo de detención muy limitado ya que utilizan una combinación de mecanismo de coerción para evitar ser delatados por sus víctimas. Entre 800 y 900 mil personas son traficadas cada año (Barnett & Hughes, 2001). El 80% de las víctimas son mujeres y el 50% son niños.
Los seres humanos nunca deben ser “usados” como medios para un fin (Rachels, 2006, 205). Caso contrario que sucede con las mujeres en Bosnia, quienes son obligadas a formar parte del trafico sexual y de la prostitución en el lugar. Estas mujeres son usadas como medios o en este caso como instrumentos sexuales para fines de placer carnal por parte de las fuerzas de las Naciones Unidas y de otras personas que adquirían los servicios. Las víctimas por lo tanto, eran percibidas como “cosas” para cumplir con el propósito de satisfacción sexual y su único valor era ese, su dignidad pasaba entonces a segundo plano. 
Las meras “cosas” tienen valor sólo como medios para alcanzar fines (Rachels, 2006, 206), estas mujeres eran vendidas y forzadas a realizar esa clase de servicios, eran maltratadas fisica y psicológicamente, vivían en condiciones deplorables y todo eso era justificable para alcanzar el fin perseguido por estas mafias y sus clientes.
El esfuerzo por el bienestar de estas mujeres claramente no existe al igual que el respeto a sus derechos, dañándolas de manera irreversible. No había ese fomento a los fines ajenos, fines y metas que esas mujeres y todo ser humano tiene por derecho. Si el valor de estas mujeres y de toda persona está “más allá de cualquier precio”, significa, en el nivel más superficial, que tenemos un estricto deber de beneficencia hacia otras personas (Rachels, 2006, 207).
Al ser obligadas a formar parte de esta mafia y partícipes de aquellos hechos, su valor intrínseco, es decir, su dignidad, (Rachels, 2006, 210) fue echada a la basura y pisoteada un sinnúmero de veces, dejaron de ser agentes racionales pues su libertad se extinguió o mejor dicho la extinguieron, sus decisiones fueron calladas y sus metas arrancadas. 
El tratar como fin al ser racional significa respetar su racionalidad pero en aquella situación nunca existió tal cosa. Aunque el hecho de que las mujeres víctimas quisieran colaborar con Kathryn deja notar, a pesar del miedo y de las consecuencias que implicaba, el grito en silencio del dolor por el que pasaban reclamando justicia, reclamando que se les respetara como seres humanos. 
Las víctimas como Raya forman parte de una red demasiado extensa soportada únicamente por las personas quienes solicitan tales servicios, es decir, sus clientes, y por aquellas otras quienes dejan pasar la situación sin realizar algo al respecto. El trafico de mujeres para la explotación sexual en Bosnia Herzegovina se ha convertido en un problema muy grave. Una tercera parte de las mujeres prostituidas dicen haber sido objeto del trafico ilegal; la mayoría de ellas proceden de Moldavia, Rumania o Ucrania y de edad comprendida entre los 16 y los 33 años (Olmedo, 2007, 7).
Se tiene que tener muy claro que un ser racional es alguien capaz de razonar sobre su conducta y que libremente decide lo que va hacer, sobre la base de su propia concepción de lo que es mejor. Dado que tiene estas capacidades, un ser racional es responsable de sus acciones (Rachels, 2006, 214). Con esto quiero decir que las personas que realizan este tipo de actos y las que forman parte de ellos ya sea como clientes o como mirones, están plenamente conscientes de lo que están haciendo, saben que se esta manipulando a las víctimas utilizándolas como un medio,  privándolas de su libertad y abusando de ellas. 
El valor moral que Kant creyó, donde las criaturas racionales se dan cuenta de lo que deben hacer y lo hacen, se encuentra ausente en esta situación (Rachels, 2006, 215) a excepción de Kathryn y sus aliados quienes a pesar de los obstáculos llevaron el caso a la luz. Es deber de la oficial actuar de esa manera, pero es lamentable saber que ninguno de los cascos azules implicados enfrento cargos criminales debido a la inmunidad que poseen como “fuerzas de paz” y es más desesperante saber que esas mafias están profesionalizándose cada vez más, .
Quisiera resaltar un comentario de la película en donde Madeleine Rees, la aliada de Kathryn, tiene una discusión con el encargado de las fuerzas de las naciones unidas en Bosnia y quien sabe de los hechos ocurridos, pero se niega a publicarlos debido a que los cascos azules son sinónimo de ayuda y paz y algo de esa magnitud mancharía su reputación internacional. Es entonces cuando el señor le menciona a Madeleine que no puede hacer nada debido a que estas fuerzas especiales tienen inmunidad, a lo que Rees le contesta: “inmunidad o impunidad”.
Al ser impunes estos actos, estos delitos continuaran realizándose como si nada hubiese pasado, y es que entonces ¿es más valiosa la reputación de una organización que la vida humana?. Si la respuesta es si, la idea que representan estas fuerzas de paz es falsa por aquellas personas que no son como Kathryn.
El mapa de este comercio siempre tiene una constante, las personas traficadas provienen de regiones pobres y son llevadas a regiones ricas a través de fronteras internacionales o bien dentro de un mismo país (Olmedo, 2007, 7).
En la medida en que se les vea como agentes responsables a estos delincuentes, sin excusas, que simplemente eligen violar los derechos de otros sin ningún motivo racionalmente aceptable, el retribucionismo kantiano (Rachels, 2006, 218) es la mejor opción a mi parecer para castigar a estas personas por sus crímenes. Tal vez el “ojo por ojo, diente por diente” sea un dicho que para algunos es riguroso o violento, para mi es la mejor alternativa ¿quién borrara las cicatrices que marcarán  a estas mujeres de por vida?, ¿quién devolverá la vida a Raya?.
Estamos permitiendo decidir como cada quien va a ser tratado y así, en un sentido perfectamente claro, estamos respetando el juicio de cada quien, permitiéndole como le vamos a tratar, de este modo, Kant dice del delincuente: “Su propia mala acción echa el castigo sobre sí mismo” (Rachels, 2006, 217).

Bibliografía
Olmedo, C. (2007). El trafico ilegal de seres humanos para la explotación sexual y laboral:la esclavitud del siglo xxi. Nómadas, (1578-6730), 15. Retrieved from http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=18101501.
Rachels, J. (2006). Introducción a la filosofia moral. (4 ed.). México DF: Fondo de Cultura Económica.
Cosodio, I. (2006). Crimen organizado. (1 ed.). La Razón.
(2003). End child exploitation: Stop traffic. London: UNICEF.
Barnett, A., & Hughes, S. (2001, Julio 29). British firm accused in un 'sex scandal. International police in Bosnia face prostitution claims. Retrieved from http://www.guardian.co.uk/world/2001/jul/29/unitednations.
Departamento de Estados Unidos, (2003). Trafficking

No hay comentarios:

Publicar un comentario