Daniel Su Su-Choug
El sindicalismo en la educación
México es uno de los
países con más inversión de recursos en el sector educativo, pero por diversos
factores la educación no es lo suficientemente eficiente. Algunos de estos
factores los podemos encontrar en las organizaciones que representan las
autoridades en dicho sector. Las agrupaciones sindicales en el sector educativo
de México, representan más una búsqueda de poder político y un obstáculo para
el progreso académico, que una ayuda real para los trabajadores en dicho
sector. El individualismo de los militantes de estas agrupaciones permite que
sean utilizadas como plataformas para crecimiento político y económico, lo que
representa un problema.
La razón detrás de un
sistema sindical es la formación de grupos reguladores de la convivencia entre
empleados y empleadores, en búsqueda de un trato justo que cubra las
necesidades de los trabajadores, sin abusar de las del empleador. De esta
manera se está respetando a cada una de las dos partes como fines y por lo
tanto su dignidad se ve intacta. “El derecho sindical y del trabajo no nació
para cambiar al mundo si no para volverlo más aceptable, no tan sólo para los
trabajadores […] si no para la indiferenciada humanidad conocida como gente
llana” (Romagnoli en Santos 2003, pp.118).
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) no es la
excepción, pues siempre está en búsqueda del trato justo a los agremiados.
El derecho del trabajo
en México permite a los grupos sindicales una amplia participación en las
decisiones tomadas con respecto a los miembros de dichos grupos. Desde que se
le brinden los derechos necesarios, hasta la intervención en cualquier
conflicto con el empleador, como resolver si es necesario la baja del
trabajador tras la petición del patrón. En el caso del SNTE su funcionamiento
está regulado por leyes como la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del
Estado, en donde se postula que tienen derecho a participar en el Tribunal
Federal de Conciliación y Arbitraje, que es el organismo encargado de la toma
de decisiones con respecto a los trabajadores. De esta manera el sistema
legislativo del país brinda armas suficientes a los sindicatos para un
desempeño laboral justo.
El SNTE es el sindicato
más grande y más importante del país, y por lo tanto el que tiene mayor poder
político. El trabajo del SNTE para el bienestar de los trabajadores de la
educación ha sido fructífero, por ejemplo “el incremento salarial acumulado entre
2000 y 2006 fue de 38%” (Bensusán, 2011, pp. 20). Bensusán y Tapia (2010, pp.
18), argumentan que el SNTE ha servido hasta la actualidad como la primera
línea de defensa del status quo en el sector educativo.
Por lo declarado
anteriormente se podría decir que el SNTE desempeña muy bien su función. Sin
embargo, no se ha considerado las implicaciones en el sector educativo como
tal. En un estudio estadístico, a través de encuestas hechas a miembros de alta
jerarquía dentro del SNTE, se demostraron las motivaciones del cuerpo docente
para integrarse al sindicato, la que mostró mayor interés fue la económica
(Fernández 2010, pp. 83-85). El interés
económico por sí sólo no demuestra nada hasta que es puesto en contexto.
Supóngase que un profesor comprometido con la educación ingresa al SNTE en
búsqueda de una mejor remuneración económica por su trabajo, simplemente para
poder llevar una vida sin conflictos de dicha índole. Sin embargo, su
crecimiento económico puede exigirle adentrarse más al sindicato, lo que a su
vez le va dificultando prestar la atención necesaria a su fin inicial. Esa
situación sólo demuestra que ha tomado decisiones que le convenían
personalmente, pero si se considera el fin fundamental de la educación, los
alumnos, es posible encontrar un error en el desempeño del profesor del
ejemplo. Al olvidarse de los alumnos en su toma de decisiones está atentando contra
su dignidad. Explicado de otra manera, los alumnos, que antes eran considerados
como el fin principal de su trabajo, ahora son simplemente el medio y objeto de
su empleo, con el que obtendrá el beneficio que busca.
Por otro lado, dado a
la naturaleza de un sindicato, es inevitable llegar a politizar el fin del
mismo. Durante todo el desarrollo del SNTE se ha observado su gran influencia
en el ámbito político. En el 2011 tan solo 18 diputados de diferentes partidos
políticos son representantes directos del sindicato, la mayoría en comisiones
relativas a la educación (Bensusán 2011, pp. 21). En conjunto con eso, el poder
político que representa el sindicato se ha extendido incluso más que
instituciones encargadas de regular el campo educativo. “los mismos maestros
reconocen obedecer más a la autoridad gremial que a la propia Secretaría de
Educación Pública (SEP)” (Santibáñez, en Pérez, 2011, pp.73). Es preocupante,
entonces, que la autoridad que tiene más influencia en el campo educativo es
una basada en los intereses exclusivos de los agremiados dejando a un lado los
intereses de la sociedad como tal. “Enfocando los medios se manifestaron los
recursos con que los dirigentes han desviado, impulsado, frenado, dirigido, vigilado,
manipulado la adecuación institucional desde hace veinte años.” (Fernández,
2011, pp. 11).
La educación, sobre todo
en el nivel básico, es necesaria para el desarrollo integral de cualquier
sociedad. Es por esta razón que la politización y el individualismo en los
organismos que supuestamente deberían regular el funcionamiento del sistema
educativo en México son un problema para todos. La educación básica representa
en gran parte el desarrollo formativo de los jóvenes que representarán el
futuro de la nación y los profesores son la autoridad a seguir. Lo cual exige un
buen ejemplo de organización y de un comportamiento ético, que sentará las bases
para el respeto y la buena relación de maestro-alumno.
La educación es el
factor más importante para mejorar la situación que actualmente se vive en
México. Al tener una sociedad educada se eliminan factores como el de la
corrupción y comportamientos delictivos, pues los jóvenes se dan cuenta que
realmente tienen una elección y que dicha elección afecta en importantes
proporciones a su desarrollo y de las personas que los rodean. Actualmente no
se le brinda la importancia que se le debería y con factores como los
mencionados anteriormente se frena su desarrollo. Es por eso que los ciudadanos
nos debemos preocupar más en buscar una buena educación y participar
activamente, dentro de las posibilidades de cada uno, en su mejor
funcionamiento. Debemos tener en mente que ser profesor significa ser formador
y que por tal motivo se debe de respetar dicha profesión. Ser profesor
representa la responsabilidad sobre el futuro de la nación y no es un empleo
que resulta del defecto de muchos intentos de profesión, o por lo menos no
debería serlo. Actualmente, muy pocas personas sueñan con enseñar en primaria o
secundaria, por culpa de una mala percepción social sobre la profesión. Frases
como “el que no puede hacer, enseña” son las culpables de la falta de respeto a
la profesión que representa la primer necesidad de una sociedad organizada. Los
profesores deben de estar genuinamente comprometidos con la educación y
sentirse profundamente apasionados al respecto y no buscar en sus empleos el
crecimiento individual que no encontraron en otro lugar. Los sindicatos por eso
son muy importantes pues, en una sociedad en la que no se le respeta lo
suficiente a la enseñanza y en la que ser trabajador en el sector educativo
representa un sueldo muy bajo, los maestros se enfrentan a muchos problemas,
siendo los sindicatos la primera línea de defensa a sus intereses. Los
sindicatos en el sector educativo tienen en sus manos la responsabilidad de
mejorar la condición de trabajo de los forjadores de la nación futura y es por
esa razón que los intereses personales deberían de considerarse sólo después
del bien común.
Fuentes:
Fernandez Marín, Karla.
(2011). Diseño institucional del SNTE: base del poder político de sus
dirigentes. El Cotidiano núm. 168 pp. 5-15. México D.F.: Universidad Autonoma
Metropolitana. Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32519319002.
Bensusán, Graciela;
Tapia, Luis Arturo. (2011). El SNTE: una experiencia singular en el
sindicalismo mexicano. El Cotidiano núm. 168 pp. 33-45. México D.F.: Universidad
Autonoma Metropolitana. Extraído de:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32519319003
Fernandez Marín, Karla.
(2010). Los incentivos de los dirigentes del SNTE del Valle de Toluca. El
Cotidiano núm. 163 pp. 79-85. México D.F.: Universidad Autónoma Metropolitana.
Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32515913010
Pérez Ruiz, Abel.
(2011).Política pública y sindicalismo magisterial: la búsqueda de la calidad
educativa y los nuevos actores. El Cotidiano núm. 168 pp. 33-45. México D.F.:
Universidad Autonoma Metropolitana. Extraído de:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32519319007
Santos Azuela, Héctor.
(2003). Sistema y genealogía del derecho sindical. Boletín Mexicano de Derecho
Comparado vol. XXXVI, núm. 106. Pp. 115-146. México D.F.: Universidad Autonoma
Metropolitana. Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=42710605
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