Ética en la
comunicación: Uso responsable de los medios de comunicación y su cuidado
Resumen
Este
ensayo propone un uso responsable de los medios de comunicación, ya que estos
son muy importantes en la esfera pública y marcan pauta en la sociedad. Se propone
una solución mediante la participación de todos, así como del uso de la educación para
mejorar la precaria situación en la que nos encontramos, ya que los medios de
comunicación nos mantienen alejados de la realidad por su contenido inadecuado.
También se hace uso el término de la autorregulación como una posible solución
a la falta de libertad de expresión contra la pésima idea de la autocensura. Con
el fin de poder aplicar la autorregulación en todo el mundo.
Palabras Clave: ética, medios de comunicación,
responsabilidad, autorregulación, autocensura, ética del cuidado, libertad de
expresión, México, ética de los usuarios.
Abstract
This essay proposes a responsible use of the media,
since these are very important in the public sphere and pace-setters in the
society. Proposes a solution through the participation of all, as well as the
use of education to improve the precarious situation in which we are found,
since the media keep us away from reality due to its inappropriate content.
Also it uses the term of self-regulation as a possible solution to the lack of
freedom of expression against the terrible idea of self-censorship. In order to
be able to apply self-regulation throughout the world.
Key
Words: Ethics, media, responsibility, self-regulation, self-censorship, ethics of care, freedom of expression,
Mexico, ethics of the users.
Los
medios de comunicación son un pilar fundamental en nuestra vida, manejan cada
día la esfera pública de nuestras sociedades, lo que vemos, lo que nos quieren
mostrar. Estos medios tienen la capacidad de influir en la vida de millones de
personas, no solo con el hecho de informar al que los escucha o ve; sino
también de educar, socializar, crear pautas de ocio y actualizarnos en moda;
los medios configuran símbolos en nuestra sociedad. “En ese marco original, la
actuación de los medios fue concebida bajo una óptica de contrapoder: debían
actuar como un mecanismo esencial de vigilancia del poder político y como una
garantía más de la transparencia publica propia de una democracia; y para ello
debían gozar ellos mismos de la mayor libertad posible” (Aznar, pág. 20, 2005).
Es necesario promover mediante la educación una cultura de cómo usar
responsablemente los medios y su cuidado respectivamente.
Una
responsabilidad que debe ser de todos los que la integramos, así como de uno
solo como individuo responsable. Ya que al día de hoy, los medios de
comunicación no actúan como un contrapoder “Los medios han heredado los
privilegios asociados al papel tradicional bajo el que fueron considerados hace
dos o tres siglos, cuando en verdad hoy conforman una realidad que va muchísimo
más lejos” (Aznar, 2002), por el cual fueron creados en sus inicios; sino son
las mismas grandes compañías las cuales eligen y regulan que se debe enseñar,
promover, mostrar, ver, explicar y que no está permitido. “Una gran parte de
los medios actuales forman o pertenecen a grandes corporaciones nacionales e
internacionales, con cifras de facturación gigantescas, vínculos empresariales
estrechos con otras grandes empresas y grupos financieros, y afinidades con
partidos políticos o grupos de presión” (Herman y McChesney, 1999).
¿Qué
sentido tiene si los medios gozan de una libertad sin restricciones cuando en
realidad actúan como cualquier otro negocio? ¿Qué tiene que ver la libertad de
expresión con emitir programas de chismes, películas con contenidos no
apropiados a horas no razonables, anuncios de productos no apropiados, e
invitados con alguna discapacidad para generar risa? Y mantenernos alejados de
nuestra realidad. Son muchas las evidencias que la televisión basura genera un
efecto negativo en la sociedad. “En promedio, hay seis veces más violencia
durante una hora de “TV infantil” que en una hora de programación de “TV para
adultos” nos dice Michael Rothemberg en su clásico trabajo “Efectos of TV
violence on children and youth” de hace unas décadas” (Rothemberg, 1975). En el
vecino país de Argentina, una encuesta del Centro de Estudios de la Opinión
Pública (CEOP), indica que el entretenimiento principal del 77% de los
argentinos es mirar televisión, y casi el 84% le destina a dicha actividad más
de dos horas diarias. De los 2.926.089 niños de entre 5 y 14 años residentes en
Capital Federal y Gran Buenos Aires, un 40% mira de 3 a 5 horas por día. Acerca
del impacto de la violencia televisiva en el universo infantil, las
Universidades de Quilmes, Buenos Aires y Belgrano, en un trabajo conjunto,
descubrieron que en 242 horas de programación se reconocieron 4703 escenas de
violencia. Según esta estadística, cada tres minutos se producen imágenes de
agresión que se duplican los fines de semana y en períodos de vacaciones. Los
autores concluyen que, a lo largo de seis años, un menor acumula en su memoria
un total de 85.410 escenas violentas. (Kucharky, L. y Savignano, B., 2005).
La
televisión, y ahora la internet, se apropian del poco tiempo del que disponen
los niños para dedicarse a las actividades lúdicas y recreativas. Los medios de
comunicación se han transformado en el centro fundamental de socialización para
la juventud pobre, proceso basado en consumismo y violencia (García y Ramos,
1988). En su texto Homo videns: la sociedad teledirigida (2004), el
politicólogo italiano Giovanni Sartori analiza el peligro de exponer a los
niños –el los llama los videoniños- ante la televisión basura y nos deja una
serie de afirmaciones y estadísticas que bien puede ser tomadas en cuenta en
muchas realidades sociales, las mismas que están debidamente planteadas y
fundamentadas en la obra mencionada. Por ejemplo indica:
•
El niño ensimismado con la TV no lee.
•
La TV modifica radicalmente y empobrece el aparato cognoscitivo del homo
sapiens.
•
95% de niños entre 3 y 10 años (Italia) ven TV casi todos los días.
•
En los EEUU: 3 horas diarias de TV en niños de inicial.
•
En los EEUU: 5 horas diarias de TV en niños entre 6 y 12 años.
•
El niño formado en la imagen se reduce a ser un hombre que no lee.
•
Ese adulto sólo responderá a estímulos audiovisuales.
•
El acto de ver está atrofiando la capacidad de entender.
•
La reflexión requiere tiempo y reposo.
•
El hombre que lee está decayendo rápidamente.
•
Lo peor de todo es que (en este mundo actual pareciera que) “ya no se necesita
leer”.
“Las
sobradas experiencias de su uso propagandístico, de su capacidad para promover
o reforzar estereotipos y prejuicios, de su responsabilidad en asuntos como
telebasura, los juicios paralelos, el abuso de los contenidos violentos y
sexistas, la libertad que gozan va unida en demasiadas ocasiones a un uso muy
poco responsable y cuidadoso de la misma” (Aznar, pág. 21, 2005). Todo esto lo
podemos observar cotidianamente, sobre todo en la televisión, ya que es un
medio de comunicación en México de gran alcance; ya que la mayoría de la gente
la ve por el hecho de que parte de nuestra población no sabe leer, por lo cual
el periódico no es la fuente primaria de información. Las familias se sientan
en la mesa a la hora de la comida y disfrutan de los contenidos expuestos por
las compañías. Tristemente los contenidos no son los más apropiados ya que “Los
medios no sirven para promover una opinión pública racional o un ocio formativo
y de calidad, contribuir a formar a los más pequeños o promover el respeto de
los valores constitucionales, dar voz a los menos favorecidos, entre otras
cosas (Aznar, pág. 22, 2005). Aquí es donde comienza a desquebrajarse la finalidad
de la comunicación.
Es necesario tomar consciencia de nuestro papel como
consumidores y ciudadanos a la hora de escoger los contenidos, somos nosotros
los que determinamos el éxito o fracaso de los medios; “Como usuarios que
disfrutamos de un servicio y como consumidores que adquirimos un determinado
bien tenemos el mismo derecho a exigir que en relación a cualquier otro
producto del mercado” (Aznar, pág. 25, 2005). Y como consecuencia podríamos
aplicar el mismo criterio de responsabilidad a nosotros mismos.
Es imprescindible que la educación es la respuesta a
la mayoría de los problemas que nos aquejan hoy en día. “De modo que no solo
cabe hablar de una ética de los medios, sino también de una ética de los
usuarios, una ética que nos compete a todos” (Aznar, pág. 26, 2005). Se puede
reconocer que las personas que más ven ciertos programas de contenido
deficiente están ligados a una falta de educación, a veces el contenido solo
está creado para entretener la ignorancia de los más necesitados. La actividad de los medios de comunicación
está ligada a un derecho humano fundamental, el derecho a la información, que
se encuentra en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948.
Como comunidad estamos con la clara convicción de
que debemos hacer algo desde el ámbito internacional organizaciones como la
ONU, específicamente la UNESCO en sus informes sobre el día mundial de prensa
mencionan que: “El papel de los medios de comunicación en la promoción del buen
gobierno es claro. Todos los aspectos del buen gobierno se ven facilitados por
la existencia de medios de comunicación sólidos e independientes en una
sociedad. Para la consolidación del buen gobierno es indispensable que los
periodistas tengan la libertad de supervisar, investigar y criticar las
políticas y acciones de la administración pública. Los medios independientes
son una señal que se debe seguir cuando no se tiene nada que esconder, pero sí
mucho por mejorar” (UNESCO, 2015) .
La autorregulación es la mejor opción para dotar
criterios normativos a los medios sin limitar la libertad de la que deben
gozar. “Nace del compromiso voluntario de los agentes que participan en el
proceso de comunicación, va dirigida a complementar la libertad de los medios
con un uso responsable de la misma y está guiada por los valores y fines de la
propia comunicación” (Aznar, pág. 30, 2005). La autorregulación no tiene en
absoluto que ver con la censura; esta es una injerencia en la actividad de los
medios, va dirigida a limitar su libertad y orientada por algún fin espurio. “Tampoco
consiste en la imposición de unos contenidos morales de la comunicación frente
a otros […] sea siempre fruto del consenso más amplio posible, de la iniciativa
conjunta del mayor número posible de agentes sociales” (Aznar, pág. 31, 2005). La
autorregulación es la mejor defensa frente a la censura, porque es a quien
dispone un criterio propio, públicamente reconocido, pues resulta más difícil
imponerle otro distinto. Esta supone un ejercicio de responsabilidad, valentía
y libertad no con un miedo, sino hacia un buen fin, en este caso de la
comunicación. “No está plenamente instaurada en ningún país ya que ninguno
cuenta con todos o ni tan siquiera una mayoría de los diferentes mecanismos que
pueden ponerlo en marcha” (Aznar, 1999).
Por
otro lado la autocensura se puede definir como una labor condicionada de los
informadores por el miedo a las posibles represalias o repercusiones negativas
que afecten a su trabajo. Y lo cual es visto mucho en países como México; por
lo cual las asociaciones deben “fomentar la formación entre los profesionales
de los medios y una educación accesible a quienes deseen ejercer la profesión.
Dicha formación debe hacer hincapié en los valores de independencia, ética
profesional, igualdad entre hombres y mujeres y el papel de los medios de
comunicación en las sociedades democráticas. Las asociaciones pueden patrocinar
debates que traten cabalmente de las circunstancias y las dificultades
particulares de los medios de comunicación en determinadas sociedades, al mismo
tiempo que suscitan debates más amplios acerca de la relación entre el buen
gobierno y los medios de comunicación en la región y en el contexto mundial”
(UNESCO, 2015) y se logre el ejercicio pleno en todo los países del mundo.
Reflexiones Finales
Es
nuestro papel como ciudadanos responsables de la sociedad en la que vivimos, el
cuidado de los contenidos que aceptamos, y que vemos en los diferentes medios
de comunicación, se necesita trabajar mucho en las herramientas necesarias para
hacer uso pleno de la autorregulación en la mayoría de los países que tienen
como derecho la libertad de expresión. Empero debemos quitarnos la idea de la
autocensura ya que no hace un bien común. Y no solo ser responsables, sino
también retomar su finalidad para lo cual fue creado, un contrapoder. Nos queda
mucho camino por recorrer pero si no avanzamos nos quedaremos estancados en un
círculo vicioso que no nos ayuda.
Referencias
Básicas:
Aznar,
H. (2002), “La doctrina liberal de la libertad de expresión y sus límites: el
papel actual de los medios de comunicación”, Anuario de filosofía del derecho, vol. XIX, págs. 219-235
Aznar, Hugo. Ética
De La Comunicación Y Nuevos Retos Sociales: Códigos Y Recomendaciones Para Los
Medios. Barcelona: Paidós, 2005. Impreso.
Aznar, H. (2005), Comunicación responsable, Barcelona, Ariel, 2ªed.
Aznar, H. (1999), Ética y periodismo. Códigos, estatutos y otros documentos de
autorregulación, Barcelona, Paidós.
Herman,
E. S. y R. W. McChesney (1999), Los
medios globales. Los nuevos misioneros del capitalismo corporativo, Madrid,
Cátedra.
Referencias Complementarias:
García, S. y Ramos, L. (1998).
Medios de comunicación y violencia. FCE, México.
Kucharky, L. y Savignano, B.
(2005). Televisión basura. Mito o Realidad. Argentina: Facultad de Ciencias
Económicas y Empresariales, Universidad de Morón. (Recuperado en http:
//www.monografias.com/trabajos25/televisionbasura/television-basura.shtml,
junio del 2012).
Rothemberg,
M. (1975). Effects of TV. Violence on children and youth. Jamal,
10. 234:1043-1046.
Sartori, G. (2004). Homo videns: la
sociedad teledirigida. España: Edit. Taurus.
UNESCO. (20 de Abril de 2015). UNESCO. Obtenido
de http://www.unesco.org/new/es/unesco/events/prizes-and-celebrations/celebrations/international-days/world-press-freedom-day/previous-celebrations/worldpressfreedomday200900000/theme-media-and-good-governance/
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