“¿Eres atractiva y te gustan los
deportes? Esto es para ti…!!! Te invitamos a formar parte de este nuevo
proyecto deportivo único en México”. Este es un ejemplo de la publicidad que se
maneja para el reclutamiento de nuevas jugadoras de futbol americano femenil.
Las mujeres a lo largo de la historia hemos demostrado un avance para hacernos
notar en la sociedad y hacernos valer como humanos; sin embargo, este progreso
no ha llegado aún a la mentalidad de los publicistas encargados de promocionar
al futbol americano femenil. Las mujeres hemos demostrado ser capaces de poder
realizar cualquier ejercicio de alto rendimiento; sin embargo, no hemos podido
controlar el manejo de publicidad que se
nos hace en estos deportes. El futbol americano femenil se ha manejado como un
deporte en donde los hombres van a pagar por ver a mujeres en lencería y no
como un deporte profesional.
El uniforme que utilizan algunas jugadoras de
americano es una licra pegada, brassier, hombreras, casco y tenis; a
comparación de los hombres que van cubiertos por todas partes. Siendo el uniforme
un poco exhibicionista, la mayoría de los hombres se acercan a este deporte
para poder apreciar a mujeres en poca ropa y no para disfrutar un deporte. Convirtiéndose
el uniforme en un factor detonante para la dignidad de la mujer, la publicidad
no ayuda a cambiar esa mentalidad.
Los medios de comunicación poseen una enorme
responsabilidad social ya que en su tarea continua de informar y entretener
también desempeñan una importante labor educadora y formativa al transmitir en
su discurso, de forma más o menos explícita, una serie de pautas lingüísticas,
ideológicas y de comportamiento que llegan a influir decisivamente en las
maneras de decir, hacer y pensar de los ciudadanos. Porque del contenido de sus
mensajes y de la forma en que estos se enuncien depende en buena medida la
conformación de las mentalidades en las sociedades contemporáneas. (Rojas, 2010,
p.13).
El hecho de considerar a alguien como un medio,
significa que no se le está valorando como individuo y se le pierde el respecto,
haciéndolo quedar como una persona inferior para la toma de decisiones. El
autor Rachels, del libro Introducción a
la filosofía moral en la página 204, nos explica la teoría de Kant la cual
habla del valor intrínseco que tenemos los seres humanos el cual es llamado
dignidad, eso nos hace valioso “sobre cualquier precio”. Las mujeres de
americano tienen el derecho de decidir qué tipo de publicidad se manejará con
sus imágenes, y cuál es el propósito de dicha publicidad. No se puede propagar
una imagen con la que no esté de acuerdo la persona, sería en contra de las leyes
morales, ya que se estaría atentando contra la dignidad de la mujer.
Debemos entender que todos los seres
humanos tenemos una vida ‘privada’ conformada por aquella parte de nuestra vida
que no está consagrada a una actividad pública y que por lo mismo no está
destinada a trascender e impactar a la
sociedad de manera directa y en donde en principio los terceros no deben tener
acceso alguno dicho esto los medios deben considerar las decisiones que las
jugadoras toman acerca de la promoción que manejar. (Dienheim, 2002, p. 1)
El derecho a la intimidad debe ser respeto por toda
persona, y más aún si se trata de medios de comunicación los cuales llegan a
abarcar un mayor número de espectadores. Los objetivos que los publicistas del
futbol americano femenil se están logrando, ya que están consiguiendo un mayor
número de espectadores; pero a costa del uso corporal femenino: entre más sexy,
mejor. Por el otro lado, los medios no toman como importante la enseñanza que
se les está dando a las jóvenes. “Exposición masiva a los medios de
comunicación en la juventud crea el potencial para la exposición masiva a las
representaciones de sexualizar a las mujeres y las niñas se les enseña que las
mujeres son objetos sexuales” (Zurbriggen, 2007, p. 5). Las niñas pueden
adoptar una mentalidad que las mujeres somos objetos sexuales, ya que nos
exhiben como si solamente fuéramos eso, objetos.
Se ha promocionado en muchas partes la participación
activa que tiene la mujer en la sociedad, pero con este tipo de acciones no se
puede apreciar ese gran avance que según han tenido ellas a lo largo de la
historia. Tratar a las jugadoras de americano como un modo sexual de entretenimiento
entre los hombres se ha convertido en una diversión. Los hombres se divierten,
pero las mujeres ¿qué opinan al respecto? Leyendo comentarios de mujeres en
redes sociales sobre este deporte, ellas se sienten denigradas. Muy aparte de
que muchas de ellas no practiquen ese deporte, el término “ser utilizadas” es
el más mencionado y criticado por las mismas. Estas mujeres tienen una mala
percepción hacia este deporte debido al mal manejo de publicidad y es por ello
que muchas de ellas no se animan a formar parte de este deporte.
Se está generando una mala imagen hacia un deporte que
pudiera ser respetado, esto también es causa de la crítica personal hacia las
jugadoras poniéndoles apodos que dañen su dignidad y menospreciándolas a ellas
y lo que hacen. Las jugadoras de americano en lugar de ser consideradas como un
ejemplo a seguir, son criticadas y no aceptadas por alguna parte de la
sociedad. Estas deportistas tienen el mismo derecho de ser admiradas por su
esfuerzo que cualquier otro atleta de cualquier otro deporte, y comenzarlas a
valorar por el esfuerzo que realizan y no solamente ser un objeto sexual. Un ejemplo, las jugadoras de futbol soccer
entrenan y tienen partidos como las de americano pero la imagen de ellas no
está manipulada y es considerado como un deporte de alto rendimiento y no como
un entretenimiento; esto es a lo que debe lograr llegar. Transformar esa visión
que tiene la sociedad sobre el futbol americano femenil es necesario para que
este deporte llegue a ser tan famoso como aquellas ligas, por ejemplo: NFL,
FIFA, WTA, entre otras.
En el artículo Ética
y Deporte en el Siglo XXI: Una Introducción publicado por Francisco López
en el año 2011 en la página 14, menciona que el 96.3 por ciento de la población
juega o ve un deporte y se siente identificado con un jugador; este porcentaje
abarca casi toda la población y no se puede dejar atrás la imagen que se está
generando de este deporte. Los medios deben ayudar a las jugadoras a promocionarse
como atletas y no como objetos generadoras de ingresos gracias al entretenimiento
y a los placeres que provocan en algunos hombres. La ética del deporte esta
cien por ciento en contra de este tipo de publicidad porque atenta contra la ética;
sin embargo, no actúan mucho en contra
este tipo de actividades ya que reciben ingresos altos por esta publicidad.
El futbol americano femenil debe de comenzarse a ver
como un deporte profesional en donde las mujeres hacen un esfuerzo impresionante
para jugar este deporte de contacto, y aun no se les aprecia debidamente como
deportistas profesionales que son. La dignidad de la mujer debe ser respetada
en todo momento, y en este caso, comenzar a pensar que las que practican esto
son individuos que pertenecen a la misma sociedad.
Por: Adriana Carbajal Rivera
Por: Adriana Carbajal Rivera
Referencias
J. Rachels (2006). Introducción
a la filosofía moral. (p. 204). México: Fondo de Cultura Económica.
López Frías, F. J. (2011). Ética y Deporte en el Siglo XXI: Una Introducción (p. 14). México.
Rojas Torrijos, J. L. (diciembre 2010). La construcción de las noticias deportivas
desde una mirada androcéntrica de la invisibilidad a los estereotipos de la
mujer deportista (p. 13). ProQuest. Recuperado de http://0-search.proquest.com.millenium.itesm.mx/prisma/docview/1313442626/fulltextPDF/13CEF6749687D4FB6F7/1?accountid=11643
Yañez Rojas, E. (2003). Manual de Ética de la Publicidad (p. 22). Duoc. Recuperado de http://www.duoc.cl/etica/pdf/fet00/manual/Publicidad.pdf
Zurbriggen,
E. L. (2010). Report of the APA task
force on the sexualization of girls (p.5). Village Counseling Center. Recuperado de http://www.midfloridaadoptionsupportgroup.com/APA_Task_Force_Report_-_The_Sexualization_of_Girls.pdf
Creo que el cambio de mentalidad requiere que "todos" cambiemos, incluidas las mujeres que creen que son menos. Cientos de veces hemos visto mujeres capaces menospreciarse por ellas mismas pensando que al competir contra hombres tienen la batalla perdida
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