Erick
Martínez Villa
De vida a materia prima.
Resumen.
Este
ensayo tiene como objetivo hacer un análisis imparcial a la moral detrás del
consumo de alimentos de origen animal junto con el sufrimiento de los mismos a
causa de los humanos, y así mismo se pretende dar un enfoque a la industria que
se encarga de esto. Se analizaran distintos puntos de vista al respecto para
intentar encontrar una alternativa que pueda beneficiar la estructura moral
humana con respecto a los animales sin afectar drásticamente sus hábitos
alimenticios.
Palabras clave: sufrimiento animal, especismo,
industria alimentaria.
Desde
los inicios de la humanidad lo hombres han recurrido a la cacería para poder
subsistir. Este acto que se aprendió directamente de la naturaleza preservando
el orden natural; unos mueren para que otros puedan vivir. Sin embargo, a lo
largo de la historia nos encontramos con perspectivas distintas con respecto al
trato a los animales; mientras que unas culturas consideran su existencia digna
de respeto e incluso sagrada, otros aseguran que son incapaces de “sentir” y
por lo tanto pueden ser tratados a merced del hombre.
En
la actualidad, la sobrepoblación y el consumismo conllevan a una demanda
excesiva de alimento, lo cual abre las puertas para que las grandes empresas
alimenticias se vean beneficiadas al producir y proveer vasta mercancía para
saciar la necesidad de los consumidores. Es entonces, que las empresas de industria animal comienzan a
comercializar con la carne y productos derivados de los animales; y es aquí
donde surge uno de los principales cuestionamientos de este ensayo: cuando la
materia prima con la que comercializa una empresa es un ser vivo, ¿es
moralmente correcto hacerlo? Y de ser así, ¿qué normas éticas deberían regir
los procesos que conlleva este tipo de industria?
Es
cierto que los animales no cuentan con las mismas capacidades intelectuales que
los humanos, no son capaces de “razonar” al mismo nivel y suelen actuar más por
instinto que por libre albedrio. Empero, esto no quiere decir que sean seres
irracionales e insensibles; que no se desarrollen igual que nosotros no es
razón suficiente para que los consideremos inferiores y los tratemos como
objetos inanimados para nuestro beneficio, contrario a lo que dicta la creencia
cristiana en la cual el hombre, único ser hecho a imagen y semejanza de Dios,
puede disponer de las bestias sin espíritu como le plazca.
Desde
un punto de vista utilitarista, no importa si los animales son capaces de
razonar para que sean merecedores de un sentido de dignidad y derechos, sino el
simple hecho de poder experimentar placer o dolor. “Si un ser es capaz de sufrir,
entonces tenemos el deber de tomar eso en cuenta al decidir qué hacer, incluso
si el ser en cuestión no es humano.” (Rachels, 2007). Jeremy Bentham y John
Stuart Mill fueron pensadores utilitaristas que defendían el razonamiento en el
cual los animales tenían el mismo derecho que nosotros a la consideración
moral, ya que si a nosotros nos importa si otro humano sufre, no hay razón para
ignorar el sufrimiento de otros seres vivos solo por su incapacidad de
comunicarse como nosotros.
Si
nos quedamos con este último pensamiento resulta muy difícil imaginar la vida
como la conocemos evitando todo daño a los animales, sin consumir su carne ni
otros productos que se derivan de los mismos. Este nivel de pensamiento
utilitarista sugeriría que toda la humanidad se convirtiera en vegetariana para
poder preservar la integridad de los animales como lo hacemos de los humanos
pero esta es una solución utópica con contrariedades. Viéndolo desde una
perspectiva científica, el humano no está hecho para poder sobrevivir sin
consumir los nutrientes que se encuentran en la carne y otros alimentos de
origen animal. Según se muestra en estudios realizados por la universidad de
Graz en Febrero del 2014 “Los
vegetarianos presentaron casi el doble de patologías alérgicas que los
consumidores de carnes (30,6% a 16,7%) y
mostraron un 166% más de patologías cancerosas (4,8% a 1,8%). Además, los
investigadores constataron un 150% más
de patologías cardiovasculares entre los vegetarianos que entre los carnívoros
(1,5% a 0,6%). En general, los investigadores estudiaron 18 enfermedades crónicas diferentes. En
comparación con los consumidores de carne, los vegetarianos enfermaban con más
frecuencia (78%) en 14 de las 18 enfermedades estudiadas – que incluyen el asma, la diabetes, la migraña
y la osteoporosis.” (Gómez, 2014).
Nos
encontramos entonces en una encrucijada, por un lado el enfoque utilitarista
nos dicta la consideración moral que merecen los animales por su capacidad de
sentir dolor como un humano, pero por otro lado la falta de alimentos de origen
animal afectaría directamente a la humanidad dificultando su supervivencia y desarrollo
lo cual va completamente contra cualquier pensamiento filosófico y ético en el
que se busca preservar el bienestar humano. Es por esta razón, que con este
ensayo no se busca promover el veganismo entre la población, solamente se
planea crear consciencia del mal trato y la explotación que se le da a ciertas
especies animales en los procesos industriales.
Suponiendo
que se optara por el camino utilitarista, y el hombre dejara de consumir
productos de origen animal, nos enfrentaríamos ante una problemática mayor, ya
que desequilibraríamos la cadena alimentaria natural. Es decir, causaríamos
grandes fenómenos climatológicos al sobreexplotar la agricultura. Por esta
razón, es aceptable que balanceemos nuestra dieta, sin embargo, debemos tener
en consideración el proceso por el cual obtenemos nuestros alimentos. Y, con el
fin de que este ensayo tenga un tono más real, simplemente se asumirá a partir
de ahora que la mayoría de la sociedad es consumidora de carne y alimentos en
origen animal.
Los animales siempre han estado presentes en el desarrollo de la humanidad, a través de los años se han forjado lazos con ellos para asegurar el orden de la cadena alimenticia. Algunas de estas especies se han acoplado tanto a los hombres que hoy en día suelen vivir en nuestras casas e inclusive llegamos a considerarlos parte de nuestras familias. Al mismo tiempo que esto pasa, las industrias alimenticias trabajan con cifras sumamente aterradoras de vidas animales, según datos “En el 2009 en México, el consumo aparente de carne de pollo, cerdo y res fue de 3.29, 1.66 y 1.88 millones de toneladas” (El Economista, 2010).Estas empresas se ven beneficiadas únicamente del producto final así que la calidad de vida de los animales en el periodo de la obtención del mismo es irrelevante. El documental From Farm to Fridge nos muestra esta cruda realidad que ocurre cada día, estas empresas se sustentan con el sufrimiento y masacre de millones de vidas animales. Cada uno de las máquinas para llevar acabo los procesos necesarios de esta industria está diseñado para obtener la mayor efectividad para obtención de la materia prima, pero la capacidad de sufrir que mencionamos antes no se contempla.
Los animales siempre han estado presentes en el desarrollo de la humanidad, a través de los años se han forjado lazos con ellos para asegurar el orden de la cadena alimenticia. Algunas de estas especies se han acoplado tanto a los hombres que hoy en día suelen vivir en nuestras casas e inclusive llegamos a considerarlos parte de nuestras familias. Al mismo tiempo que esto pasa, las industrias alimenticias trabajan con cifras sumamente aterradoras de vidas animales, según datos “En el 2009 en México, el consumo aparente de carne de pollo, cerdo y res fue de 3.29, 1.66 y 1.88 millones de toneladas” (El Economista, 2010).Estas empresas se ven beneficiadas únicamente del producto final así que la calidad de vida de los animales en el periodo de la obtención del mismo es irrelevante. El documental From Farm to Fridge nos muestra esta cruda realidad que ocurre cada día, estas empresas se sustentan con el sufrimiento y masacre de millones de vidas animales. Cada uno de las máquinas para llevar acabo los procesos necesarios de esta industria está diseñado para obtener la mayor efectividad para obtención de la materia prima, pero la capacidad de sufrir que mencionamos antes no se contempla.
“El
especista permite a los intereses de
su propia especie anularlos mayores intereses de miembros de otras especies.”
(Singer, 1975). Como lo expresa Singer, este comportamiento especista es fácilmente comparable con
el del racismo y el sexismo ya que cierto grupo de personas sobrepone el peso
de sus intereses sobre los de otros sin justificación coherente. Podemos
concluir entonces que no estamos justificados para disponer de los animales a
nuestro criterio ya que su capacidad de sufrir amerita una consideración moral.
Por otro lado, no podemos evitar el consumo de su carne y derivados, ya que son
parte de la cadena alimenticia natural. Teniendo en cuenta estos últimos puntos
construimos un nuevo pensamiento moral para implementar en la industria y en la
sociedad, el consumo de carne de animales y derivados es justificado pero esto
no requiere el sufrimiento y maltrato de los mismos.
Me
gustaría finalizar este ensayo con mi propio punto de vista ante este caso;
estando consciente de que la carne es parte esencial de nuestra alimentación,
me propuse a cambiar ligeramente mi dieta incluyendo de dos a tres días
vegetarianos a la semana desde hace unos meses. El resultado que he
experimentado es sumamente satisfactorio, además de añadir una gran variedad de
platillos diferentes a mi dieta, es para mí un gran gusto saber que aminoro
aunque sea en un porcentaje el consumo indiscriminado de animales. Aconsejo
ampliamente a cualquier persona a que intente adoptar este cambio de dieta; que
no resulta en ningún sacrificio, como también a tener un consumo más
responsable a la hora de comprar carne u otros productos derivados de animales,
evitando los productos de grandes industrias, lo cual repercutirá en un pequeña
contribución a nuestra moral humana por respetar la vida de otros seres vivos y
finalmente llevar una vida más sana e integra.
Referencias:
Lora, P.
d. (2003). Justicia para los
animales: la ética más allá de la humanidad. Madrid: Alianza Editorial.
Peter, S. (1977). Animal Liberation. Nueva York: Avon Books.
Riechmann, J. (2005). Todos los animales somos hermanos: ensayos sobre el lugar de los animales en las sociedades industrializadas. Madrid: Catarata.
Carruthers, P. (1995). La cuestión de los animales: teoría de la moral aplicada. Cambridge [England: Cambridge University Press.
Rachels, J., & Millán, G. (2007). Introducción a la filosofía moral. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.
Lee, I. (Director). (2011). From Farm To Fridge, the truth behind meat production. [Documental]. Estados Unidos: Audio Visual Centre, Dunedin College of Education.
Peter, S. (1977). Animal Liberation. Nueva York: Avon Books.
Riechmann, J. (2005). Todos los animales somos hermanos: ensayos sobre el lugar de los animales en las sociedades industrializadas. Madrid: Catarata.
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Rachels, J., & Millán, G. (2007). Introducción a la filosofía moral. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.
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El Economista (2010, Febrero
19). El consumo de carne en México Recuperado en Abril 1, 2014, de
http://eleconomista.com.mx/columnas/agro-negocios/2010/02/19/consumo-carne-mexico
Gómez, L. (2014, Marzo 9).
Nuevo estudio destroza algunos mitos vegano-vegetarianos. Desde el exilio. Recuperado
Abril 2, 2014, de http://www.desdeelexilio.com/2014/03/09/nuevo-estudio-destroza-algunos-mitos-vegano-vegetarianos/
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