lunes, 7 de marzo de 2011

Yamil Rodríguez Coronel

Más Lobos Menos Ovejas


Hoy en día la temática de la sociedad es algo que nos afecta constantemente debido a la falta de unidad que existe entre las personas dando como consecuencia un mundo donde por más leyes y reformas que se hagan, no basta para garantizar una sociedad relativamente en paz. El miedo constante por el gobierno o un dictador en cuestión, mantienen a las masas en un estado de inactividad que nubla el pensamiento y limita las acciones que podrían lograr un verdadero cambio el cual, a diferencia de lo que opinan muchas personas en el mundo, si es posible.
Tomando como ejemplo lo ocurrido en Egipto hace no más de 2 meses, una sociedad sometida por un dictador tomo acción y lograron un verdadero cambio, liberándose así de las represiones que limitaban a dicha sociedad. ¿Pero cuál es el detalle que hizo posible este acontecimiento? Fue el hecho de que las personas dejaran a un lado el individualismo y se unieran, de modo que dicha unidad fuera la fuerza que se necesitaba para lograrlo.
Hace un poco mas de 350 años, el filosofo ingles Tomas Hobbes argumentó que en orden de que una sociedad pueda funcionar adecuadamente, esta debería llegar a un nivel donde la unidad fuera tal que se podría llegar a un acuerdo donde cada quien limitara sus intereses personales y se comprometiera a seguir una serie de reglas de modo que la sociedad lograra estar en un estado de quid pro quo y a este le llamo “contrato social”. Muchos opinan que la mejor forma de progresar es dejando los intereses a un lado. Viéndolo desde el enfoque utilitarista, lo mejor sería dejar a un lado nuestros intereses y buscar la felicidad en masa o en el caso de la ética del cuidado, sería cuidarnos a nosotros, pero siempre velando por los demás. Idealmente esto podría ser cierto pero la realidad es que al dejar nuestros intereses a un lado se limita la imaginación o la motivación en las acciones. Un hecho es que al saber que se ganará algo, una persona emplea más esfuerzo y en casos como el anterior, lo que se necesita es esfuerzo. Lo que nos lleva a pesar que lo mejor sería seguir dicho contrato.
Por desgracia esto no se ha podido llevar a la realidad y el problema está en que cuando alguien vela por sus propios intereses, como en el caso anterior, hay que tomar acción. Propiamente en esta teoría se plantea como en casos de que no se cumpla dicho contrato se puede recurrir a una desobediencia civil. En el caso anterior se ve como al atentar contra la dignidad, la cual según Kant y muchos pensadores mas es algo invaluable que por nada puede ser perturbado, la sociedad une sus fuerzas y atenta contra la autoridad logrando su cometido.
Un punto importante es que no se malinterprete la unidad, la cual tiene una diferencia fundamental. Básicamente el titulo de este trabajo se pone en orden de ilustrar dicha diferencia comparando el modo de unidad entre esos dos animales. En primer lugar tenemos al lobo quien a lo largo de los años ha demostrado que su fortaleza yace en la unidad que mantiene con los miembros de su sociedad, donde sabiendo que es perfectamente capaz de sobrevivir por su cuenta, optan por mantenerse juntos en orden de ser mas fuertes, colaborando entre todos para lograr sus objetivos y más importante, cuidarse los unos a los otros. Por otro lado tenemos a la oveja, quien también tiende a estar en sociedad pero por el simple hecho de sobrevivir, puede o no dedicar su vida a sus propios intereses y se mantiene cerca de las demás ovejas por comodidad o por miedo a una adversidad. ¿A qué sistema se parece más nuestra sociedad?
La pregunta anterior es el dilema fundamental de este tema. Esa es la idea de mencionar el contrato social, lo mejor sería lograr dicha unidad manteniendo a nuestras sociedades pero no con una unión inútil. La razón por la que la sociedad egipcia logro su cometido fue porque dejaron de ser ovejas que se mantenían unidas temiendo al dictador y se convirtieron en lobos quienes utilizaron dicha unidad para aumentar su fuerza y tomar acción en orden de conseguir un cambio velando por los intereses que los beneficien tanto a cada uno, como a la sociedad.
Hay un abismo entre estar unidos por necesidad y estar unidos por progreso. Cada ser humano tiene un potencial enorme para lograr grandes cosas por si mismo, pero las posibilidades aumentan enormemente cuando se trabaja en conjunto. Solamente hay que saber canalizar dicha unidad y seguramente los próximos dilemas con respecto a la sociedad serán de cómo mejorarla y no de compensar el tiempo perdido.

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