En la actualidad todo está al alcance de un click,
entretenimiento, conocimiento, productos y servicios, y dicha situación nos ha
dado incontables beneficios, ha facilitado cientos de procesos. El problema es
que quizá los ha hecho demasiado fáciles, tanto, al punto de que nuestras
líneas se vuelven difusas y se pierde la perspectiva de nuestras acciones. Así,
pues, este ensayo se enfoca en la violación de copyright, licencias y derechos
de autor, acciones que ya son prácticamente naturaleza para las generaciones
actuales y las que se vienen.
Palabras clave: Copyright, derechos de autor, justicia, licencias,
contrato social, dignidad humana, virtud.
¿Por qué pagaría una mensualidad, si lo puedo obtener
gratis? Una de las cosas más aterradoras del tema es lo amplio que puede llegar
a ser. Desde fotos, música y películas,
mero entretenimiento, lo que no demerita el contenido o el esfuerzo para
crearlo; hasta softwares y programas profesionales diseñados para trabajar y,
por tanto, lucrar, facilitando trampas e injusticias.
La principal intención de este ensayo es ilustrar que, el
uso de softwares ilegales, por parte de creadores de contenido multimedia, tiene consecuencias. En primera instancia,
daña una virtud muy específica de la persona: La sinceridad. “La persona
sincera es, antes que nada, la que no miente. Pero, ¿basta esto? Hay otras
formas de engañar a la gente, aparte de mentir.” (Rachels, 2006, P. 272).
Rachels habla de lo compleja que es esta virtud y lo subjetiva que puede llegar
a ser. Después de todo, no tiene otro fundamento que hacer posible la
convivencia. Se necesita confianza para una comunicación correcta, misma que
tendrá acciones como resultado. Si la interacción de inicio es poco confiable,
lo más probable es que las acciones consiguientes estén mal o incluso dañen a
los involucrados. Al permitirse recurrir a prácticas de trabajo tramposas, el
trabajador está poniendo en duda sus resultados y lo vuelve poco deseable para
sus posibles clientes. Terminando en un perjuicio para él mismo.
También se puede hablar de los daños a nivel industria,
arrebatando su remuneración directa a miles de empleados y quitándole la
posibilidad de crecimiento a las compañías encargadas de entregar mejores productos
cada año para el beneficio de la sociedad.
En ambos casos se atenta contra la libertad de los individuos, al dañar
su autonomía, definida por Kant (1749) como: la noción de autogobierno por la cual
cada persona tiene el derecho a tomar sus decisiones, definir sus acciones y
tener opiniones basadas en sus propios valores, creencias y principios morales…,
negándoles su capacidad de subsistir por sí mismos. Se niegan los recursos
necesarios para mantener un nivel mínimo de funcionalidad.
El mejor término para hablar de todos estos conceptos es el
de “Propiedad intelectual” porque habla sobre valor y poder de una idea. Si
tiene un valor, debe pertenecer a alguien y a ese alguien le corresponde cierto
poder/responsabilidad sobre ella, lo que produzca o logre. De aquí se
desarrollan numerosos mecanismos de defensa, como lo son las licencias, copyright
y derechos de autor. Todos ellos implican diferentes condiciones y otorgan sus
respectivos beneficios. Sin embargo, al ser un tema poco explorado, lo cierto
es que todas las reglas de juego terminan siendo ignoradas. La principal falla,
como ya mencioné, es la falta de entendimiento, las razones de su existencia,
así como las consecuencias de piratear y descargar contenido ilegalmente.
El concepto de propiedad intelectual tiene varios años, se
empezó a considerar su existencia en el siglo XVII, sin embargo no se hizo nada
al respecto hasta que Inglaterra creó el primer modelo de copyright como un
medio de censura para beneficiar a los monopolios. (Sabada, 2013, P. 20).
A partir de eso, se hicieron muchas modificaciones, tanto
al sistema, como al razonamiento detrás de él. Finalmente, en el siglo XIX, el
sistema se establece en Estados Unidos como un incentivo para los creadores,
así como un medio de protección. Podría malentenderse, en especial al ver sus
orígenes, argumentando que dicha negación de acceso a información o servicios
es perjudicial e injusta, que viola la libertad y limita recursos. “Ningún tipo
de actividad debía prohibirse a menos que, al realizar tal actividad, se esté
dañando a otros” (Rachels, 2006, P. 154).
El acceso está ahí, solo hay unas cuantas condiciones, mismas que solo buscan
la correcta retribución al autor y su protección. Después de todo, hay trabajo
detrás del producto, esfuerzo y tiempo invertidos.
La violación de licencias, copyright y derechos de autor resulta
en un perjuicio palpable para el bienestar general que, según Bentham (1781),
es definido como: la suma de intereses de todos los individuos en una comunidad. “El propósito original del copyright aún se
mantiene: alentar al hombre a producir trabajo útil para la sociedad” (Garza,
2016, P. 2). Como ya se mencionó, el infringir estos mecanismos niega
directamente a los productores de su correspondiente paga. No solo es un robo
deliberado en el que se obtiene contenido sin pagar absolutamente nada, sino
que pone un freno al avance de la industria y lo que ésta puede proveer a la
sociedad. Si los productores de contenido no reciben su justa remuneración,
¿Qué motivo hay para seguir creándolo? Incluso si la voluntad persiste, los
recursos son limitados y las investigaciones, caras. Lo que se traduce en una
pérdida, tanto de contenido original y recreativo como de eficientes
herramientas diseñadas para el trabajo de diversas ramas. “La importancia del
copyright está ligada a la producción de nuevos trabajos. Si la protección del
copyright no es adecuada, dejarán de producirse nuevos trabajos. Un modelo de
negocios basado en violar los derechos de otros resultará en debilitar esos
derechos. Por lo tanto, el costo de dicho modelo de negocios será la ausencia
de innovación. (Garza, 2016, P.4). Todo lo mencionado se relaciona con y afecta
uno de los objetivos de desarrollo sustentable establecidos por la ONU para el
2030, el objetivo referente a Industria, innovación e infraestructura.
Por otro lado, la situación puede escalar a una estafa
colectiva. Un creador de contenido que lucra con softwares y programas por los
que no pagó, está robando a sus respectivos clientes, porque se cobra por el
conocimiento, por el tiempo y las herramientas. Sin embargo ahí hay
herramientas fundamentales que no le corresponden. Hay una falta clara al
contrato social, “forma de asociación que defienda y proteja con la fuerza
común la persona y los bienes de cada asociado, y por la cual cada uno,
uniéndose a todos, no obedezca sino a sí mismo y permanezca tan libre como
antes." (Rousseau, 1999, P. 14): Al hacer negocios de manera deshonesta y
saltarse las normas de convivencia establecidas. El contrato social garantiza
condiciones similares y protección de la justicia, al verse pisoteado, afecta
directamente el ODS de Paz, justicia e instituciones sociales.
Un estudio realizado en 2010 comparó las razones de la
gente para hacer descargas ilegales y registró su preferencia a la hora de
presentarles contenido oficial y medios más cuestionables. El asunto es que la
gente prefería sin dudar el material original, debido a facilidad, calidad y
garantía. Hace pensar que el único motivo para recurrir a la piratería es la
falta de acceso. Es cierto que el aspecto económico siempre juega un papel
importante, pero en muchos de los casos, la gente recurre a descargas ilegales
por la falta de conocimiento sobre cómo obtener el producto de manera legítima.
Y, de proveer más canales de acceso,
como lo son muchas plataformas digitales en la actualidad, por nombrar Autodesk
o pixologic, se reduciría bastamente el número de casos donde se infringe la
propiedad intelectual. (Danaher, 2010, P. 5).
Se puede pensar que
estos actos tienen de base una intención de perjudicar, después de todo, hay
muchos daños como ya se demostró, pero la mayor parte del tiempo, dicho
comportamiento viene de la ignorancia y, si se dan alternativas, es de
inmediato desechado. La mayor parte de las personas no tiene la menor idea de
todo lo que abarca el uso de una licencia ilegal, cómo se relaciona a la
industria directamente, al creador y al producto mismo. El estudio usado en el párrafo anterior deja
en claro que la gente no tiene otra consideración más que obtener el producto,
a la hora de recurrir a piratería. Existe un dilema moral y miedo a
repercusiones, pero no se tiene una idea clara del motivo o la razón de esto.
La violación de propiedad intelectual tiene numerosas
consecuencias palpables para todos los involucrados en su proceso: Afecta la dignidad
de cientos de personas: “valor intrínseco de las personas porque son agentes
racionales: esto es, agentes libres, capaces de tomar sus propias decisiones,
establecer sus propias metas y guiar su conducta por la razón.” (Rachels, 2006,
Pg. 206). Se les despoja de su autonomía al privarles de recursos vitales y se
degrada la calidad de su trabajo, el valor de sus acciones.
Al mismo tiempo, atenta contra el concepto de contrato
social, “conjunto de reglas que gobiernan cómo las personas deben tratarse unas
a otras, que la gente racional estará de acuerdo en aceptar, para su mutuo
beneficio, a condición de que los demás también sigan esas reglas.” (Rachels,
2006, P. 234). Se priva a la sociedad de mejoras y cambio, en ocasiones incluso
del producto como tal. Es cuando la compañía se ve forzada a retirar su
producto, debido a las continuas violaciones de propiedad intelectual, que
ocurre la verdadera pérdida. Es en ese momento donde la información se niega y
nuestro derecho a obtenerla es pisoteado, sin embargo, eso sólo es el resultado
de un comportamiento irresponsable, sin consideración de lo que ocasionan
nuestras acciones.
Se ha demostrado que las personas optan por medios
oficiales, siempre y cuando tengan la opción de escoger. El problema es que
muchas veces los medios de distribución no son los óptimos o no dan el abasto
necesario, creando cientos de usuarios fantasma. De cualquier manera,
erradicarlo, aunque es un camino largo y laborioso, es posible, con las medidas
adecuadas, así como el entendimiento del problema y sus orígenes.
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