Por Miriam A. Cepeda Carrillo
Actualmente, en algunas
localidades de México, se vive bajo el régimen de una sociedad en su mayoría
conservadora ocasionada por la influencia de la religión católica, más en
concreto, sus enseñanzas, tradiciones y normas. Esta devoción se ve reflejada
en el pueblo mexicano desde que éste fue colonizado por los españoles y los
indígenas se vieron obligados a adorar al Dios hispano para tener un trato
aceptable e inclusive en algunas ocasiones salvar su vida. Entre los ideales
católicos, se encuentran el principio de igualdad, el respeto y la tolerancia;
sin embargo, éstos no son respetados y mucho menos promovidos por la Iglesia
bajo toda circunstancia, ésta hace excepciones de acuerdo a su conveniencia,
siendo una de esas singularidades, la homosexualidad. Es por eso que, en este ensayo se mencionarán
diversas razones por las cuales se pone en duda que la Iglesia Católica, una de
las principales instituciones de nuestro país en popularidad, economía y poder,
respeta la individualidad de las personas, puesto que critica, desaprueba y
discrimina a las personas que cuentan con preferencias sexuales no
heterosexuales.
“La
moral sexual del catolicismo oficial no sólo atenta contra el valor de la
diversidad sexual y coarta la autonomía de las personas homosexuales, sino que
además viola el régimen internacional de los derechos humanos, que
progresivamente ha venido reconociendo los derechos sexuales y reproductivos de
mujeres y hombres como derechos humanos.” (Aguiló, pp.3)
El primer argumento que nos brindan
las diversas diócesis con respecto al rechazo ante la homosexualidad es el que
sentirse atraído sexualmente a otros individuos de nuestro mismo género
representa una afición en contra del orden natural. Según estudio para Trends in Ecology & Evolution
realizado por investigadores de la universidad de California, existen
tendencias homosexuales en todas las especies animales que varían según la
especie en cuestión. (BBC, 2009) Los motivos de estos encuentros pueden variar
desde la falla genética hasta propósitos de interacción entre la especie y en
algunos casos inclusive entre diferentes especies. Estos encuentros no sólo se
presentan por fallas fisiológicas y psicológicas, sino que existen especies de animales
que las efectúan por placer, como los delfines y las ballenas asesinas, los
cuales también tienen juegos sexuales e inclusive orgías. Este tipo de
encuentros sexuales también llegan a ser criticados por algunos religiosos al
ser considerados prácticas antinaturales.
De
acuerdo con Jeffey Weeks, la iglesia católica junto con la psicología, la
medicina y la educación en los siglos XVIII y XIX estableció un nuevo concepto
de lo que es una normalidad sexual que “por definición incluye únicamente las relaciones
heterosexuales, convirtiendo todo lo demás en desviación sexual”. (Gamboa, pp.
246), refiriéndose a las prácticas sexuales de hombres con otros hombres y el
lesbianismo, que consiste en las prácticas femeninas. Este hecho fue uno de los
tres acontecimientos que marcaron y definieron tanto a la homosexualidad como a
la homofobia a causa del impacto social que tuvo.
Este
argumento es inválido desde el propio punto de vista religioso, ya que de
acuerdo con la Iglesia Judía y la Católica, Dios creó todo el universo de forma
perfecta según se redacta en el Génesis de la Biblia. El Creador se describe
siempre como una autoridad omnipotente, omnisciente y omnipresente, lo que nos
puede llevar a suponer que un ser así, superior al humano en tantos sentidos,
no puede llegar a equivocarse debido a las cualidades con las que cuenta. Por
lo tanto, si el universo fue creado por Dios y los animales realizan
naturalmente prácticas homosexuales, Dios pretendía que éstos existieran y por
consiguiente fueran considerados normales al ser naturales o en su defecto,
esto nos lleva a cuestionarnos si es que ¿acaso el todopoderoso tuvo errores en
el momento de la creación? De ser así, no se podría tomar como autoridad
absoluta, ya que o no es omnisciente o en un escenario peor, se podría llegar a
concluir que el altísimo es irresponsable y/o desinteresado, al no preocuparse por
perfeccionar la vida animal y humana, corrigiendo el error de haber permitido
la atracción homosexual.
Por
otra parte, la iglesia permite la unión emocional entre personas del mismo
género, sin embargo, desaprueba el encuentro sexual entre ellos, a pesar de que
éste es considerado como la culminación del amor de pareja.
Actualmente
existen muchas parejas homosexuales y religiosas a las cuales les gustaría
casarse, debido a que realizando esta práctica dejarían de vivir en pecado bajo
los ojos de la institución que asegura reproducir las enseñanzas de Dios. Sin
embargo, en la mayor parte del mundo, aun no se permite este tipo de uniones porque
no se considera normal (la definición de normal es relativa, varía en cada
sociedad debido a que depende de la cultura y el contexto histórico, político y
económico de la comunidad en cuestión). En base al estudio de Kinsey sobre los
diferentes tipos de homosexualidad y las prácticas que cada tipo lleva a cabo,
Gagnon asegura que “tales maneras de explicar la realización deben comprenderse
como convenciones culturales en lugar de verdades científicas” (Gagnon, pp.
195), refiriéndose a todos los “desórdenes sexuales” que pueden observarse
actualmente.
En México, la Iglesia Católica se encuentra íntimamente
relacionada en los aspectos gubernamentales, por ser una institución de antaño
que cuenta con un gran poderío. En algunos
países, como en el nuestro, el gobierno no permite el matrimonio entre personas
del mismo sexo y al hacer eso, atenta contra la dignidad humana de la persona
con identidades homosexuales, la discrimina por ser diferente. Lo cual de
acuerdo a muchos filósofos no debería permitirse, debido a que no es lo
correcto; Kant afirma que lo correcto consiste en lo que los imperativos
categóricos dictaminan, es decir, si se usa a las personas como fines y nunca
como medio, si se respeta la dignidad humana en todo momento y si las acciones
que se realizan son máximas que pueden ser universalizadas. Si tomamos como
base a la escuela Kantiana, el hecho de no permitir el matrimonio gay puede ser
considerado incorrecto, ya que no es un mandato categórico universal. Con esto,
me refiero a que se podría catalogar como injusto el hecho de que el derecho al
matrimonio se le niega a solamente un sector reducido de la población. Si se
les restringe la opción de casarse a un grupo de gente con preferencias
diversas, generalizando la orientación sexual en cuestiones de gustos, debería
hacerse lo mismo con todos los grupos de gente que cuenten con favoritismos
hacia ciertas cuestiones; porque todos son personas del mismo valor humano y por lo tanto el gobierno debería ser ecuánime.
(Rachels, pp. 205)
Esta
Institución, de igual manera, busca crear una especie de desprecio y
desaprobación a las prácticas que se llevaban a cabo en las ciudades de Sodoma
y Gomorra, debido a que eran las ciudades de la perdición y perversión de la
época antigua.
“Sodomita es un
sinónimo habitual de homosexual. Y en muchas legislaciones se sigue hablando
del delito de “sodomía” al referirse a las conductas homosexuales. Desde el
lenguaje mismo, y con increíble frecuencia, se alude a los “hechos” ocurridos
en las ciudades bíblicas de Sodoma y Gomorra (Génesis 19) para justificar la
homofobia y hasta la violencia contra homosexuales y lesbianas.” (López,
pp.289)
La Iglesia Católica aprueba
e inclusive promueve la homofobia, ésta se excusa usando pasajes de la biblia,
Concilios, Inquisiciones, etc., del mismo modo, diversos religiosos (de
jerarquías y ordenes variadas) han escrito o dicho discursos en contra de
Sodoma y Gomorra, tales como Santo Tomas de Aquino, San Agustín y los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, entre
otros. (Mott,2010).
Hoy
en día se sabe de la existencia de estas ciudades porque fue documentada en la
Biblia, la cual, es uno de los compendios de libros más antiguos de la
humanidad, sin embargo, esto no quiere decir que no exista la posibilidad de
que estos acontecimientos hayan ocurrido anteriormente (durante el tiempo
transcurrido entre el capítulo 1 y 19 del Génesis) y en otras ciudades. Si nos
apegamos a la documentación religiosa, la homosexualidad existe desde el
comienzo de las sociedades, ya que el Génesis es el primer libro de la Biblia
en donde se describe la creación del universo y de la vida en la Tierra. Por lo
tanto, la homosexualidad podría ya ser considerada algo común mas la Iglesia lo
reprueba en base a que este tipo de relaciones no cumple con el propósito del
hombre y la mujer. El principal motivo de la existencia de los sexos es la
reproducción y si se sigue este modus vivendus, no se crea más vida, en todo
caso solamente su destruye, de forma lenta y pasiva, al impedir la preservación
de la especie. En ese caso, esa perspectiva debe llevar a cuestionarnos: ¿también
se debe discriminar, agredir física y psicológicamente, negar ciertos derechos,
ignorar o juzgar a todos aquellos que por algún impedimento físico, moral o
psicológico no pueden procrear y a las personas que deciden conscientemente no
tener hijos? La respuesta “correcta” sería no; aunque en algunos casos también
se ven desaprobados por la sociedad, es una situación que se observa con menor
frecuencia pero, aun así, debería ser erradicada, no es justo discriminar a
alguien por las acciones que decide realizar o evitar, ya que cada, quien
cuenta con el derecho a ejercer su autonomía, cada ser puede decidir que
decisiones tomar y que hacer en las diversas circunstancias.
La
Iglesia Católica no se dictamina por sus enseñanzas, no se deja regir por los
valores que promueve entre sus seguidores: el respeto, la tolerancia, la paz, la
igualdad, entre otros. Para sintetizar, la Iglesia cree que la homosexualidad no
es natural; sin embargo, ésta existe en la naturaleza desde que Dios creó a la
Tierra, por lo tanto, o la estableció a propósito o tuvo un pequeño descuido.
Del mismo modo, es importante resaltar, que la practica de la homosexualidad es
muy antigua, de acuerdo a la documentación católica existe desde hace mínimo
unos 4000 años, y son estos mismos archivos los que utiliza la Iglesia para
causar desprecio hacia personas con preferencias sexuales diferentes. Además,
ésta institución influye en cuestiones gubernamentales para prohibir el
matrimonio entre personas del mismo sexo debido a que encuentra este tipo de
preferencias como un enfermedad mental o un desorden sexual; también lo prohíbe
puesto que no ve en él la lo posibilidad de procrear y por lo tanto no le
encuentra finalidad, lo considera un acto en contra de la preservación de la
especie humana. Es por todas estas razones que se puede concluir que la honorable
institución de la Iglesia Católica atenta en contra de la dignidad humana,
puesto que juzga, reprueba y hace diferencia con respecto a las personas con
preferencias homosexuales.
Bibliografía:
Aguiló, A. (2009). Pensamiento abismal,
diferenciación sexual desigual y homofobia eclesial. Nómadas, Núm. 23
BBC. (18 de junio de 2009). Todos los animales son
homosexuales. Obtenido de BBC Mundo:
http://www.bbc.co.uk/mundo/ciencia_tecnologia/2009/06/090618_animales_gay_men.shtml
Gagnon, J. (1990). Preferencia de Género en las Relaciones Eróticas: El Kinsey
Scale y los guiones sexuales. Conerpts de la Orientación Sexual, ed. D. P. McWhirter, S. A. Sanders y J. M. Reinisch.
Gamboa, I. (2006). La constitución de trastornos
sexuales en la psiquiatría. Dialogos
revista electrónica de historia, vol.7, num 001. 242-290
Mott, L. (2010). Del malo pecado al pecado
intrínsecamente malo: la radicalización fundamentalista de la homofobia
católica desde los tiempos de la Inquisición hasta Benedicto XVI. Histõria (São Paulo), vol. 29, núm. 1.
4-23.
Rachels, J. (2009). Introducción a la
Filosofía Moral. FCE: México
Vigil, M. L. (2008). Otro Dios es
posible. Quito: Silva.
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