viernes, 10 de mayo de 2013

Prejuicio, discriminación y tatuajes


Prejuicio, discriminación y tatuajes
Maria Elena Gaytan Torres 

Resumen-. El ensayo presenta la visión que tiene la gente sobre las personas tatuadas, analiza las consecuencias que puede llevar tener un tatuaje, la discriminación y prejuicio social que se puede sufrir por llevar uno. Analiza situaciones de discriminación en México abordado desde una perspectiva ética para conocer el ¿por qué?, de esta discriminación.

Los tatuajes son dibujos trazados en cualquier parte del cuerpo. Según la real academia de la lengua española tatuar significa “Grabar dibujos en la piel humana, introduciendo materias colorantes bajo la epidermis, por las punzadas o picaduras previamente dispuestas” (RAE, 2001). La percepción de las personas acerca de los tatuajes ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Estamos en una época postmodernista, la cual es una condición social de la vida contemporánea, con características económicas y políticas determinadas por la globalización. Esta cultura contemporánea se desprende y al mismo tiempo legitima la forma de vida individual y colectiva. Se caracteriza por una mezcla de tolerancia, indiferencia, pluralidad y relativismo (Gómez Á. I., 1998, pág. 23). En esta época existen personas que consideran que el cuerpo necesita comunicarse y que es una manera de expresión. Como dice David Le Breton “El cuerpo es la encarnación del hombre, la marca que distingue al individuo, la frontera que lo separa de otros.
Es por hecho un lugar de separación y no de unión con otros hombres, es la separación de nosotros hacia la sociedad y no de conexión como lo describen otras sociedades tradicionalistas; es nuestro mundo, nuestro cosmo, nuestro universo invisible” (Breton, 1990). Es por esto que no debe sorprendernos el aumento de personas tatuadas en el mundo, se considera una muestra de expresión, sin embargo, existen demasiados prejuicios hacia los tatuajes llevándonos a cometer discriminación hacia las personas tatuadas. ¿Cómo se crearon estos prejuicios?, ¿realmente es necesario ese tipo de pensamiento negativo hacia los tatuajes generando una discriminación hacia la persona? Todo esto se desarrollara a continuación.

El origen del tatuaje se desconoce ya que es una práctica que se vio en diferentes tribus a lo largo de la historia en el mundo. En cada cultura se llevó a cabo por diferentes motivos. La palabra tatuaje viene vocablo de la lengua Tahití que significa “acto de dibujar” (Tapia, 2006). Otra definición de la palabra es de origen polinesio, "ta" que significa golpear o en la expresión "tau-tau" utilizada para hablar del choque entre dos huesos (el cuerpo.es , 2006-2012).
La primera evidencia que se tiene de algún sujeto con tatuaje otzï un antepasado del neolítico encontrado en 1991 que tiene la rodilla y espalda tatuada (Pons, 2006, pág. 29). Quizás realizó esto para protegerse de depredadores y verse “aterrador”. El tatuaje se utiliza también como representación ceremonial, el dato más antiguo de esto es el de amuet adoradora egipcia de la Diosa de la fertilidad Hator, cuando fue encontrada tenía todo el cuerpo tatuado con rayas. Las culturas antiguas veían en el tatuaje una forma de belleza pero también de magia. Para los egipcios el tatuaje en la mujer era un signo erótico, en el hombre mostraba madurez y valentía (Pons, 2006, pág. 29).
Además, los tatuajes se utilizaron para marcar a las personas de acuerdo con el grupo social al que pertenecían y a las creencias religiosas o políticas que poseían. Los escitas y tracianos fueron dos pueblos que recurrieron a los grabado para distinguir a la nobleza. De acuerdo con el historiador griego Herodoto, no tenerlos era para ellos señal de haber nacido humilde.  Por el contrario, entre griegos y romanos, las marcas indelebles servían para señalar a quienes pertenecían a una secta religiosa o eran esclavos o criminales. Con el paso del tiempo, los soldados romanos adoptaron los tatuajes como una moda y los propagaron en todo el imperio hasta que emergió el cristianismo (Ramírez, 2013).
Probablemente de allí, nació su connotación negativa. No es casual que la palabra latina para tatuaje sea “stigma”. En las religiones monoteístas los tatuajes nunca fueron bien vistos: habitualmente se los consideró parte de un ritual pagano, incluso está prohibido en la Biblia. En el judaísmo no se admite ningún tipo de marcación en el cuerpo. Solo dentro de algunas tribus árabes es permitido marcar el cuerpo con fines curativos o para prevenir tragedias (Tapia, 2006).
¿Pero durante todo este tiempo qué paso en Latinoamérica y sobre todo en México? En Mesoamérica, el tatuaje fué una técnica de decoración corporal que representaba una identidad étnica, existen evidencias de grupos toltecas, chichimécas, y relatos de grupos mayas. Con la conquista y la colonización española en el siglo XVI, las autoridades eclesiásticas consideraron que el tatuaje era incompatible con la vida cristiana europea. Se prohibió entre todos los bautizados y a quien se sorprendiera se sancionaría con prisión y cien azotes públicos según la Cédula Real de 1522 y las Ordenanzas Reales de 1546. (Nación, 1986, pág. 63)
Como podemos observar durante la época prehispánica no era mal visto, se reconoce como una práctica étnica y sociocultural. Con la conquista desaparece esta práctica paulatinamente ya que se castigaba y no fue hasta el siglo XIX con la independencia que marineros volvieron a difundir esta práctica siendo ahora solo para un sector marginal de la población es decir, prostitutas, criminales o militares. Se empezó a crear en la sociedad una manera de pensar negativa hacia los tatuajes, considerando que tatuarse era para la población ignorante y supersticiosa. Esta situación empezó a cambiar a finales del siglo XX cuando la práctica comenzó a hacerse más común entre los jóvenes, sin embargo, se les consideraba un grupo rebelde, viéndolo aún como algo negativo (Gómez, 2011). Todo este contexto histórico demuestra por qué existe este prejuicio negativo hacia los tatuajes en la sociedad mexicana.

En México principalmente se prohibieron los tatuajes por cuestiones religiosas, pensamiento traído por los españoles y la religión católica. En la actualidad parte de la población ve de manera negativa los tatuajes por esa razón sin siquiera saberlo. En el antiguo testamento se ordena, “No se hagan heridas en el cuerpo por causa de los muertos, ni tatuajes en la piel. Yo soy el Señor” (Levítico 19:28 NVI).  “¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo.”(Corintios 3:16-17) Todos estos son argumentos válidos vistos desde una teoría del mandato divino, esta teoría dice que lo que lo que es éticamente correcto es lo mandado por Dios, y lo que es incorrecto es lo prohibido por él (Rachels, 2007, pág. 89). Esta teoría tiene su parte negativa, la biblia puede interpretarse de diferentes maneras, se puede encontrar un argumento a favor para beneficio propio. En el caso de los tatuajes, Dios nos dice en la biblia no debemos dañar nuestro cuerpo porque es sagrado. Pero también Dios dice: “Todo está permitido, pero no todo es provechoso. Todo está permitido, pero no todo es constructivo.”(1 corintios 10:23). Básicamente esto nos da un libre albedrío, siempre y cuando esta decisión me beneficie y no afecte a los que me rodeen. Con esta libertad de decisión dejamos a un lado la teoría del mandato divino, ya que dejamos de regirnos por lo que es correcto ante Dios y empezamos a regirnos por nuestra propio criterio.

Con este nuevo criterio la sociedad está comenzando a ver “normal” a las personas tatuadas, sin embargo, sigue habiendo un prejuicio y discriminación ante esta práctica. Tanto así que  el 25 de febrero de 2011 se modificó la “ley federal para prevenir y eliminar la discriminación”. Esta modificación de la ley entiende por discriminación “toda distinción, exclusión o restricción que, basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas. También se entenderá como discriminación la xenofobia y el antisemitismo en cualquiera de sus manifestaciones.” (Ley federal para preveni y eliminar la discriminación, 2007, págs. 1-2). Se restructuro todo este párrafo en la ley que es el artículo 4 para así evitar abusos y discriminación de cualquier tipo. En este artículo se pretende incluir a todas personas que son sujetos de discriminación. Esta ley incluye a las personas con tatuajes bajo el siguiente estatuto: “Realizar o promover el maltrato físico o psicológico por la apariencia física, forma de vestir, hablar, gesticular o por asumir públicamente su preferencia sexual, y en general cualquier otra conducta discriminatoria en términos del artículo 4 de esta Ley.” (Ley federal para preveni y eliminar la discriminación, 2007, pág. 4).

 La ética nos dice que es incorrecto discriminar y el gobierno se dio cuenta de un sector vulnerable, el de las personas tatuadas ¿Por qué es incorrecto discriminar a este sector si se lleva cien años considerando a estas personas como “malas”? El proceso de aprobación de leyes es mediante el dialogo en la cámara de diputados y senadores. La tradición dialógica apoya esta resolución ya que dice que las personas no llegamos a la conclusión de que una norma es ley moral o es correcta individualmente, sino a través del diálogo con los demás (Cortina, 1996). Al aprobar la ley se considera la norma como válida universalmente, esta ley pretende proteger la dignidad humana. Todas las personas somos dignas a un trato justo, si no hay motivo de discriminación no debería hacerse y de eso nos protege una discriminación innecesaria.

Se tiene que cambiar el prejuicio social para poder evitar la discriminación, la práctica de realizarse un tatuaje cada vez se vuelve más común, la población tatuada aumenta y en un futuro esta discriminación por apariencia física va a ser mal vista. Una persona tatuada no cambia su manera de ser, no lo vuelve un rebelde ni un ladrón, la teoría aristotélica podría ver este acto como bueno, ya que causa una felicidad al sujeto. Se debe recordar que todo acto tiene consecuencias y si nos basamos en la teoría aristotélica debemos regirnos por las virtudes, la decisión de hacerse un tatuaje debemos hacerla a consciencia rigiéndonos por la virtud de la prudencia. Las acciones se perfeccionan conforme a la prudencia y a la moral virtud, la moral virtud propone el fin perfecto, y la prudencia los medios necesarios para alcanzar lo que se requiere (Aristóteles, pág. 183). Si el tatuaje se hace de esta manera no debería existir ningún prejuicio hacia estos. El treinta por ciento de las personas encuestadas en el 2013 manifiestan que no contratarían a alguien tatuado porque lo consideran un acto de rebeldía (Tatuajes, motivo de discriminación laboral en México, 2013). Al momento de realizarnos un tatuaje debemos considerar diferentes puntos, no solo la satisfacción personal es lo que importa ya que vivimos en una sociedad regida por reglas y códigos. Por ejemplo, podría existir un caso en el que alguna empresa tengan código de vestir que no  permita que los tatuajes se vean, pero ese código es personal de la empresa y si se quiere trabajar ahí se sabe que se debe respetar. El 68 por ciento de las personas encuestadas no contratarían a una persona con tatuajes por imagen, en México 8 de cada 10 profesionistas tiene un tatuaje pero el 84 por ciento lo tienen en lugares no visibles (Tatuajes, motivo de discriminación laboral en México, 2013). Aunque la discriminación por apariencia física ya este penalizada, la ley también considera como no discriminación en el artículo 5 a “las distinciones, exclusiones, restricciones o preferencias que se hagan entre ciudadanos y no ciudadanos, y  en general, todas las que no tengan el propósito de anular o menoscabar los derechos, y libertades o la igualdad de oportunidades de las personas ni de atentar contra la dignidad humana.” (Ley federal para preveni y eliminar la discriminación, 2007, pág. 2) . Una empresa podría argumentar que no está discriminando a  alguien con tatuajes haciendo referencia a esta ley. Sin embargo, la empresa no debe discriminar a nadie por un tatuaje, eso atenta con su dignidad ya que la discriminación limita la libertad de tomar decisiones propias (Rachels, 2007, pág. 206). Mucho menos debe de discriminar si los tatuajes ni siquiera son visibles.

Mientras no se elimine por completo el prejuicio social acerca de los tatuajes, debemos de actuar con prudencia. Considerar siempre las consecuencias de nuestros actos, y apegarnos a la sociedad actual. Esto no significa que debemos limitarnos y no realizarnos un tatuaje si es lo que queremos, pero si pensar un poco a futuro, considerar que tipo de trabajo vamos a realizar, en qué ambiente vamos a vivir y dar los argumentos necesarios a las personas para que dejen de considerar negativo el tatuaje. Al mismo tiempo la sociedad debe ser tolerante de los actos personales, mientras no afecten la dignidad de todos, no debe de haber ningún problema con portar un tatuaje. Un tatuaje no cambia tu forma de actuar, no te vuelve un rebelde, criminal o una persona sin educación; es más en muchas ocasiones personas que ni te imaginarías pueden ser portadoras de un tatuaje. Es simplemente un gusto personal, como podría ser tu manera de vestir o tu corte y color de cabello. Cada vez más personas optan por usar tatuajes, si ya se está observando este cambio, todos los portadores de tatuajes debemos empezar a eliminar el prejuicio negativo hacia los tatuajes y sobre todo no tolerar una discriminación por portarlos.

Referencias

el cuerpo.es . (2006-2012). Obtenido de http://www.elcuerpo.es/los-tatuajes-historia-simbologia-y-tradiciones-item16.php
(27 de noviembre de 2007). Ley federal para preveni y eliminar la discriminación. México: Diario Oficial de la Federación.
Tatuajes, motivo de discriminación laboral en México. (30 de Enero de 2013). La crónica de hoy.
Aristóteles. (s.f.). Ética a nicómaco. Proyecto Espartaco.
Breton, D. L. (1990). Anthropologie du corps et modernité. París: Presses Universitaires de France.
Cortina, A. (1996). Ética, la vida moral y la reflexión ética. . Madrid: Santillana.
Gómez, Á. I. (1998). La Cultura Escolar en la Sociedad Neoliberal. Ediciones Morat.
Gómez, D. J. (27 de marzo de 2011). Idolátras y Herejes en el México Colonial. Obtenido de http://idolatriaherejiamexcol.blogspot.mx/2011/03/tatuajes-en-el-mexico-colonial-simbolos.html
Nación, A. G. (1986). Boletín del Archivo General de la Nación. México: Archivo General de la Nación.
Pons, P. P. (2006). El Gran Libro de Los Rituales: Todos Los Ritos Magicos Del Mundo Y Como practicárlos. 28-30: Lectorum.
Rachels, J. (2007). Introducción a la filosofía moral. México: Fondo de cultura económica.
RAE. (2001). Diccionario de la lengua española. Madrid: Espasa Libros.
Ramírez, P. (21 de Marzo de 2013). Istmo. Obtenido de http://istmo.mx/2011/07/tatuajes-tabu-moda-o-expresion-personal/
Tapia, L. P. (2006). Los tatuajes: una inscripción en la piel de los objetos internos. Primer Congreso Interno"El Psicoanálisis Hoy, a 150 años del Natalicio de S. Freud" (págs. 1-9). SOPPAC.

 


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