María José Hoyos Becerra
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey
Campus Guadalajara
Zapopan, mayo de 2014
Ética, persona y sociedad
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey
Campus Guadalajara
Zapopan, mayo de 2014
Ética, persona y sociedad
Del
Imperativo categórico sobre la mujer en
Abstract
Este artículo tiene como
objetivo analizar desde una perspectiva ética la desigualdad que existe todavía
en la actualidad en la imagen que se promueve de los hombres y las mujeres en
los medios de comunicación. Para ello, parte de que la mujer es tomada como un
objeto en los medios, siendo utilizada como motor de consumo y atentando así
contra su dignidad; y es estudiado a través de la teoría del Imperativo
categórico de Immanuel Kant.
Se busca también mostrar que
la mujer, a diferencia de hace algunos años, participa de manera activa y muy
importante dentro de los medios. Sin embargo, el uso de su imagen como
estereotipo es un promotor muy importante de conductas machistas en la
sociedad.
Palabras
clave: Mujeres, medios de comunicación, violencia, desigualdad
de género, dignidad humana, Immanuel Kant, Imperativo categórico
Desarrollo
A través de los medios de
comunicación es como la sociedad se mantiene informada de los temas de la
actualidad: las noticias, los hechos importantes, los descubrimientos, los
atentados, el incremento de precios, la suspensión de labores, temas de
sustentabilidad, anuncios de negocios; así como de las modas, los escándalos,
los más recientes chismes, consejos para adelgazar, etc. Son muchísimos temas
de interés.
Sin embargo, muchas veces,
más que para únicamente informar, estos medios funcionan como una red que
sostiene cómo debería ser la conducta en la sociedad. Señalan estereotipos que
debemos de seguir, para encajar en la sociedad; aprendemos por imitación. Dice
Cabrera (2010): “En la modernidad, los medios se configuran como otro mecanismo
de control, construyen estereotipos y difunden la ilusión de coherencia sin que
medien vínculos activos con los otros. Se despliegan como amenaza y consuelo,
alientan la extinción del espacio público como lugar de invención de lo social,
de creación, expectativa y aprehensión de la emergencia de lo social”.
Mientras no nos mantengamos
informados y no hagamos un análisis de la gran cantidad de información que se
nos es presentada, percibiremos toda ésta como verdadera; y es un error que
solemos cometer muy seguido. Ahora bien, por ser los medios de comunicación tan
importantes y trascendentales, estamos en demasiado contacto con ellos y es muy
fácil que suceda lo mencionado anteriormente. Así es como nos volvemos más
manipulables: percibimos las cosas como los medios lo indican y nos comportamos
también como nos lo dictan. Una de las principales fuentes para los medios de
comunicación es la televisión. “Hablando
del impacto, los medios tradicionales tienen más impacto por definición. Si
bien hay más televisores que computadoras y más radios que ipods”. (Anónimo,
2014)
Teniendo tanto impacto los
medios en la sociedad, son muy convenientes para transmitir hechos, como para
transmitir ideas. Mientras éstas sean verídicas, no podemos hablar de ningún
problema social. Al contrario, los medios de comunicación son, en efecto, una
gran ayuda para la globalización. Sin embargo, muchos no hacen un buen uso de
ellos: es un arma de doble filo. Zavala
(2005) dice: “Los contenidos de los productos en los medios electrónicos, a
pesar de el (sic) enorme avance tecnológico, están más orientados a captar un
mayor número de consumidores y están dejando en segundo plano, en el mejor de
los casos, a su necesidad informativa y formativa”.
Ésta es la importancia de
los medios de comunicación en el tema de la mujer. Muchas ideas de las que son
transmitidas en los medios de comunicación precisamente hablan de cuál es su
rol y de cómo debe de comportarse; y más perjudicial aún, son usadas en los
medios como un punto de venta más. “La
imagen de las mujeres en los medios de comunicación, a nivel global, es hoy un
tema central para el avance del movimiento feminista; los medios son una parte,
tal vez la más sensible, para promover o reafirmar imágenes distorsionadas,
discriminatorias e injustas para las mujeres”. (Jara, 2005)
A lo largo de la historia,
la mujer ha tenido una participación importante en los medios de comunicación;
ahora ya ocupando puestos importantes en el desarrollo de los mismos.
Actualmente existe una afluencia cada vez mayor de las mujeres en los medios,
permitiéndoles participar de manera activa en aspectos que antes no eran
ocupados por mujeres.
Sin embargo, otros autores
mencionan que los medios de comunicación no reflejan los cambios que ya se han
operado en el movimiento feminista y en la vida general de las mujeres: si bien
es cierto que la mujer participa más de manera activa en los medios; éstos promueven
una gran cantidad de imágenes para el público que muchas veces no son las
reales. La imagen que crean de la mujer es una ridiculización de la misma:
extremadamente sentimental, incapaz de tomar decisiones importantes, menos
inteligente, encargada únicamente de la labor del hogar, entre otros. Mientras
que a los hombres los promueve de una manera totalmente distinta, más acercada
a la realidad en cuánto a capacidades. Así, además de mostrar los viejos
esquemas de las mujeres, también los promueven. Se suscitan conductas,
reacciones e historias indignas. Se debe, entonces, corregir la desigualdad que
existe entre ambos sexos; pero más que promover la igualdad, es la equidad la
que debe predominar para las mujeres, en un mundo dominado por hombres. (Jara,
2005)
Otra manera en la que se
promociona a las mujeres en los medios de comunicación es como un objeto
sexual: utilizando el deseo como un motor de consumo, que realmente es muy
poderoso y funciona para incrementar las ventas de muchos productos. Muchas
estrategias dentro de la mercadotecnia utilizan el sexo como punto de venta, ya
que a lo largo de los años ha dado resultados muy efectivos. Richard y del Pino
(2008) señalan: “La observación de los anuncios publicitarios nos permite
asumir que, de los múltiples valores que se esgrimen a la hora de aguzar el
deseo, son justamente los valores vinculados o más bien propios de
los roles y atributos de género los que parecen tener un papel
preponderante. El valor adicional que se añade al valor de uso de los bienes
publicitados son la feminidad y la masculinidad.”
Algunas de las pruebas que
existen sobre la ausencia de la imagen de las mujeres en los medios son: la
sexualización de los planteamientos editoriales de algunas publicaciones, la
invisibilización de las mujeres en los medios, escasa presencia de mujeres en
la producción de algunos contenidos, la presencia de la imagen de las mujeres
como víctimas en los contenidos informátivos de los medios, entre otros. (García,
N. y Martínez, L, 2008)
Dentro de los medios,
existen códigos deontológicos que se deben seguir para cumplir con algunos
principios éticos elementales. La televisión no es la excepción. Algunos de
ellos dentro del código internacional de televisión son: elevación de los
niveles educativo y cultural, aceptabilidad de los programas, responsabilidad
hacia los niños; decencia, decoro y responsabilidad pública, tratamiento de las
noticias y acontecimientos públicos, temas de naturaleza política, presentación
de la publicidad, aceptabilidad de los anunciantes y sus productos y publicidad
de productos farmacéuticos. (Blázquez, 2002) Convendría analizar cada uno para
hacer un mayor análisis sobre el incumplimiento de algunos de los mencionados
anteriormente en el código. Los principios de equidad, objetividad y no
sensacionalismo ni manipulación se encuentran dentro del tratamiento de las
noticias y acontecimientos públicos.
¿Por qué es importante esto?
En éstos últimos hablan de los códigos que tiene la televisión hacia la mujer.
No existe una ausencia de códigos como una forma en la que se podría justificar
el uso que se hace de la imagen de ella. Los códigos éticos se convienen para
que así exista armonía en la sociedad. Al interferirse éstos o no respetarse
los acuerdos, habrá un desequilibrio que traerá después consecuencias más
graves. Siendo así la mujer víctima de este desequilibrio, se convierte ella en
una imagen distinta de ella misma: existe una alteración en sus derechos.
Existió un filósofo, de
origen alemán, llamado Immanuel Kant (Königsberg,
hoy Kaliningrado, actual Rusia, 1724-id., 1804), que tiene una teoría
muy interesante que habla precisamente de la igualdad de las personas en una
sociedad. Se llama imperativo categórico, y tiene dos formulaciones: “Obra sólo
según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley
universal”, o bien “Obra de tal modo que uses a la humanidad tanto en tu
persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo
tiempo y no solamente como un medio”. Para ello Kant también parte del hecho de
que los humanos, a diferencia de los animales, somos seres racionales; y además
tenemos un valor intrínseco agregado, llamado Dignidad. (Rachels, 2006)
Es muy interesante lo
mencionado anteriormente, pues podemos partir del hecho de que las mujeres, al
igual que los hombres, somos seres racionales; y por consecuencia tenemos
dignidad. Si pensamos, por ejemplo, en el tema en el que se menciona que las
mujeres somos utilizadas para favorecer la venta de algún producto, para
difundirse mejor o por una connotación sexual; en efecto, podemos mencionar que
los productores están atentando contra la dignidad de las mujeres, pues sólo
las están utilizando como un medio, para llegar a un fin. Además, están
atentando contra su imagen, sus valores, su formación y sus derechos. Están
siendo un instrumento, únicamente.
Asimismo, dice Kant que
moldear a otros para una perspectiva propia es un atentado contra su dignidad, y
es llamado manipulación. (Rachels, 2006) Entonces, podemos decir que está
ocurriendo también una manipulación en contra de las mujeres. Para poderlas
utilizar – y digamos utilizar porque se está haciendo uso de ellas– de manera
más eficiente, se necesita alterar algunos hechos de ésta y proponerla como un
mero objeto que sirve para fines sexuales. Así se capta la atención, tanto de
los hombres como de las mujeres, porque no únicamente se utiliza a la mujer
para vendérselas a los hombres; las mujeres también somos víctimas de estas
ventas.
Ahora bien, recordemos que
existen dos formulaciones del imperativo categórico. Volveremos a hablar del
primer planteamiento, éste menciona que debemos de actuar universalmente;
debemos de obrar conforme a leyes universales, para todas las personas y en
todos los casos; comportarnos de una manera tal que pueda ser un ejemplo, para
así lograr tener armonía y pueda conseguirse la convivencia entre las personas.
Sin embargo, en los ejemplos mencionados anteriormente, es clara la distinción
que hay en cuanto a géneros en los medios de comunicación. No puede existir una
ley universal que connote esta situación, pues el género masculino, no estaría
de acuerdo en esta ley si se aplicase de manera invertida; tratándose a los
hombres como medios, o atentando contra su dignidad, como se hace con las
mujeres. Por lo cual, no se cumple esta ley, y por lo tanto no puede existir
una convivencia totalmente libre y armónica entre hombres y mujeres.
Cabe destacar que contrario
a lo que muchos piensan, existe una gran diferencia entre la igualdad de género
y la equidad de género. La equidad establece
mecanismos de compensación para lograr que ambos sexos tengan las mismas
oportunidades, derechos y responsabilidades, para así lograr una distribución
equilibrada de poder. Ahora bien, podemos hablar de dos tipos de igualdades: la
igualdad formal implica proteger a todos sin distinción, mediante los actos que
se aplican a la ley; mientras que la igualdad sustantiva supone algunas
modificaciones con respecto a las circunstancias que impiden a algunos el
ejercicio pleno de sus derechos, a través de medidas estructurales, legales o
política pública. (Suprema Corte de Justicia de la Nación, s.f)
Debemos considerar que tanto
hombres como mujeres tenemos dignidad, y atentar contra ella, en cualquiera de
los casos, ya habla de una inequidad de género. Los medios de comunicación, ya
muchas veces mencionado anteriormente, son un medio muy importante precisamente
para promover la inequidad de género; puesto que dentro de la sociedad actual
todos necesitamos estar en constante comunicación, tanto entre personas, como
ciudades y países; por la situación en la que vivimos: un mundo globalizado.
Ahora, bien; ¿Qué se hace
ante lo comentado anteriormente? Payan (2005) dice: “Pero, entre tanto, debe
haber leyes tutelares de los derechos de la mujer, pues no basta nada más con
la voluntad de cambio que pretendemos todos”.
Una forma muy importante de
solucionarlo es claramente con propuestas ante las los medios masivos. Ya se
han implementado conferencias de carácter mundial en los que se señalan algunas
propuestas. El inciso 100, del capítulo
J de la Plataforma de Pekín –firmada hace diez años en China, durante la Cuarta
Conferencia Mundial de la Mujer, señala tres cuestiones centrales que los
medios de comunicación pueden aplicar para no ser un obstáculo en los derechos
de las mujeres: 1) legislar sobre los medios de comunicación y promover su
autorregulación; 2) fomentar la participación de más mujeres en toma de
decisiones y orientaciones de los medios y 3) garantizar promoción y
distribución de información que dignifiquen el estatus femenino. (Lovera, 2005)
Algunas otras propuestas que
se han realizado son: trabajar cuestiones de género desde el ámbito de la
educación formal y no reglada, estimular la acción social contra la
representación errónea de las mujeres en los medios, potenciar a organismos e
instituciones que regulen y controlen la imagen de las mujeres en los medios.
(García, N. y Martínez, L, 2008)
Sin embargo, no es
únicamente cuestión de culpar a los medios masivos de comunicación. Los medios
actúan por el consumo de las personas, para obtener más ventas. Otra forma de
contribuir es estar informados y analizar las situaciones que podemos observar
en los distintos medios: analizarlas, ser racionales.
En adición, si existe la colaboración de más mujeres en los
medios de comunicación, también se promueven los puntos de vista del lado
femenino, y amplia la variedad de opiniones que se expanden a través de éstos.
Conclusiones
El mal uso de la imagen de
la mujer en los medios de comunicación –aún con fines comerciales – es un
atentado contra su dignidad, y dado que los medios promueven y señalan
conductas que debemos seguir como sociedad; se están suscitando de manera
errónea comportamientos que denigran a la mujer y no respetan sus derechos.
Para ayudar a disminuir este
atentado, no únicamente podemos esperar a que las leyes que se están generando
tomen acciones más estrictas y mitigarlo; los medios de comunicación señalan
información pero si la analizamos racionalmente el procesamiento de ésta cambia
y podremos así obtener conductas más equitativas.
Referencias
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Lovera, S., Payán,C., Zavala, M., Lamas, M., Terrazas, A., Villamil, J.,
Álvarez, P., Chávez, H., Comesaña, M.,
Toussaint, F. (2005) Mujeres y medios de
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García, N., Martínez, L. (2007) La recepción de la imagen
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Vega, A. (2010) La
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Complementarias
Anónimo (sin año). Immanuel Kant. Biografías y vidas. Recuperado de
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Cabrera, M. (2010) Orígenes de la violencia en México.
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http://www.conavim.gob.mx/work/models/CONAVIM/Resource/309/1/images/ORIGENESdelaviolenciaenmexico%20completo(1).pdf
Suprema Corte de Justicia de la Nación (s.f) Preguntas
Frecuentes: Igualdad de Género. Recuperado
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