lunes, 11 de mayo de 2015

Mexico y su Democracia


Beatriz Fernanda Alatorre Rodríguez
Ética, personas y sociedad


México y su Democracia: Desigualdad

Durante este trabajo se hablara sobre la situación que se vive en nuestro país, México, principalmente destacando el contexto y realidad el régimen político en el que vivimos, con la finalidad de concientizar y mejor aún informal al lector, siendo el primer paso para mejor la situación de nuestro país; el primer paso es que la población acepte la realidad de los problemas que nos afectan directamente como ciudadanos día a día, saber su origen de los problemas ayuda para la solución de estos. Se discutirá sobre la desigualdad, el abuso de poder por parte de los trabajadores de gobierno y otros temas más, con la postura ética constante y con argumentos sostenibles para respaldar mi postura sobre el tema. El importante aclarar y tener en claro que vivimos bajo un régimen democrático y como ciudadanos tenemos que trabajar para que se respete y se vea por el bien común de todos los mexicanos.
Palabras Clave: Desigualdad, Democracia, Estado de Derecho, Gobierno, Corrupción
Considero que como país tenemos muchos problemas éticos, sin embargo, uno de los problemas más grandes que yo como ciudadana veo que cada vez sigue corrompiendo más y más a la sociedad, es sin duda alguna la desigualdad que se vive en nuestro país. Lo más importante de todo esto es que se supone que vivimos en un sistema político que se basa en la democracia, en el cual sus principales características de este son la igualdad y la libertad entre sus ciudadanos. No obstante, la situación de México hablando sobre el fenómeno de la igualdad es contraria con la realidad que se vive en el país.
Mi postura sobre este tema es a favor de la igualdad, y en contra de la desigualdad tan ejercida en nuestro país, considero que las personas deben de tener las mismas oportunidades y por lo contrario siempre llegan a ser las personas con menos recursos las que reciben menos de las oportunidades y beneficios que existen en nuestro país. Las personas más vulnerables no solo sufren la mala administración de nuestros gobernantes, sino la mala distribución de las riquezas, sin duda alguna considero que el problema es minimalista, es decir viene de la forma de gobierno. 
Es importante aclarar que la democracia es mucho más que los procesos electorales y decidir quién quieres que represente -se supone- el bien común de todos los ciudadanos mexicanos, sin embargo esta práctica de la democracia es sumamente importante pues el objetivo de que estas personas nos representen es para que vean el bien común de todos los ciudadanos.
La desigualdad social presupone como categoría de análisis la presencia de procesos de alta acumulación de capital económico, político e 'informacional' así como de una mala distribución de la riqueza, transformando beneficios públicos en privados […] en un marco semejante, sólo determinados sectores de la sociedad gozan de prebendas, mismas que se obtienen en detrimento de los demás. Estos procesos son acompañados por la ausencia y/ o debilidad de instituciones de carácter político que, en lugar de distribuir equitativamente el bienestar, limitan su acceso” (Díaz, 2009, pg. 8)
 Este tipo de escenario que ocurren con frecuencia, las personas con mayores necesidades suelen ser las que menos salen beneficiadas, es un problema de corrupción, de beneficiar a las personas con adquisición económica mayor que pueda comprar las instituciones. la democracia parte de los principios de libertad, igualdad y equidad bajo los que orienta la construcción de instituciones, marco de referencia de las acciones de los individuos, cuyo resultado se espera sea una sociedad con menores asimetrías tanto políticas como económicas. Sin embargo, democracia y desigualdad coexisten porque, de alguna forma, la primera ha institucionalizado a la segunda tolerando y haciendo llevadera su existencia” (Díaz, 2009, pg. 12).
Un Estado de Derecho es lo que se debería de ampliar efectivamente en nuestro país, pues a pesar que un Estado de Derecho es lo contrario a un Estado Absolutista al igual que la Democracia, estos dos tienen en común que las personas eligen a los representantes de gobierno, y surge aquí la división de poderes, como el Poder Legislativo, Poder Judicial y Poder Ejecutivo, sin embargo el estar bajo un régimen Democrático no necesariamente implica que exista un Estado de Derecho. Para que exista un verdadero Estado de Derecho es necesario que la sociedad política se encuentre plenamente juridificada y donde las normas aseguren que todo ciudadano será tratado por igual frente a la justicia.
Según la definición de un Estado de Derecho este tiene que cumplir con ciertas normas como la Ley debe de ser el mandato fundamental, lo esencial de esta norma es que todos los ciudadanos al igual que los representantes de gobierno deben someterse y ser juzgados con las mismas condiciones como cualquier individuo por más importante que su cargo sea; Deben de garantizarse todos los Derechos y Libertades, es responsabilidad del Estado que la Ley se efectúe y que en ella se vele por la libertad de todos los individuos que viven bajo su tutela; y la Administración debe de encontrarse limitada por la Ley (Definición, 2015). “Un Estado de Derecho Efectivo es fundamental para la existencia de un régimen democrático, pues garantiza la igualdad de los ciudadanos frente la ley, así como la existencia del régimen mismo. Una democracia sin Estado de Derecho es una contradicción” (Aguiar, 2009).
 Es más que claro que todas estas normas que se deben de respetar para tener un Estado de Derecho son corrompidas aquí en México, es necesario y primordial para el bienestar de México y sobre todo para mantener estabilizado el edificio social, que se recupere la confianza de los ciudadanos hacia sus representantes, y sin duda alguna mejorar la formación una sociedad igualitaria y responsable políticamente. En “México diversos problemas han sido ya resueltos: nuestro régimen es una democracia electoral competitiva, en donde la libertad de expresión está garantizada para los diversos actores civiles y políticos. Sin embargo, las deficiencias del sistema de justicia, en particular las referentes al desempeño de los ministerios públicos y las policías, son un reto que el Estado mexicano y su democracia no han logrado superar. El Estado mexicano ha sido incapaz de modernizar, profesionalizar y hacer del Ministerio Público (MP) una institución efectiva, transparente y que proteja y garantice la seguridad y los derechos de víctimas y acusados” (Aguiar, 2009).
La creación de instituciones de las desigualdades sociales parece ser tan antigua como el surgimiento del Estado. La creación del Estado así como la el Pacto Social que da pie a la organización, por un lado da el interés general y, por otro, prevé que la legislación regule cierto tipo de desigualdades:
“La ley puede muy bien estatuir que habrá privilegios, pero no puede dárselos concretamente a nadie; la ley puede crear distintos tipos de ciudadanos, asignar incluso las cualidades que darán derecho a estas clases [...] no hay que preguntar a quién corresponde hacer leyes, puesto que éstas son actos de la voluntad general [...] ni si la ley es injusta, puesto que nadie es injusto para sí mismo. [...] En cuanto la igualdad, no debe entenderse por esta palabra que los grados de poder y de riqueza sean absolutamente los mismos, sino que, en cuanto poder, esté por debajo de toda violencia y no se ejerza nunca sino en virtud del rango y de las leyes y, en cuanto a la riqueza, que ningún ciudadano sea lo bastante pobre como para verse obligado a venderse” (Díaz, 2009)
Se puede decir que desde la creación del Estado se ha ejercido la desigualdad y por ende la sociedad está acostumbrada, sin embargo la desigualdad sobre pasa los niveles de tolerancia o inhumanidad cuando existe una gran cantidad de personas viviendo en situaciones de pobreza extrema. “México es un país en desarrollo caracterizado por profundas desigualdades sociales y regionales. Con 103,263,388 habitantes en 2005, de los cuales 23.5% eran población rural, es la undécima nación más populosa del planeta (Inegi, 2007: 36). Se caracteriza además por su fuerte emigración: en 2006, 11,534,972 mexicanos residían en Estados Unidos de América (eua) (Pew, 2008). Por el tamaño de su producto interno bruto (pib), de 840 mil millones de dólares estadounidenses, en 2006 era la décimocuarta economía más grande del globo (Pef, 2007: 290, 294). Con un pib per cápita de 8,134 dólares anuales en 2006, se lo puede considerar como un país de ingreso medio; sin embargo, dicho ingreso está notoriamente concentrado en sectores reducidos de la población. Su Índice de Desarrollo Humano (idh) de 0.8031 lo coloca en el lugar 52 en el mundo, inferior a algunos otros latinoamericanos, como Argentina, Chile, Uruguay, Costa Rica y Cuba” (Emmerich, 2009, pg. 18).

La desigualdad desgraciadamente es una de las cosas que se distingue a nuestro país, puede estar uno de los hombres más ricos del mundo dentro de nuestra sociedad y al mismo tiempo tener una gran parte de la población en pobreza extrema; según un reporte sobre desigualdad y pobreza, realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en nuestro país la diferencia entre el ingreso de 10 por ciento de las familias más ricas y el 10 por ciento de los hogares más pobres fue de 28.5 veces en el año 2010, y esta desigualdad va en aumento (Piz, 2013), “A las democracias modernas les falta el otro, los otros. […] las sociedades contemporáneas unas ricas y otras pobres y aun miserables, en el interior de cada sociedad se repite la desigualdad. Y en cada individuo aparece la escisión psíquica. Estamos separados de los otros y de nosotros mismos por invisibles paredes de egoísmo, miedo e indiferencia. […] a medida que se eleva el nivel material de la vida, desciende el nivel de la verdadera vida […] La democracia moderna no está amenazada por ningún enemigo externos sino por sus males íntimos” (Paz, 1992, pg. 23-24).
Es más que evidente la ineficiencia de nuestro régimen político, y esto en cualquier ámbito en el que se demuestre llega a ser un problema ético que como ciudadanos de este país sufrimos día con día, llámese corrupción, desigualdad, abuso de poder, discriminación y un sinfín de violaciones de derechos.
“Los estándares de justicia, en general, no invalidan los derechos morales individuales. Parte de la razón es que, en cierto grado, la justicia se basa en los derechos morales individuales. El derecho moral a ser tratado como una personas libre e igual, por ejemplo, es parte de lo que está detrás de la idea de que los beneficios y las cargas deben distribuirse por igual. Pero todavía más importantes es el hecho de que, como se vio, un derecho moral identifica los intereses de las personas, cuya búsqueda libre no se puede subordinar a los intereses de otros, excepto cuando hay razones especiales y excepcionalmente fuertes” (Velásquez, 2006, pg. 90).
Debe de dejar de existir esos rangos tan extremistas de una parte de la sociedad hacia la otra, es importante tomar conciencia especialmente los representas de gobierno, no se debe de poner como prioridad los interés y necesidades de algún sector de la población y dejar en la marginación al resto. En conclusión considero importante que nosotros como ciudadanos hagamos la diferencia dejar atrás esa costumbre que la mayoría de los mexicanos tienen y que desgraciadamente nos está caracterizando, me refiero al beneficio individual que la mayoría de nosotros buscando, provocando que se normalice la corrupción y esto es más que claro que nuestros representantes en el gobierno aprovechan y multiplican la busca por su benéfico individual o tal vez solo de las personas cercanas a ellas.




Referencias
Díaz, C. (2009). Instituciones, democracia y desigualdad social. Revista mexicana de
                                   Ciencias políticas y sociales. Recuperado de:
            http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185-19182009000100006&script=sci_arttext

Democracia sin Estado de Derecho. El Ministerio Público en México

Aguiar, Azul. El Cotidianohttp://0-search.proquest.com.millenium.itesm.mx/assets/r20151.2.0-6/core/spacer.gif24.153http://0-search.proquest.com.millenium.itesm.mx/assets/r20151.2.0-6/core/spacer.gif (Jan/Feb, 2009): 29-36
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Paz, Octavio. (1992), La democracia: lo absoluto y lo relativo. Mexico. Vuelta.
Velásquez, Manuel G. (2006). Justicia y Equidad. México. Person Educacion.
Definición. (2015). Estado de Derecho. 2015, de WordPress Sitio web:
Piz, V. (23 de abril de 2015). México, líder en desigualdad. El Financiero.
            Recuperado de: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/mexico-lider-en-desigualdad.html
Gustavo Ernesto Emmerich . (2009). Situación de la democracia en México. Iztapalapa :
Universidad Autónoma Metropolitana.
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