Héctor
Octavio Javier González Castillo
Homosexualidad
Introducción
En este trabajo se menciona las
diferentes etapas de la homosexualidad en la historia, tomando como referencia
los hechos históricos para argumentar a favor de la homosexualidad, darles
valor a las personas por su dignidad y no por sus preferencias sexuales. Todos
tenemos el derecho universal de vivir nuestras vidas de la manera como nosotros
queramos.
Desgraciadamente México es un país
en el cual el ser homosexual es algo difícil, confrontando estereotipos,
modelos mentales y discriminación, llevando a un conflicto social que envuelve
la religión y la política.
1.1 Homosexualidad en la Historia
La
sociedad occidental tiene sus orígenes de una mezcla de las culturas griegas y
romanas. Estas culturas han dado las leyes y la estructura de la sociedad,
pero, quien ha regido y dado una estructura moral ha sido la religión “Las
Enseñanzas de las Escrituras y la Iglesia son vistas como algo que tiene
autoridad y que determina las posiciones morales que se deben tomar”. (Rachel,
2007, p. 100).
Es
bien sabido que los guerreros más poderosos de la antigua Grecia tenían
tendencias homosexuales. Un claro ejemplo fue Alejandro Magno, ocasionalmente
mantenía relaciones sexuales con hombres en contextos llenos de machismos y donde a la mujer no se
le consideraba persona. Actualmente se menciona que los hombres no pueden tener
sentimientos, relaciones amorosas o tener contacto con su lado femenino, porque
su lado guerrero o de macho no se los permiten; utilizando la argumentación que
hasta los guerreros más importantes de la antigüedad tenían ese contacto, queda
invalidado la idea que el hombre no puede ser femenino. En algunas culturas era
bien visto que la primera relación sexual fuera entre hombres. El Imperio
Romano adoptó de la cultura griega no solo su política, arte y teología, sino
también otro tipo de comportamientos sociales. Uno de estos comportamientos fue
la aceptación de la homosexualidad, practicada por la aristocracia romana, no
era considerada como algo extraño y fuera de lo normal, era practicada
regularmente en fiestas y eventos públicos.
Los
evangelistas cristianos tomaron las ideas del Derecho Natural de los griegos y
combinándolo con un mandato divino. Esto quiere decir que todo lo que no es
natural y que no es bien visto por Dios es en contra de la moral y del ser
humano, muchas personas las han adoptado como guía moral para sus vidas pero
“Lo correcto y lo incorrecto no deben definirse en términos de la voluntad de
Dios; la moral es cuestión de razón y de conciencia, no de fe religiosa; y en
todo caso, las consideraciones religiosas no dan soluciones definitivas a los
problemas morales específicos que confrontamos” (Rachels, 2006, pág. 107). En mi opinión nadie debería poder determinar
lo bueno y lo malo en las relaciones y comportamientos humanos en base de
dogmas y reglas religiosas y sociales. Todo enfoque de una sociedad debería ser
basado en la universalidad e imparcialidad, donde todo es respetado por la
visión de la dignidad. Es en esta época, principalmente en la Edad Media, donde
la sociedad occidental principalmente de la rama cristiana perseguía y
castigaba de manera tajante este tipo de prácticas, argumentando que la
homosexualidad era en contra de la voluntad de Dios y que los homosexuales eran
tentados por el mismo diablo; los inquisidores a parte de hacer diferentes
crímenes contra la humanidad, dañaban gravemente la dignidad de todas estas
personas. Cómo una persona pude ser considerado un ser perverso y de valores
inhumanos por el simple hecho de querer de un modo especial a una persona del
mismo sexo, inhumano es no permitir la libertad de ejercer nuestra sexualidad
de manera plena. “Los discursos en torno a la homosexualidad en la Edad Media y
los siglos XVII al XXI son marcadamente distintos. En la Edad Media no se
hablaba de homosexualidad y la Iglesia consideraba hereje a quienes mantenían
relaciones sexuales con personas de su mismo sexo. Los siglos XVII y XVIII son
descritos por Foucault (1998) como los escenarios para silenciar, poner en
emergencia la hipocresía burguesa y asumir las relaciones entre dos hombres
como un problema público, por un lado; y reglamentarlo como un asunto de
policías, por el otro” (Peña, 2013, pág. 5).
En la era donde la modernidad industrializada y
las universidades comienzan a profesionalizar los oficio en academias como la
medicina. Principalmente “a inicios del siglo XIX, en el mundo occidental se da
un cambio de paradigma con respecto al siglo XVIII. Cabe destacar, el paso del
one sex model al two sex model, es decir, del paradigma que partía del supuesto
neoplatónico de la existencia de un solo sexo, según el cual la mujer era un hombre
invertido, al paradigma que suponía la diferencia anatómica y psíquica entre
hombres y mujeres. En este contexto la homosexualidad aparece como una prueba
teórico- política de la consistencia del segundo paradigma y la legitimación de
la construcción de la diferencia sexual. En términos de Foucault (1998), se
trata de la construcción discursiva de la sexualidad, siendo la homosexualidad
una invención del discurso médico y psiquiátrico del siglo XIX” (Peña, 2013,
pág. 6). “A partir del siglo XIX, desde distintas disciplinas, comienza la
preocupación por determinar quién de entre los homosexuales era un “verdadero
degenerado”, en cuyo sustrato ideológico subyacía el modelo de sexualidad
burgués que operaba a través del disciplina miento y manejo de los cuerpos. No
por una condición que puede ser genética o por decisión propia se necesita un
caso de estudio para determinar que problemas psicológicos tiene una persona,
considerar la homosexualidad como un caso de estudio clínico no tiene nada de
malo si se utiliza un enfoque objetivo para ayudar a mejorar a las condiciones
de la homosexualidad y no para
perjudicarla. En este contexto surgió la “medicalización de la homosexualidad”,
que no era otra cosa que el intento de “normalización”, por parte de la medicina,
de la vida de los sujetos. No obstante, esta creación médico-psiquiátrica
decimonónica pasó y se enraizó en el ámbito del lenguaje pretendiendo
conceptualizar y representar a un cierto tipo de sujeto específico que no
existe en la realidad; de allí que sea más apropiado el término “homoerotismo”
para referirse a la pluralidad de prácticas, deseos y sentimientos de los
sujetos same-sex oriented” (Cornejo Espejo. 2007, Pág. 83).
El
termino de homosexualidad “como
concepto que unifica un conjunto de prácticas sexuales que tienen en común la
elección de un mismo objeto sexual, es una construcción discursiva, social y
espacial. Su reificación como identidad social reivindicada es un fenómeno
social reciente que sistematiza la elección exclusiva del objeto de deseo. El
término "homosexual" es acuñado en Prusia en 1869 para referirse al
individuo que mantiene relaciones sexo-afectivas con personas del mismo sexo”
(Boivin, Renaud René. 2011). Desde que se comenzó a querer
dividir las diferencias tendencias sexuales como heterosexuales y homosexuales
se ha fomentado a la discriminación de los no heterosexuales, degradando al
homosexual a un concepto de estudio científico por ser algo que supuestamente
la sociedad considera extraño o diferente. No por el hecho de tener una
tendencia diferente quiere decir que la sociedad pueda discriminar y dar un
trato diferente a las personas que no comulgan con las mismas ideas y gustos.
En una sociedad supuestamente multicultural donde se respetan los diferentes
puntos de vista, no debería haber modelos mentales que mermen la universalidad
y la imparcialidad ética.
1.2 Homosexualidad en la sociedad
mexicana
México
es un país con mucha historia, fundado por las diferentes culturas que han
habitado en su territorio, después con la llegada de los españoles México se
convirtió en un país con perspectiva occidental gracias a las influencias
europeas que trajeron los españoles. México cuenta con más de 200 tipos de
lenguas indígenas, cada lengua una cultura y sumándole la colonización española
encontramos un país con una mezcla cultural muy grande.
Gracias a esta combinación de
culturas México es un país rico en tradiciones, pero nuestra sociedad fue
reformada por los primeros sacerdotes que llegaron a México, convirtiendo al país
en un ferviente seguidor de las normas cristianas. La sociedad es
principalmente católica. “Culturas diferentes tienen códigos morales
diferentes. Lo que es correcto dentro de un grupo puede ser completamente
detestable para los miembros de otro, y viceversa.” (Rachels, 2006, pág. 39) ya
que el relativismo cultural depende de cada cultura y también el subjetivismo
es como cada persona percibe su entorno. Dentro del país en diferentes regiones socio-
eco- geográficas se pueden encontrar diferentes puntos de vista de cómo una
sociedad se maneja y regula sus códigos morales. En el norte del país se
acostumbra a resaltar al hombre y el machismo que esto genera. En el occidente
del país se considera mucho los estándares religiosos, es por eso que
dependiendo el relativismo cultural son los códigos morales que en la sociedad
se imponen.
Algunos
grupos sociales han tomado el concepto del derecho natural y el mandato divino
para argumentar que la homosexualidad va en contra de Dios y la naturaleza.
Recordar que la sociedad y gobiernos están creados en un contexto donde se
mezcla la religión con la política, “el cuerpo está también directamente inmerso en un
campo político, donde operan relaciones de poder que buscan insertarlo en el
sistema productivo” (Cornejo Espejo. 2007, Pág. 87).
.
En mi opinión, creo que esto es incorrecto. Si hablar que va en contra de la
naturaleza porque esta orientación sexual no da como resultado en la creación
de un nuevo ser, es algo poco sustentado. Es bien sabido que en la naturaleza,
los animales y otros seres vivos hacen uso de este medio para controlar y
mantener viva una especie, como se encuentra en la naturaleza es poco factible
decir que es anti natural.
Tomando
en cuenta lo anterior, México es un país el cual vive en pañales si en aceptación
hacia la homosexualidad se habla, principalmente por el contexto machista que
en el país se vive. “En el caso de la sociedad mexicana, la cultura sobre
sexualidad está conformada a partir de una visión polarizada de los géneros y
matizada por un gran conservadurismo, en
virtud del cual el heterosexismo se ha impuesto como la base de la normatividad
sexual; la homofobia forma parte en México de los ejes sobre los que se
construye el modelo dominante de masculinidad” (Granados, Torres, Delgado,
2009).
“Existe un cierto nivel
de respeto y tolerancia hacia estas personas, y al mismo tiempo una
discriminación muy marcada, sobre todo entre los varones hacia los gays, así
como el tradicionalismo cultural prevaleciente, aunque existe una intención deliberada
para lograr un cambio.” (Lozano, Ignacio. 2009, Pág. 153). Políticamente
algunos estados de la Republica mexicana han estado estudiando la posibilidad
de darle la oportunidad a las parejas homosexuales poder contraer matrimonio,
donde solo el Distrito Federal ha permitido esta realidad.
Para
que en un país los modelos mentales de una sociedad comiencen a cambiar, tienen
que haber una combinación de valores universales donde la persona se respete
como persona y no por sus inclinaciones sexuales, la homofobia no solo es el
miedo o rechazo a la relación sexual entre personas del mismo sexo, sino
también el miedo o rechazo a la confusión de géneros”. El rechazo surge cuando
se piensa que el hombre que es penetrado se vuelve más mujer, o la mujer que penetra
se vuelve más hombre. También apunta que todos los estereotipos y prejuicios
alrededor de la homofobia se convierten en algo natural ya que a través de la
cultura son inculcados en los individuos desde el comienzo de la infancia” (Lozano,
Ignacio. 2009, Pág. 157). De esta manera, pienso que la homofobia ha creado un
sistema de regular las tendencias homosexuales desde la infancia, implementando
el miedo hacia lo homosexual y creando un modelo mental que generara conflicto
a la sociedad.
La toleración entre los diferentes grupos
sociales, diferentes formas de ver el mundo tienen que tener una armonía
excepcional, respetando a cada uno de nosotros como iguales, como especie
tenemos autonomía moral y dignidad. “Es
un hecho que la gente es diferente en muchos aspectos (color de piel, género,
clase, edad, nacionalidad, religión, orientación sexual, etc.), pero ninguna de
estas diferencias tiene que ser significativa para un sistema moral o legal que
parta de principios de igualdad e imparcialidad.”(Ortiz, 2011, p. 6). Yo
creo firmemente que nadie puede decir y juzgar a otras personas de cómo vivir
su vida, cada quien tiene el derecho de hacer con su vida lo que mejor crea.
Un
país con una mentalidad castrada por los diferentes dogmas religiosos y
sociales, se pueden encontrar una discriminación muy marcada, la cual encuentra
el nombre de homofobia, “la homofobia forma parte del complejo proceso de
determinación social de la mayor vulnerabilidad de los varones homosexuales al
VIH sida. El contexto social, a través de las relaciones sociales de inclusión
y exclusión, distribuye riesgos y daños a la salud de forma desigual; en el
caso de los grupos estigmatizados por su conducta, genera mayores daños a la
salud mental; esta inequidad representa un estado intermedio que implica a su
vez mayores riesgos para otras enfermedades, además del VIH-sida” (Granados,
Torres, Delgado, 2009, pág. 487), este tipo de segmentación de la sociedad e
intolerancia es consecuencia del poco acceso a la información, creando tabús e
ideas incorrectas.“Los ambientes culturales caracterizados por la intolerancia
hacia los homosexuales propician en este sector una serie de problemáticas en
salud vinculadas con la experiencia de la opresión y la violencia” (Granados,
Torres, Delgado, 2009, pág. 487).
Desgraciada
o afortunadamente México tiene un campo muy amplio para implementar planes de
educación social donde realmente se implemente el respeto y tolerancia para los
diferentes grupos sociales que en el país subsisten. Los derechos humanos en
una sociedad como la mexicana, donde los contrastes económicos merman la salud
interna del país, provocando desprecio para los indígenas, homosexuales y toda
aquella sociedad que no simpatice con los ideales aristocráticos de la alta sociedad.
La educación bien dirigida donde se separe realmente el estado de los dogmas
religiosos, planteando una perspectiva completamente ética que valore a la
persona y su dignidad, transformaría el futuro de un país.
Conclusión
La homosexualidad es un tema el cual
se ha vuelto un tema político, religioso y social, pero que no debería ser
determinado y controlado por estos entes. El único que pude determinar las
tendencias sexuales son las mismas personas que escogen llevar ese estilo de
vida. Los homosexuales son personas al igual que toda la sociedad, sus
sentimientos y sus acciones deberían ser respetados de una manera ética. Todos
los seres humanos tenemos los mismos derechos, no se modifican por el hecho de
tener diferentes rasgos o gustos; por el simple hecho de ser humanos todos
tenemos dignidad y ocupa ser respetada.
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original The Elements of Moral Philosophy ISBN 968-16-7906-7.
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