miércoles, 8 de mayo de 2019

La desigualdad social impide el acceso a la justicia en México - Ana Sofía Ortega Torres



La desigualdad social impide el acceso a la justicia en México.

“La injusticia en cualquier parte, es una amenaza a la justicia en todas partes” (Martin Luther King.)

El tema del presente ensayo e sobre el derecho a una buena defensa y el acceso a la justicia para todas las personas sin importar su nivel socioeconómico. Lo anterior, con el objetivo de dimensionar la gravedad del problema en México y analizar si este puede ser uno de los factores que contribuyen a la impunidad en nuestro país.
El derecho a la defensa es un derecho fundamental reconocido por nuestra constitución y por diversos tratados internacionales, el cual debe salvaguardarse en los procesos jurisdiccionales como parte del debido proceso y como un requisito esencial para su validez. “Este, consiste en la posibilidad jurídica y material de ejercer la defensa de los derechos e intereses de la persona en juicio y ante las autoridades, de manera que se asegure la realización efectiva de los principios de igualdad de las partes.” (Cruz, 2015).

En México una gran parte de la población tiene un nivel socioeconómico bajo, lo cual entre otras cosas les restringe el acceso a la justicia y a la educación. Es por esto, que cuando se ven involucrados en problemas legales no tienen el conocimiento de cuáles son sus derechos y a su vez, no logran contratar una buena defensa por los altos honorarios que cobran la mayoría de los abogados en nuestro país.

Todo esto ocasiona que la mayoría no ejerza ninguna acción legal o los obliga a acudir a los abogados de oficio, quienes ya sea por falta de preparación o por su gran carga de trabajo no logran representarlos correctamente. Además, muchos investigadores y expertos en la materia opinan que este derecho solo puede concebirse a través de la intervención del abogado, por lo cual de una u otra manera se está violentando su derecho humano de acceso a la justicia.

Esto también está sustentado en el artículo 20 de nuestra Constitución, la cual establece: el derecho a una defensa adecuada por el abogado, al cual elegirá libremente incluso desde el momento de su detención. Si no quiere o no puede nombrar un abogado, después de haber sido requerido para hacerlo, el juez le designará un defensor público. También tendrá derecho a que su defensor comparezca en todos los actos del proceso y éste tendrá obligación de hacerlo cuantas veces se le requiera.”

El tema es relevante para la dignidad humana ya que el derecho de acceso a la justicia es un derecho universal que debe ser garantizado por el Estado. Éste derecho además, debe otorgarse en condiciones de igualdad, por lo tanto, al no darles acceso en las mismas condiciones a determinado grupo social nuevamente estamos ante una discriminación y un atentado en contra de sus derechos humanos.

Por esto es importante que los Estados cuenten con instituciones formales que tengan como prioridad el desarrollo de las personas y para lograrlo es necesario garantizar la protección y la implementación de los derechos humanos. Además, al garantizar el acceso a la justicia de manera igualitaria para todos se está incluyendo socialmente a las personas más vulnerables y se puede lograr una mejor comunicación y transparencia de las instituciones frente a los ciudadanos.

Palabras clave:
- Dignidad,
- Derechos Humanos,
- Justicia Social,
- Objetivos de Desarrollo Sostenible: fin de la pobreza, trabajo decente y crecimiento económico, reducción de las desigualdades y Paz, Justicia e Instituciones Sólidas,
- Derecho a la defensa.


 DESARROLLO

La justicia en México no logra compensar a quienes fueron afectados injustamente por una acción, esto afecta al derecho de la justicia social, la cual es necesaria para la convivencia pacífica y próspera dentro de un país a través de la garantía de resultados equitativos para todos (ONU, s.f.), puesto que de acuerdo con un artículo del NY Times, en nuestro país existen en promedio cinco condenas por cada cien víctimas, lo cual se debe en gran medida por el colapso del sistema de justicia mexicano y el déficit de los recursos materiales para la impartición de justicia.

En cuanto al tema de la pobreza, la Organización de las Naciones Unidas, la define dentro de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible del año 2015 y establece que esta va mas allá de la falta de ingresos y recursos para garantizar unos medios de vida sostenibles, sino que entre las distintas manifestaciones de pobreza figuran el acceso limitado a la educación, la discriminación y la exclusión social, que incluyen la ausencia de la participación de las personas pobres en la adopción de decisiones, especialmente de aquellas que les afectan.

Una investigación realizada recientemente por la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD), reveló que los principales problemas en materia del acceso a la justicia son los siguientes: La pobreza, por las limitaciones económicas para contratar un abogado/a, el desconocimiento por parte de la población de sus derechos y de los roles de las instituciones, los costos onerosos y la falta de garantías para contratar un abogado particular, la carga de trabajo de las instituciones y la falta de idoneidad del personal, entre otros. Como podemos apreciar, estos puntos que describen los obstáculos del acceso a la justicia, se relacionan con la problemática socioeconómica y nos demuestran como existe una falta de protección e implementación de los Derechos Humanos, los cuales deben ser inherentes a todos los seres humanos, sin distinción o discriminación alguna (ONU, s.f.) y son derechos que el Estado debe promover y proteger por medio de las instituciones, entre ellas, las que se ocupan de administrar la justicia en el país.

Entonces, es evidente que en México las víctimas no reciben justicia y no tienen los medios necesarios para cambiar esta situación, ya que de acuerdo con Angel, 2018 “el tener acceso a la justicia no finaliza su obligatoriedad constitucional, sino además que se respete la tutela judicial efectiva, es decir, que verdaderamente llegue en tiempo razonable y sin limitaciones sociales, culturales y económicas.”

El sistema mexicano no funciona de manera clara, justa e imparcial en sus criterios y procedimientos para distribuir los costos y los beneficios del acceso a la justicia en la sociedad mexicana, donde muchas veces parece que la única preocupación de las instituciones respecto de la justicia consiste en llevar a alguien a prisión, sin importar si se respetaron sus derechos de un debido proceso, ni el buscar solución a los crímenes y al diseño de una política preventiva eficaz para cumplir la ley.

El acceso a la justicia en México no considera a la par los intereses y derechos de todas las personas, ya que no es aplicable a cierto sector de la población, derivado de su condición social, violentando así sus derechos humanos al dejarlos en una situación vulnerable sin posibilidad de poder tener una defensa adecuada. Esto se relaciona con el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la reducción de la desigualdad, que de acuerdo a la ONU, 2015 debe realizarse mediante la aplicación de políticas universales que presten también especial atención a las necesidades de las poblaciones desfavorecidas y marginadas.

Es importante que para esto, los intereses colectivos sean respetados a la par que los intereses particulares ya que la situación actual en México es que solo un pequeño grupo privilegiado de personas puede acceder a este derecho por su situación económica y es importante que se logre que esto se convierta en un derecho universal, es decir que se aplique para todos por el simple hecho de ser personas y que se otorgue de manera efectiva.

Además, en México los costos y beneficios de una defensa adecuada no son equitativos ya que las personas de bajos recursos, al no tener las mismas oportunidades para contratar un abogado deben acudir a alternativas, como lo son los abogados de oficio, quienes no siempre pueden garantizarles una buena defensa, ya que existen injusticias en el reparto de responsabilidades, puesto que la carga de los abogados de oficio es mucho mayor que la de los abogados privados.

Con esto es evidente que no se esta garantizando el derecho de los abogados de oficio a un trabajo decente, el cual es otro de los Objetivos de Desarrollo Sustenible del 2015 y es definido por la ONU como la creación de las condiciones necesarias para el acceso a empleos de calidad y derecho de todos de compartir el progreso ya que de acuerdo al artículo de Olson, 2015, para el periódico Excelsior, según las observaciones de la CDHDF en la materia, el año pasado la carga de trabajo para los defensores públicos locales era excesiva, pues llegaban a atender entre 300 y 400 casos por año, además muchos de ellos señalaron que ponen de su propio dinero para solventar los gastos de un juicio, los cuales deberían ser otorgados por el Estado.

Esto hace referencia al tema de la dignidad, la cual según Kant, se define como el respeto a las personas como un fin en si mismo y no como un medio para usos de otros, puesto que  es evidente que se les trata como un medio para cumplir con un requisito legal de otorgar un abogado a aquellas personas que no puedan contratar uno, sin embargo, además de que no se está respetando su dignidad no se les permite alcanzar el bien interno de su profesión que es el de representar legalmente y defender a aquellas personas que lo necesiten.

“En un país con graves diferencias sociales, el Estado tiene la obligación de dar a éstos los instrumentos para defenderse y evitar de esta manera que la pobreza se convierta en los hechos en indefensión jurídica.” (Rodríguez, 2000).

Se debe buscar el bien para el mayor número de personas y no solo para un pequeño grupo privilegiado, por lo que para mejorar esta situación, se debe atacar el tema de la pobreza en el país, siendo esta una de las principales causas por las que las personas no tienen acceso a este derecho. Sin embargo, también deben de considerarse los otros factores como la gran carga de trabajo de las instituciones y los defensores públicos y el desconocimiento de la mayoría de la población sobre cuáles son sus derechos y cómo pueden actuar ante ciertas situaciones.

Si dotamos a los abogados de oficio con herramientas y recursos necesarios para poder realizar su trabajo podríamos mejorar en gran medida la situación del acceso a la defensa de los grupos más vulnerables en México para que de esta manera cumplan con el propósito y los bienes internos de su profesión, que son defender y representar a las personas que no tienen los recursos para pagar un abogado privado. Además es necesario que las instituciones cumplan con sus deberes y obligaciones frente a la sociedad mexicana al seguir con su propósito de velar por los intereses de la población evitando así los largos trámites y la burocracia en este tipo de procesos.

“Contar con una verdadera y eficaz defensoría pública o de oficio, entendida como aquella que el Estado tiene el deber de proporcionar, cobra especial relevancia en una realidad como la nuestra, con su marcada diferenciación social y graves problemas económicos, en donde la oportunidad de contar con los servicios de abogados particulares resulta para la mayoría imposible.” (Rodríguez, 2000). Esto era uno de los principales objetivos dela Ley Federal de Defensoría Pública, se pretendía la conformación de un sistema que garantizara profesionalismo, capacidad, probidad, prestigio social y cobertura suficiente, para que la población de menos recursos estuviera debidamente defendida, sin embargo como la mayoría de las leyes en México, estas quedan por escrito y no se respeta su correcta aplicación, para esto es importante el Objetivo de Desarrollo Sostenible correspondiente a la Paz, Justicia e Instituciones Sólidas, que de acuerdo a la ONU es necesario que para cumplir con esto se establezcan reglamentaciones más eficaces y transparentes.

CONCLUSIÓN

Al no garantizar el Derecho de Acceso a la Justicia, se están afectando la dignidad, la justicia social, el trabajo decente, la reducción de las desigualdades, la paz y las Instituciones Sólidas en nuestro país.

En nuestra hipótesis inicial veíamos que la principal causa del problema era la situación de pobreza en la que viven una gran parte de los mexicanos, sin embargo a lo largo del ensayo se pudo comprobar que más que el tema de la pobreza, la problemática es la falta de preparación de los abogados de oficio que proviene de una falta interés de las instituciones mexicanas de garantizarles un trabajo decente.

Resolver el tema de la pobreza sería lo ideal, pero puesto que este puede ser un tema más complejo de resolver, la solución más viable podría ser el dotar a las instituciones públicas y a los abogados de oficio de los recursos y la preparación necesarias para poder desempeñar adecuadamente su papel de defensores. Es evidente que por los niveles de pobreza la carga de estos abogados es mayor que la de los abogados privados, por lo tanto si damos a estos las condiciones dignas para ejercer e incentivamos esta práctica, la carga podría disminuir y así mejoraría la calidad y el desempeño de cada uno de ellos.

Esto demuestra la gran relevancia del problema, ya que además, en 26 de las 32 entidades federativas del país, el sistema judicial está colapsado por falta de polícias y de jueces y la denuncia de los delitos es muy baja. Es por eso que se debe hacer un análisis y la puesta en marcha de acciones para solucionar este problema, ya que por un lado se están afectando a de miles de mexicanos que sufren violaciones a sus derechos humanos y no pueden acceder la justicia para defenderse y por el otro estamos usando a los abogados de oficio como meros medios para cumplir con una obligación constitucional, la cual se cumple a medias.

Finalmente, la solución más viable ante esta problemática sería garantizar la dignidad y los Derechos Humanos de los abogados de oficio lo que a su vez los llevará a ejercer el bien interno de su profesión y podrán garantizar el derecho humano de acceso a la justicia a la mayor cantidad de personas posibles.

FUENTES:

1.- Angel, A. (2018). La justicia en México es un desastre, ¿cómo reconstruirla?. febrero 12, 2019, de NY TIMES Sitio web: https://www.nytimes.com/es/2018/07/11/opinion-arturo-angel-mexico-impunidad-crisis-justicia/

2.- Aristegui Noticias. (2018). La impunidad en México es de 99.3%; no hay policías ni jueces suficientes: UDLAP. marzo 26, 2019, de Aristegui Noticias Sitio web: https://aristeguinoticias.com/1303/mexico/la-impunidad-en-mexico-es-de-99-3-no-hay-policias-ni-jueces-suficientes-udlap/

3.- Cruz, B. (2015). El Derecho de Defensa. https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/8/3878/7.pdf. febrero 12, 2019, de UNAM Sitio web: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/8/3878/7.pdf

4.- Maraniello, Patricio Alejandro, Las limitaciones económicas al acceso a la justicia. IUS. Revista del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla A.C. [en línea] 2008, (Sin mes) : [Fecha de consulta: 12 de febrero de 2019] Disponible en:

5.- Olson, G. (2015). Abogados de oficio defienden sin recursos. febrero 12, 2019, de EXCELSIOR Sitio web: https://www.excelsior.com.mx/comunidad/2015/10/03/1049089

6.- Rodríguez Lozano, Amador, Por un acceso real a la justicia en México. el caso del instituto de defensoría pública. Cuestiones Constitucionales [en línea] 2000, (enero-junio) : [Fecha de consulta: 12 de febrero de 2019] Disponible en:

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