Veneno
y antídoto del mundo: La empresa
El
concepto de empresa ha cambiado. No se trata simplemente de industrias o
corporativos con grandes ganancias y certificados de sustentabilidad, sino de
crear valor para un nuevo cliente potencial: La sociedad. Las empresas deben
cambiar su enfoque tradicional para poder desarrollar y mejorar las condiciones
de vida del ser humano y del medio en el que vivimos, o de contrario, le darán
la espalda a la sociedad.
Hoy es un día
como cualquier otro. Voy a mi casa en auto y hay mucho tráfico para llegar a
Bodega Aurrera. Entonces compro muchos productos para abastecer mi despensa y
me llevo a casa productos empaquetados con plástico y envueltos en más
plástico. Entonces me pongo a pensar: ¿Por qué hay tantos autos? ¿Por qué tanto
plástico? Tal vez parezca que son dos cosas
que no tienen nada que ver, pero existe un común denominador: ambas
cosas provienen de todo un proceso realizado por empresas. ¿Y eso qué? Pues las
bolsas y empaques de plástico seguramente terminarán en la basura o en la
calle, y los autos solamente contaminarán el aire, una de las causas de las 15,000
muertes anuales por enfermedades respiratorias asociadas a la exposición a la
contaminación en México de acuerdo con un estudio realizado por el Clean Air
Institute. Siendo sinceros, la mayoría no somos consumidores racionales, por lo
que contribuimos con estos problemas. Sin embargo, las empresas en México
también forman parte del problema. ¿Cómo forman parte de los problemas de
sustentabilidad las empresas?
‘’Tradicionalmente,
las empresas mexicanas han asumido únicamente algunas de sus responsabilidades,
olvidando por completo las sociales’’ (Sánchez, V., 2001, p.14).
Lo anterior ha
causado que supermercados contribuyan con su contaminación por bolsas de
plástico debido a que las bolsas son prácticas y de bajo costo, o que existan
muchos vehículos contaminantes debido a que invertir en Investigación y
Desarrollo para desarrollar fuentes de energía distintas a los hidrocarburos
resulta muy costoso.
Entonces, se
desligan de toda responsabilidad, por lo que las mencionadas empresas están
ocupadas con su responsabilidad financiera, prosperando a costa del resto de
las comunidades y siendo causa importante de los problemas sociales,
ambientales y económicos: ‘’Buena parte del problema se halla en las mismas
compañías, las que siguen entrampadas en un enfoque anticuado de la creación de
valor que ha surgido a lo largo de las décadas pasadas‘’ (Porter, M., 2011). El
enfoque mencionado por Porter, se asemeja al actual capitalismo, que define
como un vehículo inigualable para satisfacer necesidades humanas, mejorar la
eficiencia, crear trabajo y generar riqueza.
Sin embargo,
empresas como Wal-Mart no han sabido ampliar el concepto de capitalismo, ya que
tratan de crear valor para la sociedad con su ventaja de ‘’Bajos precios
siempre’’, pero descuidando a sus empleados o destruyendo economías locales tal
como en el documental ‘’Walmart: The High Cost of Low Prices’’.
Ahora,
empresas mexicanas e internacionales han tomado acciones aplicando para ser
Empresas Socialmente Responsables. Sin embargo, tan sólo en México encontramos
a 572 empresas registradas con el distintivo ESR (CEMEFI, 2012). Esta cifra no
se compara con las 5,144,056 empresas registradas en nuestro país (INEGI, 2009.),
dentro de las cuáles se encuentran 10,288 grandes empresas que emplean a
5,961,393 personas.
Las empresas representan el
motor de la economía mexicana. En total se emplean a 27,727,406 personas de
acuerdo con INEGI. Por lo que los principales involucrados son aproximadamente
el 30% de la población mexicana. Sin embargo, no estamos considerando a las
familias de tales trabajadores que están involucradas dentro de la economía
empresarial. Además, las empresas abarcan clientes, proveedores e incluso
accionistas a nivel local e internacional, sin mencionar la dependencia que
tiene el gobierno mexicano de empresas públicas
PEMEX, que forma parte de los principales ingresos del país con un 10%
del PIB mexicano de acuerdo con el Censo Económico de INEGI en 2004. La
responsabilidad que se tiene con el medio en el que operan las empresas, tales
como cuestiones ecológicas no pueden pasarse por alto.
Porter
menciona que al contribuir con la sociedad, las empresas son limitadas debido a
los costos cuantitativos como aumentar salarios en base a recompensas de los
trabajadores, y cualitativos al contratar a discapacitados.
Por
lo que existen conflictos de intereses. ‘’Las empresas y la sociedad se han
venido enfrentando desde hace mucho tiempo. Los economistas han legitimado la
idea de que las empresa deben morigerar su éxito económico para entregar
beneficios a la sociedad’’ (Porter, M., 2011). Sin embargo, ¿cuál es el deber de una empresa con la
sociedad y el medio en el que opera?
Si
analizamos detenidamente, encontramos que nuestra economía está basada en el
neoliberalismo, en el que encontraremos libertad para hacer las cosas. Nuestros
esfuerzos reflejarán nuestros resultados en un ambiente de supuesta igualdad de
oportunidades. Actualmente, tal libertad ha causado economías tan
individualistas, en el las que cada quién ve únicamente por sus propios
intereses. Podríamos relacionar este concepto con el egoísmo ético. De acuerdo
con esta corriente ética, ‘’nuestro único deber es hacer aquello que es lo
mejor para nosotros mismos’’ (Rachels, J., 2003). Entonces, de acuerdo a lo
mencionado anteriormente, en su enfoque tradicional, las empresas se basan
únicamente en sus ganancias y no en el impacto social y sustentables. Tal situación
refleja que podemos ver a la empresa como una sola personalidad. ‘’Dermagne
supone que la empresa contiene una personalidad no solo jurídica y ética sino también
política y moral’’ (Cuevas, Ricardo., 2007). Por lo tanto, la empresa está
siendo egoísta y no lo preocupan los intereses de los demás. La pregunta ahora
es, ¿existe algún deber con la sociedad por parte de la empresa?
En
su defensa, la empresa justificaría sus acciones debido a que hacerla de altruista es
contraproducente, y que los beneficios económicos como los empleos generados
generan sustentabilidad de miles de personas. O incluso podrían justificarse
con el hecho de que su esfuerzo es superior al esfuerzo de la contraparte, y
por tal razón no podrían tomarlos en serio si son altruistas. Sin embargo, las
empresas sí tienen deber con la sociedad e indirectamente con el ambiente que
las rodea. Las empresas tienen deber con la sociedad porque existe igualdad en
las necesidades humanas. Tanto la persona más pobre de México tiene que cumplir sus necesidades, desde las más
básicas hasta las de autorrealización, al igual que los directivos de las
empresas más ricas del país. Por lo que no es correcto ni justo dejar sin
consideración a los que incluso forman parte del consumo de las empresas y
dañar el medio que los rodea solamente por intereses económicos. Las empresas
deben ser más humanas actualmente. Entonces,
‘’la acción es la base de la propia realización del fin ético que al ser accionado
por individuos la convierten en fin humano’’ (Ferrer S., 2007,
p.324).
Un
acercamiento con el que las empresas deberían contar para adoptar el enfoque
social, es el pensar en base a las virtudes. Si tomamos en cuenta la virtud de
la generosidad, nos encontraremos entre la avaricia y el despilfarro de acuerdo
con Aristóteles (Rachels, J., 2003). Actualmente las empresas se encuentran en
la avaricia no solo económica sino en sus procesos al no reducir la
contaminación o en apertura a mercados sociales. El objetivo de esta corriente
ética, es el no desgastar a las empresas por sus labores altruistas, sino el de
encontrar un equilibrio para poder ayudar a la sociedad, obteniendo crecimiento
económico por ambas partes y un medio con recursos bien administrados y sin
contaminación.
Por
lo que podemos concluir que sí existe un deber de la empresa hacia la sociedad,
ya que debe existir igualdad en los intereses humanos y ambas partes pueden
beneficiarse del enfoque social, motivados e innecesariamente obligados por una
moral de hacer lo correcto. Adicionalmente, si incluimos un enfoque
utilitarista, los beneficios por ambas partes son mayores a los que únicamente
obtiene la empresa; sin embargo, se tiene que tener cuidado con el respeto a la
dignidad de las personas involucradas, que podrían ser cuidar las condiciones
laborales de los trabajadores de las empresas.
Ahora
que definimos la relación que deben tener las empresas con la sociedad, podemos
formular un nuevo concepto de empresa. En el artículo Las formas de la ética de la empresa de Ricardo Cuevas, encontramos
la siguiente definición:
‘’La empresa
ciudadana es una firma que se implica en la resolución de problemas globales de
la sociedad, sin menospreciar evidentemente sus objetivos económicos [...] la
empresa ciudadana busca tomar un lugar en el juego social y participar en la solución
de problemas de la sociedad’’(Auriac et al., 1996: 221, 223-224).
Tal empresa
ciudadana, debe tener un contexto de acción que es explicado como:
‘’La acción
social es una parte más del concepto hacia el que va evolucionando la empresa,
conocido como empresa responsable. En él, junto a la importancia de sus
productos y servicios y de los aspectos económicos tradicionales, aumenta la
relevancia que van adquiriendo componentes corporativos, medioambientales,
sociales o de gestión de los recursos humanos’’ (Jiménez, F., 2005).
El
resultado es una empresa que no sólo se preocupa por tener crecimiento
económico, sino una empresa que ve por los intereses de la sociedad.
“La
mejora de las condiciones de vida al remover barreras a la inclusión social, apoyar
a poblaciones debilitadas o sin voz, o disminuir las externalidades negativas
(como la degradación medioambiental)” (Barrera D.,
Ernesto. 2007).
Tendremos
organizaciones con perspectiva ética que resuelvan conflictos sociales tales
como la pobreza. Un ejemplo de empresas que han apostado por el enfoque social,
son las enfocadas en el mercado de la Basa de la pirámide, 4,000,000 de
personas que viven por debajo de los 1500 dólares anuales. Tomemos de ejemplo a
Mohammed Yunus, premio Nobel de la Paz en 2006: vinculó su proyecto emprendedor con la generación de
oportunidades de acceso al crédito en su comunidad, y para ello movilizó
recursos locales y se apalancó en su capital so-
cial
como profesor universitario. (Barrera D., Ernesto. 2007, p.62). Fue entonces, que
mediante una organización financiera logró crear valor social empoderando a las
mujeres de su país. Basicamente, Yunus ofreció independencia económica para la
sociedad mediante el microfinanciamiento. Otro ejemplo lo encontramos con
Danone, con muchos proyectos sociales, entre los que destaca la venta de yogur
a solo 10 centavos de dólar, y ha conseguido ventas de 30,000 tubitos de yogur
al mes en Indonesia. (Passariello, C., 2013, p.6). Lo anterior demuestra que se
puede mantener un equilibrio entre las necesidades de las personas y de las
empresas.
Debemos poder transferir el concepto
a través de toda organización, que sea parte de la estrategia de la empresa y
de su código de ética para que su capital humano pueda actuar correctamente:
‘’Eticidad
organizacional es la capacidad humana del arte orgánico de construir para el
convivir en espacios humanos por la búsqueda de objetivos y cursos de acción congruentes
tendentes al éxito organizacional. se trata de un negocio financieramente auto sostenible,
que está enfocado en la satisfacción de las necesidades básicas de las personas
ubicadas en la base de la pirámide (BOP)’’ (Barrera E., 2007).
A
lo largo de la humanidad, siempre ha existido la opción de decidir. Contamos
con opciones para cambiar al mundo ante los problemas actuales. Sin embargo,
muchas veces creemos que las cosas se tienen que hacer tradicionalmente se ha
venido haciendo por nuestra sociedad, a pesar de que no siempre sea lo
correcto. Es momento de poder tomar acción y ser parte del cambio, a nuestra
manera.
Si
bien es muy importante recordar que las empresas son el motor de nuestra
economía mexicana, no debemos olvidar que todo cargo requiere de una gran
responsabilidad. Las empresas tienen un deber con la sociedad en general, para
ver por los intereses de todo lo que lo rodea. Necesitamos ser empáticos para
comprender los problemas y la realidad. Después de todo, es la mejor manera de
pasar de las buenas intenciones, a las buenas acciones.
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