La acción y lo que
desencadena por Paola Ochoa
Abstract
En el mundo actual, existen
prácticas que son ignoradas o que no se les da la importancia que se merecen,
sea por falta de interés o simplemente porque no hay una cultura de preocuparse
por el bienestar ajeno. Como parte de una investigación acerca de la ablación
del clítoris se buscó poder dar a conocer un poco más lo que a muchas mujeres
les parece una fantasía, mientras que para otras es el pan de cada día.
El firme propósito de este
ensayo es poder concientizar a la sociedad, pero sobretodo a las mujeres que lo
permiten, en otras palabras, dar a conocer la historia verdadera detrás de lo
que se cuenta. Con una mirada fría y una visión ajena al entorno que rodea a
esas culturas nació la necesidad de hablar, de no de callar y de aportar una
pequeña pieza al rompecabezas de la liberación de estas mujeres. Esto significa
que la única manera en que se puede atacar al problema es conociéndolo,
intentando comprender de dónde viene, por qué se origina y por qué se permite.
En el mundo, pocas mujeres han
revelado lo aterrador que es pasar por esto. La educación no abarca este tema y
poco a poco comienza a dejar de tener importancia para las sociedades ajenas al
mismo, lo que ocasiona una terrible ignorancia al respecto y una profunda irrelevancia.
Por eso, es de vital importancia educar a las personas, sobretodo a las mujeres
al respecto, para que si en algún momento se encuentran bajo esta situación
conozcan del tema y puedan actuar con racionalidad.
Palabras Clave: Relativismo Cultural, Mutilación
Genital Femenina, Ablación del Clítoris, Códigos Morales, Subjetivismo,
Derechos Humanos, Dignidad Humana, Derecho Natural, Equidad de Género.
“La excisión constituye un intento de conferir un rango inferior a las mujeres al señalarlas con esta marca que las disminuye y que es un recordatorio constante de que sólo son mujeres, inferiores a los hombres, de que ni siquiera tienen ningún derecho sobre su propio cuerpo ni a realizarse física o espiritualmente...” Tomás Sankara, presidente de Burkina Faso 1983-87
La ablación del clítoris o mutilación genital
femenina, es un tema que realmente se encuentra muy escondido en la sociedad,
lo que quiere decir que muchos ni siquiera saben de lo que trata. Según la OMS,
“la mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los procedimientos que, de
forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos
genitales femeninos” (OMS, 2015). Esto se hace en distintas culturas para
diferentes tipos de propósitos, entre los cuales destacan el ser digna para el
matrimonio al ser mutilada o como mera sumisión y control de la mujer.
“Culturas diferentes tienen códigos morales
diferentes" (Rachels, 2007, pág.39), es por eso que al ser parte de una
tradición y un estilo de vida que ha prevalecido por generaciones en estos
países no puede modificarse por personas externas, sino por las mismas que se
encuentran dentro de tales culturas y que se rigen por el mismo código moral
que existe en la región, por ejemplo, la manera en la que unos padres educan a
sus hijos puede que no le parezca correcta a otra familia, sin embargo, son sus
creencias, su manera de criar a sus hijos y su casa, así que una persona externa no puede
venir a decir que se cambie la manera, pues puede ser que ni siquiera conozca
las razones por las que se actúe así en primer lugar. “La retórica recalca cómo los hombres en
estas sociedades dicen que las mujeres no circuncidadas son libidinosas y por
lo tanto indeseables como esposas ” (Londoño, 2010, pág. 536), sin embargo,
¿cómo pueden decir esto?, si dentro de esta “tradición” que se tiene en ciertos
países, muchos de los que están en contra de la ablación son hombres y no
mujeres (BBC, 2013).
Según estas culturas, una
manera de control que puede ejercerse hacía las mujeres es la ablación, ya que se
deja de sentir placer en una relación sexual y de esta manera, ella no buscará
los brazos de otro hombre y así se evitaría el adulterio y los engaños entre
parejas, “se trata de eliminar lo que es ‘poco femenino’” (Menéndez, 2014). Sin
embargo, a pesar de las razones que se tengan en un inicio, “la MGF es una
violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas” (OMS, 2015), por lo
tanto, no sólo las daña físicamente, sino también en su dignidad e integridad.
A pesar de que se mutila a la mujer para brindar seguridad al hombre de que
ella va a permanecer siempre fiel y a su lado, “el punto no es limitar los
deseos sexuales femeninos —esto no se lograría así, de todos modos —sino volver
hombres y mujeres más juiciosos respecto a todo, no solo la actividad sexual”
(Londoño, 2010, pág. 537). Sin embargo, a pesar de que se atenta contra la
dignidad de la persona, el hecho de que se mutile bajo creencias de su cultura
nos hace permanecer callados y no nos permite juzgar, pues entre culturas no puede
decirse quién piensa mejor o peor, tampoco quién tiene la razón.
Por otra parte, viendo el
asunto desde un punto de vista más enfocado hacía el derecho natural, las
relaciones sexuales se crearon únicamente para la procreación, es decir, para
continuar con la especie humana, por lo que el placer, excitación o goce dentro
de la misma no es obligatorio o necesario. Es por eso que algunos científicos
creen que “el sexo es la fornicación, eso es para los mamíferos, porque en
biología eso es la producción de un ser vivo a través de ADN o de genes de mas
de una fuente” (Islas, M. 2000). De hecho, en algunas culturas como en África
no existe el sexo como una forma de placer sino como única y exclusivamente una
manera de reproducción para conservar la especie (Carranza, 2013). Por eso, los
genitales fueron creados por su naturaleza para ser medio de procreación, no
para el goce o disfrute de placeres por medio de los mismos y mientras sean
utilizados para lo que fueron creados, todo está bien. Es por eso que al decir
que al practicarse la ablación una mujer ya no es capaz de sentir no es razón
suficiente para detenerlo.
Aunque, una buena razón para
detener esta masacre es viendo el desgaste y deterioro que esta práctica
ocasiona en las mujeres y su salud porque no sólo es un simple corte, todo esto
conlleva y trae consecuencias más graves que se dan después.
La práctica de
la ablación femenina viola los derechos a la salud, seguridad e integridad
física de las personas; el derecho a ser libre de torturas y tratos crueles
inhumanos, así como el derecho a la vida, ya que en multitud de ocasiones llega
a provocar la muerte (Taringa!, 2015).
La ablación, al no ser hecha
con las precauciones necesarias y cuidados, llega a “producir hemorragias
graves y problemas urinarios, y más tarde pueden causar quistes, infecciones,
infertilidad, complicaciones del parto y aumento del riesgo de muerte del
recién nacido” (OMS, 2015). La mutilación del clítoris se hace bajo el mínimo
de cuidados, por lo cual, es muy fácil poder deteriorar su salud o acabar con
la vida de las mujeres. En el momento en que se comete un atentado de esta
magnitud en ellas, se pone en riesgo sus vidas, su futuro y muchas veces su
propia psicología emocional. No sólo los derechos humanos nos dan libertad y
nos otorgan respeto sino que además nos debe proporcionar una buena calidad de
vida a la que todo ser humano aspira y necesita. A lo largo del mundo, existen
culturas que realmente toman enserio la mutilación, castigando a quienes no la
practiquen, por ejemplo, hace aproximadamente 3 meses
El líder del Estado Islámico, Abu Bakr al
Baghdadi, ordenó una fatua la mutilación genital de dos millones de niñas
iraquíes residentes en la ciudad de Mosul con el objetivo de “distanciarlas del
libertinaje y la inmoralidad”. De lo contrario, “se enfrentarán a duros
castigos”, afirma el líder de la organización terrorista, informa la agencia AINA
(Taringa!, 2015).
Como parte de una vida diaria, algunas mujeres ven normal la sumisión
que los hombres imponen y de esta manera hacen lo que se les ordena sin
cuestionar y mucho menos oponiéndose. Es así como ellas creen que el hecho de
que se les mutile y que no tengan derecho a sentir placer simplemente porque no
son dignas de tal cosa es lo correcto y es como deben hacerse las cosas. “[…]para
aceptar los signos de una posición inferior; en la imagen que se forjan de su
relación con el hombre al que su identidad social está (o estará) unida […]” (Bordieu,
1998, pág. 52), es decir, seguir con la vida que se les ha dado desde siempre.
A lo largo de la historia hemos visto como la mujer ha sido vista como un
simple trofeo o en algunas ocasiones objeto utilizado para el gusto, la comodidad
o satisfacción del hombre. Miles de mujeres han luchado con el paso del tiempo
por pedir derechos iguales a los hombres, por ser tratados como lo que somos,
seres humanos. Sin embargo, en algunos países, esto no ha llegado a ser
aceptado como por ejemplo
La actitud
sumisa que se impone a las mujeres cabileñas es el límite de la que, en la
actualidad, sigue imponiéndose a las mujeres en Estados Unidos o en Europa, y
que, como han demostrado muchos observadores, se basa en unos cuantos
imperativos: sonreír, bajar la mirada, aceptar las interrupciones, etc. (Bordieu,
1998, pág. 43),
en pocas palabras someterse a lo que el hombre diga y actuar conforme
él lo indique, siempre escondiéndose y no teniendo presencia en la sociedad o
como muchos dicen ‘portarse como una dama’ que viéndolo desde un punto de vista
frío, portándose como una persona domada.
Tal como se mencionó anteriormente, las mujeres
hemos sido víctimas de una sumisión por parte de los hombres de la que muchas
no han podido escapar y prueba de ello es la ablación del clítoris que sigue
ejerciéndose en la actualidad. Dentro de diversos tipos de culturas existe una
idea de que la mujer es un objeto desvalorizado dentro de la relación, es
decir, es utilizada únicamente para el placer del hombre y es por eso que no
tiene derecho a sentir placer. Un medio de sumisión, el cual, muchas mujeres no
notan es durante las relaciones sexuales. Si bien es cierto, muchas podrán
preguntarse el por qué una posición sexual revela lo dominante o no que se
siente el hombre ante la relación, la respuesta es simple, en una relación
sexual la manera en la que el hombre utiliza a la mujer a disfrutar sin
importarle lo que la mujer sienta es sumisión, es un acto dominante en que el
hombre piensa egoístamente en él y no en la mujer. En el caso del matrimonio
muchas veces la mujer se ve únicamente como un objeto el cual está a la
disposición y servicio del marido. “Las
mujeres sólo pueden aparecer en él como objeto o, mejor dicho, como símbolos
cuyo sentido se constituye al margen de ellas y cuya función es contribuir a la
perpetuación o al aumento del capital simbólico poseído por los hombres”
(Bordieu, 1998, pág. 59). Una persona no puede ser de la propiedad de alguien
porque como dice Yepes “la persona es un absoluto, en el sentido de algo único,
irreductible a cualquier cosa. La palabra yo apunta a ese núcleo, irrepetible:
yo soy yo” (Yepes y Aranguren.p. 65). Por eso, no por el hecho de tener sexo
con tu pareja significa que te pertenece.
Algunos hombres piensan que la posición sexual
que utilicen va a hablar sobre el nivel de control o el nivel de sumisión en el
que tienen a su pareja y esto se da en “[…]noviazgos de dominio-sumisión en
donde hay mucho poder en juego, y, por lo tanto, existe violencia y agresión,
lo cual ocasiona una "perversión afectiva" que consiste en una
relación inequitativa tamizada de brutalidad” (Tello, 2006) . Es decir, en
ocasiones, más que un acto de amor, entrega y placer, se convierte en una lucha
de poderes para demostrar que el hombre es capaz de controlar a la mujer, que
es el que manda y busca hacerle saber que él tiene el poder. “Poseer
sexualmente, […], es dominar en el sentido de someter a su poder, pero también engañar, abusar o, como decimos, «tener» […]” (Bordieu,
1998, pág. 33). Una “violación brutal y sistemática de los derechos de las
niñas pequeñas a la integridad corporal y sexual, por parte de patriarcas
machistas o matriarcas sugestionadas, todo con el fin de reproducir el control
masculino sobre los cuerpos y la sexualidad de las mujeres” (Londoño, 2010,
pág. 533) es un problema muy grave.
Las
mujeres como todo somos seres humanos, tenemos derechos y uno de nuestros
derechos es el de ejercer con libertad nuestra sexualidad. La ablación del
clítoris debe detenerse, y no porque juzgue a otra cultura, no porque sienta la
mía es mejor que esa, sino porque la libertad del otro termina cuando empieza
la tuya. Hobbes creía que
Nadie es
tan superior a los otros, ni en fuerza ni en astucia, que pueda imponerse a
ellos indefinidamente. Por supuesto, algunos son más astutos y fuertes que
otros, pero incluso el más fuerte puede ser derrotado por los otros si se unen
(Rachels, 2013, pág. 227).
Ellas
están privadas a disfrutar, se les daña físicamente por una idea egoísta y
machista que ha surgido, sufren y en ocasiones por toda la vida. “Se estima que
entre 100 y 140 millones de niñas y mujeres de todo el mundo han sufrido la
mutilación genital” (igualdadya, s.f.), lo cual es una cifra bastante alarmante,
no dejemos que más mujeres y niñas se unan a la lista. No digo que vayamos a
cambiar su manera de pensar pero comenzar a educar y enseñar alternativas para
esta masacre, se trata de salvar vidas, no de cambiar un estilo de vida, de
crear conciencia y hacerles saber que no es obligación dejarse mutilar, que
somos seres humanos y merecemos ser tratadas por igual. “en muchas comunidades,
la mutilación genital femenina simboliza la transición de la infancia a la edad
adulta, y es percibida como un medio para asegurar que la niña ya está
disponible para casarse” (Greigner, 2007)*. Imagino el miedo que las niñas de
estas culturas deben sentir al saber que al crecer serán mutiladas y pasarán
por un gran dolor sólo para ser dignas al matrimonio, el cual, quizá a la larga
ni siquiera disfruten. Debe ser aterrador para ellas el saber que pronto se
convertirán en mujeres y no sólo naturalmente, sino que además serán mutiladas
para representarlo.
Conclusión
La circuncisión genital femenina ha sido la
pesadilla de muchas, mas sin embargo alrededor del mundo muchas ni siquiera
saben lo que es ni por qué se hace. ¿Por qué tratar a las mujeres como objetos?
Las mujeres son los seres humanos capaces de traer vida al mundo, ¿por qué no
tratarlas con amor y respeto? ¿Qué razón hay para ver a la mujer como poca
cosa?
La ablación del clítoris debe
detenerse, es una práctica inhumana, llena de egoísmo y machismo. ¿Hasta cuándo
van a entender las mujeres que no son inferiores?, ¿Hasta cuándo serán capaces
de amarse a ellas mismas y de tenerse respeto como para no permitir que las
dañen? Por desgracia los seres humanos son personas egoístas por naturaleza,
mientras que ellos no sean molestados en su zona de confort, no importa lo que
pase alrededor.
Esas mujeres necesitan ayuda,
quizá no saben o no hacen nada al respecto porque es la vida que siempre han
tenido, es la cultura con la que crecieron y no conocen nada más. Pero, ¿qué
necesidad de dar sufrimiento a todas a ellas sólo porque el hombre, quien
también es un ser humano, así lo desea?
Casarse
es el sueño de muchas mujeres, crecer es el anhelo de muchas adolescentes, pero
imagino que para todas estas niñas que sufren de MGF no comparten estos sueños.
La vida es una, hay que disfrutarla a cada momento y en todos los sentidos,
pero ¿cómo hacerlo si hay miedo de crecer y ser mutilada? ¿cómo hacerlo si a lo
mejor la pregunta recae en ‘crecer para ser mujer o para ser mutilada’?
Referencias
Básicas
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