viernes, 9 de mayo de 2014

Corrección homosexual… ¿Por el bien del paciente?

Palabras clave: Homosexualidad, terapia, corrección, psicología.

Introducción

Como seres humanos, todas las personas contamos con experiencias tanto positivas como negativas que van dando forma a nuestra manera de ser y a nuestra personalidad. Es por esto mismo que cada quien reacciona de forma diferente a los mismos escenarios. Lo que hace la psicología es estudiar estas reacciones y entender por qué es que alguien reacciona de esta forma. Adentrándose más por este camino, la psicoterapia, aparte de estudiar o analizar el comportamiento, tiene como objetivo guiar al sujeto a solucionar sus problemas y ayudarlo a mantener una situación emocional estable.

La terapia psicológica se basa en hacer que el paciente cuente sus problemas o inseguridades al terapeuta para que éste le ayude. Esta situación le otorga al segundo gran influencia sobre el primero y por ende una gran responsabilidad sobre la forma en que se le guía. Es por eso, que los terapeutas deben de estar sujetos a un código de ética muy estricto que proteja al paciente de cualquier mal práctica. Y en caso de romperlo, retirárseles el permiso de realizar terapia.
En la mayoría de los casos es sencillo determinar si una acción por parte de un terapeuta es ética o no. Por ejemplo, si se le influenciara al paciente para que termine alguna relación amorosa porque el terapeuta está involucrado con la misma persona, claramente se consideraría un acto que atente a la ética. El problema ahí estaría en que se le engaño al paciente y tomó una decisión sin estar al tanto de la situación porque se le ocultó. Lamentablemente, en otros casos no es tan fácil determinar si fueron éticas las acciones del terapeuta, y es aquí donde cae el tema a debatir: la terapia correctiva de la homosexualidad.
Primero se deben de dejar claros los ámbitos en los que es posible debatir acerca de esta terapia. Todas las códigos morales deben de ser dejados de lado para enfocarse en las cuestiones éticas que rodean este tema y que lo vuelven problemático. Asimismo, las tradiciones de la sociedad no deben de influenciar ni nublar el criterio al momento de discutir los puntos. Por último, los prejuicios que genera este tema, obviamente, deben de ser ignorados para dar paso a un pensamiento claro y racional. Dejando esto claro, es posible iniciar.

Desarrollo
La terapia correctiva de la homosexualidad genera algunos problemas éticos que la hacen incorrecta. Es posible que el terapeuta mismo no este al tanto de los problemas generados y que no este actuando con dolo, pero eso no lo excluye de formar parte de la problemática. Además, puede ser que todas las personas involucradas, incluso el paciente, crean que se está siguiendo el camino hacia una solución. Sin embargo, la ética existe exactamente por este motivo, para que se pueda llegar a una solución universalmente correcta basada en la razón y en hechos comprobables. knes hola jugo nte por este motivo, para que en situaciso el paciente, crean que se esteste actuando con dolo, pero eso no lo ex
Primero, está la cuestión de la dignidad humana. Los seres humanos nos debemos un respeto mutuo incuestionable que está sustentado en la dignidad que todos poseemos por ser personas. Kant cataloga a la dignidad como un valor intrínseco en los humanos por el hecho de ser agentes racionales  (citado por Rachels, 2006, pp. 204-218). Por ende, cualquier acción que vaya en contra de este principio se puede catalogar como incorrecta.
Hay que evaluar este tipo de terapia por partes para poder desglosar los causantes que atentan la dignidad humana. En algunos casos, las personas homosexuales deciden por propia cuenta someterse a estos tratamientos, pero en otros, como es el de los menores de edad, son conducidas o incluso obligadas a ser sujetos a estas prácticas. Aunque en ambos casos se atente en contra de la dignidad humana, el segundo caso es claramente más grave, ya que además de sobrellevar la terapia se le obliga, sin respetar su autonomía, hacia tomarla.
Como se mencionó anteriormente hay personas que optan por sí mismas para tomar este tipo de terapias y así poder salir de la homosexualidad. Como explica Richard Cohen, famoso psicólogo que aplica estas terapias, en sus conferencias y sus libros, hay cuatro tipos de clientes que se someten a sus terapias: 1. Personas con un fuerte origen religioso a las que su homosexualidad les causa conflicto; 2. Personas que han vivido una larga vida homosexual y desean intentar la heterosexualidad; 3. Personas que llevan una vida de matrimonio heterosexual pero que siempre han tenido sentimientos de homosexualidad; y 4. Adolescentes que tienen sentimientos de homosexualidad y que intentan deshacerse de ellos (Cohen, R. 2000).
Además, agrega el autor que estas personas desean cambiar su atracción homosexual (causada por un vacío interior a causa de heridas emocionales en la infancia y una falta de amor paternal o fraternal por parte de personas de su mismo sexo) para seguir con una vida plena (Cohen, R. 2000). Este hecho resulta problemático por si mismo ya que cuestiona la estabilidad emocional de las personas homosexuales, posicionándolas como víctimas de algún episodio negativo en su infancia y por consecuencia con necesidad de “solucionar” su homosexualidad. De acuerdo al doctor en psicología Clarence Arthur Tripp, con su libro The Homosexual Matrix, la causa de la homosexualidad es la misma que la de la heterosexualidad, la búsqueda de complementarse uno mismo con otra persona. Agrega que en busca de esta complementación las personas generan una admiración altísima por las cualidades que observan en la otra persona hasta el punto de erotizarlas (1975, pp. 165-180). Nunca sugiere que la homosexualidad es la búsqueda por el amor fraternal del mismo sexo erróneamente erotizado.
Sin embargo, se debería de considerar que estos sentimientos de rechazo propio pueden ser causados por otros factores aparte de ese “vacío” emocional. Tripp escribe: “El conflicto que muchos sienten ante la homosexualidad deriva tanto del juicio sobre uno mismo como de la desaprobación social.” Él enfatiza en que el rechazo social crea un rechazo del individuo a estos sentimientos por el deseo de encajar en la sociedad y cumplir un rol ya predeterminado y es por eso que estas personas desean anular estos sentimientos. (Tripp, C.A, 1975, pp. 150-157).
Al tomar esta perspectiva sobre el auto-rechazo de los sentimientos homosexuales resulta que la opción de tomar una terapia para anular estos sentimientos no es la correcta, sino la de aprender a no intentar cumplir con lo que los demás esperan de uno y basar el valor propio en ser tú mismo, la cual es la base de la autonomía que poseen las personas de acuerdo Kant (citado por Rachels, 2006).
Por otro lado, se ignora la dignidad de la persona  causando un daño emocional en vez de trabajar los problemas emocionales del sujeto (Ardíla, R. 2007). La terapia psicológica debe de aliviar las problemáticas psicológicas que sufra el cliente, no agraviarlas. (Valdivioso Fernández, S. 1994). La pregunta para encontrar la falta de ética en esta terapia es: ¿por qué se causa daño emocional en la persona al someterse a ésta? Se puede afirmar que los causantes con mayor peso de estos daños emocionales son el de afrontarse al rechazo de las personas cercanas al sujeto y que deseen modificar un comportamiento que resulta natural en la persona. Estas situaciones le generan una discrepancia al sujeto que las experimenta. Por un lado, siente una atracción sexual a su mismo sexo y por otro, su grupo social cercano y externo desaprueban sus sentimientos y comportamiento. Para un persona que dependa de cierta forma de la aprobación de los demás, esta situación puede afectarle de una forma muy profunda.
Habiendo comprendido los causantes de los daños emocionales, se puede seguir con los conflictos éticos que generan. Pongámoslo así, el fin de la terapia es modificar el comportamiento y la forma de pensar que se presenta, en este caso la homosexualidad, a los que el psicoterapeuta y las personas cercanas consideran los “adecuados” y por consecuencia “mejorar” la vida de la persona. Aunque, la intención original es ayudar, como el caso de Richard Cohen (2000), los obstáculos que generan la ignorancia sobre el tema y los prejuicios enraizados en la sociedad, que ha sido guiada por conceptos religiosos durante muchos siglos, la terapia se aleja de esta intención y su fin se transforma en el de adecuar a esta persona a la forma de vida esperada. Cuando una terapia no tiene como fin a la persona y la trata como un medio para llegar a ese fin, se cae de nuevo en un atentado a la dignidad. Tal como lo explica Kant de acuerdo a Rachels (2006, pp. 204-218): para no faltar a la ética la persona debe de ser tratada como un fin último y no utilizada como un medio.
Es fácil atacar el punto anterior argumentando que la homosexualidad no es un comportamiento viable y que eliminarlo en verdad ayudaría a la persona. Empero, hay que basarnos en hechos comprobables y no dejarnos llevar por la intuición, que como se sabe esta basada en nuestra crianza y experiencias de vida. Primero, todas las fuentes que se puedan considerar como fiables y científicas no deben de estar respaldadas por organizaciones religiosas cuando se tocan temas que vayan en contra de los ideales de éstas, pues generarían un conflicto de intereses sobre los resultados obtenidos. Esto elimina el único artículo arbitrado hallado en contra de la homosexualidad al haber sido publicado por una universidad católica (Complementariedad y mujer  por Araúajo, A.M. 2005), que explica como el hombre solo puede ser complementado por la mujer y que intentar sostener una relación amorosa entre dos hombres resultaría imposible. Habiendo aclarado esto, los estudios encontrados y los autores éticos analizados (Ardila, Annichiarico, Kinsey, y Tripp) concluyen que la homosexualidad es un comportamiento natural en las especies animales y en la humana. Así que esto deja claro que el fin verdadero de estas terapias es en sí el de modificar el comportamiento y no el de ayudar.

Conclusiones
Habiendo revisado todos los argumentos que apoyan el juicio del ensayo, resulta complicado seguir pensando que la práctica de estas terapias es correcta. La terapia correctiva de la homosexualidad no beneficia ni a los pacientes ni a sus familias, ni a la sociedad. Por el contrario, ésta causa un freno en el tema de tolerancia universal y evita que se respeten unos a otros. Por consiguiente, al considerarla como incorrecta se deben de tomar cartas en el asunto. Ninguna mal práctica, sea médica, legal o, en este caso, psicológica, pasa voluntariamente desapercibida por las autoridades y no debería esta terapia de ser la excepción. Se propone sea pugnada esta forma de terapia y se evalúe a los psicólogos que las implementan. Haciendo esto, se podrá llegar en algún momento a un futuro en el cual la homosexualidad ni siquiera sea un tema a debatir y en donde se viva una tolerancia totalitaria entre las personas.

Ander Pérez Iriarte



Bibliografía
Annicchiarico, I. (2009). Psicobiología de la homosexualidad masculina: hallazgos recientes. Colombia: Universidad Nacional de Colombia. Recuperado de: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1657-92672009000200011&lang=pt
Araújo, A. M. (2005). Complementariedad y mujer. Colombia: Universidad de La Sabana. Recuperado de: http://personaybioetica.unisabana.edu.co/index.php/personaybioetica/article/view/907/2246
Ardila, R. (2007). Terapia afirmativa para homosexuales y lesbianas. Colombia: Universidad Nacional de Colombia. Recuperado de: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-74502007000100006&lang=pt
Cohen, R. (2000) Comprender y sanar la homosexualidad. E.E. U.U.: OakHill Press. Recuperado de: http://www.rafapal.com/wp-content/uploads/2012/02/Comprender-y-sanar-la-homosexualidad-RICHARD-COHEN.pdf
Rachels, J. (2006). Introducción a la filosofía moral. México: Fondo de cultura económica.
Shidlo A, Schroeder M, Drescher J, editors. (2001). Sexual conversion therapy: ethical, clinical and research perspectives. New York: Haworth Medical Press. Recuperado de: http://books.google.com.br/books?hl=es&lr=&id=1aYpeCJV5A4C&oi=fnd&pg=PA1&dq=+Sexual+conversion+therapy:+ethical,+clinical+and+research+perspectives&ots=A1NCQHtgAX&sig=7l95ln-e5F3BUvtIKjmgqr5zIOc#v=onepage&q=Sexual%20conversion%20therapy%3A%20ethical%2C%20clinical%20and%20research%20perspectives&f=false
Tripp, C. (1975). The homosexual matrix. Psychological Research Associates, Inc.

Valdivioso Fernández, S. (1994). Fundamentos y Límites de la Psicoterapia. Universidad Católica de Chile, Escuela de Medicina, Departamento de Psiquiatría, Santiago. Recuperado de: http://escuela.med.puc.cl/paginas/publicaciones/Boletin/html/psiquiatria/5_4.html

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