lunes, 7 de marzo de 2011

Desde la Segunda Guerra Mundial

Luis Francisco García M.

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Como todos sabemos, la Segunda Guerra Mundial fue una época oscura en la historia de Alemania y de la humanidad. Se cometieron actos atroces como: la experimentación en humanos, matanza masiva de judíos, bombardeo con radiactividad en ciudades orientales, entre otros. Sin embargo ésta guerra fue una guerra, desde mi punto personal de vista, se podría decir “épica”, épica en el sentido de que el mal adoptó una forma física y salió de su concepto abstracto.

Como punto de partida me permito utilizar la reunión que tuvo Adolf Hitler con el primer ministro Neville Chamberlain: “Es el 15 de septiembre de 1938 y va a iniciarse uno de los engaños mas infames y mortíferos de la historia. Adolf Hitler, canciller de Alemania, y Neville Chamberlain, primer ministro de Gran Bretaña, se encuentran por vez primera. El mundo aguarda expectante, sabiendo que ésta puede ser la última esperanza de evitar otra guerra mundial. Hacía apenas seis meses, las tropas alemanas invadieron Austria y la anexaron a Alemania. Inglaterra y Francia protestaron, pero nada más. El 12 de septiembre, tres días antes de esta reunión con Chambrelain, Hitler exige que una parte de Checoslovaquia sea anexada a Alemania, e incita a una revuelta en ese país. Secretamente Hitler ya ha movilizado al ejército Alemán para atacar Checoslovaquia, pero sabe que no estará listo para ello hasta finales de septiembre. Si Hitler logra evitar durante unas semanas más que los checoslovacos movilicen sus tropas, tendrá la ventaja de un ataque sorpresa. Para ganar tiempo, le oculta a Chamberlain sus planes de invasión y le da su palabra de que si los checos satisfacen sus demandas se preservará la paz. Chamberlain es engañado; trata de persuadir a los checos de que no movilicen su ejército mientras aún exista una posibilidad de negociar con Hitler…” (1).

A partir de este momento empiezo el análisis de los problemas éticos que esta situación conlleva.

Chamberlain fue engañado por Hitler para perseguir sus propios intereses, pero esto se deba analizar desde ambas perspectivas, desde el punto de vista de los Aliados y desde el punto de vista de Hitler, es decir el porqué lo hizo.

Los argumentos que se pueden poner a favor de Hitler son los siguientes: Analizando esto desde la perspectiva de Hobbes en el “Problema de la desobediencia civil” en su teoría del “Contrato Social”, Hitler puede anotar un punto a su favor. Cuando la Primera Guerra Mundial terminó, varios países prácticamente se repartieron Alemania como dulces, entonces la situación del país era más que por los suelos, claro que no era la superpotencia que es ahora en diseño y avances tecnológicos. Hitler describe su odio a los judíos en su libro “Mein Kampf” (Mi lucha) y poco después ingresa al partido Nacionalsocialista. Entonces aquí se puede ver un caso de desobediencia civil bajo la idea de un contrato social, al repartirse Alemania, se esperaba que la situación del país saliera adelante, pero sin embargo la hundieron más y es aquí cuando la desobediencia civil está justificada, los países que dividieron Alemania no cumplen su parte del contrato social y por eso Hitler puede justificar su idea de una desobediencia civil.

Sin embargo, aquí entra en cuestión otro dilema, Hitler puede tener a su favor el punto de la desobediencia civil dentro del contrato social de Hobbes, pero al iniciar con movimientos bélicos, la desobediencia civil justificada por el contrato social, se convierte simplemente en mera venganza. Esto se refuta con los argumentos de Kant cuando dice que “los seres humanos ocupamos un lugar especial en la creación” (2) y alude a la dignidad de los seres humanos como personas que “los hace valiosos sobre cualquier otro precio, no son meramente medios, si no un fin”(3). Aquí Kant refuta la acción de Hitler frente a Chamberlain descrita al inicio del escrito, para Kant la mentira no es aceptable y Chamberlain es usado como un medio para conseguir la invasión de Checoslovaquia por parte de los alemanes, violando de esta manera el segundo principio del Imperativo Categórico.

Pero este suceso no puede pasar sin ser puesto bajo el microscopio del Utilitarismo.

Aquí Hitler se anota otro punto. El movimiento que Hitler inició fue bajo la idea de “el bien mayor”, esto es, bajo un ideal en el cual busca el “mayor bien” para “la mayoría de personas”, uno de los principales argumentos del Utilitarismo. Si se ve fríamente Hitler tendría razón, sin embargo, Hitler hizo lo que el “pensó” era el mayor bien y eso viene siendo muy diferente a la realidad. Es cierto que existen diferentes realidades para cada quién, pero sin embargo, Hitler viola los principios de la ética al no cumplir la “universalidad de la norma”, simplemente los actos de Hitler no fueron éticos.

Como conclusión, la Segunda Guerra Mundial nos legó varias situaciones éticas dignas de análisis, para Kant no es correcto lo que Hitler hizo, para el Utilitarismo desde el punto de vista alemán, si fue correcto, pero para la ética en sí, no lo es, porque los actos de Hitler no son de carácter universal y violan la dignidad de los seres humanos tanto como su libertad.

Bibliografía

1) Ekman, P. (2001). Como Detectar Mentiras. Barcelona: Espasa Libros.

2) Rachels, J. (2003).Introducción a la Filosofía Moral. Nueva York: Breviarios.

3) Vazquez, A. S. (2005). Etica. México, D.F: Grijalbo.

1 comentario:

  1. muy interesante el articulo pero pienso que estaba tan interesante para darle de fin la conslusion,

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