Verdadera fe o
verdadero control social
Elvira Gracia
A01222070
Ética Persona y
Sociedad
Abstract
La fe será una salvación u otro medio de opresión, una herramienta más para el control de la sociedad. Cada persona piensa de manera diferente, las ideas de lo que es correcto pueden llegar a causar una gran disputa. Esto ha generado la afirmación de si la Iglesia es un medio opresivo para omitir a las personas que están en contra de los principios de ésta misma. Tomándola como una institución que prevalece un control en la sociedad, siendo contraproducente con lo que decreta y, sus hechos que han maleado la dignidad humana a través de la historia.
La fe será una salvación u otro medio de opresión, una herramienta más para el control de la sociedad. Cada persona piensa de manera diferente, las ideas de lo que es correcto pueden llegar a causar una gran disputa. Esto ha generado la afirmación de si la Iglesia es un medio opresivo para omitir a las personas que están en contra de los principios de ésta misma. Tomándola como una institución que prevalece un control en la sociedad, siendo contraproducente con lo que decreta y, sus hechos que han maleado la dignidad humana a través de la historia.
La Iglesia ha hecho especular a
varios sobre el verdadero sentido de la fe. La fe no es más que otro modo de
mantener a la sociedad bajo el control de las autoridades de la Iglesia.
(Esquivel, 2000). Para esto, es casi indeclinable aludir a la Santa
Inquisición y a las cuantiosas formas en las que la fe se utilizó como excusa
para la subyugación, tortura y congoja de las civilizaciones prehispánicas.(Ciencia
popular, 2007).
La Iglesia Católica es
considerada como una institución de control social informal cuyo orden ejerce a
través de la persuasión, creencias y enseñanzas impartidas de generación en
generación, lo cual modifica y moldea las conductas de los individuos que pertenecen
a ella (Geertz, 1997). De esta forma, podemos acotar que la religión, no
comprende únicamente una entidad metafísica que organiza un grupo de ideas en
el que se le da sentido a las experiencias intelectuales, emocionales y
morales, sino que también es funcional en el aspecto de implicaciones sociales
y psicológicas en el individuo, lo cual interviene en la forma de actuar del
mismo en el ambiente social (Menjot, 1988, p.140-170).
La sociedad actúa en
una forma en la que acepta las leyes y bases que la Iglesia impone, en este
argumento se puede introducir a Kant con su pregunta retórica ¿Existen reglas
morales absolutas? (Rachels, 2007, p. 192) dando pie a lo que dicta el
imperativo categórico “obra sólo según la máxima tal que puedas querer al mismo
tiempo que se torne ley universal” (Rachels, 2007, p.197). El objetivo es
preguntarse si la gente estará dispuesta aceptar todo el tiempo la acción que
se impondrá como regla (Rachels, 2007, p.197), la respuesta es sí, dado que la
Iglesia es un medio para apaciguar necesidades e inquietudes, sin embargo ha
tomado ventaja de esto.
A finales de la Edad
Media, la Iglesia Católica reconocío las indulgencias, “Remisión ante Dios de la pena temporal
correspondiente a los pecados ya perdonados, que se obtiene por mediación de la
Iglesia” (Real Academia Española, 2014) cuando se reconocieron, se empezó con
acciones de arrepentimiento y esfuerzos espirituales para mejorar el
comportamiento y carácter de las personas. Pero con el tiempo se llegaron a
pedir sustitutos materiales como dinero, los cuales no exigían en lo absoluto
un esfuerzo espiritual. En pocas palabras, la Iglesia comenzó a vender
indulgencias al pueblo para eximir sus pecados:
Llegaban a venderse
“letras papales” del papa León X,
cuyo be-neficio sería utilizado en
la construcción de la basílica de San Pe-dro, y se sabía que la casa bancaria Fugger estaba autorizada para re-cibir tales sumas en cancelación de préstamos que se habían conce-dido a las autoridades de la
Iglesia, entre ellas al arzobispo de
Ma-guncia y Magdeburgo, Alberto de
Brandeburgo. Cierto
vendedor de indulgencias, llamado Juan Tetzel, comisionado del arzobispo, se estableció cerca de Wittenberg, y la gente de la ciudad afluía para
comprarle su mercancía.(Fo, Tomat y Malucelli, 2000).
Al analizar este hecho, aludimos a un
enfrentamiento entre la mentira y el no persistir en el imperativo categórico
que se supone debe alcanzar la institución. En base al pensamiento de Kant,
donde se exponga y aplique el imperativo categórico es siempre incorrecto
mentir, por lo que se llega a su prohibición, ya que mentir en cualquier
circunstancia es la destrucción de la propia dignidad como ser humano (Rachels,
2007, p.199), además de que la propia Iglesia toma como reglas las tablas de la
ley que Dios le concedió a Moisés, donde en el 8° mandamiento menciona: No
levantarás falsos testimonios ni mentiras, lo cual suena adverso con las
acciones de esta institución. La Iglesia aprovecha la superioridad y percepción
que tenía en esa época implantando medidas para su propio bien considerando más
importante sus lujos que las propias vidas, haciendo comienzo a un probable
egoísmo ético (Rachels, 2007, p.129). Además, está obrando de una manera no
ética al mentir, engendrando una ambigüedad entre lo que desea modelar al
pueblo como ley universal y lo que busca para ella misma, de forma que tomó
ventaja de las necesidades o penas del pueblo.
Continuando con el mismo hecho, se
mencionó anteriormente un probable comienzo de egoísmo ético, esto expone que
“no se debe evitar acciones que ayuden a otros, puede suceder que en muchos
casos tus intereses coincidan con los intereses de otros, de tal modo que al
ayudarte a ti mismo estarías ayudándolos” (Rachels, 2007, p.131) y “lo que hace
correcta a esta acción es el hecho en que es en provecho de uno mismo”
(Rachels, 2007, p.132). Caso que la Iglesia hizo al vender indulgencias para
fondear la basílica de San Pedro.
Pero ¿Por qué el hombre sigue creyendo?
Si se ha visto afectado a lo largo de la historia por esta institución de
manera no ética dañando su dignidad humana.
El hombre tiene en la moralidad y el
fundamento seguro sobre el cual poder edificar su fe en Dios (cristiano),
porque siente en sí el impulso a esperar la felicidad duradera, cuando actúa
conforme a deberes fundados en su propia naturaleza. Por eso (por su propia
razón) estará obligado a pensar un Ser cuya Voluntad son los mandamientos que
el hombre conoce dados a priori por sí y de un modo apodícticamente ciertos.
Tendrá que pensar en un tal ser como Perfecto (con respecto a todo), como
Omnisciente (con respecto a los motivos y propósitos), Omnipotente (con
respecto al orden de la naturaleza), Santo y Justo. (Blomeier, 1956, pg. 89).
Es necesario acentuar la diferencia
entre Dios y la Iglesia, Dios es nuestro creador y padre y, la
Iglesia, es solo una institución que se usa como medio para la unión íntima con
Dios (Osuna,1978, p.11). La Iglesia está encabezada por distintas figuras, su
máxima figura es el Papa y los obispos. Sin embargo, a lo largo de la historia
se ha visto como toman ventaja del poder general que tienen ya que son la
cabeza de la religión aquí en tierra, buscan que los teónomos (personas que
consideran a Dios el autor de las normas morales, que son inmutables y
absolutas) acepten todos los comportamientos que estas cabezas dicten al pensar
que son mandatos de Dios. (Quintana, 1994, p. 4).
La manera en que esto afecta a las
personas es que es un método de manipulación en el cual las personas pierden
autonomía y se ven influenciados por opiniones o verdades absolutas que dictan
personas del mandato divino: Si Dios lo ordena, Dios lo ordena. Aquí entra una
cuestión planteada por Sócrates: ¿Es la conducta correcta porque los dioses así
lo ordenan, o lo ordenan los dioses por qué es correcta? (Rachels, 2007, p.90).
El tener fe y ser de alguna religión no está mal, el hecho es atribuir a que la
institución aquí en tierra es perfecta imagen y semejanza de lo que Dios manda,
porque la realidad es ¿quién nos asegura lo que Dios realmente ordena?
La información se ha
malinterpretado en varios periodos de la historia, volviendo al tema de la
venta de indulgencias, las escrituras estaban en otro idioma lo que llevaban a
las personas a creer en la misma palabra de la Iglesia, que como ya se analizó
antes actúo de manera no ética al cambiar la información y actuar en base a un
egoísmo ético.
Otro punto muy importante de aclarar es
la ética de la dignidad, en donde en su libro, Dignidad, Ethics Through
Hispanic Eyes Ismael García nos invita a redescubrir la dignidad humana.
Presenta como los hispanos han sufrido en Estados Unidos como minoría sufriendo
humillaciones, prejuicios y marginación, y han comprendido el valor del respeto
que se le debe a cada ser humano. Hoy con glorificación de las cosas y el
consumismo que nos aflige tenemos que valorar a las personas más por lo que
son: como criaturas de Dios, que por lo que poseen. (García, 1997,p. 37). Esto
hace alusión a lo que Kant plantea, donde todos los seres humanos tenemos un
valor intrínseco que se llama dignidad, lo que los hace valiosos por lo que son
y no se debe usar a las personas como medio sino como un fin, sin embargo
aprueba el castigo ya que es una manera de devolverle al ofensor lo que merece.
(Rachels, 2007, p.208-2010). Sin embargo, al evaluar la conducta de la Iglesia
respecto a la dignidad humana, quedamos cortos al decir que no se ha respetado.
Durante el período de la Santa Inquisición se castigaba mediante castigos
crueles la herejía, la bigamia y la idolatría, esto para mantener un control en
la sociedad ya que atentaba con los dogmas de fe (CNN, 2013). ¿Esto puede ser
considerado un castigo merecido para estas personas, evaluándolo desde un punto
de vista kantiano referente a la dignidad humana?
El Santo Oficio obligaba a las personas
a convertirse en el catolicismo o abandonar el país, ¿impartiendo orden o
eliminando lo que no es correcto para el “mandato divino”? Mejor dicho, la
Iglesia católica. Sin embargo, ¿quién y cómo eran juzgados estos actos?
¿Realmente merecían un castigo de tal grado, grado que afectaban la dignidad humana?
.Aristóteles menciona una definición más precisa de la dignidad humana donde se
contestarán las preguntas anteriores, la persona es una sustancia individual de
naturaleza racional; es decir no está inherente a otro ser (Jiménez, 2006). En
un sociedad claro debe haber orden, sin embargo debe considerarse el orden de
una forma en la que no se dañe la dignidad de la persona, somos seres
racionales y tendemos a pensar de maneras diferentes: de manera en que siempre
se trate de llegar a un acuerdo social. (Rachels, 2007. p.229).
Conclusiones
A través de los años la Iglesia ha
demostrado que cambia conforme mejor le parece, sobre todo en la Edad Media, la
época del oscurantismo, donde se alimentaba del miedo que les infundía a los
creyentes. Estas acciones contra la dignidad de las personas no lograron otra
cosa más que el repudio y rechazo de miles de fieles que se dieron cuenta de
las infamias, por lo que optaron por separarse. La iglesia interpretó a su
conveniencia las sagradas escrituras cometiendo actos de corrupción por
avaricia y poder. Cabe mencionar que Dios y la Iglesia no son lo mismo, Dios es
nuestro padre y la máxima cabeza; cuando la Iglesia solo es una institución que
se encarga de enseñarnos lo que Dios decretó y comete errores porque está liderada
por seres humanos, los cuales no somos perfectos.
El objetivo es tener un orden y para
esto se necesita de alguna institución que ejerza un control social, sin
embargo debe ser imprescindible recalcar que sin dañar la dignidad humana y sin
manipular para intereses de la misma. Realmente es muy difícil decir que se
puede alcanzar una sociedad perfecta, la historia y el tiempo nos ha enseñado
eso. Pero, la cantidad de control que tiene la religión se basa en la fe que
las personas llegan a tener; no obstante es necesario no cegarse de esta fe ya
que como dicen: la fe mueve montañas pero también puede perjudicarnos.
La curia romana debe reivindicarse ante
la comunidad, no únicamente creyente en el catolicismo; sino ante el mundo
entero que le ha desprestigiado por años y años.
Referencias Básicas:
Blomeier, H.
(2001). Iglesias, Estado y
derechos humanos. Konrad
Adenaue.
Esquivel, J. C. (2000). Iglesia Católica, política y
sociedad: un estudio de las relaciones entre la elite. Buenos Aires: Consejo Latinoamericano
de Ciencias Sociales.
Fo, J., Tomat, S., & Malucelli, L.
(2000). El libro prohibido del
cristianismo. Lectorum.
García, I. (1997). Dignidad: ethics
through hispanic eyes. Abingdon Press.
Geertz, C. (1997). La interpretación de culturas . Gesida editorial.
Osuna, A. (1978). Derecho natural y moral cristiana. Argentina: San Esteban.
Rachels, J. (2007). Introducción a la Filosofía Moral. México: McGrawHill.
Referencias Complementarias:
Ciencia Popular. (13
de Febrero de 2014). Obtenido de
http://www.cienciapopular.com/historia-y-arqueologia/la-santa-inquisicion
CNN. (8
de mayo de 2014). Obtenido de
http://mexico.cnn.com/nacional/2013/01/30/la-santa-inquisicion-en-la-nueva-espana-quienes-fueron-sus-victimas
Jiménez, D. J. (2006). Los fundamentos de la dignidad de
la persona humana. Bioetica.
Menjot, D. (1988). Les métiers en Castille au bas
Moyen Age: approche des "vécus socio-économiques. Francia.
Real Academia Española. (2014).
Vidal, C. (2000). El legado del Cristianismo en la
Cultura Occidental. Espasa.
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