Los Nini´s, una triste realidad. Juan Pablo Martinez Gonzalez

El fenómeno Niní, ( ni trabajan ni estudian), es cada vez más conocido a lo largo de nuestro país, y no solo como mera información, sino como una triste realidad que nos atrapa a todos como sociedad.

Cada vez son más los jóvenes que no gozan con “el privilegio”, (cuando en realidad esto debe ser un derecho), de estudiar, ya no hablemos de la universidad, ni siquiera la preparatoria.

De igual manera, las oportunidades de trabajo están disminuyendo, y como no habrían de disminuir, si nuestro país cada vez tiene un menor nivel de preparación para un entorno laboral, que día con día se vuelve más demandante con la entrada de nuevas tecnologías y situaciones de globalización.

Para que un joven pueda ser considerado como candidato a un trabajo, como mínimo le solicitan tener la preparatoria cursada, y no solo eso, de preferencia tener el dominio de otro idioma (ingles de preferencia) por lo menos.

Esta es una cadena que no podrá romperse si no hacemos algo. Tal vez como sociedad no nos damos cuenta que este ciclo es totalmente nocivo no solamente para unos pocos, este suceso en realidad nos afectará a todos. Sin empleos no hay una generación de recursos, y sin una generación de recursos no existen medios para poder abrir más escuelas con un nivel optimo de enseñanza, y sin un nivel optimo de enseñanza, cada vez son menores las posibilidades de un mercado laboral local competente.

No podemos cerrar los ojos y creer que todos los jóvenes que están en casa sin poder estar presentes como unidades productivas ya sea en la escuela o en algún trabajo encontraran soluciones debajo de las piedras.

Partiendo de los principios de una sociedad utilitarista, sin caer en las ideas radicales, podemos encontrar soluciones y medios reales para la construcción de un nuevo destino para toda la juventud mexicana.

El utilitarismo, en su manera más razonable y menos radical, nos invita a pensar en el bien y la felicidad para la mayoría de los integrantes de una sociedad. También nos invita a una distribución equitativa de los recursos y en resumen, estos dos puntos quieren decir, que una sociedad que en realidad se interesa por el bienestar de cada uno de sus integrantes por igual, es una sociedad que lograra un avance equitativo, y con ello, una mejora bastante significativa para todos sus integrantes.
La manera más práctica de poner en hechos y acciones lo antes mencionado sobre el utilitarismo no es tan complejo ni fantasioso como puede llagar a sonar, mucho menos tan socialista, pretenciosa y radical como puede parecerse.

En realidad solo se trata de poner cada quien un granito de arena, partiendo por nosotros los que tenemos la oportunidad de estudiar actualmente. Podemos iniciar simplemente valorando y aprovechando la inmejorable opción de aprender dentro de un entorno universitario. Con ello, estaremos fomentando en un gran sector de la población, que somos nosotros los jóvenes, la cultura de la educación, y esto ayudara a que se revalorice la importancia del estudio como base para una sociedad organizada y con esperanzas de prosperar.

Por medio de la honestidad, y la ética puesta en práctica, nuestras autoridades en realidad deben de destinar los recursos que le corresponden a la educación pública, y no deberían de ser gastados en cosas tan ambiguas e inútiles como monumentos que solo sirven para rellenar espacios vacios, y esto solamente como pretexto, ya que la pequeña sobra (pequeña para ellos que ganan montones de dinero y gastan otro tanto que en realidad le corresponde al pueblo).

Como sociedad tenemos el derecho a exigir lo que nos corresponde, de manera pacífica, tal vez con un pequeño toque de “desobediencia civil” (una pequeña manifestación pacífica en algunos casos puede ser no muy útil, pero poco a poco merma la paciencia de las autoridades incompetentes) siempre buscando la resolución de conflictos y no la destrucción o tal vez, simplemente a la hora de votar, revisar y pensar dos veces si nuestras autoridades en verdad son las adecuadas para mejorar el nivel de educación en nuestro país, y de una vez por toda, preparar a nuestra juventud en un plano laboral que actualmente no luce nada favorable.