lunes, 7 de marzo de 2011

Y TODO POR 5 MINUTOS DE FAMA…

Gabriela Arellano González

Hace algunas semanas la prensa amarillista tuvo mucha tela de donde cortar. Un conocido cantante mexicano, al que se le acusa de violar a una menor de edad en estado de ebriedad y tal vez intoxicada por otras sustancias. En el lugar de los hechos nadie sabe y nadie supo lo que realmente sucedió.

¿Qué hacía una menor de edad en un lugar para adultos, trabajando como edecán hasta altas horas de la noche? Sus padres, o sus tutores ¿en dónde estaban?

¿Quién fue la víctima en este caso? ¿Fue una trampa diseñada para este cantante con la intención de que la menor de edad “afectada” saltara a la fama? ¿O se trataba de vender más CDs en un corto plazo?

Estamos viviendo una época en la que los medios de comunicación tienen un alto poder de manipulación, de “crear” iconos, falsos modelos para otros jóvenes y para la sociedad en general. De causar polémica y tomar partido para subir el rating, como vimos que lo hicieron las dos televisoras más importantes del país.

¿Es correcto difamar, mentir, manipular y armar escándalos para lograr 5 minutos de fama? ¿Prestarse la persona a participar en un juego de este tipo dejando a un lado su dignidad y sus valores?

¿El fin justifica los medios? De acuerdo a la teoría del filosofo Immanuel Kant, no. Las personas no deben utilizarse como medio para llegar a un fin determinado, aun suponiendo que este fuera positivo. La dignidad de la persona no debe sacrificarse en aras de lograr un fin que nos lleve hacia el poder social o económico.

Uno de los principios por los que se reconoce la teoría Kantiana, es precisamente por no justificar la mentira bajo ninguna circunstancia. Puede considerarse una medida extrema en algunos casos, pero Kant postula que el ser humano debe comportarse de manera que su conducta se convierta en ley universal.

En este caso es difícil pronunciarse a favor del acusado o de la acusadora, ya que contra lo que postula la teoría de Kant, hubo una manipulación reciproca de las personas implicadas. Ambos obtuvieron un beneficio, la menor al igual que sus padres, obtuvieron sus cinco minutos de fama, mientras que el cantante, incremento su popularidad y la venta de sus discos en un altísimo porcentaje.

Los medios como cómplices, lograron su cometido de levantar sus ratings, y de distraer la atención pública de asuntos más trascendentales.

¿En qué país vivimos? En un lugar dominado por el utilitarismo consecuencialista: si consigues el efecto no importan los medios.

No importa cómo, hay que ser feliz a como dé lugar, hay que evadir el sufrimiento ya que este conlleva normalmente más trabajo y mas compromiso, lo que importa ahora es conseguir a toda costa el fin planeado o deseado.

El utilitarismo desafortunadamente es la teoría ética que predomina en nuestros tiempos a nivel mundial. Con la globalización y la gran influencia que recibimos de nuestros vecinos del norte, México no queda fuera de esto. Los valores y la ética de nuestros padres y abuelos ya no la vemos en los jóvenes de ahora ¿qué les espera a las próximas generaciones? ¿Qué podemos y debemos hacer para recuperar esos valores perdidos y no crear delincuentes en potencia, mujeres que no se respetan y falsos modelos a seguir por nuestros jóvenes?

Es momento de reflexionar hacia dónde vamos como sociedad…y de buscar un cambio antes de que sea demasiado tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario