Ensayo Final
Rosa Itzel
Lino Muñoz
A01225951
Ética, Persona y Sociedad
Grupo 13
50 Sombras de Liberación
Sexual Femenina
RESÚMEN
El presente ensayo habla
sobre la lucha de mujer a través de los
años para su liberación sexual. La manera en que el machismo y la igualdad de
género toman cada aspecto de nuestras vidas y hasta a nuestras camas se ha
metido. La lucha por quitar la venda de una sociedad que desde hace años
reconoce indirectamente la importancia que la sexualidad, fuera de la
procreación, representa no sólo para el hombre sino para la mujer también, y
que poco ha hecho al respecto más que ridiculizar y burlarse de la mujer que
descubre su poder, necesidad y derecho más allá de lo que le ha otorgado la
sociedad.
Palabras
Clave: mujer, sociedad, liberación sexual, derechos
humanos, machismo, igualdad de género.
A) ÍNDICE
1. [Antecedentes de la Sexualidad Femenina]
1.1. La
píldora anticonceptiva y sus efectos secundarios
1.2.
Mujeres histéricas
2. [Machismo en el sexo]
2.1.
Reacción masculina ante la libertad
2.2. No
solo los hombres son machistas
3. [Liberación erótica femenina ]
3.1. Más que una obligación, una recreación
3.2. La
sexualidad también como derecho para la mujer
“Nada
es más difícil que reconocer la libertad del otro, sobre todo cuando el otro es
una persona que amo y se desea”. –Octavio
Paz
Algunos
de los humanos habitantes del planeta Tierra, creemos en la evolución, en el
proceso por el que todos nuestros cuerpos y mentes han pasado para llegar a la
posición en la que hoy se encuentran. Parte de este camino, fue el
reconocimiento de la mujer como habitante del mismo planeta del hombre con los
mismos derechos y las mismas obligaciones. Empezaron por cedernos voz, darnos
lugar, aumentar nuestras oportunidades.. Pero, ¿qué es lo que les detiene de
vernos como iguales?¿Por qué “hacernos el favor” de darnos un lugar que desde
un principio nos pertenecía? Con esto dicho, el tema a abordar no sólo es sobre
la controversia del machismo, sino sobre el tabú de la sexualidad y el erotismo
femenino. Y es que, todavía en éstos días, “la que se libera, se vuelve zorra”.
1. Antecedentes de la Sexualidad Femenina
1.1 La píldora anticonceptiva y sus efectos secundarios
Desde los inicios de nuestra especie, el
fin de las relaciones sexuales ha sido el de la preservación de la especie. La
mujer había de embarazarse y cuidar de sus crías mientras el hombre buscaba
alimento y les brindaba protección. Pero siendo esto miles de millones de años
atrás, y hablando de evolución, es hora de verlo con otros ojos. Si bien los
hombres, por su libertad otorgada, descubrieron que el sexo no era
específicamente para la procreación, tomó la invención de un fármaco para abrir
los ojos, las mentes, y las piernas de las mujeres.
En el momento en que la mujer tuvo mayor
noción de que su sexualidad no era sólo para la procreación, sino que también
existía por placer, se vuelve una revolución. Después de tantas generaciones de
ser objetos de placer y juguetes sexuales para el hombre, ahora era obvio que
las mujeres podían hacer lo mismo. Los 60´s marcan grandes cambios en cuanto a
sexualidad y amor respecta. Tan así que esa época es reconocida como Revolución
Sexual. Se es libre de hablar de sexualidad, la información va en ascenso junto
con la literatura al respecto, se reivindica la virginidad como valor,
reivindicación de placer sexual en la mujer, se dan avances en la
anticoncepción.
Se
rompe con tabúes que habían sido creados por las regulaciones del
comportamiento sexual, dominantes y restrictivas, de antes. Es aquí cuando las
mujeres encuentran la posibilidad de placer y mayor actividad sexual. Ahora la
sexualidad ya no es vista como “pecado”, se avanza hacia una sexualidad “libre
aunque genitalizada” (Fernández, 2004, p.4).
1.2
Mujeres Histéricas
Desde
mucho antes de este descubrimiento y la mencionada revolución, médicos comenzaban
a darse cuenta que el sexo era mucho más para la mujer que sólo dar a luz a sus
hijos. Incluso, la mujer con “mala cama” era estudiada y considerada enferma.
La condena a sufrir este mal era interminable en aquellos tiempos, viviendo en
una sociedad prejuiciosa y llena de dobles morales, la única cura para su
enfermedad era el matrimonio. Para entonces poder tener sexo, de otra manera,
era imposible.
“La concepción de la etiología consideraba que esta enfermedad se daba
principalmente en mujeres que no habían tenido relaciones sexuales y que debido
a ello se podría producir un resecamiento en la matriz, por lo que su
movimiento buscaría recobrar la humedad perdida en la cavidad abdominal o en la
garganta. Se hacía una distinción en el tratamiento de acuerdo a la edad de la
paciente y si eran vírgenes, casadas o viudas. En el caso de las mujeres
solteras se recomendaba como medio más eficaz la consecución pronta de un
marido... No se puede desconocer que la psicología popular conserva estas ideas
en la actualidad”(Marchant, 2000, p.3).
Existen quienes atribuyen a éste
fenómeno la invención de los dildos o
comúnmente conocidos como “consoladores”. Antes usados para la cura de una
“enfermedad” y ahora vistos como tabú.
Machismo en el sexo
La periodista Yale Farache, en su artículo “Mis tetas
y yo”, da perfecto ejemplo de lo que para un hombre representa la imagen de una
mujer libre, en todos sus aspectos. Se le conoce al género femenino como “lo
desconocido” y a la vez se le sitúa a su lado cual si fuera un adorno necesario
para su vida, más no como igual. El parecido existente como miembros de la
misma especie, permite que ambos sean reflejo del otro. “El hombre teme al
poder de la mujer y al cubrirla “desaparece” su feminidad, su otredad, su
amenaza”[1].
2.1. Reacción masculina ante la libertad
Si bien los hombres ya lo sabían, al
darse cuenta las mujeres comienzan a utilizar el sexo sanamente a su favor. Los
hombres en su búsqueda constante de control se aterran y martirizan a las
mujeres sexualmente libres, sobretodo tachándoles casi de prostitutas.
Francesco Alberoni delimita dos
mundos, el erotismo y la pornografía. El primero, según el autor es un mundo
femenino y el segundo es el mundo masculino. Claro que con el
tiempo, dichas fronteras se irán aminorando. “El devenir es siempre una
síntesis entre lo antiguo y lo nuevo... los arquetipos que se registran en
nuestra cultura, las figuras que ordenan el aprendizaje, serán reelaborados, no
destruidos” (Alberoni: 2000). (Freyman, 2011, p.8).
El
sexo como placer
permitió a las mujeres
liberar rasgos de carácter
que están considerados como
masculinos normalmente.
“Esto ha revolucionado la
identidad y el comportamiento sexual femeninos, le ha
dado mayor libertad y ha acentuado la autonomía de la mujer con respecto al
hombre” (Fernández, 2004,
p28)
2.2. No solo los
hombres son machistas
La mujer vive y se ha creado
bajo la tutela de una sociedad que antepone la figura del hombre. Desde viejos
tiempos hemos creado pactos entre hombres y entre mujeres para llevar una vida
más plena y pacífica. Uno de éstos pactos ha sido el de cubrirnos, y con la
ropa también tapar nuestro deseo, sensualidad y sexualidad. Aceptamos cubrirnos
siempre y cuando las demás también lo hagan. Tanto los hombres como las mujeres
conocemos el poder y capital erótico que representa una mujer al descubierto.
Es una irresistible amenaza. Como Farache podría mencionar, “cubrir las tetas
es un acto desarme”.
Es por esto que las mujeres
son incluso más rígidas al momento de juzgar. Una mujer sexualmente libre, es
como una potencia amenazando de usar su más potente arma incluso antes de que
la guerra comience. Con eso comienza la condena. Es la violación de un pacto pensado por hombres y
perpetuado por todos. “La mujer vigila que el pacto se cumpla, y castiga a la
infractora con la burla, el rechazo, o el ostracismo. El hombre, en cambio,
anhela que rompa el pacto, pero cuando lo hace la tilda de puta”[2].
La
sociedad entera teme a éste nuevo alce de la conciencia del placer sexual fuera
del matrimonio y con propósito distinto a la mera procreación. Las mujeres, al
igual que los hombres, se tachan entre ellas y crean tabúes para aquello que
les parece “inmoral” en una mujer pero perfectamente normal en un nombre.
“Es
como si reprodujera
la noción del
sexo como algo malo
y tabú, oculto, clandestino, antinatural y reprimido”
(Fernández, 2004, p26). Algunas personas, las más tradicionales y conservadoras
en cuanto a costumbres y religión, podrían ver el sexo como sólo un medio para
la reproducción, fuera de eso es irrelevante. Otros pueden considerar el sexo
sin valor, empobrecido y rutinario, con tendencia
a considerar el sexo como una fuerza benéfica que está reprimida por una
civilización corrupta (Reich, 1985).
Liberación erótica femenina
3.1. Más que una obligación, una recreación
La mujer, al hacer su descubrimiento del
sexo como una representación de amor y de placer, también descubre que no tiene
por qué ser al servicio únicamente de su pareja o de su familia. Se descubre a
sí misma y a su valor. Si la sexualidad sólo
sirviera para la reproducción, “la sexualidad humana sería un lujo inútil y
superabundante” (Bonnín, 2001, p. 28) Tiende hacia una comunidad del amor separando la reproducción de la sexualidad y
haciendo posible
poder planificar
su propia vida, adoptando un nuevo
papel en la sociedad.
papel en la sociedad.
La mujer ya no sólo existía para ser madre. El escritor Octavio Paz, que hace la distinción entre la sexualidad
animal y la humana, nos hace la aclaración de que una sexualidad animal se
fundamenta, en la mayoría de los casos, con la reproducción; en cambio la
humana no, “sino que se alimenta del erotismo” ” (Freyman, 2011, p.3). Mientras
a muchos de nosotros nos educaban en casa con el pensamiento contrario.
Pensando en la sexualidad como recreación, recordamos el término erotismo,
y para esto
reconozcamos al erotismo por su “tendencia femenina”, y por su pura inclinación
de dejar la procreación de lado para enfocarse en el “goce sensual”(Freyman,
2011, p.2). En nuestra educación familiar y alrededor en nuestra sociedad, de
hecho el enfoque se encuentra en pensar que la mujer es más sobre amor y flores
y romanticismo, y que el hombre es quien siempre está pensando en sexo. Francesco Alberoni menciona la existencia de dos lenguajes: el de los
poetas y el de la pornografía. En cambio, “en el amor, por ser la suma de todo,
habita todas las palabras” (Alberoni, 2000). Y podría ser que la mujer se
enfoca en el amor, hasta que descubre que también puede pensar en sexo, sin ser
sancionada.
3.2. La sexualidad como derecho para la mujer
Todos como seres de la misma raza humana,
merecemos los mismos derechos. Si un hombre tiene el derecho al placer ¿por qué
una mujer debería de ser avergonzada, tachada o incluso prohibida por la sociedad
al respecto? Y es aquí dónde encontramos una discrepancia ética en términos de
Derechos Humanos: Para la procreación, es necesaria tanto la semilla del hombre
como el seno de la mujer ¿Por qué, entonces, la sexualidad se vuelve en un
“trabajo de procreación” solamente para la mujer y no para el hombre también?
“El placer forma parte de los
derechos sexuales y se considera fuente de bienestar físico, psicológico,
intelectual y espiritual aunque este muchas veces se nos ha negado en especial
a la mujer. .La mujer fue
históricamente postergada en el aspecto del goce y el erotismo y es mucho el
terreno que le queda por ganar, aunque ha habido avances significativos en los
últimos años” (Reich, 1985).
¿Será
que en la sociedad de nuestros días, el poder sexual femenino está tomando
tanta fuerza que aterroriza a la comunidad misógina? Y es que la liberación de
la sexualidad femenina no solamente es el hecho de tener acceso al placer y la
recreación más que al deber y la procreación, sino que representa una mujer
segura que sabe cómo utilizar los atributos que una sana sexualidad le
atribuye. “La sexualidad se ha vuelto más importante para todo el mundo […] y
una de las consecuencias de éste fenómeno es el aumento del valor del capital
erótico femenino” (Hakum, 2014, p.20).
Conclusiones
Si bien será difícil la lucha en contra de aquellos con ideologías más
tradicionales y cerradas, el paradigma de lo que se le atribuye a una mujer y
lo que no debe cambiar. Si logramos que nos dieran voz y voto, ¿por qué no
podríamos lograr que nos dejaran de nombrar “zorras” por hacer algo a lo que
tenemos derecho y que además los hombres son premiados por hacer? La intimidad
es un refugio. “El sexo es una forma de dar y recibir placer”. Cómo poner erotismo
en nuestra vida, estimular el deseo, encender la pasión y protegernos así de
las crisis y los conflictos de un mundo cada vez más hostil. (Allende, 2014 )…
C) BIBLIOFRAFÍA
· Fuentes Básicas
Alberoni,
Francesco. (2000) El origen de los sueños. Barcelona: Gedisa.
Allende
Isabel. (2014) Afrodita. Editorial Porrúa,
5ta edición. México, DF.
Bonnín, E. (2001). Ética Matrimonial,
Familiar y Sexual. San Pablo Editorial.
Fernández Rius, L. (28, julio-diciembre, 2004,). Amor y
Sexualidad: Algunos desafíos. Universidades, n.28. Disponible en:
http://www.redalyc.org/pdf/373/37302804.pdf
Freyman, R. (3 de Marzo del
2015). Geografía y lenguaje erótico:
Razón y Palabra. 1, 15 páginas.
Hakim, C. (2014). Capital Erótico (Primera
ed.). México, D.F.: Penguin Random House Grupo Editorial.
Marchant, M. (2000) Apuntes sobre la Histeria. Santiago, Chile: Revista de
Psicología,vol.IX, núm.1. Disponible en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=26409109
Reich,
Wilhelm. La revolución sexual. Editorial Origen Planeta. México 1985.
Urtubey, S. (2004). Erotismo Femenino: La llave de sexualidad
contemporánea. España, Barcelona.: Circulo Latino
Editorial.
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