Roberto Francisco Valdez Álvarez
A01223426
La preservación del patrimonio arquitectónico de Guadalajara como prioridad
en los planes inmediatos de expansión
urbana es una de las urgencias más evidentes que se
viven hoy en día en la ciudad. Las constructoras tapatías no están
cumpliendo las regulaciones urbanísticas en
parte porque estas no son claras o no atienden el contexto.
La ciudad es de todos, y es
el medio físico por el cual todos se desenvuelven. Tomando como marco de referencia la tercera
versión de HABITAT llevada acabo en 2016 en Quito, Ecuador; es relevante el repensar
los componentes de una ciudad e integrar una visión más ética en su conjunto,
lo cual incidirá en diversos aspectos: un mayor cuidado por el medio ambiente,
una inclusión hacia aquellas personas en estado de discapacidad por causa
física, mejoras en la salud pública al mejorarse las condiciones de generación
eléctrica, sistemas de transporte integrados y no contaminantes, entre otros
aspectos.
Según el reporte de
urbanización y desarrollo HABITAT (ONU, 2016) más de la mitad de la población
mundial vive en ciudades. Esto significa que alrededor de 3500 millones de
personas están concentradas en un territorio no mayor al 3% del planeta.
Junto con la densidad
poblacional vienen dos problemas principales, el primero es que las ciudades
representan entre el 60 y 80% del consumo de energía mundial, así cómo el 75%
de las emisiones totales de carbono. El segundo es que el modelo de urbanización
contemporáneo genera múltiples formas de desigualdad, exclusión y privación,
que a su vez, crean desigualdades de espacio y ciudades divididas, con
frecuencia caracterizadas por comunidades cerradas y zonas marginales. (ONU,
2016)
La nueva agenda urbana por
parte de la ONU en línea con el desarrollo sostenible 2030, particularmente con
el objetivo 11: deberá promover ciudades sostenibles y asentamientos humanos
que sean ambientalmente sostenibles y resilentes, socialmente incluyentes,
seguros y libres de violencia, económicamente productivos, y mejor conectados,
contribuyendo a una transformación rural sostenible. (ONU, 2016)
Para lograr una
investigación crítica acerca del trabajo profesional realizado por diferentes
industrias encargadas del desarrollo urbano de Guadalajara, se tomará como
marco de referencia los retos urbanos que se plantearon en el congreso antes
mencionado. Entre lo más urgentes en el contexto de Jalisco está el crecimiento
urbano, asentamientos irregulares y barrios marginales, cambio climático,
exclusión y desigualdad creciente e inseguridad.
Además, velar por
la conservación del patrimonio arquitectónico y cultural; (SEP, 2017) es parte
de los compromisos para con la ciudad y el medio ambiente que el arquitecto
profesional mexicano asume. Es decir, las obras nuevas o por construir no
pueden ser realizadas encima de obras cuyo valor patrimonial esté protegido.
Los retos
presentados son, en gran parte, responsabilidades éticas sociales y ecológicas que
tiene un profesional ante la comunidad.El arquitecto debe responder a las
necesidades que esta tiene y no necesariamente a las propias.
Es de su haber
profesional realizar la investigación pertinente para conocer a fondo el
entorno donde se sitúa su obra, así mismo, rechazar cualquier tarea que no
cumpla con la moral, el honor, la dignidad y las buenas prácticas sociales.
Para no violentar
la ginidad humana de una persona, Kant habla de “Obrar sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo
que se torne ley universal. (Universalidad de la norma)” en la
Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785). Este concepto le
sirve al profesionista como referencia para saber si un acto es moralmente
permisible.
A la hora de
pensar en realizar una acción particular, el arquitecto tendría que preguntarse
qué regla estaría siguiendo si hiciera dicha acción (máxima del acto), y si
estaría dispuesto a aceptar que todo el mundo hiciera la acción igual que el
(ley universal). Si es así, se puede seguir la regla, pero si no estuviera de
acuerdo en que todos los demas actuaran cómo el, el acto se vuelve moralmente
impermisible.
Para poder dimensionar
de mejor manera las responsabilidades éticas del arquitecto, es de suma
importancia contextualizarnos con los principios utilizados para valorar la
práctica profesional. Santander nos da una idea muy acertada de esto en su
investigación publicada en 2013, La ética del futuro arquitecto en el diseño
y construcción de viviendas sustentables, donde realiza un llamado de
emergencia a las empresas públicas y privadas a cuestionar las prácticas
profesionales.
“La
Ética profesional es una praxis racional de los principios y conceptos
relacionados a la Responsabilidad Social, desde una perspectiva de igualdad,
universalidad e interactividad con los actores del contexto de aplicación e
implicaciones. Por tanto, el contexto actual requiere con urgencia que los
profesionales de las empresas y organizaciones practiquen la responsabilidad
social y sean éticos, para ello se demanda que los actores de los espacios
corporativos, sean competentes, creativos, contextuales, conceptuales y que
comprendan que la solidaridad es la clave para lograr la sostenibilidad y para
afrontar esta crisis de legitimidad en que actualmente se vive.” (Godard
Santander, Arvizu, Lara, 2013)
La igualdad podría
interpretarse cómo “no inclinarse más hacia un lado que hacia otro” (Rachels,
2006, p.213) tomando en cuenta tres principales necesidades: comida, vestido y
un lugar para protegerse. Kant describe muy bien este principio ético dentro
del marco de la segunda formulación del imperativo categórico universal: Obra de tal modo que trates la humanidad,
tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin al mismo
tiempo y nunca solamente como un medio (respeto del ser humano como fin) (Kant,
1785).
La responsabilidad
social asume un conjunto de premisas, principios, valores, y normas de conducta
que se han establecido por el colectivo social como elementos representativos
de la misma. Es bien sabido que la ética no prescribe ninguna norma o conducta,
tampoco obliga o recomienda que deba ser realizado. Por eso, el arquitecto
profesional ético, actua en forma de autogobierno, cuestionando si le gustaría
que el resto del mundo actuara como el; y si escencialmente está considerando
al usuario como un fin último y no un medio.
La verdadera
relevancia de la ética viene con la praxis personal, con el cómo se ha de aplicar
en los distintos contextos profesionales y personales de la vida del individuo.
Con esto dicho, ofrecer una solución para buscar los intereses comunes es
absolutamente indispensable, y abogar por lo justo en materia de bienestar
imparcial es una necesidad absoluta del siglo XXI.
“Entender
la ética como sinónimo de altruismo representa un peligro para la vida humana y
para la propia disciplina ética. La gratuidad y la generosidad, así como los
actos de heroísmo ético son admirables y loables, pero no agotan el espacio de
actuación ética. Una ética compatible con nuestra sociedad requiere entender
que la búsqueda del interés propio no es inmoral si coincide con lo justo. Que
lo justo y lo conveniente coincidan es algo positivo a todas luces; de la misma
forma es inadmisible que pasemos por encima de lo justo para conseguir
satisfacer nuestro interés.”(Raufflet, Lozano, Barrera, García, 2012, 20)
Todo lo mencionado
anteriormente levanta preguntas concretas, por ejemplo ¿Cuáles son las
obligaciones profecionales de un arquitecto que debe de tomar decisiones
respecto de quienes serán afectados? ¿Las condiciones y acuerdos son claros y
justos así como la distribución de bienes y beneficios es imparcialentre todas
las partes involucradas? Y ¿Se trata a las personas como objetos o meros
medios, se respeta su dignidad humana?
Entre los retos
urbanos del reporte HABITATA mencionados al principio, las necesidades de accesibilidad para personas
discapacitadas es uno que destaca por su complejidad sensibilidad. En las
proyecciones modernas no se hacen las debidas adecuaciones de banquetas que
favorezcan la seguridad de personas invidentes o en silla de ruedas.
Si bien la mayoría
de los edificios cumplen a duras penas los reglamentos de accesibilidad, el
urbanismo de los alrededores no tiene el mismo nivel por lo que se vuelve
imposible la conectividad del individuo con la ciudad, amenazando el desarrollo
social de grupos vulnerables.
Para poder
garantizar la autonomía e independencia en todos los aspectos de la vida, se
requiere de una total accesibilidad. Entiendase autonomía como “…La capacidad
de decidir por sí misma cómo vivir su propia vida, de acuerdo con sus propios
deseos y valores.” (Rachels, 2006, p.21) Para que una persona con
discapacidades físicas se manifieste de forma independiente en la ciudad, el
entorno debe de ofrecer soluciones que le regresen la posibilidad de decidir
con base en sus propios deseos.
Por lo tanto, los
Estados Parte que firmaron los acuerdos de la Convención sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad en 2012, se comprometieron a asegurar el acceso
en igualdad al entorno físico, al transporte público, a la información, a las
comunidades, a las tecnologías de la información, entre otros servicios e
instalaciones públicas. Los Estados Parte, entre ellos México, a su vez se
comprometen a identificar y eliminar los obstáculos y barreras de acceso en la
vía pública.
Las malas
prácticas éticas en la construcción de viviendas potencializan enfermedades en
los edificios mal diseñados, amenazando la dignidad humana de los usuarios. Kant describe la gignidad como “un valor intrínsecoque tienen los seres
humanos”, que los hace valiosos “sobre cualquier precio”. La negligencia por
parte de los contratistas provoca que el espacio donde habita el usuario esté
contaminado.
Las principales
características de un edificio enfermo son consecuencia de decisiones
arquitectónicas. La gran mayoría se pudieran solucionar mediante
cuestionamientos de la ética profesional. A raíz de que el arquitecto olvida
factores sociales y ambientales, se ven afectados la comunidad y el contexto.
Un ejemplo de
estas decisiones arquitectónicas serían los sistemas de ventilación forzada con
sistemas cerrados de aire acondicionado en todo el edificio en donde existe una
recirculación parcial del aire. Donde generalmente las ventanas no pueden abrirse.
Estas decisiones de diseño están afectando la salud de los usuarios pues no
brinda un espacio de vivienda sano.
Una
edificación moderna debe de ser flexible, es imperativo que sea capaz de
responder al contexto siempre favoreciendo a la comunidad. Al mismo tiempo,
debe de relacionarse con su entorno directo, el espacio público próximo y la
zona o barrio a donde pertenece. En la Convención sobre los derechos de las personas
con discapacidad en 2012 se estableció como obligatoria para México “…disponer
de la realización de “ajustes razonables” que son modificaciones y adaptaciones
necesarias cuando se requieran para garantizar a las personas con discapacidad
el goce o ejercicio, en igualdad de condiciones con los demás, todos los
derechos y libertades fundamentales.” (Cubillos González, Trujillo, Cortés
Cely, Rodríguez Álvarez, Villar Lozano, 2014, 118)
Al mismo tiempo,
los materiales de construcción ligeros y económicos, así como los textiles y
suelos que retienen gérmenes, potencializan enfermedades como sinusitis y
algunos tipos de eczemas. Algunos de los síntomas que presentan los usuarios de
edificios enfermos son irritación en ojos y garganta, sequedad, ronquera y
respiración dificultosa, comezón y eritemas, así como dolor de cabeza, fatiga y
nauseas.
No obstante, las
regulaciones de salubridad no son las únicas que debe de cumplir un edificio. Para
que una edificación sea habitable debe de satisfacer necesidades de crecimiento
poblacional, cambio climático, e impacto ambiental. Dichas necesidades sirven
como marco de referencia para valorar si las prácticas arquitectónicas y
urbanísticas están siendo ejecutadas de forma ética.
En acciones
ambientales determinadas, es necesario que las edificaciones muestren
eficiencia en sus procesos de producción y gestión, esto para promover el
consumo responsable y ahorro de energía. En la medida que estas necesidades no
se cumplan con resiliencia, las ciudades y en este caso Guadalajara, seguirán
sufriendo del síndrome del edificio enfermo, término propuesto por la
organización Mundial de la Salud (OMS).
Para finalizar, es
de lo más importante fijar objetivos concretos, donde los arquitectos se
comprometan a cumplirlos. Para esto, debemos rescatar los ejemplos que se han
puesto por generaciones de grandes profesionistas, algunos de los cuales
respetaron en su totalidad el contexto, atendieron a la comunidad y protegieron
los derechos humanos.
En la medida que
el profesionista se acerca al entorno, se equilibra la solución de problemas.
El individuo debe de anteponer las ambiciones y deseos de la comunidad por
encima de los suyos. Debe de responsabilizarse como educador, acercando y
empujando a su equipo a hacer un buen trabajo. Debe de tomar liderazgo y ser
ejemplo de tolerancia y respeto mutuo. Escuchando a los demás, promoviendo la
iniciativa creadora y cumpliendo las normas de convivencia, descarta la idea de
autoritarismo.
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