Maltrato
animal
Stephania de la Torre González
El
maltrato a los animales es un problema sobre el cual se ha tomado más
conciencia de unos cuantos años a la fecha, la gente poco a poco, se ha ido concientizando
y se ha sensibilizado más con el maltrato constante a estos seres vivos. Existen
diversas maneras en las que se desarrolla este fenómeno. Algunas de los cuales
son: haciendo uso de éstos para experimentos, abusando de ellos en circos o
espectáculos, despojando a estas criaturas de su propia piel estando vivos, o,
como diversión o atracción en determinados eventos de valor cultural. También
somos parte del maltrato de forma indirecta, por medio de la contaminación.
Éstas
son solo algunas de las muchas causas por las que los animales se ven obligados
a pasar excesivo sufrimiento, crueldad y dolor.
La pregunta es: ¿Es
justificable tanto sufrimiento?
Al
igual que los seres humanos, los animales nacen, crecen, se reproducen y
mueren, tienen deseos y necesidades, son seres inteligentes y sensibles, experimentan
placer y también sufren como nosotros los humanos. Entonces, ¿qué es lo que
hace que ellos no merezcan respeto y una consideración moral?
Los
filósofos occidentales han ofrecido justificaciones en abundancia, diciendo que
los animales no son racionales, que carecen de capacidad para hablar o que
simplemente no son humanos. Por otro lado, para los
utilitaristas, todo lo que importa es, si el animal es capaz de experimentar
felicidad e infelicidad, placer o dolor. El simple hecho de sentir dolor,
convierte a un ser vivo en un individuo que puede demandar consideración para
sus intereses. (Rachels, J. 2009).
El
filósofo Bentham (1748- 1832) argumenta, “ si el ser es humano o no humano es
algo tan poco importante como si es negro o blanco” y dice también:
“Puesto
que ambos, seres humanos y no humanos, pueden sufrir, tenemos la misma razón
para no maltratar a ninguno.” (Citado
por Rachels, J.
2009).
Entre
otros argumentos que defienden a los animales, se encuentran, el hecho de que
los animales también forman parte de la creación, el hecho de que un animal es
mucho más racional que un bebe recién nacido, el cual goza de derechos desde
antes de nacer, el hecho de que los animales forman parte del equilibrio de la
naturaleza. (Quintanilla, R. 2008).
Son solo algunos de
muchos argumentos que nos dejan clara la razón por la cual debemos darle la
misma importancia a un animal que a cualquier otro ser vivo.
En
cuanto a las pruebas y experimentación a las que son sometidos los animales, actualmente, la tecnología ha avanzado tanto, que
existen varios métodos científicos que hacen innecesarios en muchos casos los
experimentos con animales.
Si hablamos de los
animales utilizados como atracción en eventos culturales, entramos en el ámbito
del relativismo cultural, donde, los eticistas nos dicen que “no existe un
criterio objetivo para juzgar el código de una sociedad mejor que el de la
otra”. (Rachels, J. 2009). Ahora bien, sabemos que el ser humano no
puede sobrevivir por
sí solo, desde el momento en que nacemos hasta que morimos, tenemos necesidad
de interacción y ayuda; si dentro de una sociedad existe una unidad social, y
los animales forman parte de nuestro entorno social, ¿por qué negarle a los
animales el derecho al respeto sólo por no tener las mismas capacidades
racionales que los humanos? De esta manera, la búsqueda del bienestar animal es
tan necesaria como el hecho de modificar ciertas prácticas culturales.
Existen varias organizaciones
encargadas de hacer conciencia en la gente sobre este maltrato, que reciben los
animales. Algunos de estos movimientos en Estados Unidos, son el PETA (Peoples
for the ethical treatment of the animal) y The human society of the United
States. En México, está el APASDEM (Asociaciones protectoras de animales de
México) que se creo en el 2006 por organizaciones de todo el país que se
dedican a la protección de animales.
Creo que es la falta
de concientización sobre la sociedad, la falta de sensibilidad hacia estos
seres vivos, puesto que la condición para que un ser vivo sea objeto de una
valoración a nivel ético no debe ser solo la racionalidad y el lenguaje.
Un factor muy
importante, que es parte de la teoría kantiana, y es pasado por alto dentro de
la sociedad, es que, si un individuo es capaz de tratar de tal manera a un
animal, tenderá a ser cruel con otros seres humanos también. La violencia
comienza en casa, es decir, si un niño ve que su papá maltrata a su mamá y ésta
a el hijo mayor y éste al hijo menor, el menor no va a tener opción más que
desquitarse con el animal o mascota que tiene en casa, de esta manera se desarrolla
el problema.
Existen pruebas de
que la mayoría de los asesinos en serie y criminales, empezaron algún día
maltratando animales, sin embargo, la gente no lo toma en cuenta ya que se dice
que “solo son animales”; y no estamos conscientes del problema tan grande que
se esta desarrollando. (Castillo, B. 2013)
Claro está, que al
hablar de la desconcientización no podemos generalizar, es decir, un gran
porcentaje de la sociedad ha desarrollado esta conciencia y existen actualmente
campañas, asociaciones, blogs, centros de ayuda, que se encargan de esta labor.
También se ha visto por medio de las redes sociales, la difusión de mensajes,
fotos, videos, entre otras cosas que ayudan a sensibilizar e informar a la
gente sobre el tema.
“Kant
ha visto mejor que nadie un aspecto central de las obligaciones morales: su
carácter absoluto, es decir, que las obligaciones morales no están sujetas a
condición alguna”. “A través de la conciencia moral experimentamos la “presión
normativa” que ejercen sobre nosotros las leyes morales. Una presión normativa
que no proviene del temor a las sanciones, sino de nuestra propia razón”.
(González, M., 2012)
Por
lo tanto, para finalizar, no podemos considerarnos protectores de animales si
no amamos y demostramos compasión y comprensión a los seres humanos que nos
rodean, si no tenemos conciencia ecológica, contaminamos el agua de ríos,
mares, etc.; si asistimos a lugares donde se les tortura por diversión, si no
nos preocupamos por leer las etiquetas de productos químicos para verificar
aquellos que son probados en animales, en fin, si no nos preocupa el
sufrimiento de estos seres. (Quintanilla, R. 2008).
Por
lo que es momento de tomar las riendas, de luchar por los derechos de los
animales, de empezar nosotros mismos y actuar, nuestro ejemplo es la mejor
manera de demostrar a las personas que nos rodean la importancia que le damos a
este gran problema, ya que al defender los derechos de los animales estamos
promoviendo la defensa de nuestros propios derechos.
BIBLIOGRAFÍA
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